Náuseas. Mareos.

Esas dos cosas no dejaban a BeomGyu concentrarse bien en su hijo, y su suegra se dió cuenta de eso.

—¿Te sientes bien?

—Estoy... Mareado —admitió dejando a Byeol en brazos de la mujer, pasó sus manos por su cara, respirando hondo y sintiendo náuseas por el aroma de medicamentos y desinfectante.

No había de qué preocuparse o tomar ideas extras, simplemente la situación y sus emociones ligadas con las de TaeHyun lo tenían así.

El alfa estaba fuera de control y eso le afectaba.

Alzó la cabeza cuando escuchó un sollozo, se escuchaba fuera de la habitación, se levantó, sujetándose de la pared para avanzar, ese llanto era de su esposo.

Le rompía el corazón escucharlo así.

—¡Papi, papi! —Byeol empezó a llorar, desesperado por la situación, su abuela lo arrulló lejos de esa habitación, paseando por el pasillo para distraerlo, era un ambiente muy tenso e inapropiado para un niño, pero no habían tenido la rapidez de llamar a alguien, era lo que menos estaban pensando ahora.

—Tae... TaeHyun, cálmate... —BeomGyu le habló a su esposo, pasando una mano por su espalda, el alfa lloraba aferrado al cuerpo de la mujer que sólo lo acarició con paciencia, dejándolo llorar.

—TaeHyun, debes separarte, la enfermera viene a revisar los valores —habló con más dureza su padre, pero el alfa solamente abrazó con más fuerza a la mujer que rió.

—Oh vamos, sólo es un momento... Ve a ver a tu pequeño... Lo escuché llamarte —murmuró la mujer, BeomGyu tomó a su esposo de la mano, guiando al alfa a la salida, TaeHyun sorbió su nariz, en silencio aferrándose a su esposo afuera, BeomGyu solamente tragó grueso acariciando el cabello de su esposo.

—¿Quieres agua?

—No...

—Ven, vamos a-...

—No... —negó dejando su cabeza en el hombro del omega, mirando a lo lejos a su mamá distraer a Byeol— No me voy a mover de aquí...

—TaeHyun...

—E-ella... Ella quiere... —balbuceó sintiendo sus manos temblar, se separó y vió a su esposo a los ojos, BeomGyu tragó grueso, era una imagen que no veía mucho, estaba con los ojos hinchados y la cara empapada de lágrimas, una expresión de tristeza y angustia que le transmitía muchas cosas— Q-quiere irse... Ya no... No hay nada que... Pueda hacer y-...

—Me quedaré contigo, ¿Bien? Voy a... Llevarme a Byeol y volveré contigo —prometió pasando su mano por las mejillas del alfa que asintió entrando de nuevo a la habitación apenas la enfermera salió explicando que los valores de la mujer estaban muy bien y estables.

BeomGyu volteó, mirando a su bebé en brazos de su suegra, lo tomó mirando como también tenía los ojitos cristalizados, le besó la mejilla antes de abrazarlo a su pecho.

—Ya volveré, iré a llevarlo con mis padres —prometió antes de irse del hospital, sin tener otra opción que pedir un taxi puesto que no podía conducir con Byeol.

Mordisqueó su labio inferior, la situación estaba tensa, demasiado tensa, desesperante y sobretodo triste.

Porque todos sabían que lo único que quedaba era esperar.

Esperar a que lo inevitable llegara.

Él había jurado estar en buenas y malas con su esposo, el día de su matrimonio y hasta antes del mismo, en la salud y en la enfermedad.

A pesar de que la situación le llegaba al corazón y también influía, sabía que no era comparable con lo que sentía TaeHyun.

BeomGyu podría estar perdiendo un ser querido cercano, una mujer que lo tuvo presente y lo trató como un nieto más y ama con todo el corazón a su hijo.

Pero TaeHyun estaba perdiendo a su abuela, a la mujer que influyó en parte importante de su infancia, a quien lo cuidaba de pequeño, quien le enseñó muchas cosas, quien le escondía caramelos en los cajones a escondidas de sus padres, estaba perdiendo a su segunda madre, y BeomGyu sabía más que nadie lo mucho que TaeHyun adoraba a su abuela.

Así que mucho antes de él llorar o ponerse triste por la situación, primero debía actuar, debía apoyar a la familia, debía ser la fortaleza que su esposo necesitaba en ese momento.

