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➸ 다른 사랑

Para Seobin recién terminaba su jornada de clases, últimamente se había distanciado un poco de todos gracias a los exámenes finales, aunque también estaba próxima a graduarse de la universidad, todos sus planes estaban perfectamente calculados para cuando terminara sus estudios. su padre tuvo la maravillosa idea de regalarle uno de sus estudios en seúl, para que pudiera dedicarse plenamente al arte, lo que más le apasionaba. Ahí podría tener su espacio para comenzar con toda su carrera artística, no era por presumir, pero era bastante buena cuando se hablaban de las artes. a seobin le encantaba expresar cosas dibujando y pintando, recibió más de un halago por eso, de parte de profesores como de otras personas más.

Incluso durante su tiempo de estudiante, colaboró con editoriales, siendo así que las portadas algunos libros tenían sus bocetos.

Durante todo este tiempo, fue una excelente alumna; buenas calificaciones, muy responsable, siempre ayudaba cuando los demás necesitaran, del top cinco entre todos los estudiantes y nunca se metía en problemas, todo lo contrario, ayudaba a resolver los problemas de otros.

- ¡Seobin, que bueno verte! -saludó una chica siendo correspondida al instante por la jóven.

- Hola, Jiwoo -le sonrió al reconocer de quién se trataba, aunque no eran de la misma clase, se la había cruzado por lo pasillos y tenido más de una conversación- lo mismo digo, ¿Ya terminaste los exámenes? -esta asintió felizmente- que bien, espero tengas muchas suerte

- Lo mismo digo, unnie. ¡Oh! cierto, Jungkook me dijo que si te veía, te avisara que estaría con Yoongi en las canchas -la codeó juguetona- supe que ya estás a punto de cumplir un año de relación con él

Seobin sonrió negando.

Su relación era muy hablada entre los estudiantes, al principio pudo ser algo incómodo, pero después se fue acostumbrando, la mayor parte del tiempo recibían felicitaciones, como también miradas sorpresivas de personas con las cuales no hablaba. y era que según ellos, Min Yoongi era alguien completamente diferente a Seobin; no le gustaban las multitudes, casi siempre estaba callado, y otro rumores que simplemente no le importaba recordar pues ninguno era cierto. Seobin conocía al verdadero Yoongi, el cuál era su adorable novio con aires de felino. Él no era nada de eso cuando estaba con ella y Jungkook, solo algo que los demás inventaron con el paso de tiempo al notar el desinterés que este les demostraba.

- Muchas gracias por decirme, Jiwoo-ah

- No hay de qué, lo que sea por ese jodido mejor amigo encantador que tienes... y por ti, obviamente -Seobin sonrió negando con la cabeza, sí, sabía que Jeon Jungkook era todo un rompecorazones en la universidad, preparatoria, secundaria, escuela... ¡Incluso en preescolar! me enorgullecía tener un amigo tan bien parecido como él, ah, también era el mejor amigo de Min Yoongi, ambos se habían conocido gracias a él, gracias a él ahora ellos estaban juntos en una relación próxima a cumplir un año.

Cierto, ese año se cumpliría justo a las 12:00am.

- Nos vemos, Jiwoo-ah, hablamos luego -se despidió.

- De acuerdo -alzó la mano también despidiéndose.

Ambas comenzaron a caminar en direcciones diferentes.


Se asomó por la ventanilla de la puerta verificando así que dos personas demasiado conocidas se encontraban teniendo un partido de básquetbol amistoso. Antes de entrar por completo al gimnasio, sacó su teléfono dispuesta a grabarlos, un pasatiempo que tenía seobin cuando estaban los tres juntos, la mayoría de fotos y vídeos que se podían encontrar en su galería era de aquellos dos individuos, su mejor amigo y su novio.

Al parecer ninguno notó su presencia, pues estaban demasiado concentrados en ver quién anotaría el último punto, aunque no le importó mucho, era mejor así, saldría más natural. Planeaba quedarse ahí como una expectante fantasma, hasta que su plan terminó arruinado cuando un estornudo salió de su boca repentinamente y sin que pudiera intentar callarlo antes de que sucediera. Yoongi fue el primero en notar su presencia, se detuvo justo cuando estaba por anotar en la canasta de su amigo, le sonrió al verla ahí tallánfose la naríz. Por esa misma razón, no vió venir cuando su oponente llegó a su lado arrebatando la pelota de sus manos y corriera al otro extremo de la cancha para encestar sin ningún problema.

- ¡Gané! -Jungkook comenzó a hacer un pequeño y gracioso baile de la victoria que hizo carcajear a seobin- es la primera vez que le gano a hyung en el baloncesto, ¡Te dedico la victoria, binnie! -golpeó dos veces su pecho, justo en dirección del corazón y después la apuntó haciéndola volver a reír.

- Eso no cuenta, hiciste trampa, tú le ayudaste a hacer trampa -también se dirigió a ella, quién ahora se encontraba bajando las gradas para llegar hasta donde ellos.

- ¿Yo por qué? admite que perdiste, Gigi -se burló.

Yoongi rodó los ojos caminando hacia donde estaba su novia y la rodeó con sus brazos.

- Lo dejaré pasar porque es la primera vez -dejó un suave besó en sus labios y se separó sonriente.

- ¡Iugh! ¡Que asco! no hagan eso frente a mí, joder -se quejó haciendo una mueca de asco, aunque solo bromeaba.

- Cierto, el aún es muy pequeño para... -fue obligada a callarse cuando sus labios fueron tomados por segunda vez.

- ¡Yah!

Seobin sintió la sonrisa del pálido en medio del beso, quiso separarse después de darse cuenta que lo hacía para joder al pelinegro, pero Yoongi no la dejó apretando más el agarre a su alrededor. Al final se rindió y le cedió el beso, también lo dejaría pasar por ser la primera vez, al cabo de unos segundos más se separaron dándose cuenta de que Jungkook ya no sé encontraba ahí.

- Ustedes dos son iguales -lo golpeó juguetonamente en el hombro haciéndolo sonreír aún más.

- Él empezó -excusó.

- Cómo digas, Min Yoongi. Ahora vé a darte una ducha, hueles a gato mojado

- Ja, ja, ja, muy graciosa

- Lo sé... ¡Ey! -gritó cuando el chico desordenó su cabello mojado, haciendo que algunas gotas cayeran sobre ella- ¡Min Yoongi!

- Iré a ducharme, amor mío -se despidió divertido por la reacción de ella y sin más, le plantó un corto beso en los labios para marcharse risueño detrás del pelinegro. Seobin negó con una sonrisa boba en los labios, de verdad amaba mucho a ese idiota, por eso mismo, le tenía una maravillosa sorpresa en casa.

Una vez que ambos chicos salieron de las duchas, se dirigieron al auto del mayor, ya que Jungkook tenía el suyo en el taller haciéndole algunas mejoras, y hace dos días había empezado a irse con ellos. Seobin siempre se iba con su novio a casa, pues habían rentado un apartamento en lo que culminaban sus estudios, y su mejor amigo no vivía muy lejos de ahí, por lo que le ofreció irse con ellos hasta que tuviera su auto de vuelta, Yoongi tampoco tuvo problema con eso, la relación que mantenían los tres era muy estrecha y nunca se molestaban por la presencia del otro, sí habían tenido algunos desacuerdos -cosa que era normal- nada que no pudieran resolver hablando.

Jungkook iba sentado en la parte trasera revisando su teléfono y respondiendo algunas conversaciones pendientes que probablemente tendrían semanas, pero bien dicen, más vale tarde que nunca. Sí, respondió algunas y otras simplemente bloqueó el contacto al dárse cuenta que eran de chicas que de alguna forma dieron con su número.

Soltó un bufido y guardó el teléfono.

- ¿Binnie, no tienes algo que decirme? -tanteó, ganándose una mirada inocente por parte de su amiga- Kang Seobin

- Yo no hice nada -alzó las manos por encima de su cabeza, logrando hacer reír a Yoongi, pero siguió sin despegar su vista de la carretera.

- Uhum -asintió- ¿Y entonces cómo es que Jiwoo y otras chicas más, con las que casualmente tú hablas, tienen mi teléfono?

- No lo sé -se encogió de hombros cuando el pelinegro se cruzó de brazos observándola fijamente- ¡Es que no entiendo porque estás soltero cuando tienes a muchas chicas detrás de ti, Jungkookie! -se rindió.

Jungkook soltó un suspiro.

- Ya te dije que no me interesa una relación amorosa, Seobin. De verdad no necesito nada de eso ahora mismo, con ustedes de empalagosos me basta, ¿Saben? -le sonríe divertido.

- Pero...

- Deja al mocoso, Seobin. Ya verás como más tarde el estará detrás de una chica -lo miró de reojo por el retrovisor y sonrió victorioso cuando viró los ojos- ¿Quieres apostarlo, Jeon?

- Claro, hyung. Yo no seré como tú, que recién viste a Seobin babeaste

- ¡Yo no hice eso!

- ¡Oh, es verdad! ¡Lo hiciste!

- ¡Seobin!

Jungkook y Seobin comenzaron a reír por el rostro sonrojado de Yoongi, este solo se inclinó a otro lado aún sin quitar su vista del frente, solo cambió un poco de posición para que aquellos dos dejaran de verlo.

- De verdad nunca pensé que hyung podría llegar a ser tan demostrativo con una persona -soltó una risita- ahora que lo pienso, Yoongi siempre le pide mimos a Seobin. Recuerdo cuando decía que nunca iba a interesarse en una chica ya que eran una perdida de tiempo y que probablemente asistiría a mí boda sin compañía, supongo que los roles han cambiado

- ¡Jungkook! -giró levemente en dirección del pelinegro mandándole a callar con solo una mirada.

Seobin estaba a punto de volver a reír ante encontrar divertida la situación, sin embargo, al voltear hacia el frente su rostro se tornó en una mueca de horror puro y lo único que pudo alcanzar a decir en ese momento es el nombre de su novio. Rápidamente se ganó la atención de ambos chicos, ¿Y cómo no? Nunca la habían escuchado gritar de manera tan alterada, se quedaron mudos al presenciar el porqué.

- Sosténganse de algo -gritó el mayor. Antes de estrellarse con el camión que venía de frente a ellos, giró hacia la derecha bruscamente, pero ya era demasiado tarde, en lugar de librarse de la situación, lo único que logró fue que el impacto diera directamente en su puerta. El auto dió tres vueltas en el aire para terminar volcado en medio de la carretera, con los tres cuerpos inconscientes de ellos, a excepción de uno- S-seobin... Binbin, te amo m-mucho -como pudo, se movió tratando de buscar su mano y cuando la encontró, la sostuvo fuertemente entre la suya, trás confesar aquello, también calló inconsciente.

Poco después la gente que se encontraba cerca comenzó a rodear el lugar llamando por ayuda a las personas que se habían involucrado en un terrible accidente.

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