Tres días... Tres días en que no recibo más cartas, tres días que no se nada sobre Anónimo, tres días en la oscuridad, tres días más en el infierno.

-Tenemos tanta tarea, y encima se acercan los exámenes... Leigh-Anne ¿Me estás escuchando?

¿Por qué ya no encuentro más notas en mi casillero?

-¡Leigh! -me gritó Jade. -No me estás escuchando.-

-Lo siento, ¿Qué me decías? -pregunté con voz cansada.

-Nada. -contestó enojada -Desde lo último que pasó actúas muy diferente, pareces muerta en vida, y yo te lo advertí Leigh, no confíes en nadie aquí, sabes que este instituto está lleno de víboras no debiste permitir que te siguieran llegando esas cartas, ¡Mirate! Apostaría todo mi dinero a que en las noches lloras por lo que pasó - Jade suspiró y bajé mi mirada -, no debería hablarte sobre esto perdóname, sabes que te quiero, ¿Lo sabes, no?-

-Si siguen hablando tan fuerte, las echaré de aquí -una mujer de algunos cincuenta años nos reprendió, ella es la dependienta de la biblioteca del instituto.

Ambas nos avergonzamos y decidimos cambiar de tema o mejor dicho volver hacer nuestra tarea y la de los chicos.

-Pensé qué con tu cambio de apariencia las cosas para ti mejorarían, incluso no pensaba que siguieras siendo mi amiga -confesé.

-¿A qué te refieres? -preguntó sin despegar la vista de su libro de Física.

-Ya sabes, ahora eres más bonita, sin esos grandes anteojos y brackets se puede apreciar mucho más tu belleza -reí bajo con mi comentario -, es irónico pensaba que ibas a tener a Harry detrás de ti. -

-Ya vés -me miró -este es el mundo real no como en los libros qué leemos, específicamente dónde la nerd se queda con el chico lindo y popular-

-De todas formas eres más bonita que Taylor y Harry no te merece -tomé mis libros, los extra libros (los qué no me pertenecen) y los guardé en mi mochila. -Tenemos diez minutos para ir a clases, me adelantare un poco necesito hacer el cambio de materia.-

Jade asintió y salí de la biblioteca con dirección a mi casillero, tenía aquélla esperanza de volver a encontrar una nota, lo que sea que me indicara que lo que leía era real, que no era un juego más, que yo no soy una vez más la burla de todo el instituto.

Mis manos temblaban mientras ponía la clave para abrir mi casillero, me sentía estúpida esperando por algo que posiblemente no volverá a pasar. Empujé la pequeña puerta hacia afuera y una hoja estaba a orillas del cajón, la tomé antes de que se cayera al piso, mis nervios se aumentaron y la desdoblé sin más.

Hola.

Perdóname por no seguir enviándote las cartas, soy un cobarde y me odio por eso, debí haberte defendido aquél día de Zayn, Harry y sobre todo de Liam, la verdad es wue tengo miedo de qué descubras quién soy y me odies, yo no quiero eso Leigh. He intentado alejarme de ti pero no puedo olvidar tu sonrisa, tu voz, es imposible apartarte de mi.

Si tan solo pudiera enfrentar mis miedos, te dijera en este preciso instante que Te Amo.

-Anónimo

Sonreí como boba al leer cada palabra, ¡El me ama! Si es real, no es un juego, esperen un momento.

Volví a releer la carta con más atención y abrí mis ojos ante la sorpresa; ¿Anónimo va en la misma clase qué yo?