Capitulo Dieciseis
Después de aquella cena donde llegaron invitados inesperados, me he sentido más tranquila. Obviamente también intimidada por la belleza de las nuevas chicas. Aquél día dormí con Dominick. April y Bill durmieron juntos. Al día siguiente le pedí una explicación a ella.
— ¿Cómo es que ahora duermen juntos? —reproché.
—Mmmh…
— ¿Mmmh?
—Estamos saliendo—dijo esforzándose por no explotar de felicidad.
Estaba tan feliz que me acobardé y no le solté la reprimenda que tenía pensado.
—Si te hace daño, lo mataré—le dije sonriendo y abrazándola.
—Lo mataré primero.
Jack y Jeremy no tuvieron que incomodarse mucho, pues ellos compartían habitación con Renzo. Yoona y Evelyn compartían la última habitación que tenía aquella inmensa casa. Porque si, lo era. Lo primero que hice al despertarme fue recorrer la casa. Fue genial. Tiene muchas habitaciones.
April y yo nos disponemos a limpiarla para matar el tiempo y para convertirlo en un lugar decente para vivir. Rato después, cuando April se fue a traer algo de beber, me quedé sola barriendo. Yoona se acerca y recoge el sacudidor que había dejado en el piso April.
—Necesitamos muebles—dice distraída.
—Pues sí.
— ¿Quieres a Dominick? —me soltó de sopetón.
La mire sorprendida y luego de un momento seguí barriendo.
—Si.
—Eso es bueno.
— ¿Así?
—Si. Serías una tonta si no lo hicieras. Él nunca se acercó a ninguna chica. Bueno, eso es mentira—ríe—. Hubo un par de veces que salió con chicas, pero nada serio. Nunca vi esa mirada.
— ¿Cuál mirada?
—Ayer, cuando estaba delante de ti—niega con la cabeza—. Parecía que estaba dispuesto a morir realmente por ti en ese instante. Está loco.
—Si—concedo—. Está muy loco.
Seguimos hablando de nimiedades y limpiando.
— ¿Tienes hermanos? —pregunto para romper el silencio.
Percibo que sonríe.
—Renzo es mi hermano.
Arqueo ambas cejas.
—Vaya, no se parecen mucho.
—Bueno—dice divertida—, somos hermanastros. Yo soy Semi—explica—, él es un Krack de sangre pura.
—Oh—digo sin nada más que se me pueda ocurrir—. ¿Y Evelyn?
—Ev es una persona que conozco prácticamente desde que nací. Nos criamos juntas y somos muy unidas.
—Como hermanas.
—Sí, algo así—dice incómoda—. En fin, iré a buscar a Renzo—dice un poco airada.
Frunzo el ceño y repaso la última parte de la conversación buscando lo que dije mal.
***
Dominick.
Miro el pasillo vacío y entro a mi habitación. El aroma de Antonella me golpea y sonrío. Es fantástico tenerla compartiendo habitación conmigo. Aunque algo problemático. La noche anterior fue un tanto incómodo. No iba a dejarla dormir fuera de mi alcance. Así que le propuse dormir conmigo.
—No—dijo sosegada.
—Ya lo hemos hecho antes—le reproché.
—Sí, lo sé. Pero no volverá a pasar.
—Escucha—le dije a punto de perder los estribos—. Quiero estar bien contigo, todos cometemos errores. Decimos cosas estúpidas cuando estamos enfadados. ¿Pero me juzgarás por mis errores cuando tu también cometiste los tuyos? —pregunté cerrando los ojos y apretando los dientes.
Cuando los abrí, la vi acostada contra la pared en mi cama. Sonreí y me acosté junto a ella, dándole la espalda y teniendo mucho cuidado en no tocarla.
Cuando despertamos esta mañana, su cabeza estaba sobre mi pecho mientras yo la rodeaba con mi brazo. Ambos nos sonrojamos y salimos de la cama. Había esperanzas.
Cierro la puerta tratando de no hacer mucho ruido. Para estar a solas he tenido que asegurarme por lo menos diez veces de que todos están ocupados en tareas del hogar.
Me agacho y recojo del suelo mi mochila. Me siento en la cama y la abro. Saco el libro que cogí del estante de libros de mi padre. Empiezo a hojearlo por segunda vez. Presto más atención a los títulos.
La Condición.
Los Elegidos.
Raza Pura.
Los primeros Kracks.
Pongo los ojos en blanco y busco el pequeño papel que leí la primera vez. Lo encuentro y lo leo tres veces antes de aceptarlo.
Frunzo los labios.
-«Tengo que hablar con Bill»-
***
Antonella.
Escucho que se acercan corriendo hacia mí y me volteo. April corre hacia mí y me abraza con entusiasmo. Abro mucho los ojos y me rio.
— ¿Qué pasó?
—Me dijo que me quería—grita susurrando.
—Wao, eso es genial—finjo algo de entusiasmo—. ¿Dónde está ahora el galán?
Frunce el ceño.
—Eh… Subió a ver a Dominick creo. Quería hablar con él.
—Ah.
Entonces escuchamos a Bill gritar enfurecido.
— ¡NO!
Nos miramos y corremos hacia el segundo piso. April abre todas las habitaciones que encontramos a nuestro paso.
— ¡NO TE LO PERMITIRÉ! —continúa gritando Bill desde la habitación de Dominick.
Caminamos rápido y toco la puerta. Dominick aparece ligeramente sonrojado.
— ¿Todo está bien? —pregunto en un susurro.
—Si cariño—dice pasando su mano por mi cara con suavidad. Me extraña su reacción y lo miro a los ojos.
Me doy cuenta que ha estado… ¿Llorando? April también lo nota.
—Dile la verdad—dice Bill enfurecido—. Es hora de que sepa la burrada que quieres hacer.
Lo miro contrariada.
— ¿Qué quieres hacer?
—Nada—masculla.
—Quiere sacrificarse por ti—dice Bill.
— ¿De qué forma?
—Cambiar sus lugares—explica—. Leyó un tonto artículo que escribió alguno de nuestros antepasados. Tampoco estaba de acuerdo con La Condición, y escribió la suposición de que la sangre de un Krack sacrificado, calmaría por un tiempo al Señor del Submundo. O algo así. Eso es lo que quiere hacer—señala a Dominick con frustración.
Trato de controlar mi expresión.
— ¿Estás loco?
Nuestras miradas chocan y siento como que todo desaparece. Nuestro momento cósmico. Él entreabre sus labios, tratando de explicarme pero niego con la cabeza levemente. Él me mira y sonríe. Entonces sus labios chocan con los míos, y el calor se extiende por mi cuerpo. Mis brazos rodean su cuello y ejercen fuerza para acercarlo más. Me rodea la cintura con anhelo y un escalofrío recorre mi columna. Percibo que tiembla un poco y me separo un poco. Él muerde mi labio inferior jugando y ríe acercándome.
—Discúlpame—dice separándose un poco—. Discúlpame por todo.
—Discúlpame tú a mí—susurro.
—Discúlpense los dos y dejen de besuquearse así en nuestra cara—se queja April.
Rio bajito y le doy un beso breve antes de separarme de él.
—Encontraremos otra solución—hablo en voz alta y lo agarro de la mano.
—De todas maneras no dejaré que haga estupideces—gruñe Bill.
April se acerca y lo abraza tranquilizándolo. Él corresponde rodeándola con un brazo.
—Ni yo.
Dominick suspira audiblemente con resignación.
< - De todas formas lo haré si no hay de otra -> me dice.
Sonrío ampliamente y cierro los ojos con satisfacción. No me había dado cuenta de la falta de que hacía su voz en mi cabeza.
< - Tranquilo Superkrack, habrán opciones ->
< - Qué chistosa -> dice con sarcasmo.
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