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[Prologo, Parte 3: Descenso al Abismo]

Shiro: Grr...aah!

Durante toda su carrera como un cazador, Shiro nunca llegó a sentir la incomodidad que otros mencionaron sentir durante el proceso de acceso en una puerta.

Esto se debía a que él era literalmente una bomba de maná andante, por lo que sentir ese poder recorrer cada una de sus células era el pan de cada día.

De hecho, se sentía calmado mientras era transportado de la tierra al bolsillo de otro mundo, era como si fuera parte del oleaje energético.

Entendía que se debía al hecho que ahí dentro su maná fluctuaba libremente fuera de su cuerpo...era el único momento en toda incursión realizada en el pasado que disfrutaba.

Pero, parecía ser que este portal por el que fue absorbido era una excepción a esa regla creencia suya, en lugar de sentirse dentro de un océano, era como estar dentro de un tornado.

Shiro: Woah...woah!!!

Después de unos cuantos segundos más de incomodidad, Shiro finalmente fue expulsado al otro lado de la puerta y aterrizó de espaldas contra el frío suelo.

Shiro: Hmng...

Mientras Shiro gemía de dolor, el sonido del metal chocando contra el metal, la carne siendo cortada y quemada llenó sus oídos.

Abrió los ojos aún mareado y miró al frente, notando cómo Tsukiko y Futaro estaban luchando contra lo que parecían guerreros esqueléticos y escorpiones del tamaño de un perro justo a los demás miembros de la incursión.

Shiro: Que clase de lugar es este...?

Su mirada recorrió el entorno con cautela. El espacio a su alrededor se revelaba como un laberinto de túneles circulares, sus paredes curvas serpenteando en todas direcciones.

La oscuridad predominaba, envolviendo cada rincón como un manto espeso e impenetrable.

No obstante, pequeñas piedras luminosas incrustadas en las paredes ofrecían destellos de luz intermitente, iluminando apenas lo suficiente para que Shiro pudiera distinguir entre sus compañeros, los enemigos...y un aguijón que se dirigia hacia su rostro desde su visión periférica derecha.

Afortunadamente para Shiro, la cola del escorpión era muy diferente a la de su mundo, poseía 2 puntas y un espacio estrecho entre ambas que él aprovechó para colocar su mano de manera vertical y detenerla a centímetros de su rostro.

<Slash!>

La bestia chilló con dolor cuando Shiro cortó su cola usando una espada que había cerca suya y pertenecía a uno de los soldados esqueléticos que su grupo derrotó.

Al mismo tiempo que cambiaba el color de 2 luces de su brazalete, esquivó rodando hacia un lado la sangre que era expulsada desde la extremidad cercenada del enemigo, dándole después una patada que lo estrelló con la pared detrás suya en cuanto sintió el poder dentro de si incrementarse.

Shiro: Buf...

Suspiró con alivio, levantándose y poniéndose de pie mientras regulaba su brazalete para incrementar su poder nuevamente.

El tiempo se ralentizaba mientras devolvía sus ojos hacia adelante, esta vez vio como Tsukiko luchaba contra un enorme esqueleto que llevaba una pechera oscura, una falda escocesa, un cinturón negro junto con un garrote, una capa y una corona.

( Parece el líder, no, el rey de esos soldados... ) -Shiro

Pensó, mirando ahora hacia los enemigos más pequeños, dándose cuenta que Futaro y otros espadachines fuertes se encargaban de los secuaces del rey, mientras que el resto, algunos magos y otros luchadores más débiles, mantenian a raya a los escorpiones.

( Por ahora parecen capaces de mantener el ritmo, pero dudo mucho que estos sean los únicos enemigos aquí dentro y no parece que estos de ahora paren de venir... Necesitarán ayuda mientras esperamos por Takebayashi... ) -Shiro

Tomó una gran bocanada de aire para estabilizar su respiración y no perder el control de su maná, bajando la mirada para observar la energía elemental del arma que descansaba en sus manos.

( El rango de estos tipos es claramente superior al C si Tsukiko no ha derrotado a su rey todavía... Primera vez que utilizaré en catalizador tan poderoso ) -Shiro

No sólo los monstruos eran más fuertes por su rango, sino también por sus armas. Desafortunadamente, estás últimas perdían todo su poder y durabilidad fuera de la puerta de la que salieron, por eso Shiro nunca se llevó una a casa.

