Capítulo 1
Pasado...
La fiesta iba de maravilla. Kaito y sus amigos definitivamente sabían cómo crear un ambiente, y yo no soy precisamente la persona adecuada para describir un ambiente divertido. Solo soy un tipo que tiene fama de ser misterioso, aunque en verdad solo soy tímido.
—Oye, Len, ¿no quieres beber algo? —me preguntó mi amigo, mientras se servía alcohol. Ignoré de que bebida se trataba, yo no sabía de esas cosas.
—Así estoy bien. No me gusta beber —. Mentí, en realidad nunca había probado una pizca de alcohol.
—Tan solo un poco, no seas aguafiestas —volvió a insistir.
—Déjalo, de seguro su mami le va a pegar si llega borracho —. Ese fue Rinto, quien habló con burla.
—Bueno, como quieras, Len —. Kaito desvió su atención de mí rápidamente, al dirigir su mirada a un grupito de chicas al otro lado de la casa. A penas se podían distinguir entre el tumulto de gente—. ¿Qué tal si vamos con ellas?
—La de verde es bonita —. Gakupo, que no había hablado en toda la fiesta, sonrió mientras veía a una chica de cabello verde. Se trataba de Gumi, ella iba un curso más arriba que nosotros. Tenía fama de ser la mejor jugadora del equipo de futbol.
—Te gustan las marimacho, ¿eh? —susurró Rinto en su oído. Gakupo solo rodó los ojos y se dedicó a observar a Gumi.
—Bueno, ya vamos.
Mis amigos se levantaron de la mesa y caminaron a donde estaban las chicas.
—Yo me quedo —dije.
—Vamos, Len —exclamó Kaito—. Igual y de una vez te consigues novia.
—Tal vez deja de ser virgen —se burló Rinto.
—Tengo que tomar aire. En un momento voy.
Me levanté y salí al patio trasero. La casa de Rinto era muy grande, por lo que era de esperarse que el patio lo fuera aún más. Respiré profundamente el aroma a pino, tratando de deshacerme del olor tan intenso a alcohol y sudor que se respiraba dentro de la casa.
Había un par de personas en el patio, algunos fumaban, otros solo estaban besándose y metiéndose mano con descaro, un chico dormido debajo de un árbol. Me senté en una de las bancas al lado de una fuente artificial. Me recargué en el respaldo y me puse a mirar las estrellas. Era hermoso. Sin embargo, una presencia a mi lado interrumpió mi observación.
Era una chica. Tenía el pelo rubio y llevaba un vestido amarillo. Me volteó a ver y sonrió.
—Hola, te interrumpí, ¿verdad? —dijo. Su voz sonó un poco fría, sin embargo, mantenía su sonrisa.
—Oh, no. De hecho. Me estaba quedando dormido.
—Es que te veías muy concentrado —. Ella también miró al cielo—. Te gusta mucho la luna, ¿verdad?
—No, más bien las estrellas —negué—. Bueno, la luna es bella, pero las estrellas son realmente perfectas. Cambian con el tiempo, tienen su propio brillo.
Ella ya no me prestaba atención. En lugar de eso, se quitó los tacones. Pensé que la estaba aburriendo, así que decidí quedarme callado. Pero el silencio se rompió luego de unos segundos.
—Entonces, ¿tienes una estrella favorita?
Se recorrió para quedar un poco más cerca de mí. Seguía sonriendo, solo que me pareció ver que esta vez sus ojos ya no eran tan fríos.
—No. Creo que todas tienen su propio encanto.
—Supongo que tienes razón —. Ella soltó una pequeña carcajada—. Creo que nunca había escuchado a alguien hablar de esa forma sobre las estrellas —. Se acomodó el pelo y me miró fijamente—. ¿Eres amigo de Kaito?
—Sí. Vamos en la misma escuela.
—¡Genial! Yo también estudio ahí. No sé si has escuchado de mí. Voy en mi tercer año y estoy por graduarme —. Su voz sonó más animada cuando dijo eso.
—Me parece que te vi antes, en los pasillos de la escuela. Ibas con Gumiya, ¿cierto?
Su mirada pareció entristecerse cuando mencioné eso. Apretó su vestido. Parecía como si fuese a llorar.
—¿Te sientes bien? —dije, poniendo mi mano en su hombro.
—Está bien. Es solo que, bueno, no sé si lo sabías, pero él solía ser mi novio.
—Discúlpame, no lo sabía.
—No importa. Terminamos hace unas semanas—. Su semblante cambió al de una persona enfadada—. Al parecer me fue infiel con otra.
No supe que decir. Me pareció un poco extraño que me lo estuviera contando, ya que nos acabábamos de conocer. Supuse que necesitaba desahogarse con alguien.
—No deberías pensar tanto en eso —dije, escogiendo una por una mis palabras para no herirla—. Si el realmente vio algo en otra chica que no encontró en ti, se perdió de otras de tus cualidades.
—Me sorprende que digas eso. Nos acabamos de conocer y siento que nos hemos visto desde hace tiempo.
Asentí. En realidad, no sentí algo así. Solo me pareció que teníamos mucho en común.
—Solo digo lo que siento. Me parece que eres una chica muy agradable.
—Mi ex lo último que diría de mí sería eso —. Ella se levantó—. Tengo que irme, se hace tarde y mañana hay escuela.
—Te acompaño, la verdad ya estoy cansado.
Caminamos a la casa y me despedí de mis amigos, y ella de sus amigas. Kaito ya estaba borracho y bailaba encima de una mesa, mientras Rinto se burlaba de él. Gakupo solo estaba dormido al lado de Gumi.
Cuando ambos terminamos de decirle adiós a esa bola de borrachos, salimos de la casa.
—Voy a pedir un taxi —dijo ella.
—Te acompaño. Es muy tarde y estas calles son peligrosas —dije, antes de que ella sacara su celular.
—¿Tú vas a protegerme si me sucede algo? —preguntó en tono de burla. También me reí, mientras asentía con la cabeza —. Eres muy bajito.
—Bueno, el lado positivo es que puedo escabullirme con facilidad.
Ella guardó su celular y me tomó del guante. Me quedé un poco sorprendido por su acción, era la primera vez que una chica me trataba de esa manera, ya que usualmente era ignorado.
—Está bien, caballero. Iré con usted.
Caminamos a donde estaba el auto de mi padre mientras hablábamos de cosas triviales. Subimos y le pregunté su dirección. Después empecé a conducir sin decir ni una palabra. Ella solo iba mirando por la ventana. El viaje transcurrió en silencio, sin ser incómodo. De alguna manera, esa chica me gustaba.
Al llegar a su casa, ella bajó del auto y yo la acompañé a la entrada.
—Gracias por traerme —dijo, tomando mi mano—. Fue lindo platicar contigo.
—A mí también me gustó —. Después de decir eso, me despedí de ella. Sin embargo, me di media vuelta. Reflexioné un poco lo que iba decir, ya que nunca antes había hecho algo así—. Quisiera que nos volvamos a ver.
Ella avanzó a donde yo estaba de pie. Acercó su rostro a mi oído, sentí un escalofrío recorrer mi espalda.
—Eres un chico muy lindo—murmuró. Sentía su aliento golpear mi cuello, y no pude evitar ponerme nervioso—. ¿Por qué no me preguntas mi nombre? O, mejor, ¿Por qué no me pides que te deje entrar a mi casa?
Tragué saliva. Ella se separó y me miró con complicidad en su rostro.
—Me conformo con tu nombre —. Fue lo único que alcancé a decir sin que se notara mi nerviosismo.
—Eres tan lindo —dijo, volvió a acercarse a mí. Sentí su aliento chocarse con el mío. La sentía tan cerca. Tomó mis hombros con firmeza y pude sentir sus labios fríos. No tuve tiempo de pensar, solo lo sentí. Traté de corresponder, aunque decidí solo dejarme llevar. Rodeé su cintura con mis manos, y yo sentí las suyas en mi cuello.
Cuando nos separamos, solo pude soltar una risita tonta. No fue la reacción esperada de mi parte, pero me consoló ver que ella también se rió conmigo.
—Me llamo Akita Neru —dijo, para después entra en su casa y dejarme ahí parado, todavía controlando los latidos de mi corazón.
Nunca creí en el amor a primera vista. Siempre tuve la idea de que una relación debía ir creciendo con el tiempo. Pero no fue así conmigo.
—Estás enamorado, Len Kagamine.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro