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[35]

Luego de la gran alegría de JinSung por su nuevo y genial peluche, comió y durmió tranquilamente en la camilla con el peluche a su lado, tan profundamente dormido que no se dió cuenta cuando la enfermera retiró el suero de su dorso, ahora sólo tenía una bandita con dibujos infantiles cubriendo el pinchazo.

—No tiene fiebre —murmuró YeonJun quitando su mano de la frente de su hijo, SooBin se sintió aliviado igual tomando asiento en los sillones individuales.

—Te compré esto —dijo el alfa haciéndolo voltear, YeonJun miró un paquete de granola en la mano del alfa, una de las tantas cosas que debía comer y lo ayudaban a su dieta— También unos cereales para el desayuno y yogurt griego, sé que te gusta así... Ah, lo estoy haciendo de nuevo —el alfa se auto regañó mientras el omega tomaba en manos el paquete de granola.

—Gracias —fue lo único que dijo con una pequeña sonrisa, apretó el paquete en sus manos.

SooBin miró al omega sentarse a su lado, su aroma a fresa rodeándolo de inmediato, aspiró disimuladamente, había extrañado mucho su aroma esos días.

—Disculpame, SooBin... No debí haber dicho eso —murmuró mirando el paquete de granola en sus manos. SooBin sonrió pequeño antes de inclinarse para besar su cien.

—Te dije que lo hablaríamos cuando JinSung mejore —recordó quedándose apoyado en el omega.

—Pero...

—Hablaremos cuando estemos en casa, con nuestro cachorro sano —lo cortó con una pequeña sonrisa que convenció al omega, suspiró mientras se recostaba tímidamente del alfa que lo recibió con brazos abiertos, apretándolo contra si— Descansa un poco, yo lo cuidaré —le dijo el alfa besando su coronilla, YeonJun cerró los ojos unos segundos, tratando de descansar.

Pero, ¿Y si el niño dormido tenía fiebre? ¿Y si quería ir al baño? ¿Y si tenía hambre, frío o calor?

No, no podía dormir.

—SooBin...

—Uhm —el alfa abrió los ojos mirando a JinSung moverse dormido, abrazando el peluche en medio de sus sueños.

—Gracias. Por todo... Desde que nos conocimos... Gracias por todo eso y te pido disculpas si no te he dado lo mismo que tú me das...—dijo mirando a su hijo quejarse entre sueños.

SooBin solamente lo tomó del mentón con suavidad, besando castamente sus labios dedicándole una pequeña sonrisa.

El alfa tomó aire para hablar pero un quejido del niño los hizo voltear de inmediato y levantarse cuando el niño abrió los ojos y se sentó en la camilla.

—¿Qué pasa, mi amor? ¿Qué sientes? —preguntó YeonJun dejando una mano en la frente de su cachorro sintiendo algo de sudor frío.

B-baño, papi... —murmuró con una mueca, sosteniendo su estómago con sus manitos, SooBin fue quien lo tomó en brazos para ir al baño.

JinSung lloriqueó unos segundos antes de tener una arcada, el alfa se asustó de inmediato, el omega abrió la puerta del baño.

—Hazlo aquí, Jin-... —el alfa se quedó en silencio y se quedó estático en su lugar cuando el niño no tuvo el tiempo ni la rapidez de voltear su cara al inodoro, por lo que terminó vomitando en el pecho y brazo del alfa.

—¡SooBin! —el omega tomó de inmediato a su hijo y se agachó frente al inodoro— Bebé, tienes que hacerlo aquí, ¿Si? Si vuelve a pasar tiene que ser aquí —le explicó a JinSung que sorbió su nariz antes de empezar a llorar a mares odiando la sensación y el horrible sabor en su boca, siendo la primera vez que vomitaba.

Por otro lado, SooBin se movió apenas, aún impactado y algo asqueado.

Era vómito, ¿A quién le gustaría estar lleno de vómito?

—V-voy... Voy... A-a... —se trabó con sus palabras sin reaccionar aún, YeonJun lo observó antes de apretar los labios.

JinSung se apoyó del omega que pasó sus manos por la espalda del niño.

—¿Te sientes mejor, bebé? —preguntó el omega al niño que asintió lentamente— Nos quedaremos un momento aquí por si vuelve a pasar, ¿Está bien, mi niño? —YeonJun pasó sus manos por las mejillas de su hijo que sorbió su nariz un par de veces más— SooBin, reacciona y date una ducha —le dijo al alfa que parpadeó un par de veces antes de retroceder a la ducha que tenía la habitación, quitándose los zapatos para entrar y luego con sumo cuidado la playera, apresurando sus manos para quitar el vómito que tenía encima.

Bien... No había sido una grata experiencia.

Pero no le molestaba.




















SooBin miró su teléfono unos segundos antes de desviar su mirada a la camilla, YeonJun
abrazaba a JinSung en su pecho, ambos dormidos profundamente.

