•06 | Estoy renunciando a ti.
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El problema de la vida no es morirse, es vivir sintiendo que estamos muriendo.
Taehyung puede asegurar que ha percibido eso por años, no por causa directa de su amor por Jungkook, no, es algo mucho más complicado que fortalece aquel sentimiento por su amigo inevitablemente; es el hecho de poder distinguir que el tiempo transcurre con rapidez por su vida, sin poder modificar aquellos fallos de su interior que tanto le hacen sentir miserable.
Es como sentarse frente un televisor para ver una película de la cual ya sabes el final, pero no pudiendo hacer nada más que esperar el desenlace y sufrir; porque dicha historia ya fue grabada de esa forma. Tal cual así, con la única diferencia quizás, de que todavía puede hacer algo por no terminar con un final tan trágico.
Sabe que está herido, que sus pensamientos a veces distan de tener la sanidad que muchos alardean poseer. Que se tortura de forma consciente al soportar ver a Jungkook siendo feliz con la que muy posible se convierta en su esposa. Que es reprimido, y no es capaz de decir a viva voz que está enamorado de un hombre. No es malo querer a alguien de su mismo sexo, no es erróneo el anhelar sentir ese cuerpo sobre el suyo dando un contacto que solo existirá vivamente en su imaginación.
Al menos, eso es lo que se repite a diario para darse ánimo.
Ser dependiente a la presencia de Jungkook se fortaleció debido al desapego emocional que sus padres tuvieron con él a muy corta edad, teniendo como única figura de apoyo al azabache explosivo que siempre fue suficiente para no necesitar algo más de "Cariño" De terceros. Amaba pasar tiempo con él, reír, jugar. En algún momento, creyó que Jungkook se sentía lejanamente de la misma forma, no lo mal entiendan, nunca demostró que se sintiera atraído corporalmente por Taehyung, fue más hacia... Los sentimientos. Solamente eran ellos dos contra el mundo, durmiendo juntos, hablando de mil cosas, haciendo futuros en los cuales el otro estaba presente. Pero cuando las jovenzuelas comenzaron a rondar, supo que nunca se había referido a ese juntos que ilusamente creyó en algún momento.
Así fue que concluyó allí 10 años después, frente esa puerta del departamento de redacción donde por fin tendría la oportunidad de publicar algo propio, algo que ha nacido desde lo más profundo de sus entrañas, sólo con la meta de poder respirar una vez más sin que su cuerpo entero duela. Sí, posiblemente sea su perdición. Lo va a perder. Pero justo ahora que se percibe tan atrapado como sus padres, no ve otra salida viable. Es complicado entender que no se tiene escapatoria, que no se podrá vivir libremente si no dañas a terceros. No quiere seguir siendo tan miserablemente trágico, no quiere tener 30 años y arrepentirse de su vida.
No quiere seguir viviendo mientras se está muerto internamente.
♫ Di algo, estoy renunciando a ti.
Y aunque sus manos están sudando en nerviosismo, miedo, desconcierto del venidero futuro, no se dejará sucumbir antes aquellas inmensas ganas de entrar nuevamente al lugar para poder quitarles la historia, evitando que de esa manera, que logren publicarla para la edición de días futuros. Tiene pánico, sus ojos pican en las esquinas por las acertadas ganas de llorar, al sentirse tan incapaz de aceptar que falta tan poco para que su vida entera cambie.
Puede que Jungkook lo acepte, le reproche el haberlo ocultado y asegure que algo como eso no podría cambiar el amor de amigo que le tiene. Puede en cambio, que la situación le perturbe a tal magnitud, que solamente sentimientos de rechazo lo abrumen, mandándolo inevitablemente lejos de él. Aunque lo que más quisiera es que lo tome entre sus brazos y le diga un "Yo también te he amado silenciosamente" Que sabe perfectamente nunca sucederá. Solo en su cabeza es de ese modo, solo en su imaginación ellos son una pareja consolidada, fuerte.
Debería salir de su imaginación.
♫ Seré el indicado si quieres que lo sea.
