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[118]

SooBin miró la hora en su teléfono, era imposible, enserio era completamente imposible esa vez.

12:30 AM.

Los restaurantes de pasta carbonara cerraban mucho antes de las doce de la madrugada, y lo que había a esa hora eran tiendas de convivencia y uno que otro local de comida coreana, pero YeonJun no quería eso.

—Mi amor, a ésta hora no hay pasta...

—Quiero pasta carbonara —repitió el omega tomando asiento en la cama.

—¿Y si te la preparo yo? Tenemos los ingredientes, puedo hacerla para ti —propuso, dispuesto a preparar la comida de inmediato, pero YeonJun negó con la cabeza.

—Quiero la pasta que me dieron cuando me llevaste a esa cita... En el restaurante con luces —explicó, SooBin suspiró.

—Pero, mi bonito, no está abierto...

—¡Eso lo sé! —subió la voz, cubriendo su cara luego.

Hubo un momento de silencio entre ellos. SooBin maquinando en su cabeza que hacer por su pareja, pensando en las pocas soluciones que tenía, y YeonJun...

—¿Estás llorando, Yeyo?

—¿¡Y qué tiene!? —reclamó el omega mirándolo unos segundos antes de lloriquear, cubriendo su cara porque quería una pasta carbonara en específico que sabía que no estaba disponible a esa hora, y solo le quedaba llorar.

SooBin suspiró sin saber que hacer.

Ésta vez sí que estaba de manos atadas, su única opción era preparar él mismo la pasta, pero ya YeonJun le había aclarado que no quería eso, quería la que preparaban en un local en específico.

—¿Y otra cosa? ¿No quieres otra cosa? —preguntó acercándose al omega que negó con la cabeza.

—¡Me moriré de hambre de aquí a que abra ese local! —lloriqueó, sorbiendo su nariz.

SooBin mordió su labio inferior al ver lágrimas, YeonJun enserio estaba llorando como nunca por una pasta.

—Mi bonito... Cómo lo siento —murmuró abrazando al omega que se dejó hacer, rodeado por el aroma a chocolate— Si lo hubieras dicho más temprano...

—¿¡Más temprano!? ¡Tu cachorro pide comida cuando sea! ¿¡Que iba a saber que se me iba a antojar esa pasta, SooBin!? —regañó sorbiendo su nariz.

—Bien... Pero no puedes quedarte sin comer ahorita... ¿Te traigo moras o chocolate? ¿Ambos?

—¡Pasta! —insistió el omega, SooBin negó suavemente con la cabeza— Entonces no quiero nada, déjame —negó antes de arrojarse a la cama, haciéndose bolita, SooBin suspiró recostándose tras él, abrazándolo con cuidado y metiendo una mano bajo su camisa, acariciando su vientre.

—Sé que quieres pasta de ese restaurante, pero en este momento no se puede... Y sé que no quieres otra cosa, Yeyo, pero tienes hambre y no me gustaría que te durmieras así... —le habló con suavidad, sintiendo la mano del omega sobre la suya, acariciando su dorso, dejó su mano estática, solamente sintiendo el abdomen del omega subir y bajar, lo abultado de su vientre, el aroma a fresas rodeando el ambiente, suspiró— Puedes comer un poco de otra cosa y mañana te prometo que tendrás tu pasta, mi Yeyo, ¿Si?

—No, quiero pasta —sentenció el omega frunciendo el ceño, SooBin se quedó en silencio estirando su otra mano para tomar su teléfono, se encargó de colocar una alarma a primera hora de la mañana.

YeonJun suspiró, moviendo sus pies en un pequeño berrinche antes de quedarse estático, siendo abrazado por su pareja.

Vas a tener que esperar a mañana, mi bebé... Pensó dejando su brazo libre bajo su cabeza, sintió un beso en su hombro.

Cerró los ojos, ignorando su antojo y concentrándose en el aroma a chocolate que lo rodeaba, poco a poco sumergiéndose en el sueño

Y en uno muy profundo, porque no fue consciente de cuando el teléfono del alfa sonó a las cinco de la mañana.

—Estás tan cómodo... —murmuró besando la mejilla de su pareja que estaba hecha bolita, abrazando una almohada y con el cabello enmarañado.

Se levantó con un bostezo, aún no salía el sol por completo y ninguno de los integrantes de esa familia despertaría a esa hora.

A excepción de SooBin.

—Que frío —se quejó colocándose un abrigo y peinando apenas su cabello antes de salir del apartamento.

El dichoso local de pasta quedaba a media hora del apartamento, calculando el tiempo, si partía a esa hora, llegaría justo cuando el local abriera sus puertas al público.

Y así, conseguiría la pasta carbonara para llevar.

A pesar de que quería seguir durmiendo, de que quería quedarse en su cálida cama, disfrutando el aroma de su pareja y la suavidad de las mantas.

Pero tenía que cumplir con YeonJun o se sentiría el peor alfa de ese mundo.

—Una pasta carbonara, para llevar, por favor —pidió apenas abrieron el local y estuvo en la zona de pedidos.

