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Para cuándo TaeHyun acabó el postre, y conversaron un poco más, BeomGyu sorprendió a todos los demás comensales cuando soltó un grito de emoción al ver las llaves del auto que le había dado el alfa.
No tardó en insistir que se quería ir a ver su auto nuevo y TaeHyun tampoco tardó en cumplir su deseo.
—¡Es hermoso! —chilló de alegría mirando el auto nuevo, último modelo, estacionado fuera de la casa. Rió con emoción subiendo al auto, mirándolo por dentro.
TaeHyun metió sus manos en los bolsillos, mirando al omega ver todo con emoción.
—No me digas que... —soltó un chillido de emoción mirando que el auto tenía una ventanilla en el techo que se abría al presionar un botón, TaeHyun soltó una risa— ¡Gracias, gracias! —agradeció abrazando los hombros del alfa que le devolvió el abrazo.
—Creo que sí te gustó —señaló con una risa mirando al omega volver con el auto, tocando la parte delantera con una risa.
—¿Crees? ¡Es último modelo! —señaló, mirando las ruedas del auto, TaeHyun se le acercó, escuchando lo que su esposo le dijo de las ruedas.
Aunque no lo pareciera, a BeomGyu le gustaban los autos, los modelos nuevos que salían, las características de cada modelo.
Y sabía lo maravilloso que era ese auto que había recibido, no hace mucho había leído una reseña de el.
—Gracias... Muchas gracias —agradeció, besando los labios del alfa que sonrió, siendo feliz con el simple hecho de ver a su esposo feliz.
Minutos después, entraron a casa, sintiéndose extraños al no tener a Byeol.
—No tienes hambre, ¿Cierto? —preguntó el alfa quitándose la parte superior de la ropa, ambos en la habitación, el omega negó con la cabeza acostándose en la cama.
—Creo que si tengo hambre... —murmuró mirando a su esposo voltear confundido.
—Me dijiste que no —señaló TaeHyun quitándose los calcetines, dejando todo en el cesto vacío de la ropa sucia.
—Bueno, no quiero comida —negó dándole una sonrisa coqueta a su esposo que en un par de pasos ya estaba sobre él, besando su cuello.
Cómo una garrapata.
—Sólo para que no estés de mal humor —señaló con una risa, el otro lo abrazó por los hombros.
—Si, sólo para mí mal humor —excusó volviendo a besarlo con una risita juguetona de por medio.
Simplemente estaban disfrutando, estaban celebrando.
Se estaban amando.
Casa Choi.
Choi JiHyun 3 semanas de nacida.
—Shh... Ya te estoy cambiando, mi niña... —arrulló el alfa cambiando la ropa de la bebé recién salida de su baño de la noche, colocando unos pequeños calcetines a los pies de la bebé que se movían a todos lados.
JiHyun se estiró con un quejidito, empujando con los pies las manos de SooBin, el alfa sonrió, recordando que eso mismo era lo que sentía cuando dejaba sus manos en el vientre de su pareja. Eso era lo que pasaba cuando se movía y podía tocar sus movimientos.
La cargó con cuidado, mirando con ternura como la bebé se hacía bolita apenas la levantó.
—Mi niña, tu eres tan chiquita y te sigues encogiendo —le habló, besando la frente de la bebé que seguía soltando quejiditos que se le hacían tiernos.
Salió con ella en brazos, caminando a la cocina, YeonJun estaba ahí, preparando un té.
—¿JiSung se durmió? —preguntó extrañado de no ver al niño por ahí, YeonJun asintió con un suspiro.
—Tiene malestar... —murmuró terminando de preparar un té, miró a su pareja— Creo que le dará fiebre, me dijo que tenía frío...
—Esperemos a ver cómo pasa la noche —opinó besando la frente del omega que sólo acomodó la ropa de la bebé con cuidado.
Que JiSung se enfermara no era algo que le gustara a nadie, pero era algo normal. YeonJun era lo suficientemente precavido, pero de una forma u otra JiSung terminaba enfermo en alguna ocasión.
—Mira, yo no te he enseñado la casa —le habló SooBin a la bebé que estaba más que despierta, YeonJun frunció el ceño.
—¿Cómo que enseñarle la casa? —preguntó sacando los vasos especiales de JiSung para servir el té allí, sabiendo que era mejor en esos vasos.
—Esta era tu casa antes —señaló SooBin el estómago del omega que sólo prestó atención— Pero ahora vives aquí... Ésta es la cocina —enseñó, cargando a la bebé por las axilas, sonriendo cuando se encogió en su lugar, encogiendo sus piernas— Estos son los gabinetes —enseñó pasando a la bebé por los gabinetes de arriba, YeonJun soltó una risa, sirviendo el té en los vasos— Esta es la cocina... Aquí está la cafetera y la tostadora... —enseñó, la bebé soltando pequeños sonidos mientras daba movimientos irregulares, estornudando a los segundos— Salud, princesita hermosa —murmuró el alfa llenando de besos a la bebé que se dejaba hacer.
YeonJun rió, mirando la escena, tomando el té que había sobrado.
—Es muy pequeña para defenderse de tantos besos... Pobrecita —rió mirando a su bebé en brazos del alfa, era diminuta, demasiado tierna.
—A ella le gustan —aseguró el alfa abrazando a la bebé a su pecho que bostezó, SooBin empezó a arrullarla.
