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—¿Tu eres Haitani Ryo.—
La rubia gira su cabeza para encontrarse con tres hombros que le doblaban en tamaño, los tres tenían aspectos intimidantes
—Eso va a depender— la rubia se da la vuelta —¿les debo dinero?—
—Tu mandaste al hospital a mi hermano— dijo uno colocándose delante de ella
—¿Hablas el que amenazó directamente al capitán de los Black Dragos?— lleva su mano a su pecho —cariño yo solo protegí a mi capitán— se encoje de hombros —el debió pensar lo que haría antes de firmar su sentencia de muerte—
—Maldita perra—
Alzó su puño para golpearla en la cara pero aquel chico recibió un golpe en la quijada cortesía del pie derecho de Ryo, con el mismo pie lo golpeó en la cabeza y con un salto dio una voltereta de manera horizontal para golpearlo con su talón
—¿Disculpa dijiste algo?— agachándose toma del cabello a aquel tipo que estaba en el suelo, levantó la cabeza de el para mirarlo al rostro —¿sabes quien soy yo?, si no lo sabes te lo haré saber— su cara se tornó a una sombría y aterradora —soy la capitana de la primera división de los Black Dragons, lidero a cien hombres que me triplican en tamaño, yo soy Blood Queen—
Su voz tan sombría hizo temblar a los tres presentes
Blood Queen, la única chica conocida en el mundo de las pandillas, muchos hombres le temían y los de su división la respetaban como era debido, no se conocía a alguien que la haya vencido, era la mejor amiga de Shinichiro Sano y Wakasa Imaushi; El Tigre Blanco
El que quería meterse con ella o los que estaban en su vida firmaba su acta de muerta de inmediato
—¡Estúpida perra!—
Uno de los compañeros de aquel chico se lanzó a ella para golpearla
Ryo se levantó de manera rápida, con su mano derecha sostuvo el puño y con la mano izquierda lo golpeó en el rostro
—Ustedes quisieron pelea—
°°°°°°°°°
—¿Que quieres hacer al llegar a mi casa?, podemos ver la televisión, yo comer algo rico, molestar a Izana o podemos ayudar a mi hermano Shinichiro en su taller— Mikey enumeró cada cosa son sus dedos
—Lo que tu prefieras— Draken se encogió de hombros de manera desinteresada
Pobre Izana, lo que le esperaba en casa
Ambos niños pasaron por una calle llamándoles la atención que dos tipos tenían sujeto de manos y pies a una chica que trataba de liberarse, otro chico sonreía burlón listo para golpearla
—¡Hey!— les grita Draken —¿sus madres no les enseñaron que a las chicas no se les golpean?—
—¿¡Ah!?— gira su rostro molesto —¡no te metas en esto niño!—
Los ojos de Mikey su abrieron a más no poder cuando vio que a la chica que iba a golpear era a Ryo
En menos de lo que pudieron pensar Mikey corrió hacia el tipo y dando un salto le patea la cara con su pie, tumbándolo en el suelo
—¡Manjiro!— aprovechando que quienes la sujetaban estaban distraídos viendo a Mikey se soltó de ellos
A uno le quebró una mano dejándolo inconsciente y el otro que intentó huir fue golpeado por Draken hasta estar inconsciente
—Mierda— Ryo escupe algo de sangre que limpia con el torso de su mano
No estaba tan herida aunque sus costillas dolían
—¿¡Estás bien!?— Mikey se acercó a ella preocupado —¿¡te duele algo!?—
—Estoy bien, aunque seguramente tengo moretones que tratar—
—Vamos a mi casa— Manjiro la tomó de la mano prácticamente arrastrándola
°°°°°°°°°
—¿Shinichiro eres tú?— el abuelo Sano asomó su cabeza, se asustó un poco al ver a Ryo golpeada pero estaba ya medio acostumbrado
—Hola abuelito— Ryo alzó su mano algo nerviosa —¿tiene alcohol, vendas, pomada y curitas?—
—Un día de estos me van a matar de un infarto alguno de ustedes— susurró soltando un suspiro —sientate en el sofá ahora vengo con el kit de emergencias— dijo señalando el sofá con su bastón para irse
—Sientate Ryo— Mikey la llevó hasta el sofá para sentarla —¿estás bien?, ¿te duele algo?, ¿necesitas algo?—
—Un vaso de agua me vendría bien a decir verdad—
—¡Enseguida!— como rayo Mikey se fue corriendo hacia la cocina
—Manjiro es un pequeño muy enérgico
¿no?— la Haitani miró al amigo de Mikey
—muchas gracias por haberme salvado de ahí—
—No pasa nada— respondió algo pensativo
Era la primera vez que veía a su amigo tan dispuesto en ayudar a alguien o mejor dicho a ella, conocía mejor que nadie la pereza de Mikey, probablemente en otra situación el hubiera pasado de largo a esos pandilleros pero al ver que se trataba de aquella rubia-albina no dudó en meterse en la pelea y ahora se veía tan dispuesto de servir a la chica
Sabía que Shinichiro tenía una mejor amiga que era la capitana de su primera división, pero no sabía que Manjiro estuviera tan dispuesto a ella
¿Acaso el estaba enamorado?, no, Mikey no se veía de ese tipo de persona que se enamorara de una chica y menos una que le llevaba bastante años, no negaba que era una chica muy guapa pero era raro
—Ten— Mikey le dio un vaso de agua a
Ryo —también ten un daroyaki— le extendió dicho dulce son una sonrisa —para que repongas fuerzas—
—Es un gesto muy lindo de tu parte
Manjiro— el chico infló su pecho orgulloso de si mismo —muchas gracias—
—Tú... tú le...— no tenía palabras para describir lo que vio —le diste...—
Manjiro Sano, más conocido como Mikey compartió de su comida, le sorprendía más que fueran sus preciados Daroyakis, no los compartía con nadie en el mundo pero si los compartió con ella
El llegó a precensiar como Mikey hasta golpeaba para que nadie le robara su comida
¿Que estaba sucediendo?
—¿Kenchin estás bien?, se te ve pálido—
—Creo que necesito tomar aire— murmuró para a paso a lentos caminar hacia la puerta, abrirla y salir
No lo culpen, el pobre estaba en shock
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