—¡Taehyung!—es el grito que lo hace renunciar a todo aquello, fijándose rápidamente al inicio del pasillo donde el azabache más hermoso que haya podido observar, aparece entre apresurados pasos que son dirigidos hacia él. Su corazón inevitablemente comienza a saltar en su pecho—. Joder, t-te estaba buscando por todos lados—jadea, mientras se tuerce llevando las manos sobre sus rodillas al tratar de recuperar el aliento por aquel maratón hasta allí—. Así... Q-Que me dije "Hoy es lunes—alza un dedo a lo alto, colocándose finalmente recto sin reprimir una pequeña sonrisa—, de seguro debe de estar en la revista" Y no me he equivocado. ¿Por qué no respondes mis mensajes? Eres un ingrato—se queja.
—He olvidado el teléfono en la casa—se excusa convenientemente, ladeando su rostro por aquella gigante felicidad que Jungkook no intenta disimular. Es un poco... Incómodo justo ahora—. ¿Qué sucede?
—¿Y...?
—¿Y qué?—Taehyung guarda las manos dentro de su pantalón para evitar que el menor note sus nervios que pueden ser casi palpables, comenzando a caminar hacia su próxima clase que está al otro lado de ese lugar. Jungkook se le une con el entrecejo fruncido—. No me mires así, no soy adivino ni nada por el estilo. Sé un poco más específico—pide bajo, prestando atención por primera vez en años, que Jungkook finalmente ocupa su misma estatura.
Vaya, ya ni siquiera en eso puede sobresalir.
—La historia, ¿La entregaste o no? Sé que sabes a lo que me refiero, pero eres tan obstinado que simplemente finges demencia—sí, tenía un poco de razón en ello—. ¿Lo hiciste? ¡Dios, Taehyung! ¿Por qué disfrutas torturarme de esta manera?
—No tengo la culpa de que seas frágil en cuanto la espera, debes trabajar en tu paciencia.
Así como lo he hecho yo por los últimos 10 años.
Ese solo recordatorio le deja un sabor de boca demasiado amargo para poder aceptar que está a unos pocos días de perder o no, esta relación que asemeja demasiado para él. Ese calor que la presencia de Jungkook le otorga, esa sonrisa que lo hipnotiza, ese olor que lo caracteriza.
Por favor que no me odie
—Sí, acabo de entregar las dos hojas donde está escrito mi corazón—farfulla apena.
—¡¿Entonces por qué estás así?! ¡Parece que estás en un funeral, Kim! Joder, vamos. Sonríe un poco—súplica.
Taehyung lo hace, sonríe con pesar, pero lo hace. Aunque suene estúpidamente trillado, el rubio realmente siente que sus palabras están bien mencionadas; ya que realmente está caminando tranquilamente hacia su funeral, al menos, pronto lo hará. Por el momento, acaba de firma su sentencia de muerte
Jungkook en su ignorancia, no entiende actitud; definitivamente una persona que acaba de dar un paso tan importante en su deseado sendero de la escritura, no debería de verse tan triste como parece estar su amigo en este momento. ¡Es absurdo para él!
—¡Kim Taehyung!—chilla el menor enojado.
—Eres tan sorprendentemente ruidoso—menciona, consiguiendo que su sonrisa crezca unos cuantos milímetros. Las ganas de llorar se apuntan con mayor fuerza en sus ojos ante la posibilidad de no poder escuchar otra vez aquel tono de voz que algún momento catalogó como perfecto—extrañaré eso...
♫ A cualquier parte te hubiera seguido.
—¿Extrañarás? ¡Por favor! ¿Por qué hablas así? Lo dices como si me fuera a morir o tú te marcharas de mi lado. Recuerdo perfectamente que mencionaste que no irías tras la persona que te enamoró porque no creías que ella estuviera disponible cuando la universidad acabase para nosotros, eso quiere decir que no tendrías motivos para alejarte demasiado—se queja, pasando como normalmente hace, uno de sus brazos por sobre los hombros de Taehyung. No lo sabe a ciencia cierta, pero a veces siente necesario algún tipo de contacto con el mayor, al experimentar que este se aleja indiscutiblemente de él. Lo mantiene firme en su lugar—. Ahondando en el tema, ¿Me vas a decir qué pasa? Estás realmente distraído.
—No es nada.
—¿Sabes lo que significa nada?—indaga sin aquella emoción en su voz, torciendo en el pasillo que no debían torcer porque ese los llevaría a la dirección opuesta a la que se supone deben tomar para su próxima clase. Taehyung se extraña, más no dice nada—. "No Ansío Decirte Algo" Practicante me estás ocultando información esencial que está haciendo que tu ánimo esté de este modo. No me gusta verte así de decaído—confiesa, completamente serio.
—De los dos, eres el que mayor imaginación tiene—dice en medio de una negación.
Taehyung sabe que Jungkook es consciente que está mintiendo; esto solo es posible por lo extenso de los momentos que han compartidos juntos, y que de alguna u otra forma, los han llevado a conocerse. Aunque ha hecho un esfuerzo sobrehumano para no romperse de la manera en la que muchas veces hace en la soledad de su habitación, no ha sido capaz de guardar para sí mismo aquel lado vulnerable que lo convierte en un simple humano emocional como cualquier otro. Ese que llora si duele, ese que explota si lo que está viviendo es demasiado, ese que no puede levantarse por más que quisiera hacerlo, por más que quiera parar al saber que esto es inestable.
♫ Y yo, me estoy sintiendo tan insignificante.
Jungkook no dice nada inmediatamente, al contrario, afirma el contacto en los hombros del mayor y lo sigue guiando hacia unos de los tantos patios de esa gigante universidad que escogieron cuidadosamente una vez decidieron tomar la misma carrera.
Ambos tienen clase, una más de las otras cinco que ocupan en sus horarios; pero esa sensación de desolación que los envuelve casi como si pudieran percibir que algo verdaderamente horroroso cubrirá sus vidas, es suficiente para pasar por alto un detalle como ese. Nunca faltan, ambos se han servido de mutuo apoyo para ese instantes en los cuales no hay demasiado ánimo para estudiar, creando "Momentos de estudios" En los que terminan riendo o jugando. No obstante, esos sucesos se han vuelto tan lejanos como los años bisiestos.
Cuando Taehyung se da cuenta, está sentándose en una banca de madera verdaderamente vieja que yace alejada de los edificios centrales de la universidad que todo el mundo ocupa, por supuesto, no lo suficientemente lejos como para repasar los límites con la zona boscosa que se alza imponente a unos metros, pero sí para dar la sensación de ser un lugar que ha sido olvidado por todos; pero que seguramente en algún momento, había sido frecuentado por muchos. La vista es casi tétrica, debe admitir. Incluso así, el silencio otorgado que solo es interrumpido por el chocar de los altos árboles, embarga su corazón de alguna inexplicable tranquilidad que resulta altamente perturbadora.
—Si tuviera la oportunidad de cambiar todo aquello que te hace daño, juro lo haría sin pensarlo, Tae. Sé que sufres silenciosamente, sé que estás un poco roto y que ni siquiera mi amistad puede hacer algo para remediar lo que está mal—pronuncia Jungkook después de un rato, viendo sus manos extendidas sobre sus propias piernas—. Lamento no poder hacer más por ti... Si pudiera, creo que sabes que lo haría.
Vuelve hacia el respaldo de la banca haciendo rechinar las maderas por el movimiento, notando la forma en que este sitio, que ha descubierto tiempo atrás en medio de sus muchas indagaciones, cada vez está más deteriorado. ¿Así pasa con los sentimientos de las personas?
♫ Lamento que no pude tenerte.
—Has hecho suficiente, Jungkook—tranquiliza, encogiéndose en su lugar como una pequeña bola, al llevar sus rodillas hasta su pecho y así dejar descansar su mentón sobre estas. Cierra los ojos lentamente, dejando que el bullicio de los estudiantes se escuche como un susurro lejano, al igual que el auténtico ruido de los árboles al moverse obsequiando ese frío desquiciante que todavía permanece en el clima por apenas ser marzo—. He sido feliz. Quisiera serlo más seguido, Kook. Pero el sufrir te regala la dicha de poder apreciar esos momentos que tristemente son más cortos para muchos.
