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•04 | Es como dejar de respirar.



Un poco más de realidad para su sueño.

—¡EunSang! ¡Dios! ¡Estás de vuelta!—exclama Jungkook sorprendido de verla justo aquí después de asegurarle por teléfono que no regresaría sino hasta la semana que viene de su viaje familiar.

Ella que no mide su emoción por volver a estar con el chico que ama, se lanza completamente sobre él, para poder ocupar el lugar sobre sus piernas y así, tener más posibilidad de besar la carita contraria.

Jungkook solo puede sonreír.

Esa expresión en los labios del azabache embarga de una alegría dolorosa a Taehyung, que solo puede mantenerse ajeno de dichos enamorados. Quizás por esa misma situación que está experimentando, es que sentía una gran empatía por el artista que mencionaron hace semanas en una de sus clases; porque él mejor que nadie, sabe lo que un amor unilateral significa en la vida de una persona, es como... Dejar de respirar, aun teniendo todo el oxígeno a tu disposición para poder hacerlo.

—Te extrañaba tanto, Kook. En serio. ¡Estaba contando los minutos para poder volver contigo!—dice ella entre pequeños besos.

—Amor... Vamos, me estás avergonzado—farfulla apenas Jungkook, con sus mejillas sonrojadas por tener la vista fija de su mayor encima. Es cierto que no le da vergüenza alguna ser un gritón cuando está junto con su amigo. No obstante, las muestras de cariño de su novia sí le llenan de timidez, más, si en este tipo de situaciones está Taehyung presente—venga, deja de ser tan descarada—la joven llamada EunSang finalmente se detiene, sonriendo tan ampliamente, que podría asegurar que puede tragarse el mundo con solo esa acción. Luego de un último besito, hace lo que su chico le pide, dejando aquella sinceras muestras de amor para cuando estén solos—. Oye... Yo también te extrañé muchísimo, ¿Bien?—admite, envolviéndola con fuerza por la cintura, mientras deja pequeños roces sobre su cabellera.

—¡Tae! Disculpa este bochornoso momento, es que en serio necesitaba darle muchos besitos, fueron casi quince días sin poder vernos—explica ella, llamando la atención del mencionado previamente—. Tiempo sin verte a ti también, ¿Qué tal estás? ¿Cómo va la redacción con la revista de la universidad? Espero que bien, mira que este cabezota no deja de hablar de ello—expone, ganándose un quejido por parte del menor al escuchar aquella manera de llamarlo.

Taehyung parpadea repetidas veces volviendo a la realidad que por un tiempo se ha negado a observar directamente, y de forma veloz, eleva las comisuras de sus labios hacia la pequeña pelinegra que aún permanece enredada en los brazos de Jungkook.

—Bien, todo va como siempre. ¿Tú? Espero que toda aquella situación familiar se haya solventado, es una pena lo que sucedió con tu tía—menciona formalmente, sin ser capaz de borrar el gesto tranquilo de su rostro por más que quiere salir huyendo de ese lugar—. Al menos puedo ver que te sigues mostrando igual de animada que siempre, EunSang. Me alegro que lo puedas manejar.

Es increíble cómo los seres humanos pueden tener bajo control situaciones que necesitan ser dispersas a la brevedad posible.

—¡Por supuesto!—expresa alto, acurrucándose más hacia el otro. Gritona igual que Jungkook, son tal para cual. Piensa fugazmente el mayor—. Mientras siga teniendo motivos por los cuales ser así, lo seré. La muerte de la tía solo me hizo darme cuenta que la vida puede acabar en el momento menos esperado, ¿Por qué abstenerse de expresar lo querido? Es pérdida de tiempo. Además, este hombre a mi lado me entrega inmensas energías positivas, él no merece recibir ninguna muestra de debilidad, ¿Verdad, Kookie?—comienza a picar en sus costillas para robarle algunas fuertes risas.

Eso es lo que Taehyung tanto ama escuchar, la felicidad mostrándose por medio de sonido. Viéndolo desde la perspectiva en que lo ve el resto de las personas, esa podría ser una escena perfecta para fotografiar y mantener en los recuerdos. Incluso para sí mismo, sería algo lindo de hacer. Lindo, hasta que el dolor de su pecho le recuerda que ni toda la felicidad que su amigo pueda tener de la mano de EunSang, le hará completamente feliz a él.

—Sí, estoy de acuerdo contigo—el malestar en su pecho solo lo acobija de forma rápida, teniendo que carraspear su garganta ante ese nudo que poco a poco se va formando y que más temprano que tarde no le permitiría hablar—. Creo que lo mejor sería irme—anuncia débil, llamando finalmente la atención de su amigo el cual deja de sonreír abruptamente. No, no me veas así. No seas así de cruel, Jungkookie—. Sé que preparaste todo esto... Pero... Ustedes necesitan su tiempo a solas—explica calmadamente.

Es verdad que tener a su novia aquí no era parte del plan de "Amigos" Pero no por ello debería de decir tan despreocupadamente que se iría, ellos pueden funcionar perfectamente con la presencia de la chica en el lugar, lo han hecho miles de veces. Lo que no entiende Jungkook, es que justamente ese "Miles de veces" Es lo que está mandando completamente lejos al otro

—Tae...—se queja el chico frunciendo el ceño, dispuesto a rebatir sobre su decisión—. No puedes, todo esto lo hice para ti, ¿En serio me dejarás tirado?

Tú me has dejado de lado un millón de veces, Kookie. No eres justo.

La pelinegra tiene la intención de decir algo, pero Taehyung no lo permite al saber que posiblemente mencionará que ella puede volver después, que no fue su intención interrumpir un momento de amigos y que realmente no pasa nada por esperar un poco más. Pero no quiere oír eso de su parte, no quiere colocarla un nivel más arriba del que ya ocupa en su lista de personas agradables; porque solo o hace sentir mucho peor.

—Podemos hacerlo cualquier otro día—tranquiliza, mientras se coloca de pie—. Todo está bien, igual tengo cosas por hacer... Ya sabes, el tema con mamá. Así que por favor ocupa tu actual tiempo con EunSang, nosotros podremos jugar videojuegos luego—concluye, creiblemente.

—No quería molestarlos, en serio lo siento—se disculpa cabizbaja la mujer, formando un puchero.

—No molestas, EunSang. Lo juro. Entonces... Nos vemos luego, chicos. Por favor, coman todo, no vayan a desperdiciar nada—hace un gesto con su mano despidiéndose, para emprender su camino por el pasillo que da directamente con la puerta principal.

Jungkook trata de decir algo más, pero ya su amigo se ha perdido de su campo de visión como un simple soplo de aire.

Taehyung detiene sus pasos por unos segundos, no comprendiendo del todo por qué sus piernas están temblando de esta manera; no es algo completamente nuevo el sentir ser lanzado a una esquina que no tiene importancia por su "Amigo" Cuando ella está presente, a fin de cuenta, es su novia desde hace 2 años. Y es que de solo recordar ese importante detalle, se siente peor. Tan estúpido. Tanto tiempo transcurrido y todavía no deja de doler las miles y un muestras de afecto que se dan en su presencia.

—Tenía planes para pasar este fin de semana juntos...—es lo último que logra oír por parte de EunSang, antes de estar lo suficientemente alejado como para escuchar cualquier otra cosa de su parte.

En el fondo sabía que eso pasaría, que ese "Te ayudaré" Solo quedaría en palabras que nunca serían cumplidas. Pero ya no podía hacer nada, él quiso que fuera de ese modo al resignarse a dejar sus sentimientos solo para sí mismo, asegurando que de ese modo no podrían ser destruidos; porque ese era su objetivo, que su amor solo suyo, se mantuviera en silencio hasta que sus pulmones dejaran de necesitar oxígeno.

El gran dilema que esta decisión había generado, es que sus pulmones deseaban con unas ganas exorbitantes dejar de fusionar, al igual que su corazón.


«❀»


Su casa a diferencia de la de Jungkook, no posee esa calidez que debería de tener un verdadero hogar. Siempre está helada independientemente de la época del año, siempre está en penumbra por más que bombillos otorgan luz en cada rincón de la amplia construcción de la cual su madre siempre alardea; ya que la ausencia de seres queridos es lo que la hace un ambiente hostil para los frágiles sentimientos de un herido Taehyung.

Él es hijo único de un matrimonio roto desde hace años, no están divorciados, sólo lo suficientemente ausentes como para que parezca que es de ese modo. A estas alturas, ya no puede diferenciar qué cosa es peor, si las apariencias o el resentimiento.

Su padre tiene otra familia desde hace mucho, una mujer joven, bonita, que le ha otorgado dos lindos niños de 2 y 4 años. El hombre vive con ellos la mayoría del tiempo, más su madre siempre lo presiona para que vuelva un tiempo a esta casa para fingir que son una familia normal. Taehyung pensó que su madre hacía lo que hacía porque se negaba a dejar ir a su padre. Pero la verdad, es que simplemente no va a permitir que su nombre se vea martillado por una segunda familia.