<<En una batalla, los números son una clara ventaja. Pero la gran cantidad de fuerza de un individuo puede igualar las condiciones en el campo. Multiplica ese individuo con otros 10 y tendrás un escuadrón que puede enfrentarse a un ejército>>

Esas palabras de Katsuhiro resonaron en la mente de Shiro mientras cerraba los ojos y comenzaba a canalizar su poder hacia la espada, luego corrió hacia sus aliados y cuando alcanzó la distancia deseada, saltó en el aire para luego lanzarse hacia abajo.

Shiro: [Acción Turbo]!

Cuando la espada se clavó en el suelo con fuerza, se formó un enorme círculo mágico en el área de impacto y luego se expandió hasta que logró alcanzar a todos los aliados de Shiro.

Esta era la razón por la que Tsukiko lo llamó un cazador en toda regla, como Mago no podía luchar solo porque podría terminar mal para su cuerpo si perdía el control de su energía, pero al ser un apoyo podía quedar en un segundo plano y solo actuaba cuando era necesario para mejorar as habilidades de aquellos que lo rodean.

Era un [Potenciador] y uno de los mejores dado que podía alcanzar el nivel que quisiera si mantenía el control, <beep-beep~> aunque no por mucho tiempo claramente.

( Ya está sonando...? Se que es mi primera vez usando tanto poder, pero no esperaba que fuera tan poco tiempo... ) -Shiro

Incluso cuando por dentro Shiro estaba calmado, por fuera parecía como si estuviera a punto de desmayarse, es por eso que sus compañeros dejaron de lado la sorpresa de verlo aparecer de repente y se concentraron en reducir lo más rápido que podían los números de los enemigos.

<Creaak!>

Los ojos de Shiro se abrieron al escuchar ese sonido, miró hacia abajo y notó como la hoja de la espada comenzaba a agrietarse. De repente, vio un líquido rojo goteando, supo que era sangre al respirar y olerlo, en el reflejo roto de la hoja vio que provenía de su nariz.

Shiro: Sólo...un poco más...

Las piernas de Shiro comenzaron a temblar, su visión se volvió borrosa y su respiración entrecortada, la tensión a la que estaba sometiendo su cuerpo se volvía difícil de mantener con cada segundo que pasaba.

<Crack!>

Finalmente, la espada cedió junto con la consciencia de Shiro, destruyéndose en pedazos. El cuerpo del chico cayó hacia adelante, aterrizando de cara contra el suelo...y su estómago sobre un pedazo roto del arma, pero estaba tan agotado que no reaccionó al dolor.

Tsukiko y Futaro: Shiro!!!

Afortunadamente, no se iba a desangrar, gracias a su habilidad sus compañeros lograron acabar con el grupo de monstruos que les estaban atacando.

No sabían si vendrían más o diferentes, pero lo que importaba ahora mismo era asegurarse que no hubiera ninguna baja de su lado. Futaro le dio la vuelta mientras que Tsukiko observaba con horror el trozo de metal clavado en su estómago.

Futaro: Sácalo Tsukiko!

Tsukiko: Huh!?

No solo ella estaba sorprendida, los demás cazadordes en la incursión pensaron que Futaro estaba loco, remover la hoja solo haría que muriese más rápido, no obstante, el gemelo mayor entendía a la perfección como funcionaba la condición de su hermano menor.

Futaro: Lo haré yo entonces!

Dicho y hecho, sacó el fragmento y la sangre de Shiro empezó a filtrarse al suelo, preocupando a los demás.

No obstante, eso dejó de suceder cuando Futaro cambió los colores de todas las luces en el brazalete de su hermano, volviéndolas a la normalidad una vez que la herida se cerró gracias al flujo de maná.

Shiro: Gaha!

Shiro despertó con la repentina subida de energía, tosiendo sangre y manchando la camisa de Futaro en el proceso. Su hermano mayor ignoró ese hecho y lo abrazó mientras los demás suspiraban con alivio.

Shiro: Es...están todos bien?

Cazadora: Gracias a ti, Uesugi-kun

Cazador: Así es. Llegaste justo a tiempo

Shiro asintió y le devolvió el abrazo a Futaro, pero su expresión aturdida aún estaba ahí. Tsukiko revisó su bolsillo y sacó otro caramelo de café que entrego al cazador de pelo plateado.

Tsukiko: Recúperate

Shiro tocó el hombro de Futaro para pedirle espacio, el pelinegro rompió el abrazo mientras se levantaba y su hermano consumía el caramelo, suspirando aliviado al sentir cierta mejoría.

Futaro: Mejor?

Extendió su mano hacia él y Shiro la tomó para ponerse de pie, parpadeando unas cuantas veces. Confirmó que su visión ya no estaba tan borrosa.

Shiro: Todavía sigo...