—Mamá... Es... Lo siento demasiado por no avisar, no traje casi nada, no tengo, no tengo cambio de ropa o algo, apenas los biberones y pañales, ten —le habló a la mujer con rapidez, entregando la pañalera de Byeol, el bebe más calmado, jugueteando con los aretes de su otra abuela.

—¿Todo está bien?

—E-es... La abuela de TaeHyun —murmuró acomodando la ropa de su hijo en brazos de su madre que hizo una mueca de tristeza.

—Ve tranquilo, lo cuidaré —prometió mirando a su hijo besar con amor la mejilla de su bebé antes de volver con el taxi, que lo llevaría de nuevo al hospital.

Hospital en dónde las cosas estaban más tensas.

BeomGyu jadeó sintiendo un fuerte mareo, se sostuvo de la pared del elevador, sintió que el aire le faltaba, empezó a sentir que las manos les temblaban, empezó a hiperventilar con el poco aire que le quedaba.

—¿Señor? ¿Está bien? —preguntó una enfermera que pasaba por el pasillo pero BeomGyu sólo la observó con sorpresa.

No, no... Solo fuí y vine, no puede...

—¿Dónde están las escaleras? —preguntó como pudo, la enfermera le señaló en dónde y de inmediato el omega empezó a subirlas con rapidez, de dos en dos escalones, sujetándose del barandal, sentía la marca picarle, un fuerte ardor, sentía miedo, un manojo de sentimientos que no eran suyos.

Eran dolorosos, y eran de TaeHyun.

Él mismo empezó a tener miedo cuando llegó al piso indicado, sudando y jadeando, miró a un par de enfermeras y una doctora en la habitación, relamió sus labios escuchando dos llantos diferentes.

TaeHyun y su madre.

Miró adentro de la habitación, el padre de TaeHyun lo enfocó, haciendo una mueca antes de negar con lentidud con la cabeza.

BeomGyu tragó grueso, entrando con cautela, miró a su esposo, arrodillado en el piso, llorando con los brazos cruzados sobre la camilla, una mano aferrada a la mano de la mujer, sin signos vitales.

Del otro lado, la madre de TaeHyun estaba en la misma situación, solamente recibiendo caricias en su espalda de parte de su esposo.

—Deben salir, debemos reportar la hora —avisó una enfermera, sin escrúpulos y sin algún tipo de empatía a la situación que tenían en frente.

—Denles un momento —pidió BeomGyu deteniéndose detrás de TaeHyun, dejando una mano en la espalda de su esposo, lo escuchó llorar con más fuerza, soltando sollozos sin control, sus hombros temblando.

—Un momento se convierte en horas, señor, y necesitamos la habitación para otro paciente.

—Este hospital tiene más habitaciones... Señorita, por favor, déjelos unos minutos... —pidió su suegro, BeomGyu asintió.

La doctora convenció a las enfermeras por medio de susurros y señas con los ojos, y dejando saber que en media hora debían empezar a desalojar la habitación para empezar un proceso, llevar el cuerpo a la morgue mientras que la familia buscaba el servicio funerario y demás.

—Tae... —susurró el omega agachándose al lado de su esposo, pero sólo recibió llanto y más llanto, apoyó su cabeza en el hombro del alfa, cerró los ojos tragando grueso— Se fué feliz... Se fue feliz de verte... Muy feliz de ver a su niño... Ya no siente dolor... Ya no le duele el pecho, está en un lugar... En un lugar mejor... Está descansando —susurró, TaeHyun hipeó haciendo que el corazón del omega se encogiera.

BeomGyu pasó sus manos por su cara, quitando un par de lágrimas. Tragó grueso.

—Corazón... Hay que salir en un momento, ¿Sabes?

—N-no... No qui-... No quiero...

—Yo sé que... No quieres... P-pero... —tartamudeó cuando el alfa soltó un sollozo aún más fuerte, sorbió su nariz— Tyun... —lo llamó pasando su mano por el cabello de su esposo que dejó su frente apoyada de la mano de la mujer.

TaeHyun se decidió, con todo el dolor del mundo y el corazón en la mano, se levantó voluntariamente y se separó de la mujer, salió a la par de su esposo, sin ver atrás, enfrentando uno de los peores dolores que existían.

Perder a un ser querido.

—Oh, mi amor... —murmuró el omega abrazando de nuevo a su esposo, sintiendo como lo abrazaba de vuelta, pidiendo consuelo y apoyándose en él, llorando en su hombro sin alguna intención de detenerse pronto.

BeomGyu le acarició el cabello, sorbió su nariz sintiendo un par de lágrimas deslizarse, miró a las enfermeras y la doctora entrar, empezando un proceso, desconectando las máquinas, quitando el oxígeno y al final, cubriendo el cuerpo con la misma manta blanca.

—Un familiar debe firmar el registro de muerte e ingreso a la morgue, así como iniciar el proceso funerario —avisó la misma enfermera de antes, antipática y hasta con aburrimiento.

BeomGyu miró a TaeHyun separarse de él, volteando a ver a la mujer, aún llorando, destrozado y sin poder controlarse.

—Yo...

—Yo iré, quédate aquí, ¿Si? —habló el omega dejando a su esposo en unas sillas de metal, a su lado, su madre tomó asiento, cubriendo su cara, ella había perdido a su madre también.

BeomGyu sólo le dió una mirada a su suegro antes de seguir a la enfermera, haciéndose cargo del papeleo y pagando lo que debía pagar.

¿Cómo TaeHyun iba a estar atento a ese papeleo cuando estaba tan destrozado?

¿Cómo la señora Kang iba a estar al pensando qué funeraria era mejor o cuáles eran los mejores costos?

Era simplemente algo sin corazón, algo demasiado crudo poner a una persona que acababa de perder a un ser querido a hacer semejante papeleo y trámites.

Por eso, él se encargó de todo, de la mano del señor Kang, su suegro y él fueron quienes organizaron todo, firmaron, pagaron, contrataron los servicios funerarios y demás.

—Tae, ten... —murmuró cuando volvió a estar con su esposo, una botella de agua que el alfa ignoró, negando con la cabeza. BeomGyu suspiró agachándose frente al alfa, tomó sus manos, acariciando el dorso.

El alfa estaba más calmado, o por lo menos no estaba llorando, tenía aún atisbos de una respiración irregular, pero estaba en silencio, decaído, sin verlo a los ojos.

—Debemos irnos... Mañana volveremos a la funeraria... —le explicó mirándolo fijamente, TaeHyun sorbió su nariz, llevó sus manos a su cara, soltando otro sollozo que hizo al omega hacer una mueca de tristeza.

—N-no me quiero... No me quiero ir...

—Tae, ya no... Ya no está ahí... —susurró sin saber cómo manejar esa situación, el alfa sollozó, casi gritó haciendo eco en el pasillo— Tienes que... Calmarte un poco, por favor...

—¿¡Cómo quieres que me calme!? —le gritó haciendo al omega dar un salto en su lugar, BeomGyu se levantó.

—Ya, no estés gritando —regañó su padre, dejando una mano en el brazo de su hijo, pero este se removió con fuerza, evitando el tacto— Hay que irnos, nos vamos —sentenció sin querer ser tan mano dura por la situación, pero no se irían pronto si seguían así.

—Vamos... —susurró el omega estirando una mano a su esposo, sin saber si recibiría un manotazo o algún otro grito, pero TaeHyun sólo se levantó, empezando a caminar a su lado, sin tomarle la mano.

BeomGyu suspiró abriendo la botella de agua, bebió de ella tomando las llaves del auto.

A pesar de que era un secreto a voces y toda la familia sabía que ese momento iba a llegar, el pensarlo y el vivirlo eran dos cosas distintas.

TaeHyun era consiente de que en algún momento recibiría esa noticia, que en algún momento iba a pasar, pero eso no hacía que se sintiera más calmado.

Seguía doliendo, demasiado.

Iba recostado en el lugar del copiloto, mirando por la ventana.

—Perdoname... Por gritar —susurró, sorbiendo su nariz, BeomGyu sólo miró la vía.

—Está bien...

—¿Y mi niño?

—Está con mi mamá...

—¿A qué hora es... El funeral? —preguntó con un nudo en la garganta, BeomGyu relamió sus labios.

—Empieza a las nueve de la mañana... Hasta las cinco de la tarde... Tu papá le avisará a toda la familia...

—¿Cuánto fue todo... El gasto? —preguntó casi que en automático, hablaba con voz baja, decaído, y miraba por la ventana.

—No te preocupes por eso, mi amor... Ten... —ofreció nuevamente la botella de agua, TaeHyun la tomó pero en lugar de tomar de la botella, sólo jugueteó con ella en silencio.

Se venían días duros, días decaídos, días tristes.

Nadie estaba listo para confrontar la muerte, a nadie le enseñaban como actuar en esas situaciones.

Pero BeomGyu sólo sabía una cosa.

Que él sería el apoyo de TaeHyun en todo momento.

Nos vemos!!

The_Dark_Diamond04