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—¡Mnh! ¡Está muy delicioso! ¿Verdad que sí, TaeHyun? —preguntó BeomGyu haciendo la mímica de darle comida a TaeHyun que asintió.

—¡Está delicioso! —afirmó saboreando la comida imaginaria. Soltando sonidos de satisfacción.

Los dos llevaban unos cinco minutos haciendo un espectáculo entero para que Byeol pudiera por lo menos tomar una cucharada de papilla.

—¡Ahora tú! —animó BeomGyu llevando la cuchara de bebé a Byeol que solo alejó la cara y se removió inquieto en su silla de comer.

BeomGyu suspiró volteando a ver a su esposo que hizo una mueca.

—¡Mira, Byeol, ahí viene el tren de la comida! —canturreó el alfa tomando el pequeño cubierto, hizo el sonido parecido a un tren para llevarlo a la boca de su hijo, pero Byeol se alejó aún más de la cuchara antes de empezar a llorar, puchereando y estirando sus bracitos a BeomGyu que lo sacó de la silla con rapidez, abrazándolo a su pecho.

Byeol recostó su mejilla al pecho del omega, las lágrimas se deslizaron por sus mejillas regordetas.

—No va a funcionar —negó BeomGyu con un suspiro, secando con una mano las mejillas del bebé que puchereó estirando su mano al pecho del omega, apretando la tela mientras se inclinaba por completo a la zona.

—No le des —negó el alfa cuando vió todas las intenciones de su esposo de alzarse la camisa y darle pecho al bebé.

—¿Por qué? No quiere comerse eso —negó BeomGyu escuchando un lloriqueo más fuerte de su bebé. Byeol tenía hambre, demasiada.

TaeHyun intentó otra vez, acercando la cuchara con papilla a su hijo que soltó un grito agudo, escondiéndose en el pecho del omega a llorar con fuerza, sollozando. Suspiró rendido.

—No lo voy a dejar pasar hambre —negó el omega caminando hasta el sillón, subiendo su camisa para descubrir su pecho, Byeol se acomodó como quería en el brazo del omega, hipeando antes de empezar a alimentarse del omega, aún soltando lágrimas.

—A mi tampoco me gusta obligarlo... Pero no puede seguir bebiendo solo leche —negó el alfa tomando asiento a su lado con un suspiro. Byeol lloriqueó aún comiendo.

—Disculpa, mi bebé, no te volveremos a obligar —prometió el omega limpiando con sus dedos las lágrimas de su bebé que hipeó, bebiendo con constancia, demostrando su hambre. Volteó a ver a su esposo que volvió la mirada a sus ojos— Sé que no puede vivir de leche, pero no lo voy a dejar llorar así... Y si no quiere, no tenemos que obligarlo.

—Claro, pero hablamos de salud y-... —TaeHyun se calló cuando su teléfono sonó en la mesa de noche, observó el número, no estaba registrado.

Pero le parecía conocido.

—Uh... Debe ser uno de los chicos —murmuró dejando el teléfono en dónde estaba, desde el día de la pelea había borrado todos los números de sus amigos, el primero fue Hansol, claro está.

La única que todavía estaba registrada era HyeJin.

BeomGyu le mandó un beso volador a su bebé que le contestó cerrando y abriendo sus ojos con lentitud, sonrió limpiando las comisuras del bebé.

El teléfono de TaeHyun volvió a sonar.

—¿Quién es que no contestas? —preguntó acariciando la espalda de Byeol con una mano.

—No sé, debe ser uno de los muchachos.

—¿Y si no? Contesta —animó, TaeHyun tomó el teléfono y contestó, colocó el altavoz, no dijo nada y solo esperó a que la otra persona hablara.

—¿Hola, TaeHyun? —preguntó una voz suave del otro lado, ambos la identificaron de inmediato.

Hansol.

BeomGyu rodó los ojos, mirando a su bebé en silencio, ya Byeol había dejado de llorar, seguía con algunos atisbos del llanto, pero ahora bebía con más calma y lo observaba fijamente, estirando su manito por las clavículas del omega, jugueteando con el borde de su camisa, abriendo y cerrando las manos. Le sonrió.

TaeHyun suspiró.

—¿Para qué me llamas? —preguntó fastidiado.

Deberías preguntar cómo estoy, duré dos días en el hospital por culpa de tu marido, ¿No te preocupas por mi? —su tono era suave. BeomGyu se inclinó al teléfono, TaeHyun igual se lo estiró.

—Si no cuelgas la llamada voy a hacer que te internen una semana entera, Jung Hansol —amenazó, mirando la llamada ser colgada luego de un chasquido. BeomGyu sonrió volviendo con Byeol que se separó con un sonido satisfecho— Aw~ ¿Mamá y papá te hicieron llorar? Cuánto lo sentimos, cachorrito bonito —habló en un tono de voz agudo, besando la mejilla de su bebé que hizo un sonido con su garganta— ¿Disculpas aceptadas, Byeol? Si, mami~ —canturreó la respuesta del bebé que rió apoyando su mejilla del omega.