¿No es eso una burla acaso?

Es incómodo tener que convivir con ellos cuando están juntos, es desalentador el tener que ver a su padre llamar a su otra mujer para saber de los niños, para hablar con ellos, cuando ni siquiera hace un intento por preguntarle a su hijo mayor cómo ha ido su día. Antes le afectaba mucho más, le dolía como si fuera mutilado en plena conciencia. Más ahora, ha aprendido a manejarlo, ignorarlo. En días como estos que todo está en completo silencio, desea al menos poder oír a sus padres discutir para no sentirse tan completamente solo.

Desde el día anterior que llegó, la comida que la mujer de limpieza preparó y dejó lista antes de partir, aún permanece en el mesón sin siquiera ser notada; ya que una vez ingresó en la que ahora es su morada, tiró su chaqueta en el primer lugar que pudo para ir hasta su escritorio y pasar toda la madrugada haciendo lo que su madre le pidió, sobreexigiendo sus capacidades para así distraer sus pensamientos.

Según él, esa era su única forma de no pensar en sus padres, Jungkook y el tenebroso closet del cual quisiera salir en algún momento; quizás por ello ha leído más libros de los que su mente puede recordar, o escrito más de lo que está dispuesto admitir. A pesar de que escribir sea su distracción, la hoja que está frente él, aún permanece en blanco desde hace unas cuantas horas atrás.

Pese a que solo es una simple historia de máximo mil palabras, nada pasa por la cabeza ahora que realmente lo necesita. Puede que se debiera al malestar corporal que comenzó a sentir por las largas horas de vigilia, ya que sus ojos arden por el resplandor del computador, en conjunto con las punzadas que su cabeza otorga con mayor fuerza al pasar del tiempo.

Suspira con gran pesar, al voltear a su derecha y así distinguir que lleva demasiadas horas sin descansar.

—11:38 am. Dios, el tiempo pasa rápido cuando tienes demasiado en la cabeza—farfulla—. Al menos pude terminar con lo pedido por mamá—se da un poco de ánimo. No obstante, cuando mira de nuevo la hoja en blanco que yace bajo su mano, la presión de no avanzar le hace darse por vencido—. Lo malo de alguien que escribe, es que no puede manejar los momentos de inspiración... Ellos simplemente llegan sin tú esperarlos. Diablos. Quizás deba descansar un poco el cerebro, ¡Pero esto es tan importante para mí! Vamos neuronas... Por favor funcionen.

Pega leves palmadas en su cabeza tratando de encontrar salida, más lo único que consigue es que el dolor de cabeza crezca un poco más. Chasquea su lengua con frustración, entendiendo que la mejor opción que tiene justo ahora, es ducharse y descansar por unas cuantas horas hasta que todo vuelva a la normalidad con su estropeado sistema.

En medio de su interés por una ducha, el sonido del timbre retumba sus oídos de manera inaguantable por repetitivos momentos. Con fastidio, cambia de dirección hacia las escaleras de caracol, sin muchas ganas de recibir a quién sea que esté del otro lado de la puerta. Con ello en mente, abre de mala gana y una sonrisa tan brillante como el señor sol, le ciega al instante.

—¡Jeon Jungkook está aquí!—anuncia con demasiado ánimo para el actual estado zombie que Taehyung padece. Sin reparar en ello, alza a lo alto diversas chucherías junto con videojuegos que está seguro son los mismos de la noche pasada, para así tener finalmente su día de amigos—. Vine ayudarte con lo que me pediste, ¡Con tu permiso!—medio grita, pasando como Pedro por su casa con dirección a la cocina; dejando a un sorprendido Taehyung con la boca abierta atrás.

—¿Qué?—reacciona, cerrando la puerta todavía completamente impactado por su repentina llegada de la nada. Sin perder tiempo, da vuelta sobre sus talones y sigue a su amor platónico hasta la cocina, descubriendo el gran bolso que llevaba Jeon en su espalda. Jodido bolso—¿Por qué traes un morral tan grande?—le pregunta una vez se detiene en el marco de la puerta con los brazos cruzados. El interrogado, lo voltea a ver sonriendo como un niño en medio de su más grande travesura—. Jungkook—advierte.

—¡Fin de semana de amigos!—exclama lleno de energía mientras abre la nevera sin pedir permiso alguno.

Taehyung queda ligeramente petrificado por aquella respuesta, preguntándose seriamente si había escuchado bien lo que el azabache le había dicho, o si debía limpiar mejor sus oídos. Jungkook procede a quitar el gigante bolso de la espalda, colocándolo sobre el suelo para empezar a sacar un montón exagerado de comida precalentada.

—¿Qué?

—Pidis cimir li qui qieris—dice, mientras trata de masticar una cantidad exagerada de papitas que ha hecho que sus mofletes estén repletos. Al notar el silencio del dueño de la casa, deja la actividad a medio hacer—¿Qui pisi?

—¿Fin de semana de amigos?—repite—. ¿EunSang dónde está? ¡Espera! Traga primero, sabes que no me gusta que hablen con la boca llena—pide, al ver sus claras intenciones.

Segundos después de hacer caso, se dispone a explicar.

—EunSang posiblemente este camino hacia otra ciudad—se alza de hombros desconociendo su ubicación exacta. Sigue con su labor de llenar la nevera—, iba a pasar el fin de semana en casa de sus abuelos maternos, me invitó, pero le dije que no podía porque ya había quedado contigo—hace un repentino silencio, al quedarse observando un paquete de papas picantes que le habían llamado la atención hace un rato—. ¿Has probado esto?—enseña el paquete de comida chatarra.

—¿Ah? No—no puede evitar colocar los ojos en blanco ante lo distraído de su menor en muchos momentos que para él son importantes—. Déjame ver si entiendo—trata de retomar el tema anterior—, le dijiste que no a tu novia solo para pasar el fin de semana encerrado en una casa gigante, fría y aburrida, mientras estudio, ¿Entendí bien?

—Exactamente, TaeTae—responde simple. La presencia de Jeon es imperturbable la gran mayoría del tiempo, haciendo que los nervios del otro colapsen de vez en cuando. Es que Taehyung está seguro que si supiera lo que solo esa simple respuesta significa en su mundo, no la dijera de forma tan despreocupada—. Aunque si lo dices de ese modo, cualquiera saldría corriendo para poder huir de aquí. Santo Dios. Ya entiendo porque soy tu único amigo—cierra la nevera, yendo hasta la cafetera para poner hacer del líquido que su mayor necesita para funcionar—. Te vez horrible, por cierto. No has dormido ¿Verdad?

El rubio todavía no puede asimilar sus palabras. En serio estaría todo el fin de semana con el chico que ama, dejando a su novia a un lado para venir con él. Definitivamente su corazón podría detenerse en ese instante.

—Supongo que no la respuesta es no—se auto responde, por la falta de atención de la otra persona—. Eso no te hace nada bien—comienza a regañar. Sin embargo, Taehyung ha dejado de escuchar desde hace mucho, justo en el momento que estuvo seguro que en cualquier momento lloraría de felicidad o su cerebro dejaría de procesar las cosas cayendo en un profundo sueño de tanta estimulación—. ¡¿Me estás escuchando?!—su ceño fruncido era tan lindo en ese rostro de bebé que poseía, esos ojitos negros y brillantes...

Reflejan una galaxia entera.

Esos pensamientos llegan por sí solos a su cabeza con tan solo ver al menor. Es tan malditamente hermoso lo que esa persona frente él podía hacerle sentir con su única presencia, exquisito, sublime. Es el pecado por el cual se iría gustoso al infierno, el crimen que sin duda cometería, la enfermedad que dejaría que lo consumiera... La cura que permitiría que lo salvara, el aire que desearía respirar y el sueño del cual jamás quisiera despertar.

-¡TAEHYUNG! ¡¡Dime si solo quieres que me vaya y lo hago!!—grita exasperado, viéndose más tierno de lo normal.

Solo allí es que Taehyung reacciona.

—¡No! C-Claro que no, Kookie—niega con una sonrisa feliz—. Obvio no, solo... Solo no pensé que vendrías, es todo—¿Cómo es que tan repentinamente se podía sentir tan tímido frente esta persona? Sus mejillas están un poco sonrojadas para entonces—. Me hace feliz que estés aquí.

—Que poca fe me tienes, hermano—se apura a quejar, recostando su peso hacia el mesón para intentar mantener bajo control un diminuto bostezo que quería salir de forma traviesa. La máquina comienza con su trabajo, inundando el lugar con el aroma del café—. Tengo un poco de sueño.

—¿Tampoco dormiste?—indaga rápidamente, en un intento de mantener fluidez en la conversación. No obstante, luego de que esa pregunta se escapara de sus labios, se maldijo internamente un trillón de veces, al no querer ser escuchada la respuesta que Jungkook muy posible de.

—Casi no, EunSang se quedó a dormir anoche—detente—a veces me pregunto de dónde saca tantas energías...

—Jungkook—no lo digas—no quiero saber si tu novia tiene o no muchas energías ¿Sabes? Es desagradable tan solo imaginar algo como eso—expone sin filtro, masajeando el puente de su nariz tratando de olvidar su propia estupidez por querer que la conversación "Fluya"—. Limítate a guardar ese tipo de detalles solo para ti.

Toda la alegría que ganó solo minutos antes, justo en este instante se ha esfumado. El dolor de cabeza parecer empeorar.

—¡No! N-No mal pienses, casi no dormí porque durante la noche jugamos PlayStation—se apresura a decir casi que con desesperación—. Jamás te diría algo tan privado como eso... ¡Qué vergüenza!

—De igual forma, no me interesa—musita cansado, perdiéndose por el pasillo que lo lleva de vuelta a la sala, y de allí a su habitación.

Escucha claramente las quejas de Jungkook por partir de ese modo con el humor por los cielos, pero claramente no está en condiciones de escuchar qué cosas hizo o dejó de hacer con EunSang durante la noche.

Debe trabajar en su temperamento, definitivamente.

Luego de finalmente ingresar al baño que está en el pasillo del primer piso, coloca la bañera a llenar con agua medianamente tibia; aplica esencias de orquídea que dan ese delicado aroma que ha adoptado su piel pálida por años, en la espera de que esté lo suficientemente llena para poder retirar cada una de las prendas de su delgado cuerpo y así ocupar un lugar en la pulcra tina que es de un tono rosado demasiado claro.

Eso es lo que más le gusta de esa ducha, el color que tiene, las alfombras, las cortinas... Nada comparado con su propio baño, que es de un blanco puro que no tiene emoción alguna. Quizás debería buscar el correo electrónico de la persona que remodeló este lugar para poder agradecerle que lo haya hecho tan distinto al resto.

Pero no solo utiliza este lugar por ello; es porque de ese modo tiene una excusa para salir de su habitación, es como un acuerdo que hizo consigo mismo para no estar tan aislado dentro esas cuatros paredes. Esto resultó luego de que pasara casi un mes entero sin salir de allí, él no estaba bien emocionalmente en ese momento, su madre acaba de descubrir la otra familia de su padre y por eso solo peleas eran las que llenaban el que era su silencioso hogar. Recuerda perfectamente que en esos tiempos estuvo ignorando a Jungkook fuertemente.

Quizás por eso, es que se vea tan preocupado de que se esté alejando nuevamente.

Los minutos pasan de esa forma, hundido en los muchos recuerdos que puede atesorar con cuidado, acariciando sus extremidades con sutileza para limpiar cualquier exceso de suciedad. Después de un rato, deja ir su cabeza contra la bañera para dedicarse a observar por la ventana que da una amplia visión del cielo nublado por aquellas nubes que dan aviso explícito que lleven paraguas o las gotas heladas los mojaran hasta el centro.

Sus dedos retiran algunos mechones rubios de su rostro, notando cuán largo lo posee ya.

«Oh, Taehyung. Tu cabello de esta forma se ve extremadamente en armonía con tu lindo rostro, deberías dejarlo crecer más seguido.»

Tonto.

Se sentía como el más grande tonto por repetirse las palabras que hace más de un año Jungkook le había dicho. Tonto, por hacer caso a su cumplido y dejar crecer su cabello solo por su aprobación. Tonto, por amarlo tanto. Sus sentimientos son tan grandes, que con tan solo pensar en ellos, las ganas de llorar lo hacen sentir afligido. Es extremadamente feliz con verlo sonreír, con verle respirar y manteniéndose sano, es feliz al verlo feliz... O al menos, eso se repetía diariamente.

¿Es suficiente?

-No soy ese artista. No puedo decir que soy completamente feliz con solo ver su desbordante felicidad fluir. No lo soy... M-Maldición.

Desde ese momento, trata de ignorar las muchas lágrimas que se mezclan con las escasas gotas de agua que todavía mojan su rostro. Lo intenta, intenta ignorar el dolor que se vuelve cada vez más inmenso con el pasar del tiempo... 10 años es demasiado tiempo en silencio, es demasiado.

