De universidades y bebés en fuga (Parte 2)
Seokjin miró atentamente como su papá se alejaba para ir a hablar con una señora.
El infante frunció el ceño al pensar que la señora era extraña.
Escuchó movimiento en la carriola e inmediatamente puso su atención en ella, encontrándose a un Yoongi despierto, con cara enojada y sus cabellos negros parados apuntando en todas las direcciones posibles.
—¿Pas? —Balbuceó el menor de los dos.
—Papá Taehyung ta comprando gugo y papá Jungoo no ta. —Seokjin se cruzó de brazos.— Extraño a papá Goo.
Estuvo unos minutos pensando mientras movía de al frente hacia atrás sus piernas cortas, cuando se le ocurrió según él, la idea más increíble de la vida.
Cuidadosamente bajó de la silla, tentando con su pie el piso y cuando logró bajar fue junto a Yoongi, desabrochó el cinturón que retenía al bebé y con una fuerza extraña que no debería tener un infante de tres años, lo cargó sacándolo del móvil.
Aunque prácticamente la fuerza duró nada ya que Yoongi soltó un pequeño grito en forma de queja por como lo estaba cargando.
Pues no era muy cómodo que lo tomaran de la cintura y presionara contra el cuerpo de su hermano. Le estaba aplastando el estómago.
Cuando los pies de Yoongi tocaron el suelo, Seokjin lo soltó.
Por suerte, el menor de la familia había aprendido a caminar un poco antes de cumplir su primer año de vida, por lo que quedarse de pie ya no era un problema.
—Vamos Gigi, a buscar a papá Jungoo.
Seokjin le había prometido a su papá que iba a cuidar a su hermano menor y es lo que estaba haciendo, llevándoselo con él para no dejarlo solito.
El mayor abrió la pañalera y de ella sacó un chupón color rojo con puntitos negros y se lo ofreció al pequeño. Éste solo abrió su boquita y Jin entendió la señal, poniéndole el chupete en la boca.
Jin tomó la manita de Yoon y lo jaló sin fuerza para que empezara a caminar junto a él. Pero a los segundos el de un año tropezó.
Yoongi había aprendido a caminar, pero quien dijo que lo hacía bien.
Después del pequeño susto, ambos hermanos salieron de la cafetería y empezaron su aventura de encontrar a su padre en un lugar desconocido.
Milagrosamente Seokjin no había heredado la mala orientación de sus progenitores, más bien, éste tenía una orientación muy buena. Mientras caminaba con su papá Taehyung, memorizo el camino sin darse cuenta.
Por eso, después de treinta minutos —por los pequeños y lentos pasos de Yoongi—, de miradas sorprendidas de adultos jóvenes al ver a dos bebés vagando por los pasillos de la universidad y distracciones tentadoras a ojos de infantes, llegaron a la puerta del aula donde Seokjin había visto entrar a su papi.
Ahora solo faltaba esperar a que saliera.
[...]
Taehyung estuvo en un trance por unos largos minutos al ver que ninguno de sus hijos estaba donde los había dejado anteriormente.
Cuando reaccionó, rápidamente tomó la pañalera que se encontraba tirada en el piso y la puso en la carriola, tomó fuerza y sin pensarlo dos veces empezó su búsqueda.
Empezó por la cafetería, pero al no ver rastros de sus cachorros salió de ella y buscó por toda la universidad.
Entró a aulas vacías, los laboratorios de ciencias y computación, la biblioteca, incluso salió a las canchas deportivas y al patio de la universidad.
Ya cuando se dio cuenta las dos horas estaban a punto de terminar y Jungkook saldría de clase. Se consideraba hombre muerto.
Su lobo y él estaban realmente preocupados, ¿Y si les había pasado algo? ¿Alguien se los llevó?
Realmente no se lo perdonaría, eran sus hijos por dios.
Se dirigió al aula donde Jungkook tomaba clases, pensando en cómo decirle que había perdido a sus dos hijos en menos de diez minutos.
Cuando llegó, iba tan concentrado en sus pensamientos que tardó en darse cuenta de la presencia de dos pequeños seres sentados apoyándose en la puerta del aula, hasta que escucho una vocecita muy familiar para él, llamándolo.
—¡Paaaa!
Inmediatamente volteó a la dirección de la voz, viendo a Yoongi, quien lo había llamado. Junto a él también se encontraba Seokjin.
Los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas al ver a sus cachorros sanos y salvos.
Corrió y en unos segundos ya tenía a Yoon en un brazo mientras que con el otro abrazaba fuertemente a Seokjin.
—Dios, me asustaron tanto.
La campana para el cambio de hora sonó haciendo que los tres dieran un saltito por el susto.
La puerta fue abierta y poco a poco personas empezaron a salir de ella, pasando de largo al trío.
No tardó mucho para que Jungkook también saliera por la dichosa puerta.
—Awww, ¿decidieron venir a por mí? Son muy hermosos, mis tres bebés. — Dijo y tomó en brazos a Yoongi para dejarle un beso en su regordeta mejilla.
Taehyung nervioso cargó a su otro retoño y besó los labios de Jungkook.
—Claro que sí.
—Los amo chicos. — Comentó el de ojos de bambi, mostrando su sonrisa.
El Kim tenía que sobornar a sus hijos para que no dijeran nada de lo sucedido a su padre.
No quería morir tan joven.
—luvckyun
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro