18
Pov Suga
Iba a presentar a Jimin con mi hermano pero sin darme tiempo de reaccionar ya estaba cruzando la puerta de salida. Suspiré y bajé la cabeza.
— Lo siento... Tendré que hablar con él cuando regrese... Creo que irá al hospital a visitar a su pequeño hermano — Hablé sentándome. Se sentó a mi lado y me miró con una sonrisa.
— Nunca pensé que me darían por muerto... Vaya historia se inventaron... ¿Sabes? No pude volver por ti a tiempo pero veo que te las arreglaste — Dijo abrazándome. — Aunque no es eso a lo que vine... Quería verte más que a nada pero, vine sobre todo porque tenía que advertirte sobre Jimin... Lo están buscando... Cuando regrese es necesario que hables con él — Advirtió.
Me levanté inquieto y le miré asustado. — ¿Quién lo busca?
— Ya te podrás imaginar a quienes me refiero...
Palidecí más de lo que mi piel podía. Me senté de nuevo al instante. Saco mi celular de mi pantalón y le mandó un mensaje a Jimin al verlo en línea. Me tranquilicé cuando me respondió que estaba con Sehun. Sabía que estaría bien, por lo menos aseguraría su bienestar al estar con el idiota de su pretendiente.
Seguí hablando con mi hermano y compartimos lo que pasó durante todos estos años que no compartimos. Me sentía alegre de verlo de vuelta, de estar con él. No nos dimos cuenta en qué momento se nos pasaron las horas. Sentí hambre y preparé algunos sándwich que comimos como locos.
Mi celular comenzó a sonar. Me pareció extraño ver que se trataba de Sehun. Contesté y casi lo dejo caer por el tremendo grito que aturdió mi tímpano derecho.
— ¡Xiumin despertó! ¡Dile a Jimin que venga! — Gritó desesperado.
— ¿Jimin no estaba contigo? — Pregunto con el corazón acelerando su bombeo.
— ¿Él no estaba contigo? — Se alteró gruñendo.
— Él me dijo que estaba contigo... Agh... Quédate aquí... Iré para allá... Si Xiumin pregunta por Jimin dile que está engripado y descansando... Ahora mismo voy para allá y me tendrás que explicar porque Jimin no está contigo pedazo de imbécil — Regaño antes de colgar sin dejarle tiempo de refutar.
Intento llamar a su celular pero sale apagado. No importa cuanto lo intente pero no cae la llamada. Miro a mi hermano que se levanta acercándose. Me derrumbo por dentro, lo abrazo buscando consuelo. Esto no puede estar pasando, no ahora que estamos tan bien, no ahora que tenemos más posibilidades de ser felices ¿Qué le diremos a Xiumin si Jimin no aparecer? No... Tiene que aparecer.
Me separo del abrazo y seco las pocas lágrimas que me quedan. Suspiro y lo miro a los ojos. — Tenemos que buscarlo... No podemos quedarnos de brazos cruzados — Hablo tomando las llaves de la motocicleta y le hago una seña para que me siga.
Más que pronto estuvimos montados en mi motocicleta y yendo a toda velocidad hacia el hospital. Bastaron pocos minutos para llegar y prácticamente correr a la cafetería para toparme con Sehun.
Estaba molesto, realmente molesto. Lo tomé de la camisa levantándolo de su lugar y estampé mi puño en su rostro. Expulsé todo lo que me abrumó en su cara y lo solté.
— Joder... Qué te sucede ¿Tenías que golpearme así? — Se quejó sobando el moretón que comenzaba a formarse en su mejilla.
— ¿Se puede saber por qué mierda Jimin no está contigo? — Pregunté apretando mis puños. Mi hermano me tomó del brazo para que me calmara. — Contesta rápido porque no tengo mucha paciencia — Amenazo sentándome en la mesa en dónde me estaba esperando.
— Antes del venir al hospital... Pasamos por una cafetería... Lo dejé un momento en la mesa mientras pedía en la caja y cancelaba pero al volver no estaba. Le pregunté que en dónde estaba y me dijo que se fue contigo — Comentó algo confundido sentándose al frente de mí.
— Esto no tiene sentido... A mí me dijo que estaba contigo — Niego con la cabeza. — Supongo en la cafetería hay cámaras de seguridad... Vamos y les exigimos que nos muestren que sucedió. Puede que ahora mismo Jimin esté en peligro -. Me levanto halando a Sehun del brazo. Miro a mi hermano. — Quédate aquí, por si Xiumin necesita algo... Pregunta en recepción, te darán el número de habitación, te dejo mi motocicleta, trátala con cuidado, e intenta no matarte — Le entrego las llaves con una sonrisa en mi rostro.
Asintió y corrí junto con Sehun fuera para montar su auto. Arrancó y nos dirigimos a la cafetería que estaba a unas calles de aquí. Al llegar bajé antes de que él pudiera anunciar que habíamos llegado. Fui donde el gerente pasando la puerta que decía 'sólo para personal autorizado' y le exigí que me mostrara su sistema de seguridad. Se puso duro y no quiso. Sehun llegó segundos después y le explicó la situación, entonces accedió.
Vimos las cintas del día de hoy que corrió hasta la hora en la que Jimin se sentó en la mesa. Un sujeto al que se le vio por completo el rostro levantó a Jimin y se lo llevó con él. Me hirvió la sangre al saber de quien se trataba. Por suerte, había una cámara que apuntaba a la entrada en la cual se vio el número de matrícula del auto en donde se lo llevaron.
Sehun no tardó en llamar a la policía. Gracias a que tenía sus contactos hicimos el seguimiento con un par de patrullas.
Tras rastrear el auto se me erizó la piel. ¿El aeropuerto? No podía ser posible...
Tuvimos que investigar lo más rápido posible. Unos amigos de Sehun se encargaron de investigar más a fondo. Sentía los minutos como horas pero se detuvo el tiempo cuando les escuché decir...
— Corea... Tomaron un vuelo a Corea.
¿Se lo llevaron de vuelta?
Por lo menos eso era un comienzo, sabía más o menos en dónde puede que esté. Insistí en que me llevaran con ellos a buscarlo y Sehun los convenció tras varios minutos de plática en privado.
~Muchas horas después~
Llegamos y les indiqué la dirección de la antigua casa de Jimin. Allí quizá pudiéramos encontrar pistas. Iba en una de sus patrullas, éramos tres patrullas por si sucedía algo malo en el transcurso.
Al estacionarnos frente a la casa me fui de lleno contra la puerta golpeándola con mi hombro izquierdo para abrirla. Entro y subo las escaleras hacia su habitación siguiendo el rastro de ropa regada en el suelo.
Y allí me detuve. En el marco de la puerta al ver su cuerpecito desnudo en una esquina. Estaba temblando y sollozando sin darme la oportunidad de verle al rostro. Casi corrí a donde estaba y lo abracé. No le preguntaría por qué estaba lleno de sangre o por qué faltaba su ropa. Todo estaba más que claro...
— Ya pequeño, aquí estoy~ Ya no llores~ — Le repetí acariciando su cabeza. Su llanto calmó y levantó su vista llorosa. Sonreí y acaricié su mejilla. - Vamos... Tengo que limpiarte -. Lo cargo colando un brazo por debajo de sus rodillas y el otro en su espalda. Apenas salía de la habitación los hombres entraban y se quedaban viendo la cama.
Claramente el cuerpo del hombre al que nunca más pude llamar padre estaba allí, muerto, sin vida... Dios... Lo que tuvo que hacer mi pequeño Jimin para acabar con su pesadilla.
Salgo de la casa y me otorgan una cobija para cubrir a Jimin que se mantuvo hipando de vez en cuando pero en silencio, sin dirigirme la mirada. Les pedí permiso para llevármelo a algún lugar, luego le llevaría a la estación para que atestiguara. Menos mal los investigadores <<amigos de Sehun>> accedieron a lo que les pedía.
Una de las patrullas me llevó a la casa de Hoseok, fue el mejor lugar que se me ocurrió. Si lo llevaba donde Jin seguramente me golpearía y gritaría, no me convenía una escena ahora que Jimin me necesita más que nunca. Aún lo tenía en brazos, cubierto con la manta que le daría por lo menos un poco de calor. Al bajar de la patrulla me acerco a la puerta y toco el timbre varias veces. Un chico pelirrojo abrió la puerta algo malhumorado y abrió los ojos como platos. Entré sin pedir su permiso y subí a la primera habitación que visualicé.
Entro al baño y dejo la manta en el suelo. — Voy a limpiarte cariño... ¿Sí? — Pregunto viéndole.
Sus ojos no querían verme. Apenas asintió con la cabeza y dejó salir lágrimas silenciosas. No podía, no podía quebrarse así nada más.
Suspiro y lo siento con cuidado en la tina. Abro el grifo llenándola de agua ligeramente tibia. Hoseok apareció detrás de mí pidiendo explicaciones. No se las iba a dar ahora. Volteé a verle con molestia y le pedí una esponja suave y jabón. Asintió y salió corriendo para luego volver con lo que le pedí.
Limpié cada rincón de su piel con suavidad. Con cuidado enjaboné su cabello rubio con champo. Su mirada era tan triste y melancólica que quería llorar junto a él, quería sentirme como él, sentir y padecer su dolor para que dejara de sufrir. No quiero verlo así...
— Amor... — Volteó a verme preocupado. — Te... Pondré algo de Hoseok ¿Está bien para ti? — Pregunto acariciando su rostro. Asintió alejando su rostro de mi caricia y me levanté para buscar una toalla.
Le ayudé a salir de la tina y lo envolví con una gran toalla para secarlo. Tuve que hacerlo ya que él no podía moverse ni un poco. Tras sentarlo en la cama le ayudé a ponerse un pijama holgado que Hoseok me había prestado.
El silencio incómodo nos invadía a todos. Quería preguntarle cómo se sentía o qué tal estaba pero era más que claro que estaba mal, muy mal.
— Te dejaré descansar... ¿Si mi amor? Iré a preparar algo de comer — Fue lo único que pude alcanzar a decir. Me alejo dejándolo en la cama y salgo de la habitación cerrando la puerta tras de mí.
— ¿Cómo está? — Intervino Hoseok que me miraba intrigado.
— No... No está bien... Está muy mal Hoseok... Vamos... En la cocina te explico que sucedió... — Invité bajando las escaleras para que me siguiera.
— Hace dos años o más que no los veo... ¿Qué han hecho? ¿Dónde han estado? Jimin cambió de número y decidió no volver a escribirme — Reclamó en voz baja siguiendo mis pasos hacia la cocina.
— Xiumin entró en coma aunque acaba de despertar apenas y Jimin no sabe... Se lo íbamos a decir pero lo secuestraron y trajeron de nuevo a Corea... Estuvimos viviendo en Japón con Sehun... Sé que es mucha información pero ya te explicaré con calma lo que hemos pasado — Explico abriendo el refrigerador buscando algo para prepararlo. Lo más que pude hacer fue un sándwich. — Vine porque si iba donde Jin probablemente me golpearía e hiciera una escena — Hablo mientras preparo el sándwich. — En fin... Al parecer Jimin asesinó al señor Min por defensa propia... Lo demás no creo que pueda decirlo sin su autorización... Es un tema muy delicado... Luego de la muerte de sus padres y el coma de Xiumin se portó bien... Lo superó pero... Ahora sucede esto y... — Me quedo en silencio un momento.
— Quien murió fue su padre... Su madre vino hace unas semanas diciéndome que hablara con Jimin pero como no tenía su número me fue imposible comunicarme... Ella me dejó una dirección por si lo contactaba — Interrumpió. Volteé a verle con los ojos abiertos.
— ¿Me estás jodiendo?
— No Yoongi... Es en serio ¿Cómo te jodería con algo así? — Dijo en un grito.
— De acuerdo... Hablaré con él... Le llevaré esto para comer... — Susurro saliendo de la cocina con el plato en mano. Subo las escaleras y cuando dirijo mi mano a la perilla no gira ¿Por qué cerró con llave? — Jimin... Cariño, ábreme la puerta.
— Lo siento~ No puedo~ No puedes verme~ Soy un asco Yoongi... Un puto asco~ Y no merezco todo esto~ Lo que haces por mí... A Sehun~ Yo debí morir y haber desaparecido hace mucho tiempo~ — Su voz quebrada pegada a la puerta sonó débil. Trago en seco y dejo el plato a un lado en el suelo.
— Jimin... Abre la puerta y hablemos — Pido suplicando que no haga una locura.
— No Yoongi~ No hay de otra~ Esta es la púnica salida~ Tengo que desaparecer~ Tengo que morir Yoongi~ No puedo seguir aquí~ Sólo le complico la vida a todos~ — Juro que pude escuchar su llanto fuerte alejarse.
Golpeé la puerta e intenté abrirla pero todos mis intentos fueron en vano.
— ¡Jimin! ¡Contéstame! ¡Abre la puerta! ¡Abre la maldita puerta joder! — Grité golpeando la puerta con intenciones de derribarla.
Lo escuché gritar frustrado. Quería abrazarlo. Decirle que todo está bien. No quiero que desaparezca. No puede hacerme esto. Hoseok subió atareado por el ruido y me vio confundido.
— ¡Joder Hoseok! ¡Encuentra la puta llave de una buena vez! — Le ordene sacudiendo la perilla con fuerza. Nada. No se abre. Mierda... Jimin. No lo hagas por favor.
Escuché que adentro algo se rompía y me alteré.
— JIMIN — Golpeaba la puerta sin parar. — JIMIN ABRE LA PUERTA AHORA, JIMIN POR FAVOR
Hoseok llegó con la llave. Abro torpemente la puerta con la mano temblorosa y mis ojos recorren la habitación hasta la puerta del baño. Intento abrirla pero es la misma mierda... Está cerrada.
Grité una y otra vez su nombre sin obtener respuesta.
Bajo la mirada a mis pies recostando la frente de la puerta... Sangre...
¿Por qué hay sangre saliendo de por debajo de la puerta?
— ¡Jimin! ¡JIMIN POR FAVOR! — Comencé a sollozar sacudiendo la puerta.
Por suerte Hoseok consiguió la llave de la puerta del baño y me la dio antes de que fuera demasiado tarde... Eso no lo sabía... ¿Será o no demasiado tarde?
Abro la puerta y veo sus brazos sangrar. Está tirado en el suelo recostado de la pared con los ojos apagándose poco a poco. Vidrios del espejo recién roto le rodeaban.
— Jimin, mi amor no puedes hacerme esto~ Tu madre está viva~ Tu hermano despertó del coma~ Qué harán sin ti~ Jimin~ — Comienzo a hablar sacudiéndolo y palmeando su rostro para que reaccionara. — Jimin, cariño~ No~ Jimin~ Mantente aquí~ No te vayas~ Por favor~
A mis espaldas escuché que Hoseok llamaba una ambulancia... Era lo ideal
— Te vez tan lindo — Musita con una leve sonrisa mientras sus ojos se esfuerzan por mantenerse abiertos. — Te amo... — Jadea de dolor cerrando sus ojos.
— Jimin, no~ Mantente vivo~ — Repetí una y otra vez mientras rasgaba mi camisa y anudaba pedazos de tela en sus heridas para detener el sangrado. — No~ Jimin~ Jimin, por favor~ — Lágrimas alían de mis ojos pero no me importaba. Me incumbía más el hecho de verlo desfallecer y perder de a poco su fuerza. Su cuerpo se volvió pesado y dejó de moverse.
No puede acabar así... No aquí... No ahora...
Por favor Jimin... Resiste...
~o~
¡Gracias por leer!
Besos
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