Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo Trece

Tres días pasaron sin que Dominick me buscara, o incluso me saludara. Ni siquiera me había lanzado alguna mirada, y ya ni me lo encontraba. Todo era diferente ahora. Y si consideramos el hecho de que me vio besando-comiendo a un tipo totalmente desconocido en un pub...La cosa no se veía muy bien. ¿Cómo me encontraba yo? Tranquila. Sí, esa era la palabra. Solo esperaba el momento en el que vinieran a buscarme. Y yo pudiera plantarles la cara.

Camino a lado de April que me parlotea incontrolablemente sobre las tareas que dejan los profesores. Asiento y suelto un “Exacto” de vez en cuando. Justo en el momento preciso. Después de explicarle lo que ocurrió esa noche, no se lo podía creer. Pero lo dejó pasar y se lo agradecí.

—Mira—me señala April con la cabeza hacia uno de los salones con la puerta abierta.

Busco desanimadamente con la mirada lo que April desea que mire y veo a Dominick... Conversando animadamente con Bill.

¿Qué carajos?

—Espérame un momento—murmuro en dirección a April antes de encaminarme hacia ellos.

—Antonella, no—la escucho decir con tono ansioso.

Agito mi mano en una clara señal que indica que me espere en silencio.

Camino con rapidez hacia ellos, hasta quedar a unos centímetros de la espalda de Dominick. Me coloco en una buena posición hasta quedar a la vista de Bill quien alza los ojos y me mira fijamente, sin mostrar expresión alguna.

Dominick continúa hablando hasta que nota la falta de atención de su acompañante, así que voltea y me mira. La sorpresa pasa un segundo por su cara, y luego es reemplazada por molestia.

— ¿Qué quieres? —dice duramente.

—Ya veo qué tan ocupado has estado para ni siquiera hablarme—escupo las palabras—. O si quiera responderme la pregunta que te hice aquella noche.

—Eso no te importa—replica. No estoy segura si es la respuesta de la pregunta de esa noche.

—Cierto—digo con dureza— ¿Ya lograste envenenarlo? —espeto mirando a Bill.

Una sonrisa de satisfacción se extiende en su cara. Ese gesto hace que esté a punto de explotar pero me controlo.

—Ya vete—escucho decir a Dominick—mi novia está por llegar.

Un pitido empieza a sonar dentro de mí.

—Yo soy tu novia—recalco arqueando una ceja y mirándolo.

Él me mira y me sonríe.

—Ya no.

***

Tiro mis cuadernos en el suelo de mi habitación y me rio histéricamente. April entra algo temerosa, recoge cada cuaderno y los pone en mi escritorio antes de sentarse en mi cama. Ella tampoco sabe que decir.

Los recuerdos de las bromas, peleas, conversaciones y estupideces con Dominick se arremolinan en mi mente. De nuevo. Contengo las ganas de llorar y rio como loca. No puedo creer que todo esto esté pasando. Él estaba siendo demasiado hiriente y duro conmigo.

Yo sabía que todo lo que comienza, acaba. Es una ley. Pero tenía la esperanza de que todo durara más. No para siempre, pero mucho tiempo más.

—Podía durar más—murmuro.

—Por ahí dicen que todo lo que comienza rápido, acaba rápido—dice con timidez April.

Levanto la mirada y la miro con rabia.

—No dije nada—hace un gesto de cerrar sus labios.

Él estuvo con Bill hoy todo el día, así que es probable que esté de acuerdo con mi sacrificio y se haya vuelto a integrar a ellos. Incluso su nueva novia sea una de esos demonios andantes. ¿Qué más da? Ya no somos nada.

Muerdo mis labios con frustración. Me cambio la ropa diaria por la de dormir mecánicamente. April llamó a su madre informándole que se quedaría conmigo esta noche. Informándole.

—Tienes que dejarlo pasar, Ann.

—Lo sé—suspiro—. Pero es difícil, ¿entiendes?

—Claro que sí—dice ofendida—, claro que te entiendo. Pero estás deprimida hace casi una semana, no puedes seguir así.

Asiento y me arrastro a la cama sin ninguna gracia, mientras me hago un ovillo dispuesta a dormir. Escucho a April suspirar y recostarse a mi lado.

—No me quedo aquí porque sea divertido—dice después de minutos—. Pero esto es lo que hacen las amigas. Se apoyan y se acompañan, así sea lo más aburrido del mundo hacerlo.

Me enderezo y volteo a verla. Aprieto los labios conteniendo las lágrimas.

—Ya duerme—la escucho murmurar con cariño.

Después de que mi mente se divagara en recuerdos y más recuerdos, encontré esa dulce paz que solo la oscuridad puede darte.

***

Oigo murmullos y pasos dentro de mi habitación. Mi cabeza me vuelve a engañar, pienso.

—Silencio—escucho que susurran—no la vayas a despertar.

—Ya.

Abro los ojos asustada. Empujo débilmente a April. Ella se da la vuelta murmurando cosas ininteligibles.

—No está sola—susurran con urgencia.

— ¿Qué? —dicen con incredulidad.

—Nos la llevaremos a las dos—murmura una voz decidida.

Me siento de golpe olvidando mi nota mental de hace meses asegurándome que esto traería graves consecuencias en mi cabeza. Observo a cuatro personas encapuchadas moverse por la habitación. Uno de ellos se acerca y me tapa la boca. Me agarra con fuerza y trata de alzarme de la cama y yo pataleo desesperadamente.

Veo con horror como otra persona se acerca rápidamente cuando April se despierta y le cubre la boca. Ella se retuerce en la cama y la cogen entre dos. La levantan mientras ella se resiste. Me mira y yo la miro, en nuestras miradas se pintas la desesperación.

< - Discúlpame -> le digo a su mente < - Lucha, April ->

Mi corazón palpita demasiado rápido y fuerte que duele endemoniadamente. Trato de morder a mi agresor pero no puedo. Me retuerzo con más fuerza y empiezo a hacer sonidos sin mucho logro. Él logra cargarme y bajarme en total silencio. Me sorprende ver la puerta de la casa abierta. MI MADRE. Energía renovada recorre todo mi cuerpo y empiezo a forcejear. Otro sujeto agarra mis piernas y entre los dos me llevan fuera de la casa. Lágrimas corren por mi cara al pensar en mi mamá. ¿Le habrán hecho algo? ¿Está ella bien?

Todo intento de zafarme de su agarre fue en vano. Uno de ellos se dispone a tapar mis ojos con una tela negra. Siento el amarre fuerte detrás de mi cabeza. Cuando me dispongo a gritar siento que otra tela paso por mi boca amordazándome por completo. Con mis dos sentidos principales bloqueados, se les hace mucho más fácil amarrar mis manos y piernas.

Me suben a un auto con asientos que se me hacen suavemente familiares. Siento que suben a otra persona que supongo el April. Mi cabeza está a punto de estallas. La tela que me cubre los ojos está amarrada estratégicamente como para que tampoco pueda oír mucho, pero lo intento. El auto arranca y todo el mundo se queda en silencio.

Al cabo de un rato sentí que el coche comenzaba a detenerse. Las mismas pares de manos salvajes me levantaron y empezaron a conducirme con velocidad a quién sabe dónde.

Luego de un largo viaje donde sentía subidas, bajadas y mareos constantes, nos detuvimos al fin. Me sientan en una silla y me atan.

Olía a humedad así que supuse estar en un sótano. Escuchaba vagamente que traían a April. Suspiré para mis adentros algo aliviada.

— Átenla bien—ordenó una voz.

Empecé a moverme desesperadamente en aquella silla tratando de liberarme.

—Háganla dormir—siguió, después de un silencio incómodo tras toda la bulla que hice.

Hago tantos ruidos extraños moviendo la cabeza hacia todos los lados mientras me hacen oler algo muy fuerte. De pronto empiezo a sentir como la oscuridad mental me invade nuevamente por segunda vez en la noche.

***

Oigo muchos ruidos y trato de abrir los ojos pero a pesar de los intentos, una tela me lo impide. Entonces empiezo a recordar lo que sucedió. Me muevo ligeramente. Mi cuerpo da gritos de dolor y gimo.

—Ya despertó—escucho que murmuran.

— ¿Y la otra? —pregunto otra voz.

—Aún no.

—Ojalá no se les haya pasado la mano con el somnífero—dicen con un chasqueo de lengua.

—Fue la que más se tardó en despertar, ¿recuerdas? Tiene el sueño pesado.

Hasta ahora voy reconociendo tres voces. Pero eran cuatro personas. Gimo para llamar su atención.

—Sácale la venda—urge una voz demasiado familiar.

—Quedamos en que no hablarías, Dominick—dicen con enfado.

¿Dom? ¿Qué hace aquí? Siento que el estómago se me revuelve y lo obligo a calmarse. Cierro los ojos con fuerza concentrándome en de una u otra forma desactivar el bloqueo que puse en mi mente.

< - ¿Dominick? -> pienso dirigiéndome a él.

< - Ann, preciosa, todo está bien -> escucho en mi mente

< -¿¡QUE TODO ESTÁ BIEN!? -> trato de sonar histérica < - PARA, PARA. ¿ME ACABAS DE LLAMAR PRECIOSA? ESTOY EN LA MITAD DE UN SECUESTRO SALVAJE EN EL CUAL TÚ ERES UNO DE LOS SECUESTRADORES Y ¿OSAS LLAMARME PRECIOSA? -> digo mientras siento como empieza a temblarme un ojo de la furia contenida.

Definitivamente trato de sacar fuerzas de donde no las hay, porque esa histérica y furia están ocultando mis sollozos y reclamos.

< - Relaja la pelvis, Ann -> dice pasivamente Dominick. Eso me enfurece. Su pasividad.

—Ya chicos, suéltenla—escucho hablar a… ¿Bill?

Suavemente alguien quita la molesta tela de mis ojos y los abro lentamente encontrándome directamente a los ojos de Dominick. No he visto tanto tiempo esos ojos que me pongo a contar cada pestaña para evitar hiperventilar. Parpadeo un par de veces porque los ojos me pican.

Él desata las cuerdas que impedían que me movilizara y me ayuda a pararme.

Recorro la vista por la habitación y reparo en April atada incómodamente sin reacción alguna. Camino hasta ella y empiezo a desatar las cuerdas, quitar la venda y la tela de su boca.

— ¿Dónde está mi madre? —digo con dureza.

—Ella está bien, con mi madre—dice Dominick.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué tanto misterio y tanto salvajismo? —indico señalando a April.

—Escúchame Ann. Te vamos a esconder. Ahora los Kracks, están buscándote Ahora que Bill, Jack, y Jeremy—señala a las figuras borrosas de atrás—, han desertado de su grupo, están alertas, y prefieren tenerte con ellos hasta el día de tu cumpleaños que si no me equivoco es en un mes aproximadamente. Ellos nos ayudarán a escapar—dice nuevamente señalándolos—. No te podía decir nada porque eres tan ingenua que todo el mundo se hubiese enterado. Eres fácil de leer. Y recordemos que Sam y Will siguen en el instituto, y no les ha gustado para nada que Bill los dejara solos en esto.

— ¿Y era necesario que te alejaras de mí? ¿Qué me dijeras que ya no soy tu novia? ¿Qué me ignoraras? —interrogo indignada.

—Dije que te vamos a esconder. No que sigues siendo mi novia, Ann.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro