Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18. Tregua para la misión


Los planes de la fiesta quedaron cancelados tan pronto como Andrew y Kira aparecieron en la cabaña para asignarnos la nueva misión.

Habían pasado dos días desde que había reparado el baño. Algunos chicos se habían tomado el tiempo y paciencia de enseñarme tareas domésticas en nuestros tiempos libres. Yo les devolvía el favor al enseñarles mis mejores movimientos al pelear. Nos faltaban unos cuantos días más para terminar de arreglar ciertos detalles en las habitaciones y la sala de estar, pero habíamos avanzado mucho más que en la primera semana.

Estaba a mitad de entrenamiento con Michael por la mañana cuando mi primo y su novia nos reunieron para anunciar la misión:

—Su objetivo es rescatar a Marie Curie —explicó Kira.

Andrew contuvo una risa y le susurró algo.

—Ah. Mary Cudy —corrigió Kira—. Índigo y sus nombres... —farfulló.

—Mary es una mujer de cuarenta años —continuó Andrew—. Es dueña de una compañía de seguridad privada. Fue secuestrada por saber información que no debía saber.

Andrew nos tendió una fotografía al centro de la mesa de la cocina. Todos estábamos alrededor de ella, hombro con hombro. Necesitábamos una mesa más grande.

En la fotografía se veía a una mujer rubia y ojos castaños. Parecía ser una fotografía para documentos oficiales, ya que no estaba haciendo ni el intento de sonreír. No obstante, por las arrugas alrededor de las comisuras de sus labios, podía decirse que era una mujer que solía sonreír.

Kira colocó otra fotografía en la mesa: un edificio de dos pisos que se extendía a lo ancho de forma desigual, en un claro urbanizado a mitad del bosque. A diferencia del lugar de nuestra primera misión, este sí tenía mayor seguridad. Incluso tenía estacionamiento y lo que parecía ser una cafetería al aire libre.

—Actualmente se encuentra en esta facilidad —señaló Kira—. Este lugar es algo... peculiar. No habrá necesidad de esconder sus poderes en caso de que alguien los vea. Saben de la existencia de la AAD.

La miramos con desconcierto. Jamás se nos hubiera ocurrido que alguien sin poderes podría saber de nosotros. La AAD era muy explícita con sus reglas, dejando en claro que debíamos mantener nuestra magia en secreto.

—Es una organización especial —tajó Andrew, sin dar oportunidad de pedir más explicaciones—. No se espera que entren silenciosamente. Esta misión es muy distinta a la primera. Deberán trabajar en equipo más que nunca, de lo contrario los atraparán y no será bonito para nadie.

—¿Saben qué podría unirnos como equipo? ¡Una fiesta! —sugirió Anthony.

Kira y Andrew se lanzaron una mirada.

—No pueden ir a fiestas. No pueden salir de esta... ejem, de este lugar —ordenó Andrew. Kira lo miró con advertencia, como si hubiera estado a punto de decir algo prohibido. —Tendrán ocho semanas más para unirse aquí mismo. Después podrán ir a las fiestas que deseen.

—Pero, Kira... —suplicó Ryan—. Es la fiesta de Alison. Le prometí que iría. No he hablado con ella en casi dos semanas y si no aparezco en la fiesta, pensará que algo va mal.

Kira suspiró. Nuevamente miró a Andrew, solo que esta vez parecían compartir ideas sin pronunciar palabra. Tal vez tenían un vínculo telepático o tal vez eran tan unidos que podían adivinar los pensamientos del otro.

—La fiesta es después de la misión —apuntó Kira—. Si tienen un mejor desempeño que la misión anterior... tal vez podríamos considerar una excepción.

Anthony y Ryan celebraron. Yo me preguntaba si habría suficiente maquillaje en el mundo para cubrir mi rostro azul. Ya se había deslavado un poco, de manera que ya no era azul marino, sino unos tonos más claros, sin embargo, seguía siendo una razón para que alguien se acercara a preguntarme qué había sucedido y no iba a tener una respuesta que mantuviera mi dignidad. Anthony parecía olvidarlo, pero su cabello y cejas tampoco habían crecido lo suficiente para no atraer preguntas.

—Mary se encuentra en esta sección —retomó Kira. Señaló el sur del edificio en los planos recién desplegados. —No sabemos exactamente dónde ya que hemos recibido información confusa. Ya que es prácticamente imposible entrar directamente por ahí sin ser detectados, tendrán que hacerlo desde el estacionamiento. Lo recorrerán hasta llegar a la puerta para empleados.

—En cualquier caso, intenten no llamar la atención —añadió Andrew—. No queremos que las circunstancias los lleven a utilizar fuerza mortal. La usarán en futuras misiones, por desgracia, pero mientras más tarde, mejor.

"Fuerza mortal" era como la AAD había nombrado al uso de nuestros poderes para matar a alguien. Estaba prohibido en la Academia, por ello muchos de nosotros solíamos esconder la mayor parte de nuestro poder (especialmente cuando no sabíamos sus límites y el daño que causarían). Sin embargo, seguramente el Equipo Élite podía hacer una excepción a esa regla.

—Después tendrán que guiarse en el interior hasta llegar a la sección sur —continuó Kira. Con su dedo iba señalando nuestro camino en los planos. —El edificio está compuesto principalmente por laboratorios y almacenes, así que no debe serles muy difícil encontrar una habitación donde mantienen a alguien secuestrada.

—Hay cámaras en cada esquina —advirtió Andrew—. También estén al pendiente de detectores de movimiento. La compañía que trabaja en este edificio no se toma la seguridad a la ligera. No intenten investigar más allá, ¿de acuerdo? Solo rescaten a Mary. Ella cometió el error de investigar y miren dónde terminó.

Kira dio paso a las preguntas. Aclaramos algunos detalles, sin mucho ánimo. Habíamos conocido el peligro de las misiones desde nuestra primera experiencia. Necesitábamos mejores resultados, no solo por la fiesta, sino por nuestra salud mental. Éramos tan orgullosos que un segundo fracaso nos volvería locos.

Nos dijeron que debíamos hacerlo aquella misma tarde y desaparecieron, no sin antes desearnos buena suerte, lo cual me inquietó inexplicablemente.

Salimos de la cocina, disfrutando del espacio extra, y nos quedamos en la sala de estar. Charlamos un poco sobre las tareas que cada uno llevaría a cabo durante la misión hasta que creímos que habíamos tomado en cuenta cualquier imprevisto. Los chicos decidieron que entrenarían un poco, pero Michael y yo ya lo habíamos hecho, así que nos ofrecimos a preparar la comida.

Ugh, no estoy emocionada por utilizar aquel traje negro de nuevo —comenté una vez de vuelta en la cocina.

Michael sonrió y estuvo de acuerdo. Aquellos trajes eran feos e incómodos.

—Después de terminar con la remodelación, diseñaré unos mejores —aseguré—. Aunque tal vez primero deberíamos elegir un nombre. Equipo Alfa nunca me convenció.

Michael preparó una sopa mientras yo cortaba vegetales.

—Será difícil elegir un nombre. —Rio. —No podemos ni siquiera establecer un orden para utilizar el baño, mucho menos estaremos de acuerdo en algo que nos represente.

Me encogí de hombros.

—Ha habido ciertas mejoras en el equipo desde la primera misión. Tal vez no tantas como esperábamos, pero se ha sentido un poco más de paz, ¿no crees?

—Supongo que influyó el hecho de que le salvaras la vida a Anthony. No te ha hecho ninguna broma y no se han peleado tanto como la semana pasada.

Bufé con orgullo. No quería aceptar que Anthony y yo éramos los principales causantes de la desorganización del equipo.

—Honestamente, no sé cómo soportaré diez años con él —admití—. Se supone que para ser líder del equipo debemos conocer a todos los integrantes, pero Frederick es el único que está verdaderamente abierto a ser conocido. Anthony y yo somos orgullosos... Brandon y tú son callados... Eagle y Ryan son reservados... Somos un equipo difícil.

—Difícil es una palabra corta para describirnos. Somos raros —dijo Michael con simpleza—. A veces estamos bien. Nos peleamos. Nos salvamos la vida. Hacemos una buena acción por el otro. Y de pronto estamos peleando de nuevo. Podemos pasar un buen rato juntos y al siguiente comienzan los insultos.

Reí por lo bajo.

—Seguramente no es normal tener tantos cambios de humor masivos.

—Es anormal, concuerdo.

Continuamos hablando sobre el equipo. Le conté a Michael que Brandon y Anthony en realidad eran medios hermanos y él se sorprendió tanto como yo.

—No sabía que había otro par de hermanos en el equipo —comentó, para después cerrar la boca con la velocidad de alguien que dijo algo que no debió.

—¿Otro? ¿Quiénes más son hermanos en el equipo? —cuestioné con extrañeza.

Michael abrió la boca para explicarme (seguramente alguna mentira mal elaborada), pero los chicos en ese momento entraron a la cocina apestando a sudor. Anthony me llamó a gritos desde fuera de la cabaña, así que le dirigí una mirada a Michael para que supiera que nuestra conversación no había terminado y salí de ahí.

Salté las escaleras rotas del porche, buscando a Anthony con la mirada. Al no encontrarlo, tuve un pequeño deja vú de aquella vez que Frederick y yo salimos a buscar a Ryan porque parecía correr sin control. Habían sucedido cosas extrañas aquel día y había olvidado preguntarle a Ryan qué había ocurrido.