El mareo regresó repentinamente y Shiro se tambaleó con la mirada perdida, casi cayendo al suelo, nuevamente, de no ser por Tsukiko.

Shiro: De pie...

Tsukiko: Apenas

Tsukiko se rió entre dientes, siendo seguida por Shiro, Futaro y luego todos los demás. Durante una incursión, siempre existe ese momento de paz para que todos puedan recuperar sus energías si esta se alargaba demasiado.

En este caso, básicamente venía comenzando, pero la cantidad de enemigos que tuvieron que enfrentar hace nada era equivalente a una incursión completa dentro de una puerta ango D, la cual se suponía que iban a hacer ahí dentro.

Tsukiko: Veo que Take-san no está aquí. Se quedó afuera?

Shiro: Correcto, debería de estar contactando con la asociación ahora mismo

Cazadora 2: Que alivio...

La mirada de todos se dirigió hacia donde estaba el portal y notaron como la energía que lo recorría no era azul o roja, sino morada.

Cazador 2: Tuvimos suerte que fuera una [Puerta Morada] y no una roja...

La [Puerta Roja] transportaba al grupo de cazadores a un ecosistema mucho más complejo y hostil, sin posibilidad de retirada, a diferencia de una azul normal.

En cambio, la morada era más accesible; los enviaba a un área más difícil de lo habitual dentro de la misma zona donde deberían estar. Pero, una vez roto el sello, podían usar el mismo portal para regresar a la tierra.

( Solo algunos magos tienen esa capacidad, yo solo puedo absorber y liberar energía para mejorarme a mí y a quienes me rodean... ) -Shiro

Estos bolsillos no paraban de evolucionar con el tiempo, porque no fue hasta hace unos años que aparecieron ambas derivaciones de la puerta común. La ahora acostumbrada humanidad no estaría sorprendida si se formaban nuevas variantes.

( Esto parece un laberinto con varios pisos, supongo que estaremos en los intermedios... ) -Shiro

Shiro llegó a esa conclusión mientras escaneaba el techo del área, que estaba mayoritariamente oscuro, pero se podía ver su límite, altura y cómo habían algunos puentes conectando los túneles.

Tsukiko: Vámonos, la ayuda no tarda en llegar

Shiro caminó hacia la [Puerta] con Tsukiko, todavía apoyándose en ella. Futaro, por su parte, estaba discutiendo con otros cazadores cómo la situación no empeoró más gracias a su hermano pequeño.

Mientras su hermano mayor y amiga se sentían orgullosos de él, la mente de Shiro analizaba cómo su potencial como Potenciador era enorme, sólo arrastrado por su cuerpo roto y eso lo frustraba mucho.

( Quiero decir, al menos sensei está...técnicamente viva, existe la posibilidad de que se recupere, al igual que mamá... Solo necesito seguir esforzándome y encontrar la cura sea como sea! ) -Shiro

Su frustración se convirtió en determinación después de ese pensamiento y suspiró, sintiéndose aún mejor que cuando despertó.

Shiro estaba a punto de decirle a Tsukiko que podía caminar solo, pero sintió una repentina y aterradora cantidad de energía mágica aparecer en su costado, lo que lo hizo detenerse en seco, confundiendo a su amiga.

Tsukiko: Que suce-!?

<Crack!>

Tsukiko también lo sintió de un momento para otro, pero para cuando escuchó y vio que la pared a su derecha era destruida, ya había sido empujada fuera del alcance de una mano que salió dirigida hacia ella, la persona detrás de esa acción siendo Shiro, el cual fue agarrado en lugar de su amiga.

Tsukiko: Shi...gah!

La enorme bestia que salió de la pared la pateó contra sus colegas, matando a algunos cazadores débiles con solo la colisión de su cuerpo fortalecido, afortunadamente, Futaro pudo atraparla y detenerla antes de que se cobrara más vidas.

Shiro: Maldito bas...AAAAHHHH!!!

El cuerpo de Shiro comenzó a ser aplastado por las enormes manos del monstruo de más de dos metros de altura, musculoso, cubierto de pelaje gris azulado y con ojos rojo cobrizo y sedientos de sangre.

Futaro: SHIRO!!!

Mientras Futaro dejaba a Tsukiko en el suelo y los otros cazadores débiles que no fueron alcanzados por la colisión gritaban horrorizados al ver las pilas de carne y sangre que ahora eran algunos de sus colegas, el pelinegro se apresuró a salvar a su hermano pequeño.

Futaro: SUÉLTALO!!!

Agarrando 2 espadas del suelo y empuñándolas, Futaro se lanzó contra el abdomen de la bestia para herirla y hacer que suelte a Shiro.

