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➸ 그것과 함께 사는 법을 배우십시오

Recién habían pasado cinco meses, cinco meses desde que fue el funeral en conmemoración a Min Yoongi, cinco meses después de aquél trágico accidente que nadie tenía previsto, en el que resultaron heridas tres personas y alguien murió. El hombre que conducía el camión había estado bebiendo mucho, se encontraron muestras de alcohol.

Cómo también, cinco meses que habían cambiado por completo la vida de los dos jóvenes.

Jungkook tuvo que asistir a un psicólogo para que pudiera ayudarle con sus ataques de ansiedad junto con ello el insomnio continúo durante aquellas noches después del accidente. Tanto él como Seobin habían sufrido muchas heridas, pero aún así, no era nada comparado con lo que Min Yoongi atravesó, cuando llegaron a la escena del incidente ya había sido demasiado tarde para él, cuando tomaron su pulso se dieron cuenta de que no podían hacer nada más por él, mientras que a Jungkook y Seobin se los llevaron en la ambulancia para tratarlos en el hospital.

Los familiares de los tres habían quedado devastados con aquella terrible noticia que les informaron esa tarde, la cuál parecía ser tranquila, terminó siendo todo lo contrario.

Seobin se encontraba mirando su teléfono, deslizando su dedo para seguir viendo las fotos y vídeos que tenía guardadas, cada vez que lo hacía le era inevitable soltarse a llorar durante horas y horas, hasta que parecía quedarse sin lágrimas, cosa que no era nada así porque llevaba aquellos cinco meses de esa manera, encerrada sin querer hacer nada. Resultó la más afectada por todo aquello, sin querer aceptar todo lo ocurrido.

A sus padres, amigos, familiares, no les gustaba verla así y cuando decidieron hacer lo mismo que hicieron con Jungkook y después de ver que había resultado aunque sea un poco bien. No fue el mismo resultado, Seobin ni siquiera se había dignado a prestar atención en las sesiones, por lo que dejó de ir al ver qué no tenía ninguna mejoría.

Unos toques en la puerta la hicieron sobresaltar, más solo se acomodó mejor en su cama aún con la vista en su teléfono.

- Seobin, tienes visitas -era su madre, desde el otro lado de la puerta. Al ver qué nadie contestó, soltó un suspiro pesado- espero que logres hacer algo, nos estamos rindiendo con ella, no sabemos que más hacer para levantar su ánimo

- Entiendo, señora. Haré lo que pueda -aplanó los labios, en realidad no tenía idea de que haría, pero al menos intentaría hacer algo para ayudar a su mejor amiga. El más que nadie, entendía perfectamente lo que estaba pasado, después de todo también lo vivió, fue algo que dejó marca en sus vidas.

Jungkook se adentró a la habitación oscura una vez que la señora se retiró. Buscó el aparador de la luz y cuando dió con ella, encendió la luz sin pensarlo mucho. A la distancia distinguió a Seobin siendo cubierta por las sábanas, dándole la espalda a la puerta y con la vista clavada en su teléfono.

El castaño caminó despacio hasta ella y entre más avanzaba, más lograba distinguir que era lo que la chica miraba con tanta atención.

- Seobin-ah -la llamó con lentitud, notando cómo la mano de la chica comenzó a temblar. Jungkook suspiro antes de acercarse un poco más para quitarle el aparato y dejarlo en la mesita de noche, la hizo sentarse de tirón y sin meditarlo o decir algo más, la rodeó en un fuerte abrazo, ambos lo necesitaban.

Tardó un poco en reaccionar, pero al final sus delgados brazos se deslizaron por el torso de Jungkook, mientras Seobin lloraba en sus brazos, él solo acariciaba su cabello con cuidado e intentando no unirse a los llantos. Debía verse fuerte frente a ella para que no se sintiera aún peor. Cerró los ojos fuertemente escuchando atento los sollozos tan dolorosos que soltaba Seobin.

Unos minutos después ella se había cansado de llorar, también le hizo sentir mal el hecho que Jungkook tuviera que escuchar todo eso, era obvio que él también la estaba pasando mal y aún así se esforzaba por ayudarla, se sentía culpable.

- Jungkook -hablo apenas, su garganta había dolido mucho, siempre le pasaba. Con la poca fuerza que le quedaba, se aferró a su camisa temiendo que igualmente se fuera.

- Tranquila, aquí estoy -se removió un poco ya incómodo de estar en esa posición por lo cual decidió cambiarla, al final terminó recostado en la cama con Seobin recostada sobre su pecho, en ningún momento paró las caricias hacia su persona. Todo quedó en un silencio tranquilo, pero Jungkook sabía que debía hacer algo y tratar de convencerla- Seobin, sabes que no puedes quedarte aquí encerrada para siempre

- Mmh -lo ignoró por completo, no tenía ánimos de hablar sobre eso, o mejor dicho de escuchar las mismas palabras que su familia le decía. Ellos no entendían como se sentía eso, haber visto como la persona que amaba murió en un accidente en el cuál ella también se vio involucrada.

- Hablo enserio, a Yoongi no le hubiera gustado verte así -le fue difícil pronunciar su nombre, un nudo se formó en su garganta, Seobin notó que seguía siendo difícil para él aunque por fuera pareciera que ya lo estaba superando.

- Lo sé -cedió finalmente- pero es difícil y duele

- Nada es fácil -recordó las palabras que Yoongi siempre les decía cuando se encontraban en un momento de dificultades- a muchas personas nos dolió esto, Seobin. Yo también estuve ahí ese día, fue tan horrible despertar en una camilla desorientado y que antes de cualquier cosa te dieran la noticia de que tú mejor amigo había muerto en el accidente donde por un milagro logramos sobrevivir, lo primero que pensé de eso es que no fue justo. ¿Por qué él? Nosotros pudimos haber pasado por lo mismo, pero solo fue él, no lograba comprenderlo, y me negué a creerlo -las lágrimas silenciosas comenzaron a caer por sus mejillas al mismo tiempo que contaba- si yo me encontraba tan mal, no me imaginé como estabas tú, solo podía pensar en ustedes dos en ese momento. Al igual que deseé que a ese jodido conductor le pasara lo peor. Un mes después intenté hacer como que ya no me afectaba tanto, pero eso fue algo tonto. De repente sentí terror y ansiedad cada vez que subía a un vehículo, comencé a plantearme miles de preguntas, pero la más importante: "¿Viviré así para siempre?" ¿Con temor? ¿Angustia? ¿Y tristeza? No sabía que hacer y por eso acepté ir a las terapias, al principio creí que eran una perdida de tiempo, pero créeme no fue así. Me ayudó a entender que no tenía porque lamentarme con eso, nosotros pudimos haber corrido la misma suerte, a él pudo haberle pasado lo mismo que a nosotros. Seguramente en nuestro lugar él también estaría sufriendo, pero nosotros querríamos que siguiera viviendo su vida y saliera adelante, aunque sea recordando los momentos buenos y malos que vivimos juntos, porque eso fue parte de nuestra historia...

Y así fue como la habitación volvió a llenarse de llantos, bañados en un ambiente nostálgico y triste. A pesar de que todas la ventanas estaban cerradas y no había algún tipo de ventilación, sintieron un aire cálido envolverlos.

Sabían de quién se trataba.

Min Yoongi siempre los estaría acompañado aunque ellos no se dieran cuenta de ello, aunque ellos no pudieran verlo.

Sientieron su presencia ahí, les acompañaría en sus momentos difíciles, como en los buenos y llenos de triunfo, Yoongi siempre estaría para ellos cuando lo necesitaran.

Cuando los lamentos disminuyeron y los dos jóvenes lograron sentirse en más paz, Jungkook decidió continuar hablando.

- No será fácil superarlo, pero podremos aprender a vivir con esto, Binnie. A nadie nos gusta verte así, tú sonrisa es lo que más habla de tu personalidad y verte sin ella es tan triste -la estrechó fuerte entre brazos- hyung decía que se enamoró de ti en el primer instante que te vio sonreírle. Uh, hubieras estado ahí cuando me contó todo eso, estaba borracho contándome cómo recién había conocido a mi mejor amiga y que tan embelesado se quedó con ella -Seobin río levemente recordando algo en particular.

- Yoongi... -Jungkook se calló escuchando con atención lo que tenía para decir- me dijo algo antes de que quedara completamente inconciente... Y yo no pude decirle nada porque me desmayé unos segundos después, me sentí y me siento tan mal por eso

El chico se quedó callado, sabía de que se trataba ese algo porque el logró escucharlo apenas y a lo lejos, no sabía si solo había sido algo que su cerebro proyectó en el momento, pero juró haber escuchado lo que dijo Yoongi en ese momento.

- Yoongi te amaba, te ama y te amará siempre -le aseguró- a pesar de no estar aquí presencial, su espíritu siempre nos acompañará, ¿Lo entiendes? -Seobin asintió despacio- quiero que sepas que también somos otras personas las que te amamos, Binnie. Tus padres, abuelos, amigos y por supuesto yo

- Yo también los amo mucho -admitió- lamento ser una carga en estos momentos

- No eres una carga -hablo serio- saca eso de tu cabeza porque para nada es así, nadie lo cree así. Te entiendo más que nadie, tu familia se esfuerza por hacerlo y por eso quisieron darte tu espacio, ¿Pero no crees que ya fue mucho de estar sola? A nadie le gusta estar solo

- Mmh

- ¿Me acompañarías afuera? -soltó de repente haciendo que Seobin alzara su cabeza- al menos acompáñame a la puerta

- No creo que sea buena idea, mejor te acompaño a salir de la habitación -Jungkook la miró con los ojos entrecerrados, obviamente no iba a dar su brazo a torcer hasta que ella saliera de lo que ahora parecía ser una cueva- soy un desastre, Jungkook-ssi. Me da vergüenza que mi propia familia me vea así

- No tienes porque sentirte así, estás en tu casa -la tranquilizó- pero si quieres puedes darte una baño, yo te esperaré aquí

Seobin no estaba muy segura de aceptar, pero Jungkook sabía cómo persuadirla y terminó accediendo a la idea. Después de todo ella también sentía ganas de ver a su familia, aún no se sentía del todo bien, pero la charla que tuvo con él le sirvió de ayuda. No tenía porque seguir escondiéndose trás esas cuatro paredes, al contrario de ello, debía apoyarse en las personas que estaban para ella en ese momento.

Unos minutos después salió con una toalla enrollada en su cabello impidiendo que las gotas de agua tocaran el suelo. Su atuendo consistía en una blusa negra con una flor blanca en medio de esta, haciendo conjunto a esta unos shorts que le llegaban a las rodillas del mismo color de la blusa.

Jungkook le sonrió teniendo una idea en mente después de verla.

- ¿Te ayudo a secarte el cabello? -Seobin asintió sin pensarlo mucho haciéndolo sonreír más. Ambos caminaron hasta el tocador, ella tomando asiento, mientras Jungkook conectaba la secadora para posicionarse a su lado- esto me trae recuerdos

- Es verdad

- Tu tenías muchos nervios por salir en tu primera cita con hyung, me llamaste preguntándome qué le gustaba o como debías vestirte, de verdad querías verte bien para él, nunca te había visto así -Seobin sonrió ante el recuerdo- después de ducharte ibas a cepillar tu cabello, pero tus manos estaban temblando mucho y al final terminé siendo como una madre en esos momentos

- Una madre muy atenta porque en todo momento estuviste preguntando si no me habías lastimado cada vez que el cepillo jalaba un poco mi cabello -ambos rieron levemente. Hasta que de nuevo todo se quedó en silencio, uno tranquilo, pues Jungkook estaba concentrado en su tarea, desde el reflejo del espejo se miraba su rostro gracioso, con las cejas fruncidas y los labios planos. En ese momento la voz de Seobin lo hizo desconcertarse un poco, pero siguió en lo suyo- Jungkook...

- ¿Sí?

- Si vuelvo a las terapias, ¿Crees que puedas acompañarme? -la secadora se apagó, o mejor dicho, se encargó de apagarla. Seobin soltó un pequeño chillido cuando de pronto su silla se giró y ahora tenía al chico de frente.

- Claro que sí, Seobin. Eso ni siquiera se pregunta, si te sientes más tranquila conmigo ahí ten por seguro que ahí me tendrás

- Gracias, Jungkook. Gracias por no dejarme sola

- Nunca te dejaré

Y sellaron ese momento en un abrazo.


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