Llegué temprano, como todos los días al instituto, ya no sabía cuál lugar es peor si es mi casa o la escuela, si ambos lugares estuvieran en una competencia no sabría a cuál darle el lugar ganador y optaría por un empate.

Los estudiantes dedicados, inteligentes o simplemente los normales, los invisibles siempre ocupan los pasillos a temprana horas, los perezosos, los dolores de cabeza del director, los bravucones o cualquier estudiante que odie la escuela y los estudios, llega siempre faltando cinco minutos o tarde, muy tarde, excepto Liam Payne.

Él es la pesadilla de mi vida y para mi mala suerte siempre está aquí desde temprano, como si me esperara para dar inicio a su tortura de todos los días, como si mi dolor aumentara su felicidad para iniciar el día.

-¡Pinnock! -me llamó fuerte y claro pero opté por ignorarlo.

Gran error.

-¡Te estoy hablando! -agarró mi brazo con fuerza y gemí del dolor.

-Me estas lastimando.

-¿A caso intentabas ignorarme? -preguntó furioso.

Lo miré directo a los ojos y sentí desfallecer, estaba lastimándome y no podía hacer nada, soy tan débil, estoy harta de mi misma, miré por encima de sus hombros y nada... No tenía salvación ahí solo se encontraban sus dos fieles amigos inseparables, Zayn Malik y Harry Styles.

-No -respondí en un murmullo.

-¿Dónde está nuestra tarea? -preguntó Zayn desde atrás, lo miré y luego volví a mirar a Liam qué se mantenía con expresión dura y fría.

¡Odio mi vida!

No pude hacerle la tarea de Química, me van a matar, a cortarme en pedacitos, entrarme en una maleta y dejarla abandonado en un río. Ojala lo hicieran así terminarían con esta tortura.

Liam apretó más mi brazo y gemí por el dolor, rápidamente soltó mi brazo como si le quemara, fue tan extraño viniendo de él pero le agradecí mentalmente, su apretón no era lo que más me dolía sino el moretón qué ocultaba debajo de la chaqueta.

-¡Es qué estas sorda, estúpida! Responde a mi pregunta -molesto Zayn dio un paso más adelante y ambos quedamos cara a cara.

-No pude hacer la tarea, no me dio tiempo -expliqué.

-¿Nos creés idiotas? -me preguntó evidentemente enojado.

Sí.

-No -respondí con temor.

-Zayn, ya déjala, la clase de Química es a última hora -Liam se giró y empezó a caminar en dirección recta, directo a su salón.

-Tienes hasta entonces -Zayn me dio la espalda después de seguramente planear en segundos un castigo para mi.

-Será mejor qué hagas lo que te pedimos, claro -sonrío Harry de lado, su típica sonrisa retorcida con sus ojos verdosos, brillantes por el placer de hacer sentir miedo con cada palabra que su voz ronca producía -sí sabes lo que te conviene-

Suspiré de alivio, luego de la no grata bienvenida de esta mañana pude hacer la tarea de esos buenos para nada, claro, no pude desayunar ni comer, me perdí mi receso solo para poder terminar a tiempo, nuevamente tengo que hacer el cambio y me dirijo a mi casillero para tomar mis libros de la última clase.

Al abrir la puerta, nuevamente cae un papel, lo tomé del suelo y pude ver qué era una nota, miré a ambos lados del pasillo y nada, nadie estaba por los pasillos seguramente ya estaban dentro de las aulas, abri la nota y reconocí la perfecta caligrafía del día anterior.

Hola, de nuevo.

Vi como desechaste mi primera nota, siento que esto es una perdida de tiempo, además de ridículo pero es lo único que me acerca a ti, sé que estarás pensando que es una broma, como muchas veces te la han hecho pero no, te estoy siendo sincero.

Yo te quiero, Leigh-Anne.

-Anónimo.

Miré nuevamente el pasillo y nadie me estaba observando, entre la nota dentro del casillero y cerré después de sacar todo lo que necesitaba.

No caeré, no otra vez.