Con el pasar de los días, SooBin se veía más confiado en tener a la bebé por más tiempo, además de irse integrando a los baños, cambios de pañales y más.
El alfa no quería dejar todo el cuidado en manos de YeonJun, desde un principio se lo prometió a sí mismo pero le había entrado el miedo se lastimar a la bebé de lo pequeña y frágil que se veía, se había vuelto inseguro y miedoso por lastimarla con alguna torpeza.
Pero poco a poco iba tomando seguridad y confianza para hacer las cosas.
Los ruiditos que la bebé soltaba al estar despierta le causaban demasiada ternura, pasó su índice por la pequeña nariz de la bebé que sólo observó a todos lados, moviendo sus manitos.
—Me preocupa Jiji... —murmuró YeonJun con un suspiro, mirando el té, escuchó a la bebé quejarse un poco, SooBin la arrulló acercándose a su pareja.
—La fiebre... Debe ser de celos...
—¿Fiebre por celos?
—Es un niño... Y a pesar de que habló demasiado sobre JiHyun antes de que naciera ahora que cae en cuenta lo que de verdad conlleva y... Tal vez sea su manera de demostrar sus celos... —opinó mirando a su hija con total amor, pasando su dedo por sus manitos, YeonJun pasó sus manos por sus ojos, preocupado.
—¿Y si enferma gravemente? L-las última vez fue porque te fuiste y estuvo internado, no me gustaría qué-...
—YeonJun... Cálmate, mi bonito —pidió con una sonrisa, se inclinó besando la nariz del omega que lo observó con preocupación, el aroma a fresas demostrando la preocupación— Esperemos que sea una pequeña fiebre, nos encargaremos de eso y no pasará a mayores... Jiji debe empezar a adaptarse poco a poco...
—Solo no quiero que enferme, no me gusta cuando enferma —admitió, YeonJun suspiró mirando a su hija cuando estornudó llevando sus manitos a su cara.
—Salud, princesita de papá —habló SooBin apartando con cuidado las manos de la bebé de su cara, YeonJun se acercó con una sonrisa, dejando un beso en la frente de la bebé mientras acomodaba su ropita.
—Salud, mi bebé —le habló también, la bebé empezó a removerse.
—Ay no, ya reconociste al feo de tu papi —se quejó SooBin besando las mejillas de la bebé, YeonJun le dió un suave manotazo.
—Dame, ya casi es hora de su toma, si~ ven con papi~ —le habló con dulzura a la bebé que soltó ruiditos más constantes, los dos rieron, consintiendo a la bebé en medio de ellos.
En ese momento, ambos escucharon un fuerte sollozo tras ellos, voltearon de inmediato, Jisung estaba ahí, apretando su peluche y desencadenando un llanto.
—Oh, mi bebé precioso, tu-...
—¡No! —negó Jisung en medio de su llanto, refutando a YeonJun que se acercó a él, tocando la frente del niño, estaba caliente, su cara estaba roja. Jisung se alejó del omega— ¡No soy el bebé pechocho de mi papi! —negó antes de seguir llorando, sintiéndose celoso, reemplazado.
—Claro que si, eres mi bebé hermoso, Jiji... Ah, tienes tanta fiebre —YeonJun miró al alfa con preocupación, SooBin le extendió el té en el vaso especial, ambos guiaron al niño al sillón, Jisung se trepó sobre YeonJun que lo abrazó, empezando a calmar el llanto del niño, acariciando su espalda y su cabello, la fiebre era innegable.
—¡Ya no soy el bebé pechocho! —sollozó Jisung, SooBin miró YeonJun, el omega veía fijamente a su hijo, acariciando su rostro con un mueca de tristeza.
Miró a su hija, despierta pero tranquilita, se levantó y la dejó con cuidado en una pequeña mecedora, la bebé estaría segura allí, acostada e incluso con un móvil que tenía decoraciones de animales.
La dejó en frente de YeonJun antes de ir a buscar lo necesario para bajarle la fiebre a Jisung.
—Jiji... Tu siempre serás mi bebé precioso... Eres mi cachorrito... No llores más o podrá dolerte la cabeza... —explicó secando las gruesas lágrimas del niño que lo observó, hipeando— Dime, ¿Qué te duele?
—M-mi... Mi corachoncito —lloriqueó aferrándose a la ropa del omega, estaba celoso, estaba triste, se sentía reemplazado y como niño aún no sabía manejar lo que sentía así como no sabía explicarlo con claridad— Y-... —tartamudeó antes de seguir llorando, YeonJun lo abrazó a su pecho.
Cómo en la mayoría de embarazos, luego de dar a luz las hormonas tenían su respectivo descontrol, así como seguía presentando síntomas.
Y YeonJun era susceptible al llanto, más si es de sus hijos.
Por eso cuando SooBin tuvo todo listo y fue con ambos, no le sorprendió encontrar a YeonJun llorando también, pero sin sollozar, solamente lágrimas silenciosas y los labios fruncidos, aguantando hacer ruido.
Suspiró con una pequeña sonrisa, primero debían bajar la fiebre de Jisung, darle medicina, y hacerlo dormir, pero sin dejar de descuidar a la bebé que decidió hacerse del baño en el momento menos oportuno.
Pero ellos podían solucionarlo, esa era la vida de padres.
La vida que siempre soñaron.
No se me olvidó esta historia AJAJJAJAJAJJAJAJJA
Espero les guste, la voy a retomar poco a poco
The_Dark_Diamond04
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