Ese es el precio de su silencio, el dolor.


...


—Tardaste demasiado—son las primeras palabras que escucha al entrar a su habitación luego de casi una hora en el baño del pasillo. Al verse sorprendido por el reproche en su voz, mira al azabache que está acostado boca arriba sobre su cama mientras cubre sus ojos con su antebrazo evitando que la luz le molestase demasiado—. He dejado café junto con un sándwich de queso en tu escritorio. Oh, también una pastilla para el dolor de cabeza—señala con su dedo donde fue que lo dejó, señalando realmente a otra dirección por tener los ojos tapados.

-¿Cómo sabías que tengo dolor de cabeza?—es lo que primeramente cuestiona, todavía quitando la humedad de sus hebras. Escucha un claro resoplido del otro—. Igual te lo agradezco... Aunque no tenías que hacer esto por mí.

—Ah, Sr. No tenías que hacerlo, también coloqué amablemente en la basura la comida dañada que la Sr. Teng dejó para ti y que obviamente, no reparaste en comer—aparta el brazo de su rostro dándole una mala mirada—. Y es obvio que te duele la cabeza, cada vez que este malestar te ocupa, eres así de obstinado, grosero y enteramente molesto. Joder. Es que eres tan descuidado, si no venía posiblemente te morías de hambre en estas cuatro paredes.

—Soy mayor que tú, respétame—reprende rápidamente, yendo hasta la pequeña bandeja para tomar un sorbo del café que le hizo arrugar su hermosa cara por lo cargado del contenido. Diablos, con un solo sorbo de esto y de seguro ya no duerme en 10 días—. ¿Me quieres matar, Jeon? ¿Por qué le echaste tanto café? Parece petróleo.

—De paso te quejas—chilla malhumorado—. Oh, te recuerdo que eres mayor solo por unos meses, no te hagas el anciano conmigo que no te queda absolutamente—Taehyung ignora aquellas palabras para probar el sándwich que definitivamente está más delicioso de lo esperado—. Por cierto, ¿Cómo vas con los trabajos que tienes que hacer? ¿Quiere que te ayude en algo?—pregunta final medio enfurruñado.

—Mal—mastica otro gran bocado—. No he podido encontrar la inspiración necesaria para hacer algo decente para la revista. Es una verdadera molestia que mi cabeza este vacía.

Cuenta sin dejar de devorar el pan como animal hambriento. Jungkook al distinguir ese gesto de placer en el rubio, bufa bajo ante la forma de comer; preguntándose por qué no había ingerido alimento antes si tenía tanta hambre. En medio de su interrogante, decide quitar la pequeña molestia que había ignorado en su espalda desde que se acostó por la simplemente flojera de moverse de su lugar. Al hacerlo, termina sacando un cuaderno que supuso pertenecía a Taehyung.

Fisgonea las últimas hojas.

—Oh, esto es lindo... "Más que la vía láctea, más que cualquier estrella, eres como una luz radiant...—antes de poder terminar, el cuaderno delante de sus ojos es arrebatado por un nervioso Taehyung, que incluso dejó el pan que comía casi en la orilla del escrito propenso a caer—. ¡Tae, estaba leyendo!—se queja en seguida.

—No fisgonees en mis cosas, Jeon Jungkook. Te lo he dicho mil quinientas veces—dice con molestia, guardando el cuaderno en una de las gavetas del escritorio para volver a mirarlo con el entrecejo fruncido en viva molestia—. Sabes que es mala educación hacer eso, es mi privacidad.

—¡Por Dios! ¡Hasta nos hemos bañado juntos!—dice casi que formando un berrinche por la "Privacidad" Que exige tener.

—Eso fue cuando teníamos 6 años—se apura aclarar, sonrojándose. Oh, es que de solo imaginar que lo vea desnudo justo a esta edad crea en él un estrés demasiado grande. ¿Hay que aclarar que nunca ha sido tocado en ese sentido? No, bueno, eso es perfecto—. Aparte, ¿Qué tiene que ver esa situación con esta? Son cosas distintas.

—Pensé que no habían secretos entre nosotros, Tae—abulta su labio inferior—. ¡Sabes a lo que me refiero!—acusa.

—No, no lo sé, ¿Qué quieres decir exactamente con eso?—ese perfecto ser le sacará canas en algún momento de la vida—. Habla, Jeon. Sé que quiere decir algo—pide ofuscado, por su reiterado silencio.

Finalmente ocupa la silla de su escritorio dándole la espalda al chico para mirar una vez más las hojas en blanco perfectamente acomodadas que esperan ser escritas, toma el lapicero que está en su sitio por defecto, y coloca la fecha en la esquina superior de la primera página.

Jungkook por su parte, hace lo propio, sentándose en la orilla de la cama mientras cruza sus brazos por sobre su pecho

—¿Cuál es su nombre?—cuestiona de mala gana.

—¿Nombre? ¿De quién?—pregunta distraído, dando leves golpes con el lapicero sobre la suave superficie de madera tratando de pensar en algo bueno para plasmar. ¿Debería ser una mini historia que traiga un mensaje positivo o solo escribe algo que logre entretener?

—¡De la chica que te gusta!—exclama—¿Cuál es su nombre? Me lo ibas a decir a decir hace unos días en clase, pero no lo hiciste aprovechando la interrupción del profesor ese, ¿Es ella de la universidad? ¿Qué carrera toma? ¿Qué edad tiene? ¿Es suficiente para ti? ¡Ah! ¡Quiero verla!—se queja.

Oh eso.

Deja de golpear el escritorio al instante que escucha todo aquello, mordiendo su labio sin saber qué debería de responder. ¿Cómo fue que llegaron a este punto exactamente? Obviamente tendrá que mentir para saciar la curiosidad de esta persona, al ser Jungkook un chico... Insistente en los temas que generan debida curiosidad en él.

—Creo que tienes un buen punto. Y no, no es de la universidad—se apresura aclarar, antes de que pierda el control y haga mil preguntas más—. E-Es hija de una amiga de mi madre... No la conoces.

—Vaya, entonces finalmente mi difícil amigo se ha enamorado—siempre he estado enamorado—. ¿Cómo es ella?—posiblemente Taehyung esté odiando por primera vez la curiosidad del chico—. ¡Vamos! No tengas vergüenza de hablar de estas cosas conmigo. ¿Es hermosa?

¿Por qué suena tan exageradamente feliz? Eso solo lo hace sentir peor, es como un "Por fin te gusta alguien, no morirás solo" O al menos, de esa forma lo percibe sus lastimados sentimientos.

—Es muy hermosa—comienza a decir, yendo tras el respaldo de la silla. Sus ojos suben a las gotas que sin darse cuenta, ya golpean el cristal de la ventana—. Piel pálida, cabello azabache, ojos brillantes que pareciese que reflejaran el universo entero, labios rosados... Finos. Su sonrisa es radiante. Posee buenos sentimientos, tierna y esporádicamente tímida. Pero sin duda alguna, llena de alegría cualquier lugar al que vaya sin siquiera notarlo. Es como una bombilla de tenue luz. Es perfecta, soy feliz con ver su felicidad—sonríe tristemente, recordando a su propio amigo.

Le duele el pecho al cambiar la letra "O" por una "A". En ese momento desea más que nunca tener la valentía de decirle a Jungkook que le gustan los chicos; pero ese es el verdadero problema, a él solo le ha gusta un chico por años, y ese es el mismísimo Jeon Jungkook.

El azabache que escucha atentamente lo que su amigo dice, solo puede sonreír felizmente de lo enamorado que se muestra; jamás lo había oído referirse a alguien de ese modo, y eso le hace inmensamente alegre en este punto de su amistad. Amar, es un sentimiento que los seres humanos necesitan en algún momento de sus vidas.

—Debe ser una extraordinaria persona para que hables así de ella... Quisiera tener la dicha de conocerla—insinúa.

—No está aquí en este momento, se ha ido a otro país—corta, no queriendo que la mentira creciera muchísimo más de lo que ya está.

Puede escuchar el jadeo horrorizado de Jungkook, incluso, puede adivinar esas perlas negras que posee por ojos siendo bañados por la desdicha de su primer amor. Niega enternecido.

—No puede ser, Tae. Eso es demasiado triste, ¿Le dijiste sobre tus sentimientos?—su voz esperanzada hace que el estómago del rubio se revuelva con cada palabra que brota.

¿Decirle? Cuanto quisiera él tener la dicha de decirle y ser aceptado. Sería tan malditamente feliz al poder hundir su nariz en la curva de su cuello, poder abrazarlo con fuerza, besar sus labios, subir a su regazo, poder darle placer... Hacer el amor, regalarle su primera vez en todos los sentidos existentes.

Sería feliz con tan poco.

—Realmente no tuve tiempo de hacerlo.

—¡¿Por qué no?!—grita exasperado, incomodando gradualmente a Taehyung con el tema—. Bueno, no te diré nada porque sé que es complicado a veces tratar el tema del amor. Al menos falta solo este año para terminar la universidad, ¡Entonces puedes ir por ella y tratar de que las cosas funcionen correctamente!

—Demasiado positivo—suelta toscamente, chasqueando la lengua—. Es la vida real, Jungkook. Seguramente para ese momento ya esté casada o qué sé yo.

—Si la amas lo harás.

En este caso puntual, si lo ama... ¿Sería capaz de decirle lo que siente?

Ante el silencio del rubio, decide dejar ese tema en paz dado a que posiblemente sea doloroso tratarlo para él. Al cabo de unos cuantos segundos hundidos en tensión y dado al momento de sinceridad de hace un rato atrás, decide contarle algo que le está destruyendo la cabeza por las últimas horas desde que dejó a EunSang en la puerta de su casa

—Taehyung—llama en voz baja.

—¿Qué sucede?—pregunta ya cansado. Quiere dormir por diez días seguidos.

—EunSang anoche mencionó algo que fue el causante de que no pudiera dormir. Te mentí al decir que jugábamos PlayStation—confiesa en voz sumamente baja, mientras sus dedos siguen la costura del pantalón que viste para entonces. Sus ojos negro se clavan en la espalda del rubio que solo permanece en silencio dándole la oportunidad de que continúe sin problema. Traga saliva—. Me dijo que después de la graduación... Ella...—el lápiz que permanece en la mano de Taehyung que intenta borrar demandante las líneas sin sentido que había hecho solo momentos antes, para de hacer lo que hacía, al comprender que lo próximo a escuchar no será de su agrado. Al menos, el estremecimiento que en su corazón percibe, le hace saber que será así—. Ella quiere casarse conmigo, Tae—y no se equivocó.

Taehyung no tenía verdadera certeza de lo que podría significar el dejar pasar el tiempo permitiendo que sus sentimientos quedarán congelados por tantos años. Al menos, no lo supo hasta este momento, en que su corazón ha dejado de latir con el ''Casar'' Retumbando sus oídos sin permitir que otra cosa los inunde. Su mandíbula se desencaja, dejando correr de lleno a la realidad que tanto quiso ocultar tras una sonrisa fingida de amistad.

Me estás rompiendo, Jungkook.

—No supe qué decir o pensar. O sea, realmente estoy confundido. Yo simplemente me quedé en silencio hasta que comprendió que estaba muy impactado para dar una respuesta inmediata—admite en esa voz temerosa, que hace comprender al rubio que su miedo es tan real como sus sentimientos no correspondidos.

—¿La amas?—se limita a preguntar, pretendiendo que su voz no se rompa lo suficiente como para notar su estado de conmoción.

—Más de lo que debería—mierda, duele, duele, duele—. Es con la persona con la que tanto soñé desde que tengo certeza de lo que quiero, Tae. La amo en todas sus presentaciones, en todos sus malos días, cuando se equivoca, cuando ríe, cuando llora. Incluso cuando no la tengo, siento que podría cruzar medio mundo solo por ella—asegura.

Taehyung se vuelve añicos al oír su declaración, dejando ir sus lágrimas de forma silenciosa que mojan al instante las hojas que mantenía apretadas entre sus puños. Ya no le importa que Jungkook descubriera lo que siente, si lo hacía... Era mejor ¿Verdad? Así le diría todo, así dejaría de sentir ese maldito nudo en la garganta que lo está asfixiando con cada intento de mantener los sollozos para sí mismo.

—Pero me da miedo pensar en matrimonio es... ¡Wo! Solo tenemos 23 años, somos muy jóvenes todavía ¿No? No lo sé, realmente estoy confundido.

—Solo un momento—pide, levantándose de la silla para salir de la habitación lo más rápido que puede.

Al encerrarse en el baño, no puede contenerlo más. Así que deja salir su estruendoso llanto, ¿Para qué callarlo? No podía callar más, lo había hecho por 10 años, 3650 días de silencio que le están pasando factura en este preciso momento.

Taehyung lo ama más de lo que está permitido amar a un mortal, más de lo que una persona ama y glorifica a un Dios. Sus sentimientos son tan profundos, como el mismo abismo que yace en las profundidades del mar. Si tendría que escribir un libro y sus sentimientos fueran las letras, entonces obtendría un escrito infinito.





-AlHanyG

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