Martes 🌻
6:33 a.m.
Caminaba con lentitud hacia la parada del autobús como cada mañana, miraba sus zapatos recién pulidos y al hacerlo, automáticamente el recuerdo de esa noche se instaló como un repentino flash back.
«¿Por qué vomitar en un zapato cuando el baño estaba literalmente a unos cuantos pasos?» fue la pregunta que apareció en su cabeza.
Bueno, el chico no se encontraba en sus cinco sentidos, de hecho, si lo pensaba desde otra perspectiva, había sido un poco, sólo un poco tierno. ¡Ah! Lo que el amor te hace pensar.
—Chocaras con alguien—interrumpió a sus espaldas esa voz en sus pensamientos.
El pelo negro giró con prontitud, reconocía esa voz pero no creía posible el hecho de que quizá estuviese detrás suyo, aún así...
—¿Qué haces aquí?
Si era él. ¿O era una ilusión suya por no poder dormir bien las últimas noches?
—No lo sé —chasqueó ladeando ligeramente su cabeza a la derecha —Cuándo caí en cuenta, ya estaba aquí, esperándote.
El otro lo observó con los ojos bien abiertos. Y su corazón dio un vuelco inesperado.
—¿Tú cómo sabías que tomaba este autobús?—cuestiono, de las veces que habían pasado juntos, jamás lo había mencionado.
—Una mago jamás revela sus secretos—fue lo único que se limitó a responder.
—Eres un completo acosad...
—¡Oppa! —gritó una voz femenina interrumpiendo por completo.
Jungkook frunció su entrecejo y un pesado suspiro se le escapó.
—¿Oppa? —repitió incrédulo al escuchar semejante atrocidad, odiaba tremendamente que lo llamaran así.
—Jungkook oppa —repitió la chica haciéndolo irritar aún más—Hoy te ves muy bien —sonrió tímida.
—¿Te conozco? —cuestionó evaluándola de pies a cabeza seriamente.
—Salimos hace poco. ¿Lo olvidaste?—entonces su expresión se contrajo y unas cuántas gotas se asomaron por sus ojos. ¡Tenía que se una maldita broma!
—Mmm...
¿Quién era?
¡¿Cuál era su nombre?!
—¿Jo So Rim? —nombró inseguro de no atinar.
—Lo recordaste —sonrió plenamente haciendo que soltara un suspiró de alivio. Lo ultimo que quería era empezar su mañana con el pie izquierdo al hacer llorar a una niña.
Por el contrario, el chico de cabello plateado contemplaba la escena perplejo.
—¿Cómo estás? ¿Estás saliendo con alguien? —preguntó con cierto tono curioso.
—Bueno...
—Conmigo —interrumpió Jimin.
—¿Park Jimin? —comenzó a reír como si fuese lo más gracioso del mundo.
—¿Qué es tan gracioso? —preguntó el pelo negro sin comprender del todo el motivo de su risa.
—Bueno, es de tercer año y..—aclaró su garganta —Es un chico—susurró inaudita—Vamos oppa, ya me dirás con quien estas saliendo de verdad.
—Deja de llamarm...
—He dicho que soy yo —volvió a decir el chico peli plateado interrumpiéndolo otra vez con descaro.
—¿Enserio? —dijo la chica alzando ambas cejas, acompañada de una expresión de incredulidad y disgusto.
—Eso ya no es de tu incumbencia —dijo cortante al momento en que el autobús se frenó al lado de nosotros—Vamos—dijo subiendo al autobús con Jimin detrás suyo luego de despedirse.
Los dos tomaron los asientos al final de éste y al instante, Jungkook abrió la ventana para dejar que el aire le recorriera el rostro.
—¿Por qué no sabias su nombre? ¿Dudaste porque no estabas seguro de cuál era?
—Rompo todo contacto con aquellas con las que he salido después de que la semana acaba—contestó con voz queda.
—¿Por qué no confirmaste que tú y yo...? ¿Te molesta lo que las personas piensen?
—¿Porque debería dar explicaciones? —soltó mirándolo con enfado—Te lo dije, soy egoísta. Y...Me importa poco lo que los demás piensen o digan de mi—finalizó colocándose los audífonos.
«No, no es cierto» vociferó una voz en mi cabeza. Haciéndole recordar su martirio. «Eres un mentiroso»
—¡Cállate!—soltó respondiéndole a esa voz, causando confusión en el contrario.
—¿Qué fue eso? Ya no dije nada—dijo removiéndose en el asiento incómodo—Tu seriedad a veces da miedo.
Jungkook desvío la mirada para posarla en la ventana.
—No importa —dijo Jimin ante su silencio—Guardaré silencio.
.
.
.
—A ti es a quien he estado buscando—espetó una grave voz a sus espaldas, y dando unos cuantos pasos llegó a su lado.
—¡Buenos días mi querido y apreciado amigo!—exclamo tomándolo por los hombros, obligándole a bajar hasta su altura para poder remover sus castaños cabellos.
—¿Qué sucede contigo?—soltó removiéndose como gusano para soltarse.
—¿Qué? ¿Acaso necesito una razón para llegar feliz a la escuela.
—Nadie llega feliz a la escuela, Jimin—dijo burlesco—Y no me refería a eso, lo que quería decir es: ¿Por qué de la nada empiezas a tratar a ese tipo?—reclamo señalando con la mirada al peli negro de expresión seria, quien ahora sacaba los útiles de su casillero.
Para luego caminar directamente con sus dos amigos.
—Bueno, no lo sé —respondió manteniendo la sonrisa en sus labios, con las manos apretando los tirantes de su mochila.
—Jimin-ah, escucha lo que digo —dijo tornándose serio y su expresión le confundía—Ese chico, algo está mal con el, no es...normal.
—Tae, nada está mal con el —mencionó tratando de calmar la situación—Sólo es distinto a aquellos con los que estamos acostumbrados a convivir, si sólo lo conocieras un poco.
—¿Tú? ¿Realmente lo conoces?—pregunto encorvando una de sus cejas.
—Bueno...
—Lo ves, supongo que te ha tratado con indiferencia igual que a todos los demás. Además de ser un idiota mujeriego, es un egocéntrico de lo peor—murmuró compensando a caminar.
—El no es así —le reclamó haciéndolo detener —Te lo demostraré.
El otro frenó en seco metiendo sus manos en los bolsillos. Volteo a mirarle con esos ojos de: "Se qué tengo la razón como siempre".
—Jimin—mencionó con un tono sereno acercándose nuevamente—Se que siempre tratas de buscarle el lado bueno a las personas, pero solo terminas llevándote la peor parte de ellas.
—¿Estas preocupado por mi?—dijo sonriendo con los ojos entrecerrados.
—¡Claro que si!—espetó molesto—¡Eres mi mejor amigo hombre!
—Que cursi—expresó divertido.
—Escucha, puedes juntarte con el, no me molesta en realidad, y no soy quien para prohibirte nada, sólo por favor, cuidado.
—El universo responde a la actitud y a la vibracion que uno emite. Lo más importante, nunca se ve, pero se puede averiguar, así que no seas tan paranoico Tae, sé que él es una buena persona.
—¿Enserio has pasado todos los descansos conmigo? —le preguntó completamente asombrado.
—Bueno, ¿Qué puedo decirte? Negarlo sería una completa mentira—sonrió con esa dulzura que lo caracterizaba. Sonrisa que Jungkook nunca podía corresponder.
—¿Tus amigos no se molestarán contigo?
—¿Por qué lo harían? No es como si hubiese firmado un contrato para pasar cada hora del día a su lado.
—Tampoco tienes un contrato conmigo. No estás obligado.
—Me gusta pasar tiempo contigo. Es pacíficamente agradable.
—Vamos, esa sólo es una manera amable para decirme que soy aburrido.
—No eres aburrido Jungkook, simplemente...no sabes expresarte mejor. ¿Tus padres no te enseñaron a hacerlo?
Su rostro se contrajo al instante.
Un lugar a donde recurrir. Personas a quienes amar. Donde la vida comienza y el amor nunca termina.
Jungkook no sabía con exactitud que se sentía tener una verdadera familia. Aquellas memorias frescas en su cabeza, eran sobre sus padres discutiendo todo el tiempo...
Pero suponía que eso pasa cuando se acaba el amor. Así que decidieron que la distancia, era mejor. No se si para todos.
Para ellos o solo para él m. Lo que si sabía, era que, algo había cambiado drásticamente.
—Tengamos un cita... —soltó de pronto irrumpiendo completamente en su pensar.
El pelo negro se volteó a verlo sorprendido. Un calor recorrió sus orejas y el corazón se le detuvo de inmediato.
—¿Q-qué?
—Tengamos una cita Jeon Jungkook.
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