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Una relación de predestinados era dificil, cuando uno de ellos era pobre. Y peor, sí hablabamos de un Alfa de escasos recursos.

El Alfa sabía que cuando miró a su Omega, reconociendolo como su pareja, todo sería complicado.

- Yoonie...- el Omega le sonríe cuando entra a la tienda de panaderos, los padres del Alfa son los dueños, pero es un local muy pequeño, que incluso al no poder comprar una casa, tuvieron que construir un anexo donde dormir.

- Mimi...- el Alfa le mira sorprendido y le sonríe, sin embargo su expresión cambia a una preocupada- Mimi, sí se enteran que estás aquí, pueden lastimarte...- menciona afligido.

El Alfa había recibido las advertencias y amenazas de la madre de su Omega, incluso lo habían golpeado. Le amenazó con lo más preciado que tiene en su vida... con su Omega... diciendo que sí se llegaba a acercar, JiMin pagaría las consecuencias.

Pero el Omega, niega levemente, sin embargo su aroma está lleno de tristeza.

- Yoonie quiero que hablemos...- le dice- Y está bien, mis amigos me están cubriendo...- menciona hasta acercarse a su pareja. Yoon le atrae a sus brazos y lo conduce hasta el anexo de la casa. El cual está impregando por el aroma suyo y de sus padres. Nadie sabría que hay un Omega allí.

- ¿Qué te preocupa, mi amor?- le pregunta sosteniendo sus manos. El Omega las suelta y abraza a su Alfa, quien le resguarda entre sus brazos.

- Yoonie... hoy...- le menciona triste y molesto- Mis padres... han escogido a un Alfa...- dice sollozante- Mi primer celo es pronto... no quiero, Yoonie...- llora en el hombro de su pareja.

El lobo Alfa se molestó, expandiendo su aroma, para relajar a su Omega. A su precioso Omega. Para YoonGi era absurdo, que obligaran a los Omegas a aceptar todo, a no darles permiso de quejarse. Para YoonGi y su Alfa, JiMin era muy fuerte, incluso más que él, porque llevaría a sus cachorros, suyos, no de otro.

- Eso no va a pasar- dice YoonGi seguro- No permitiré que te humillen de esa forma, no a mi Omega...- declara. Hace que JiMin lo mire, el Omega ha dejado de llorar al reconocer la voz de su Alfa, que instaura seguridad con tanta facilidad en todo su cuerpo.

YoonGi se levanta y comienza a sacar todas sus cosas, las coloca en una gran mochila que su madre Alfa había hecho para viajar cuando pudieran tener el suficiente dinero. Sin embargo, cuando la Alfa entra y mira a su hijo, junto a su pareja, sabe lo que va a pasar.

- Nos iremos esta noche- afirma a su madre, JiMin le mira con sorpresa- Trabajaré lo necesario pero, nos vamos...- mira a su Omega, quien se ha quedado absorto en lo dominante e intimidante que se ve su pareja. Su lobo aulla en su interior.

La mujer llama a su pareja, quien aparece a los pocos minutos dentro del anexo.

- Sabemos que no pueden tener una relación aquí...- menciona el Alfa mayor- Tarde o temprano esto pasaría...- sonríe a su hijo- Tienen nuestra aprobación, JiMin cuida de mi hijo, está algo loco...

- YoonGi, cuida a tu Omega, tal como te cuidarías a ti mismo- la Alfa abraza a su hijo- Nosotros arreglaremos todo y nos iremos antes del amanecer... mi hermano nos recibirá en sus tierras...- le susurra. YoonGi ya no debe preocuparse por ellos, porque ahora tiene a quien cuidar. La mujer le entregó algunas monedas de oro, que habían reunido durante muchos años trabajados, y de mucho esfuerzo.

- Es momento que ambos hagan sus vidas- le dijo el Alfa a ambos y abrazó a su hijo. La despedida estaba siendo dificil, sobre todo porque JiMin sentía que esto no hubiera sido tan complicado de no ser por su ambiciosa madre.

Esa noche, YoonGi con una gran maleta y de la mano de su Omega, salieron de esa manada. Entrada la noche, lo supieron, su hogar eran ellos. YoonGi sabía por su madre, que un Omega sometido en contra de su voluntad, quedaba infertil, su lobo se resentía hasta morir.

Y los lazos ya formados, nadie podía romperlos. Cuando supo que JiMin era su pareja, deseó ser de clase alta, pero su Omega lo amaba, aun cuando tenía que recurrir a cazar en su forma animal para comer.

JiMin hubiera sufrido al estar lejos de su Alfa predestinado, consecuencias de lo que su lobo Omega consideraría traición.

- Puedo convertirme en lobo, para que el viaje sea más cómodo- sugirió el Alfa, mientras se detenían cerca de un gran roble. Descansaban, su madre le había entregado comida para el viaje.
El Omega sonrió, amaba el pelaje de su Alfa.

Al separar a una pareja predestinada que llevaba todas sus vidas pasadas enlazandose entre ellas, resultaba como una muerte no poder hacerlo. Tanto el humano como el lobo morían lentamente, sí todo fuera provocado por terceros, quienes intercedían eran maldecidos por la luna, al separar dos de sus hijos.

YoonGi dejó libre a su lobo, para que su pareja se montara a su lomo junto con la maleta llena de ropa que llevaban. Su Omega incluso dormitó un poco, abrazandolo, por ello, el Alfa hizo más lenta la caminata. Llegaron a un pequeño claro muy en lo profundo del bosque, donde con cuidado bajó para que su Omega pudiera descansar realmente. Sabía que la vida de ellos sería dificil, pero era eso o permitir que alguien tomara a su precioso Omega.

Arregló una pequeña tienda provisional, para esa noche, tuvo que volver a su forma humana solo para preparar un lugar donde poder dormir.

Volvió a transformarse y arropó a JiMin con su pelaje, y se mantuvo despierto toda la noche, estando alerta a cualquier sonido a su alrededor. Su Omega se mantenía seguro abrazando una de sus patas delanteras.

A la mañana siguiente, JiMin despertó y se encontró dentro de una tienda pequeña, JiMin se levantó un poco alarmado por verse solo, hasta que encontró a su Alfa preparando el desayuno, pescados asados y algunos frutos silvestres.

- Alfa...- el Omega se encoge en su lugar, yendo a abrazarlo. El Alfa lo recibe con una pequeña caricia en su mejilla.

- Hice el desayuno, aún nos queda camino...- menciona YoonGi, invita a su Omega a sentarse en el verde pasto, y comienzan a comer con tranquilidad.

- ¿Cazaste Alfa?- pregunta JiMin al ver varios pescados frente a la pequeña fogata que su Alfa ha encendido.

- Mi pelaje se esponjó, pero valió la pena...- le dice sonriendo. No le molesta hacer ese tipo de cosas, menos sí se trata de su Omega.

- Quisiera aprender...- menciona sonrojado. Debido a sus padres, nunca se le permitió correr en su forma lobuna. Podía transformarse pero todas las actividades lobunas las tenía prohibidas. YoonGi sonríe.

- Podría enseñarte... es cuestión de práctica y habilidad...- menciona vagamente comiendo pero prestando atención a todo a su alrededor- Los Omegas son más agiles que un Alfa, saben escabullirse y sus aromas les ayudan a pasar desapercibidos...

El Omega siente ternura porque su Alfa no lo ve como alguien débil. Quiere llorar porque su Alfa es muy lindo...

Su camino sigue, vagan durante algunos días, entre bosques y valles. YoonGi enseñandole a cazar, maravillado por la rapidez de su Omega al aprender, y felicitandolo cuando consigue atrapar un conejo, el cual el Alfa le enseña a preparar. Vivir con escasos recursos, le hacía aprender casi de todo. Sus padres le enseñaron a defenderse ante un depredador cuando era un cachorro y para cazar hacían grandes distancias, comían en la zona donde cazaban y regresaban a su sencillo anexo, almacenando lo que no habíam consumido. Estaba acostumbrado a la supervivencia.

- Alfa... mira...- es de noche, JiMin está maravillado ante la vista que se le otorga en ese momento. Alrededor suyo y de su pareja hay cientos de luciernagas, las cuales vuelan en plana luna llena. Se levantan con cuidado en medio de la oscuridad. La pareja de lobos observa totalmente encantados, YoonGi hizo un pequeño refugio para que JiMin pudiera descansar de todo el largo día. En la división de un valle y un bosque...

Esa misma noche, el Omega presentó su primer celo, su Alfa estuvo a su lado en medio de su calor... esa noche, YoonGi pudo asegurarse que nadie tocaría a su Omega, la marca en el cuello de su pareja lo confirmaba. Nadie podría lastimar a JiMin, aseguró cuando le besó antes de dejar descansar a su pareja entre sus brazos.

Su caminar continuó hasta la costa, el lobo Omega sabía que al pasar su celo al lado de su Alfa, sus cachorros llegarían muy pronto. Al volver en sí, luego de su celo, lloró de felicidad al saber que su Alfa lo había marcado sin dudarlo, sintiendo el amor y la protección que solo su mate podía proporcionarle.

Allí, el Alfa levantó una cabaña amplia, para albergar a su pareja y cachorros, siendo ayudado por su Omega. JiMin se encargaba de cocinar mientras YoonGi trabajaba en la construcción del que sería su hogar.
Alrededor suyo, y con los meses transcurridos, su vientre comenzó a notarse. Su Alfa pasaba toda la noche pegado a su barriga, YoonGi optaba por convertirse en lobo por las noches, su lado humano descansaba y su lobo se aseguraba del bienestar de su Omega y cachorros, y por el día YoonGi con su personalidad imponente, se esforzaba para darle lo mejor a JiMin y a sus hijos.

Además, algunos lobos, también se les unieron, levantando un pequeño poblado cerca de la playa y el arrecife. Por ser ellos los primeros, en la zona, los nombraron gobernados, aunque YoonGi y JiMin hayan negado serlo, pues no se consideraban superiores a su manada, porque de alguna forma lo era.

Pero, a pesar de eso, los lobos eran muy leales a ellos, su pequeño territorio creció, hasta expandirse y tomar algunas villas que se encontraban abandonadas en el bosque, pronto se volvieron la pareja de Líderes y con ello, sus cachorros nacieron.
Su primera camada de cachorros, nació una tarde de abril, el Alfa y el Omega estaban en sus formas lobunas, y aunque ahora tenían personal que les ayudaban con las tareas del hogar, ese momento era meramente familiar, y a las afueras de su hogar también se encontraran la mayoría de pobladores esperando las noticias.

Dos pequeños lobeznos, que el Omega cuidó celosamente durante las primeras semanas, hasta que sus pequeños se transformaron, dos niños que tenía el pelaje de su padre Alfa y las características humanas de su padre Omega.

Su siguiente camada, no tardó en llegar, un par de años después, una noche de invierno. Sus mellizos tenían cuatro años cuando JiMin se enteró de que estaba encinta otra vez. YoonGi estaba emocionado y aseguró pasar más tiempo con él, incluso se llevaría a los niños consigo, para que JiMin pudiera descansar y cuidarse...

Cada tarde que su pareja e hijos regresaban, le traían regalos sencillos al Omega gestante. Desde flores, hasta comida que las mujeres mayores y sabias preparaban para el Líder Luna.

YoonGi invitó a sus padres a regresar y que vivieran con él, recibiendo el anunció de que su tío quería hacer alianzas con él. JiMin estaba sorprendido de todo lo que había pasado para ellos en esos años, recordando como huyeron y todas las noches que su Alfa le abrigaba con su pelaje...

Sus cachorritos nacieron luego de que la madre de YoonGi, se emocionara al saber que tenía nietos tan hermosos. Sus pequeños la miraban curiosa.
Esta vez, fueron dos niñas y un niño, el Alfa le daba apoyo, tomando parte del dolor del Omega, que le era provocado al tener a sus cachorros, sus hijos mayores, entraban a su nido para olfatear a su pequeños hermanos, un trío de lobeznos adorables que bostezaban y se pegaban al cuerpo de su padre Omega, para alimentarse.

La luna les había sonreído...

Porque los destinados, no importaba cómo, estarían juntos en cada vida...

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Hola...
¿Cómo están?
Yo estoy sin palabras...
....

Esta es una de las vidas de nuestro hermosos y juguetones (atrevidos) lobitos. Quizás me anime a hacer otro como este capítulo...

Why we need permission to dance?

Cuídense...
Nos leemos...

Yk...

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