En la pequeña y humilde casa de los Kim-Jeon solo se podía escuchar el llanto desesperado del segundo cachorro más grande de la familia.

Jungkook caminaba de un lado a otro mientras cargaba a Yoongi con dificultad en brazos, quien lloraba dolorosamente en la oreja de su padre, dejándolo aturdido, aunque al omega poco le importaba en esos momentos.

Después de todo le dolía más que su cachorro estuviera sufriendo.

En la mañana mientras todos se estaban preparando para ir a la escuela y trabajo. Yoongi empezó a quejarse levemente que no se sentía bien, pero no le prestaron atención ya que en niño constantemente solía decir la misma excusa para no asistir a clases. Cuando empezó a llorar supieron que realmente algo estaba mal.

Le dieron un poco de medicamento y esperaron unos minutos para ver si se le pasaba, pero parecía que había empeorado. Al final decidieron llamar al trabajo para explicar la situación.

Ahora Taehyung se encontraba dejando a los demás niños en sus respectivas escuelas, para después llevar al doctor al pobre cachorro enfermo.

—¿Quieres tomar algo? — Le dijo Jungkook dulcemente a su retoño mientras acariciaba los cabellitos negros de este. ­—Vamos a hacerte un té de manzanilla ¿Te parece bien?

Se dirigió a la cocina para preparar el dichoso té, ese que sirve para calmar dolores de estómago y termina relajándote. Cuando líquido estuvo listo hizo camino a la sala de la casa, sentando a Yoongi en uno de los cómodos sofás.

El niño había calmado su llanto, quedando unos pequeños sollozos y suspiros llenos de sentimiento. Aun así, el pelinegro mayor le acercó la taza y Yoongi solo lo miró analizándolo por unos segundos.

—Parece pipí. — Frunció el ceño y soltó un pequeño sollozo. —Que asco.

—Lo sé, pero anda, no sabe mal. — Acercó la taza a la boca del niño.

Confió en la palabra de su padre y dio un gran trago.

Hasta que lo escupió en la camiseta de Jungkook.

—¡Sabe horrible! A pipi de gato. — Y sin más el llanto comenzó otra vez.

¿Cómo es que sabía que el té sabia a pipí de gato?

Su Omega se encogió del dolor al escuchar de nuevo el llanto de su hijo.

En verdad agradecía que Jimin tuviera un sueño realmente pesado, el bebé realmente dormía como una roca. No necesitaba a dos de sus hijos llorando en ese momento.

Jungkook estaba a nada de ir a sentarse junto a Yoongi para llorar juntos, cuando la puerta principal fue abierta por un Taehyung preocupado al escuchar el llanto del niño hasta el patio.

—¿Nos vamos ya? Ya llamé a Kihyun hyung, nos está esperando.

—Sí, iré a por Jimin.

Estaba a punto de subir las escaleras, pero vio como Yoongi corría a abrazar a Taehyung, este no resistiéndose, lo cargó en brazos y el niño escondió su cabeza en el cuello de su padre.

Y de la nada, hubo una explosión de olor a cerezas por todo el lugar, el aroma provenía de Yoongi. Ahí es cuando los mayores cayeron en cuenta de todo.

Se estaba presentando como Omega.

Jungkook quería darse golpes en la cabeza contra la pared por ser tan estúpido y no haberse dado cuenta o tan siquiera sospechado de lo que estaba pasando.

Yoongi hace un par de meses había cumplido los 6 años, la edad donde los niños comenzaban a manifestar a su lobo.

Anteriormente, ya habían tenido esa experiencia con Seokjin, el niño se presentó como Alfa hace unos años, este se había presentado por adelantado, cuando apenas tenía cinco años. Según les dijeron era normal en algunas ocasiones, por lo que no había por qué preocuparse.

Quien iba a pensar que el segundo cachorro estaba pasando por lo mismo.

Los lobos de Jungkook y Taehyung brincaban de la emoción y orgullo, incluso podrían jurar que estos estaban moviendo su cola de felicidad como un perro.

—Parece que solo necesitaba un poco de olor de su papi Alfa para dejar salir a su lobo, ¿eh?

Taehyung rio mostrando su sonrisa cuadrada y abrazó a Yoongi. Incluso creyó haber escuchado al menor ronronear como un gatito.

Que lindo es ver a los niños crecer.

—luvckyun