Luego del suceso del vómito, JinSung lloró parte de la madrugada por su malestar lo que los mantuvo a los dos en vela, luego apenas amaneció el pediatra lo examinó con rapidez, le dió un medicamento y dejó una receta con un jarabe que SooBin de inmediato salió a comprar.

Solo fue a las seis de la mañana que JinSung concilió el sueño abrazado a YeonJun que también se durmió unos segundos más atrás. SooBin se hizo un espacio en el sillón igualmente para dormir unas horas, despertando cuando una llamada entró a su teléfono.

Apenas su madre se enteró del estado del niño y el omega, preparó su mejor comida, la más sana y deliciosa que podía hacer, pidiendo la dirección del hospital prometió llegar ahí para la hora del almuerzo.

Papá... —el alfa alzó la mirada con la suave voz del niño, SooBin miró a JinSung, el niño de ojos abiertos, mirándolo con una sonrisa.

—Buenos días, mi amor —saludó inclinádose para besar la frente del pequeño que pasó sus manos por su cara, antes de removerse, haciendo al omega abrir los ojos de inmediato, SooBin igualmente besó la frente del omega— Buenos días a tí también, fresita —dijo haciendo referencia a su aroma a fresas que predominaba en la habitación.

YeonJun besó las mejillas de su hijo, quedándose con él un buen rato, asegurándose de que no tuviera fiebre y que no tuviera otros síntomas, además de darle el jarabe recetado cuando fue la hora indicada.

—¿Quién es? —preguntó YeonJun cuando tocaron la puerta a eso del medio día, el pediatra ya había ido, incluso una enfermera para verificar al pequeño junto a entregarles los resultados de algunos exámenes que indican que todo con Choi JinSung estaban en orden.

Ya les habían notificado que podrían ir a casa pronto, JinSung aún seguía enfermo y necesitaba mucho cuidado aún. Pero ChanYeol había notado algo en particular que debía hablar con los padres luego.

—Mi mamá —dijo SooBin antes de abrir la puerta, YeonJun se sintió avergonzado y se levantó, dejando a su hijo sentado sobre la camilla, pasó sus manos por su cabello para arreglarlo un poco. La mujer entró sonriente, saludando con un beso en la mejilla a su hijo antes de desviar la mirada hacia la camilla donde JinSung asomó apenas su cabecita por detrás del gran peluche.

—¡Abuella, hola! —saludó animado, la mujer casi se abalanza al niño a llenarlo de besos y abrazos como saludo.

—¡Hola, mi niño! —la mujer le devolvió el saludo besando una y otra vez la mejilla del niño que rió notando de inmediato los aretes extravagantes de la mujer, quiso tocarlos y jugar con ellos pero la mujer fue a saludar a YeonJun con un gran abrazo que el omega respondió menos confiado— Les traje mucha comida, saludable y con la dieta que SooBin me dijo. También le traje a JiJi una ensalada de frutas y mucha más comida saludable —mencionó tomando asiento en un sillón, sacando los envases de su bolso, YeonJun se sintió avergonzado.

—Oh, no es necesario... M-muchas gracias, señora Choi —agradeció cuando la mujer le dió un envase lleno de comida.

—No hay de qué, ahora eres mi hijo también, debo cuidarte y ponerte muy gordito con comida —el corazón de YeonJun se encogió un poco y no supo que decir ante las palabras de la mujer. SooBin le dió una mirada, dándose cuenta casi de inmediato de la reacción del omega— Te gusta el cerdo con salsa agridulce, ¿Cierto, YeonJun? De todas maneras aquí tienes algo de... De... —la mujer tartamudeó mirando como los ojos de YeonJun se empañaban poco a poco, el Omega mordió su labio inferior.

—Muchas gracias... Muchas gracias, señora Choi —agradeció apretando el envase de comida en sus manos.

¿Cómo debía reaccionar a situación? Era la primera vez que algo así le pasaba y no sabía que hacer más que agradecer.

SooBin se acercó a él con una pequeña sonrisa besando su cien.

—¿Y a mí no me trajiste nada, mamá? —preguntó abrazando por los hombros al omega que sonrió de medio lado.

La mujer arqueó una ceja.

—Ve y compra algo para ti —le contestó manoteando el aire. SooBin se ofendió definitivamente.

—¿Qué? ¡Hay suficiente comida ahí, mamá! ¿No me trajiste ni un poco de arroz? —preguntó recibiendo una negación.

—Los que importan son tu hijo y tú pareja, ellos necesitan comida de mamá Choi. Bah, tu no —le dijo notando que YeonJun soltó una sonrisa, abriendo el envase de comida, retrocedió y tomó asiento en la camilla, su hijo se acercó a él.

¿Qués seso, papi? —preguntó mirando la comida, olía y se veía delicioso.

—Se llama cordero en salsa agridulce, dilo —animó mirando a JinSung que pensó unos segundos.

Co-... Codero en salsa... Agru... Agru... ¡No sé! —se rindió siendo la palabra agridulce algo complejo para él, YeonJun rió besando su frente. Desvió la mirada a SooBin que seguía ofendido con su madre.

La mujer chasqueó la lengua y sacó de su bolso un envase igual de tamaño que el de YeonJun, solamente que con una porción más grande de arroz, conociendo muy bien los gustos de su hijo.

—¡Gracias, mamá! —agradeció sujetando el envase en manos, sonrió dejándolo en el buró prestando atención al omega.

YeonJun le dió una cucharada a JinSung que se apoyó con sus manos de los muslos del omega, masticando con gusto.

—¿Está delicioso? —preguntó recibiendo un asentimiento. SooBin sonrió.

—JinSung tiene su propia comida, mamá trajo mucha —mencionó mirando al omega comer, dándole una que otra cucharada al niño.

—Gracias, señora Choi... Está muy delicioso —agradeció de nuevo mirando como SooBin se encargaba de alimentar a JinSung con cuidado, limpiando las comisuras del niño.

YeonJun suspiró sintiéndose aún peor por el problema que había tenido con SooBin.

SooBin le ofrecía lo que nunca tuvo sin nada a cambio, su suegra igualmente lo recibió de brazos abiertos como un hijo más, SooBin es el alfa que necesitaba desde hace mucho, y su madre era la madre que merecía desde hace años.

Lo querían, lo cuidaban y lo hacían de corazón sin querer nada a cambio, SooBin los recibió con amor desde un principio, un amor que no conocía.

Ya no estaba solo y debía asimilarlo, debía canalizar muchas cosas, entender otras, debía salir poco a poco del bloque en el que estaba desde hace años.

—¿Quieres un poco más? ¿O un postre? ¡Hice galletas de avena y miel para ti! —se emocionó la mujer por recordar su nueva receta, el omega las tomó en manos cuando la mujer dejó otro envase con galletas.

YeonJun abrió el envase llamando la atención de dos personas en específico.

¿Papi me das?

¿Me das una? —SooBin y JinSung lo observaron fijamente, ya el niño había terminado de comer todo lo que le dieron, con algo más de apetito ese día.

YeonJun miró las galletas, asintiendo.

—Claro —la mujer vió cómo el omega le daba primero una a JinSung y otra a SooBin.

YeonJun comió de sus propias galletas halagando lo deliciosa que estaban, justamente una de las tantas recetas que le recomendó el nutricionista era galletas de miel con avena, una de las tantas opciones de la larga y numerosa lista.

Pasaron unos cinco minutos para que las mismas dos personas miraran al omega.

Una, papi.

Una más y ya —prometió SooBin levantando en brazos a JinSung.

YeonJun sonrió aceptando casi de inmediato, dándole una galleta al niño y otra a SooBin.

La mujer suspiró con una sonrisa quedándose en silencio sabiendo muy bien que ella estaba fuera de la burbuja de YeonJun, SooBin y JinSung.

Compartió unas horas más con JinSung, conversó y se aseguró de volver a casa con todos los envases vacíos, además de dejar a todos con el estómago lleno.

Prometió quedar en contacto para saber del niño que a pesar de estar casi dado de alta seguía estando enfermo.

Así que no debían sorprenderse si aparecía con mucha más comida.

Por otro lado, YeonJun sintió un gran agradecimiento hacia la mujer así como un gran arrepentimiento con su situación con SooBin.

—¿Te sientes bien, cachorrito? —preguntó SooBin inclinado hacia JinSung que estaba acostado pasando su mano por el peluche, somnoliento, había comido y además había tomado su medicamento que le causaba sueño.

Si.

Eso es bueno, pequeño... Descansa —despidió besando la frente del niño que lo atrajo de la ropa, quejándose cuando el alfa hizo ademán de separarse.

YeonJun miró de lejos como SooBin se acomodaba en la camilla, abrazando a JinSung cuando el niño se apegó a él, sonrió sin evitarlo escuchando un leve tarareo del alfa, una canción al azar.

Dudó un poco, pero al final se acercó y tomó asiento en el borde de la camilla, del lado de JinSung.

Miró a SooBin, el alfa tarareaba con los ojos cerrados, JinSung también tenía los ojos cerrados, apretando el peluche con sus brazos.

El omega solamente se quedó ahí sentado, mirándolos, sonriendo cuando el alfa dejó de tararear, ambos cayeron dormidos.

Sin problemas, soltó sus feromonas, llenando la habitación de su aroma a fresa.

Ambos son la luz de su vida, habían llegado para iluminarla. Debía cuidarlos y valorar todo el tiempo que tuviera con ellos.

Su familia era esas dos personas.

Y estaba bien con eso.








































No me he olvidado de esta historia ok?

Espero les haya gustado 🤠

The_Dark_Diamond04

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