Soltó un poco de aire, sintiendo frío en sus manos, las metió en sus bolsillos.

Ojalá mi mamá no tenga razón... Pensó SooBin mientras esperaba la pasta. Su madre obviamente seguía con sus supersticiones, y por ciertas características en el embarazo de YeonJun la mujer había llegado a la conclusión de que el bebé que esperaban, era un niño.

Aún así, SooBin estaba renuente a creerle.

YeonJun sí había aceptado las suposiciones de la mujer, después de todo, la mujer había acertado sobre varias cosas.

Pero SooBin insistía en que era una niña, una linda niña con las mejillas más abultadas del mundo.

—Gracias —agradeció cuando tuvo el pedido consigo, se apresuró a volver a su auto, con frío pero aliviado de tener la comida con él.

Condujo en silencio, pensando en la revelación de género.

YeonJun le había pedido...

No.

Le había ordenado a los Kang y al mismo SooBin que no hicieran algo tan grande y extravagante, con solamente que ambos supieran el sexo del bebé estaría bien, quería algo privado y tranquilo.

Lo habían respetado y los Kang estaban planeando su regalo en base a eso.

Por otro lado, SooBin lo entendía, YeonJun últimamente se veía más cansado de lo normal, además de verse algo... Angustiado.

No lo había querido presionar para que no llorase o fuera peor, pero sabía que el omega le escondía algo.

Salió de sus pensamientos cuando sintió su teléfono vibrar en sus bolsillos.

—Buenos días, mi bonito...

¿En dónde estás? ¿Qué haces en la calle a ésta hora? —preguntó el omega con molestia, pero con tono adormecido.

A YeonJun no le preocupaba que SooBin saliera, tampoco que fuera muy temprano.

Le preocupaba que no hubiera nadie que le hiciera los mimos necesarios en la mañana a los que ya estaba acostumbrado.

—Bueno... Fui a comprar la pasta carbonara.

SooBin, hablo enserio...

—Yo también, mi vida —rió antes de colgarle al omega, concentrándose en estacionar correctamente para ir al apartamento en dónde ya YeonJun lo esperaba de pié en la sala de estar, con el cabello despeinado, la ropa arrugada y descalzo.

El omega movió su pie derecho, impaciente, escuchando la puerta ser abierta.

SooBin rió cerrando la puerta a sus espaldas.

—No deberías estar descalzo... Hace mucho frío —le habló apenas lo vió, YeonJun se acercó a él a paso rápido, revisando la bolsa que llevaba el alfa.

Ese aroma...

—¿E-es enserio? —preguntó el omega haciendo una expresión de sorpresa al confirmar que esa era la pasta que quería, la que aún se le antojaba. SooBin asintió, riendo cuando el omega lo acunó de las mejillas para besar su cara múltiples veces en agradecimiento— ¡Gracias, gracias, gracias! ¡Oh, esto huele delicioso! —festejó cuando tuvo la bolsa en manos, SooBin se quitó los zapatos y el abrigo, caminando tras el omega que tomó asiento en el sillón.

SooBin se arrojó a su lado, recostándose del sillón cómodamente, mirando a YeonJun empezar a comer con gusto, soltando sonidos de alegría por estar comiendo su antojo luego de horas.

—Es... Exquisita...

—Me alegra que te guste... —murmuró SooBin sintiendo sus ojos cerrarse, quería seguir durmiendo.

YeonJun comió con gusto, sin quitarle la vista al envase.

—Oh, ¿Quieres? —preguntó el omega volteando a ver a SooBin, el alfa de ojos cerrados. Se quedó en silencio, continuando con su comida sintiendo el corazón cada vez más pequeño por las acciones del alfa.

¿Por qué Choi SooBin tenía un corazón tan grande?

Soltó pequeñas lágrimas al pensar lo mucho que le debió haber costado levantarse y conducir hasta allá, además de esperar con frío el pedido y volver.

Por una pasta.

Se sintió enternecido, cautivado, enamorado...

Pero también se sintió culpable.

—¿Yeyo? ¿Bonito, estás bien? —preguntó SooBin, despertándose por el pequeño lloriqueo del omega, lo observó mientras se enderezaba en su lugar.

—¡Anda a dormir ahora mismo, Choi SooBin! —lo regañó, haciéndolo dar un salto en su lugar, el alfa se levantó del sillón.

—Pero tú-...

—¡Ve a dormir! —repitió limpiando sus pómulos, SooBin lo observó preocupado, irse a dormir y dejarlo llorando sólo no era lo mejor— ¡Ya!

—Ya voy, ya voy, mi amor —tranquilizó el alfa caminando a la habitación con duda, dándole una última mirada a YeonJun antes de entrar por completo, acostándose.

YeonJun miró su pasta a medio comer, sorbió su nariz antes de seguir comiendo.

—Es muy deliciosa... —murmuró en medio del silencio de la casa, alfa y niño durmiendo.

¿Será que sí eres un niño, cachorrito? Últimamente me haces comer demasiado. Pensó siguiendo con la pasta.

¿Quién en su sano juicio se comería un pasta carbonara a las seis de la mañana?

YeonJun suspiró cuando estuvo lleno, con el envase completamente vacío.

La revelación de género sería entre ese día y el siguiente, aún BeomGyu no le había dado respuesta exacta, pero estaban cerca de saber el género de su bebé.

Sinceramente, YeonJun no tenía fijación por ningún género, aunque le hacía ilusión una niña ya que ya tenía un hermoso niño.

Sonrió de medio lado al imaginar las reacciones de SooBin con cualquiera de los sexos, aunque se distrajo cuando su teléfono anunció un mensaje.

—¿Tan temprano? —preguntó YeonJun con un bufido, revisó su teléfono.

No tengo porqué repetirte que quiero ver a mi hijo, quiero salir con él al parque, confirma la salida antes del mediodía y paso por tu casa a recogerlo

No te voy a dar a JinSung, estás demente

Entonces vienes con nosotros, tengo semanas pidiendo ver a mi hijo y solo me das largas

MinHyuk, tengo cosas importantes que hacer con mi familia

Recuerda que uno de los integrantes de esa dichosa familia también es mi hijo.

Iré a tu casa a las dos.

YeonJun arrojó el teléfono al sillón, pasando sus manos por su cara, sintiendo estrés a pesar de que eran apenas las siete de la mañana y MinHyuk iría a la dos.

No iba a negarle ni a darle más largas a la situación, pero debía decirle a SooBin mucho antes de que el otro alfa llegara o sería un desastre.

No quería peleas de SooBin y MinHyuk frente a JinSung, la primera vez agradecía que JinSung aún siguiera bebé y posiblemente no lo recordara.

Tomó asiento en el sillón, mordiendo su labio inferior mientras pensaba algo más importante que evitar que dos alfas se pelearan.

¿Cómo le explicaba a JinSung?

El niño era curioso, y además, tenía su derecho de conocer a su padre biológico, pero estaba pequeño para entender y asimilar que SooBin no era su padre, que SooBin no lo había hecho con mucho amor como tanto había explicado el niño.

Por ahora solo eres un amigo mío, MinHyuk, JinSung está muy pequeño para entender todo

Si no hubieras dejado que llamara padre a ese imbécil, sería más claro

Pero bien, por ahora será así. Pero más te vale que más adelante se lo dejes en claro

Dejó el mensaje del alfa abierto, dejó su teléfono en la encimera de la cocina, empezando a pasearse por el lugar mientras pensaba muy bien en qué pasaría hoy.

Pensó en SooBin, ¿Y si se enojaba con él?

Mordió su labio inferior, alzando la mirada cuando escuchó un par de pasos descalzos y rápidos.

Papi...

Buenos días, mi bebé —saludó el omega acercándose al niño que mantenía su ceño fruncido y los ojos entrecerrados por su reciente despertar. YeonJun se agachó con cuidado, sintiendo que no podía respirar bien cuando su abdomen quedó algo apretado.

Acunó las mejillas de su bebé y pasó sus manos por su cara, luego peinó su cabello con cuidado, besando su mejilla.

—Es temprano, ¿Qué tal si duermes un poco más? ¿No quieres, mi amor? —preguntó en el mismo tono dulce con el que le hablaba al niño desde que nació, JinSung negó.

Quiero hacer chichi —avisó, YeonJun rió besando su frente antes de levantarse para tomar su mano, acompañando al niño al baño.

Miró a su hijo fijamente todo el rato que estuvieron ambos en el baño, lavando los dientes y cara del niño, además de cuando le sirvió el desayuno.

Suspiró mirando a su bebé, estiró su mano y acarició su mejilla abultada por la comida.

—Hoy saldremos, Jiji...

¿A done, fafi? —preguntó el niño con la boca llena, YeonJun le pellizcó la nariz con una risa.

—No hables con la boca llena —recordó antes de seguir hablando— Pues... Iremos a un parque —contestó sonriendo al ver la emoción que se reflejó en los ojos del niño.

JinSung empezó a mover sus pies en el aire, emocionado.

—Pero es posible que no vaya papá...

—¿Por qué? ¿Día de Jiji y papi? —preguntó confundido, YeonJun negó con la cabeza.

—Hoy saldremos tú y yo... Con un amigo mío, se llama-... Se llama MinHyuk —presentó, JinSung le prestó atención, dejando de comer, distraído— Y papá no va a poder ir por ésta vez...

¿Y Minyuk es como byol?

No... MinHyuk es un adulto, cómo yo... Y como tu papá —le contestó, sintiéndose extraño al hablar de eso con su hijo, pensó que MinHyuk no volvería y no mostraría más interés luego del suceso de la cafetería.

JinSung asintió, sin inmutarse, siguiendo con su desayuno tranquilamente mientras YeonJun se carcomía la mente pensando en cómo decirle a SooBin.









































Me queda una semana de clasessss, estoy contando los días JAJASA (Ya no aguanta más)

¿Les gustó?

Nos vemos!

The_Dark_Diamond04

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