—¿Te ha hecho feliz tenerme? ¿He servido de algo?—pregunta angustiado—. Espero que sí, porque tú me has hecho sentir tan, pero tan bendecido, TaeTae. Yo también he sido feliz, muy feliz.
Echa su cuerpo más hacia el rubio que para ese momento asemeja un pedazo de cristal, no por lo trasparente que puede llegar a ser, sino por lo frágil que repentinamente se muestra. Sin pensarlo, extiende sus manos hacia la figura delgada de su amigo para poder tomarlo en un fuerte abrazo.
—Me hiciste feliz—confirma Taehyung.
Tanto... Que ya no lo soporto más, Kookie.
Su voz no sale. Lo único que puede hacer es ocultar su rostro entre el cuello de Jungkook y llorar silenciosamente a su lado como tantas veces lo ha hecho.
Después de este día, ya no volvería a callar, y no hay una mejor forma de expresarse para él que a través de las letras, sus sentimientos, su corazón y su verdad fue reflejada en tan solo 992 palabras... Era tan poco, pero al mismo tiempo más que suficiente para que su voz gritara tan fuerte como nunca lo ha hecho.
♫ Tú eres lo único que amo, y te estoy diciendo adiós.
«❀»
Nacimos para ser buenos, no felices.
La primera vez que Jungkook escuchó esa frase, lo hizo de un conductor de esos programas que son creados para motivar, aconsejar y dar un poco de aliento a las personas que no están pasando por buenos momentos. Él solo tenía 10 años en aquella época, su madre, que siempre ha sido una ama de casa, estaba en plena transición de duelo por la separación con el hombre que era su esposo y padre de su único hijo, que por cierto, el azabache no ha vuelto a ver en más de 13 años desde que salió aquel día de la casa sin despedirse.
Lo interesante de ese momento para un chiquillo como Jungkook que podía observar todo sin verdadero conocimiento de lo que pasaba a su alrededor, a pesar de ser altamente receptivo en cuanto a la realidad, era que no le gustaba ver a su madre llorar y mucho menos renegando de lo poco que tenían, al asegurar que podrían ser más felices si su padre no los hubiese abandonado como algo sin importancia por una familia nueva que terminaría siendo dejada al igual que la propia.
Jungkook que nunca había sido un niño que se dejara influenciar por las emociones de los demás, a excepción de las pertenecientes a su único amigo, comprendió rápidamente que lo que hacía a su madre tan infeliz, no era el hecho de que su padre se haya marchado dejando a su familia atrás, sino que al hacerlo, las personas alrededor empezaron a comentar sobre ellos, sobre su incapacidad de tener una estabilidad familiar o monetaria apta para lo que ellos creían era lo socialmente aceptado.
Comprendiendo que el "Nacimos para ser buenos, no felices" Nunca fue pronunciado con la meta de hacer creer que estaba bien seguir normalizando la percepción de los demás por sobre nuestras propia felicidad, sino más como una crítica social debido a lo mal que se estaba rigiendo el mundo interno de las personas, al creer que la impresión de terceros realmente nos daba felicidad, y no aquella cuota putrefacta de ansiedad e inseguridad que nos volvía cada vez más dependientes.
Al aplicar esas palabras en su madre, entendió que ella vivía para hacer creer que era una mujer que no poseía defectos, en busca de una desesperada aceptación. Ignorando por supuesto, la infelicidad de las infinitas noches que la soledad le brindaba al cerrar la puerta de su habitación.
Por eso, Jungkook nunca quiso ser considera "Bueno" Por las demás personas; siempre fue él mismo, el chico que podría parecer explosivo muchas veces, el que no podía morderse la lengua y bajar la cabeza ante una situación que desde su percepción, era injusta. Si por tener voz propia, autenticidad, y valentía al pelear por lo que quiere, es considerado malo, entonces estaba bien el tener una vida "Mala" Pero feliz, que una buena e infeliz.
Este punto en particular, es el que lo aleja mil años luz de Taehyung. El chico que ha estado a su lado por los últimos 18 años. El chico que cree conocer hasta el núcleo, desde la punta de su pie hasta la última hebra de su rubio cabello. En algún momento de la vida, creyó que podría dar una cátedra de lo que "Kim Taehyung" Representa en el mundo; desde sus gustos por la música, estudios, comidas, comodidad en cuanto a personas, sueños, próximas metas, futuro a corto plazo, y un sinfín de detalles que se aprende al ser constante en la vida de alguien más.
Pero tristemente, eso es insignificante en comparación con la inmensidad de lo desconocido que cada quien posee en su interior. Las emociones son el enigma del ser humano. Si bien es cierto que todas poseen un nombre universal que todos conocernos, cada persona le da un enfoque subjetivo que puede lograr hacer gigantes distinciones con los demás individuos. Siendo este el motivo principal de que Jungkook coloque en total desconocimiento el "Conozco a Taehyung" Del cual tanto se sentía orgullo cuando alguien hacía referencia a su mejor amigo.
Mejor y único; porque aunque conozca a muchas más personas, Taehyung es el único por el cual daría todo sin necesidad de pensarlo. A pesar de que justo ahora no pueda comprender demasiadas cosas sobre él, está seguro que sigue siendo aquel niño hermoso que regaló chicles, jugó con la pelota, escondite, descubrió un gigantesco mundo demasiado amplio para ser conocido paso a paso de su mano.
Es hermoso tener esa clase de amistad, lo llena como persona el saber que en un lugar diferente al propio, existe un corazón que lo ama de la misma manera que lo hace él.
Al tener certeza de ello, sonríe sintiendo la nostalgia embargar su corazón por la hermosa forma en que los humanos pueden crear lazos, incluso más fuertes que los sanguíneos. Nunca tuvo un hermano, pero está seguro que de haberlo tenido, se sentiría de la misma manera que percibe el mundo cuando está junto a él, junto a su amado Kim Taehyung. Verdaderamente le desalienta verlo tan perdido dentro de sí mismo, pero Jungkook prometió nunca abandonarlo, y eso justamente hará.
Nunca estarán lo suficientemente lejos para perder de vista al otro.
Luego de un suspiro que lo invita a llenarse de ánimo completamente renovado, sonríe a la muchacha del pequeño kiosco que se encarga específicamente de distribuir toda la mercancía de la universidad, para solicitar una de aquellas revistas con mala portada que todos, excepto Jungkook, ignoran.
A pesar de haber deseado que Taehyung estuviese presente para felicitarlo por haber dado este pequeño paso, cae en cuenta que no será posible, dado que su amigo ha decidido faltar por no encontrarse bien de salud.
Al parecer el insomnio regresó, pero por supuesto, esto solo es una deducción de Jungkook por aquella apariencia cansada que Taehyung no pudo ocultar los pasados días. Quizás debería comprar té para él, ese de laurel que tanto le gusta. ¿Debería comprar comida también? Dios, no quiere ser una molestia, mucho menos que sienta que lo está presionado, pero en serio le preocupa.
Antes de colocar un rumbo fijo a su dirección, ya se encuentra a pocos pasos de la banca que ha comenzado a ser su lugar favorito por las últimas semanas. No lo sabe, pero lo siente especial de alguna manera extraordinaria. Definitivamente es su lugar. Es como... Si pudiera desconectarse de todos a su alrededor, de esas personas que nunca se preocuparían de ir por allí explorando cosas interesas que podrían llamar su atención. Jungkook en cambio, si es de ese modo. Por eso, le pareció fantástico poder hallar un sitio tan olvidado por todos.
Ni siquiera ha pensado en la posibilidad de traer a EunSang, al único que quiso enseñarlo desde el principio fue a Taehyung, al traer aquel recuerdo de cuando tan solo eran uno niños y ambos tenían una fantástica base secreta que nadie más que ellos conocían, al menos, eso querían creer.
Luego de una amplia sonrisa por rememorar a un castaño de ojos grandes que siempre andaba corriendo por detrás de él, abre la revista yendo directo a la parte que su amigo había creado.
Sus manos sudan. ¿Por qué se siente tan nervioso?
—Antes de despertar—lee el título en una tipografía de fantasía de tono azulado claro, sin poder renunciar a la sonrisa gigante que viene después de ello. ¿Es normal ser así de feliz por alguien más?—. Concentración Jungkook, concentración—se dice, antes de embargarse por las delicadas líneas que Taehyung ha escrito tan demandantemente durante el pasado fin de semana.
Al finalizar el segundo párrafo de dicho escrito, la sonrisa que antes brillaba resplandecientemente, es parcialmente nublada por la confusión, dudas y desasosiego de lo que se supone trata. Inclusive, sus orbes oscuros empiezan a eclipsarse por la llegada de las gotas saladas, llenas de una verdad que desconocía.
La mini historia narra la amistad que un niño poseía con su globo. No obstante, el rumbo de lo escrito cambia radicalmente cuando dicho personaje principal descubre que ama con vehemencia al que fue su amigo por más años de los recordados; llevándolo de ese modo, al terror desmedido de que sus sentimientos sean descubiertos y por consecuente, apartado sin consideración dado a sus obvias distinciones que no podrían ser consentidas bajo ningún concepto. Llevando al niño a la completa convicción de ocultar sus sentimientos por sobre su auténtico dolor, para así tener la oportunidad de ocupar un lugar en la vida de su globo.
Pero mediante pasaban los años, el globo comenzaba a desear la libertad de un inmenso cielo que no podía ser apreciado junto con su compañero, hermano, amigo.
El niño notó aquellas ganas de seguir flotando sin ser detenido, entonces preguntó:
—¿Por qué te quieres ir lejos?
—No quiero, pero...
—Si puedo flotar... Siempre voy a querer hacerlo sin ataduras—susurra Jungkook, no pudiendo evitar que las lágrimas se deslicen por sus mejillas que para ese momento, son completamente pálidas a comparación a cuando llegó.
Quizás para el resto esta es una historia cualquiera que carecía de algún tipo de sentido o lógica, verdaderamente no se alejaba demasiado de la realidad; ya que esas líneas fueron escritas específicamente para que solo Jungkook sea capaz de interpretarlas por las vivas referencias de sus momentos en juventud, los más preciosos de sus vidas, el motor que ha mantenido esa amistad a flote por tanto tiempo.
—Entonces... ¿Quieres ser libre?—preguntó el niño con lágrimas en sus redondos ojos cafés que reflejaban más de lo realmente creía era posible.
El globo no respondió inmediatamente, logrando que su extenso silencio fuera más que suficiente para que el pequeño castaño comprendiera que efectivamente añoraba la libertad que ese fino hilo que los unía, impedía.
—Está bien, puedes ser libre. Pero quisiera que antes de verte partir de mí lado supiera que... Una vida entera, he sido feliz por ti. Ha sido una vida entera la que he estado envuelto en tu sonrisa. Una vida entera la que estuviste confiando en mí sin dudarlo. Una vida entera cuidando demandantemente de mis sueños, ilusiones o salud. A pesar de que he vivido una vida entera engañándome a mí mismo sobre lo que siento, debes saber que nunca fue fácil ver cómo durante una vida entera te ibas alejando de mí por esta delgada cuerda que te mantiene aquí.
»Estuve una vida entera soportando dolor, sí. Pero también viví una vida entera de ilusiones. Y aunque haya tenido que transcurrir una vida entera de silencio, puedo asegurarte que por ser mi sol, por ser mi centro, solo quiero que brilles a donde quiera que vayas, quiero que le des calidez al resto del mundo de la misma forma en que me lo diste a mí durante más de una década.
»Esta es mi confesión, la confesión que no pudiste oír porque ya había soltado el hilo que te unía a mí. Así que estas palabras que le menciono al viento, espero que algún día lleguen a tus oídos en forma de susurro... Entonces, quizás en ese momento entiendas, que más que mi amigo, te apreciaba como el amor de una vida entera. Antes de despertar de este sueño de años, quiero que sepas que te amo.
K.T
► Say Something- A Great Big World/ Christina Aguilera.
-AlHanyG
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