TaeHyun observó su mensajería, Hansol había enviado unos mensajes.

—Dice que debería pagarle los gastos médicos... Dos días internado, resonancia del cráneo-...

—¿Resonancia del cráneo? ¿Para qué?

—Le golpeaste la cabeza en la pared como cinco veces, BeomGyu —recordó el alfa rodando los ojos cuando el omega alzó los hombros.

—Como si tuviera algo en la cabeza, qué dramático.

—¿Rinoplastia? —preguntó el alfa al leer la cirugía en lo que había enviado Hansol, diciendo que su nariz no había quedado como antes y que necesitaba una rinoplastia para arreglarla.

TaeHyun se inclinó a mostrarle la foto que había adjuntado el omega, su nariz se veía amoratada y algo inflamada, pero en algo tenía razón Hansol.

La punta de la nariz estaba levemente desviada a un lado, y en el tabique también se notaba algo desviado.

—Creo que si me pasé —murmuró BeomGyu sosteniendo con una mano el teléfono del alfa para ver de cerca la foto en dónde también se podía ver un ojo amoratado— Bah, no me arrepiento —le restó importancia— Que agradezca que no le apunté a los dientes, te estuviera pidiendo una prótesis dental.

—No le pagaré nada —negó el alfa bloqueando el número de teléfono, BeomGyu asintió.

—Las únicas cirugías que debes pagar, ¿Son las de quién? —preguntó el omega dejando su dedo índice en la cien del alfa que rió, tomando su mano con cuidado.

—Las tuyas —contestó acariciando el dorso del omega con su pulgar—  Aunque no las necesitas.

—Lo sé.

—Eres lo más hermoso que hay en este mundo, mi cielo y me siento afortunado de tener a alguien tan precioso a mi lado —halagó besando con cariño su dorso, BeomGyu lo observó con una pequeña sonrisa, y un leve sonrojo en sus pómulos.

Byeol estaba sentado en el regazo del omega, observó a sus padres, estirando su mano al alfa, abriendo y cerrando la mano para llamar la atención.

—¿Tu también, Byeol? —preguntó el alfa soltando la mano del omega para tomar la pequeña del bebé que movió sus piernas con emoción.

—El halago es doble ahora —recordó el omega mirando a TaeHyun sonreírle a su hijo.

—Pues... Tu eres el tesoro más hermoso que podemos tener, y te prometo que me voy a esforzar todos los días para ser un mejor  padre para ti, Byeol —prometió besando el pequeño dorso del bebé que rió abriendo y cerrando su mano, BeomGyu sonrió.

TaeHyun alzó la mirada, observando a su esposo, BeomGyu también lo hizo.

—¿Te puedo besar? —preguntó el alfa, dudando de hacerlo sin preguntar. BeomGyu sintió el sí, atorado en su garganta.

Pero debía continuar su plan.

—No, estás castigado —respondió levantándose con el bebé para jugar con él antes de que fuera la hora del baño, TaeHyun suspiró recostando su cabeza del sillón.

¿Hasta cuándo estaría castigado?

Estaba harto de no poder besar a su esposo y de no poder abrazarlo como estaba acostumbrado.

—¿No tienes... Ropa interior? —preguntó arrojado en el sillón mirando a su esposo jugar con Byeol. BeomGyu volteó a verlo sentado sobre sus pantorrillas, el cabello desordenado de tanto jugar con Byeol y dejar que el bebé tocara su cabello.

—Si tengo, ¿Por qué?

—Solo pregunto —excusó desviando la mirada a su hijo, aunque cuando BeomGyu se distrajo, volvió a verlo.

Para él era una tortura tener a su esposo vestido así y no poder siquiera abrazarlo, o aprovechar la piel expuesta para cualquier cosa.

Podía ver sus piernas esbeltas, algo rellenas, la piel blanca y suave al tacto.

—¿Qué hora es, TaeHyun?

—¿Ah?

—¿Que qué hora es? —repitió BeomGyu levantándose. TaeHyun revisó su teléfono.

—Las doce.

—Voy a duchar a Byeol, ven, mi amor —llamó el omega agachándose para tomar en brazos al bebé, la acción haciendo que el short se subiera un poco, TaeHyun lo observó en silencio— ¿Puedes sacar la ropa de Byeol?

—¿Que si qué?

—¿¡Estás sordo acaso!? —regañó el omega haciéndolo dar un salto en su lugar, Byeol rió abrazando el cuello del omega.

—N-no, mi cielo, me dijiste que... Que sacara la basura, ¿Cierto?

—¡La ropa! ¡La ropa de Byeol! —aclaró el omega dándose la vuelta para ir a la habitación del bebé— Ahora tampoco te funcionan los oídos, sordo y con disfunción erectil —refunfuñó, TaeHyun chasqueó la lengua levantándose del sillón.

—¡Te escuché! Y no tengo disfunción erectil —se defendió siguiendo los pasos del omega que sonrió en silencio, rodando los ojos.






















































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The_Dark_Diamond04

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