Escuché ramitas crujir detrás de mí y sentí una vibración en los pies, advirtiéndome de la presencia de alguien. Desde la primera misión y el descubrimiento de otro poder, habían aumentado de alguna manera los alcances de mi control sobre los cuatro elementos. Con la tierra y el agua no solo podía mover piedras, lodo y esferas de agua, sino también podía comunicarme con ellas, como si tuviera un mapa mental del terreno que estaban cubiertos por cierto elemento y supiera con exactitud dónde estaba cada cosa y persona. Con el viento había descubierto que podía hacerme volar, aunque me era difícil mantener el equilibrio. Temía de experimentar con el fuego, así que realmente no tenía ninguna novedad con él.

Anthony me sacó de mis pensamientos con una ligera descarga eléctrica en mi hombro. Gruñí y me di vuelta para mirarlo de mala gana. No deseaba meterme en una pelea con él cuando estábamos por ir a una misión.

—Si me llamaste para alguna broma, Anthony, juro que-

—Eh, tranquila, Alien —interrumpió con diversión—. Tienes serios problemas de confianza, ¿te lo han dicho?

Ajá, ¿y quién tiene la culpa?

Me crucé de brazos y rodé los ojos.

—¿Qué quieres, Chispas?

Anthony suspiró. Me miró un par de segundos a los ojos, como si buscara algo que yo no terminaba de comprender. Pareció darse por vencido y me enseñó un pequeño frasco que no había notado que tenía en sus manos. En él había un líquido transparente que burbujeaba cada vez que Anthony lo sacudía.

—Necesitamos una tregua temporal —estableció, tragándose su orgullo—. Esta misión definirá si vamos a la fiesta o no. Brandon me dijo que no confiarías en mí así como así, por lo que preparé esto como prueba de que la tregua temporal es seria. —Me dio el frasco. Desvió la mirada con irritación. Podía ver claramente que le costaba pronunciar las palabras. —Eres fea en general, pero el azul te va peor. Supongo que no querrás ir a la fiesta así. El líquido estará listo para mañana, solo necesita asentarse para que no tenga reacción en tu piel. De nada.

Tomé el frasco con cautela, desconfiando de sus intenciones.

—¿Qué me asegura que el líquido no le hará algo peor a mi piel? —reté con el ceño fruncido.

Dah. Yo lo hice. Es la mejor garantía que puedes obtener. Tengo múltiples talentos, Alien, y el mejor de ellos es crear sustancias químicas.

Resoplé. La única manera de saber si aquel líquido me haría algún favor sería probándolo, así que realmente no tenía mucha opción.

—Si esto tiene algún efecto indeseado sobre mi piel, me aseguraré de dejarte sin comer por las siguientes ocho semanas —amenacé, alzando mis cejas con seriedad. Anthony me miró como si mi idea fuera ridícula, pero logré ver el ligero brillo de curiosidad. Sonreí con arrogancia. —Fue sencillo adivinar que no sabes cocinar cuando ayer tuviste la opción de limpiar el retrete o hacer la cena. Ambos sabemos que hubieras elegido hacer la cena de haber sabido cómo cocinarla.

Anthony desvió la mirada por un segundo, confirmando mi teoría: él tenía menos conocimiento culinario que yo. Brandon alguna vez había asegurado que no éramos tan distintos, que proveníamos de familias y situaciones similares. Ahora era más que claro que, a pesar de las múltiples burlas de Anthony, él no sabía realizar tareas básicas. Por ello había tardado tanto en reparar su habitación, era demasiado orgulloso para pedir ayuda y admitir que estaba a mi nivel. No obstante, nuestra diferencia radicaba en que yo había decidido aprender porque odiaba ser dependiente y él no había podido alejar su orgullo.

—Me halaga que me prestes tanta atención, White —dijo con una sonrisa socarrona.

Yo sabía con certeza que detrás de aquella sonrisa habían cientos de inseguridades. Lo sabía con certeza... porque era como verme en un espejo. Un espejo deforme, misógino y sin cejas, pero un espejo a fin de cuentas.

—Es lo justo por hacer cuando tú le prestas tanta atención a mi trasero cuando crees que no me doy cuenta, Anthony —imité su tono. Borró su sonrisa de inmediato. —Soy una chica, Chispas. Tristemente estoy acostumbrada a recibir miradas sucias, como las tuyas. Sé identificarlas. Si finjo no notarlas es solo porque yo misma deseo evitarme la incomodidad, no porque tú merezcas mi silencio.

No esperé respuesta. Entré a la cabaña sin prisa, jugando con el líquido del frasco y rogando que Anthony hubiera sido honesto con sus intenciones. Mis emociones no podrían soportar otra decepción ni más ira.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro