Un joven se paseaba por una habitación apenas iluminada por un titilante foco, cada ves mas agitado se arrepiente del trato que acepto, a sus escasos 17 años Diego ya estaba preocupado de una manera que no se lo desearía a nadie. Siempre preguntándose el por que acepto ese trato, por que estrecho esa mano, por que dejo que las dulces palabras le adormecieran el sentido común. Todo sucedió a causa del miedo a la muerte, miedo al desconocido, Eso lo impulso a aceptar aquella mano con intenciones oscuras.

De repente Diego se detiene, su cara ensombrece y se empieza a dirigir a la salida de esa sucia habitación. Recorre las calles sin mirar los detalles concentrado en su objetivo del día.

Cuando se va acercando al lugar de reunión usual, ve una figura con un traje de gala blanco , aparentemente nadie mas nota en el.

Apenas se acerca al individuo este le entrega un sable y desaparece de forma fantasmagórica, esto apenas inquieta al muchacho quien se dirige lentamente hacia su pobre victima.

La ve a lo lejos y se lamenta nuevamente aceptar el trato, cuando esta a punto de apuñalar a su victima una idea surgió. Lentamente apunta su sable hacia su pecho y aun mas lentamente con todo el arrepentimiento de la muerte que causo se clava el sable.