Pero cuando las hojas hicieron contacto con su piel, se rompieron y una onda de choque eléctrica se liberó del impacto, empujando al gemelo mayor hacia atrás de vuelta con los demás y quemando la piel del menor, quien perdió su concentración y no pudo usar un impulso de maná para liberarse del fulminante agarre.

<Ghrkh!>

La garganta de Shiro reverberó con el sonido de un enorme charco de su sangre siendo expulsado, la bestia no dudó ni un poco y aplastó todo su cuerpo con sus manos, estrellándolo contra el suelo detrás de él después de ver la vida abandonar sus pupilas.

El silencio tras la caída de Shiro fue tan denso como la sangre que manchaba el suelo. Futaro, aún tambaleándose por el golpe eléctrico, miró con ojos desorbitados el cuerpo inerte de su hermano.

El gemelo mayor tragó con dificultad, su mente luchando por procesar lo que acababa de ocurrir. Las espadas en sus manos temblaban, pero su corazón no podía permitirse el lujo de colapsar.

Tsukiko, la [Reina Estoica], fue la primera en moverse. Sus labios, normalmente impasibles, temblaron al ver la vida abandonar los ojos de Shiro.

( No, no, no...! ) -Tsukiko

El frío que siempre había mantenido en su interior se quebró. La expresión gélida en su rostro se transformó en un instante, y una rabia silenciosa pero ardiente comenzó a crecer en su pecho.

Sin una palabra, sin un grito, solo el estruendo de sus pasos acelerados resonó mientras desenfundaba su arma, sus movimientos ahora más veloces y afilados, pero cargados de una furia contenida.

Futaro: T-tsukiko, espera!

Gritó, pero su propia voz apenas lo sostuvo. El miedo y la desesperación lo empujaron a moverse también. El horror en su rostro era evidente, pero al igual que su rubia amiga, la ira lo envolvió.

Futaro: TE HARÉ PAGAR PEDAZO DE BASURA!

Con el cuerpo de Shiro aplastado detrás de su enemigo, ambos cargaron hacia la bestia en sincronía.

La criatura, sin embargo, los observaba con la misma frialdad con la que había aplastado al gemelo menor.

Sus palmas todavía goteaban con su sangre y su poder era tan abrumador que incluso su simple presencia parecía sofocarlos.

Tsukiko lanzó un corte lateral hacia su costado, buscando una apertura, pero la bestia bloqueó el golpe con un movimiento brutal, arrojándola hacia un lado.

Futaro intentó seguir con un ataque directo hacia su pierna, pero un solo movimiento de la criatura desvió el ataque y lo obligó a retroceder.

Futaro: Maldita sea!

Futaro rechinó los dientes, sintiendo la impotencia al notar que sus ataques apenas la arañaban. Era como si todo esfuerzo fuera inútil. La bestia los superaba en fuerza y en velocidad.

Tsukiko se levantó rápidamente, limpiando la sangre de su boca. En su interior, sabía que perder la calma sería su fin. Pero la imagen del cuerpo destrozado de Shiro seguía nublando su juicio.

( Shiro... ) -Tsukiko

Lágrimas comenzaron a formarse en las esquinas de sus ojos, la realidad de lo que pasó la azotó con una potencia que superaba los dos golpes que había recibido por parte de la bestia.

Junto con un enojado Futaro, ambos se lanzaron a la ofensiva, sabiendo que no podían permitirse titubear ni un segundo si no querían recibir el mismo destino.

La coordinación entre los dos era impecable. Futaro avanzaba primero, arremetiendo con movimientos rápidos y certeros para desviar la atención de la bestia al ser el más debil, mientras que Tsukiko, la más fuerte, seguía con golpes precisos que buscaban abrir alguna grieta en su densa piel.

Tsukiko: Mantén su atención, pero no arriesgues Futaro!

Exclamó, mientras esquivaba con gracia un enorme zarpazo que dejó una grieta en el suelo. Futaro asintió, con la mirada fija en su objetivo. Aún sentía el peso de la muerte de su hermano sobre sus hombros, pero se aferraba a la furia que ardía en su interior.

Saltó hacia un lado, rodando bajo una de las patas de la bestia y lanzó un tajo hacia su vientre. Las espadas resplandecieron, pero apenas dejaron un rasguño en la piel gruesa de la criatura.

Futaro: Es como golpear una montaña!

Gruñó, retrocediendo con una mueca de frustración, pero Tsukiko no se detuvo. Siguiendo la estrategia que acordaron sin mediar palabra, el gemelo mayor mantenía a la bestia ocupada, se deslizó con movimientos rápidos y fluidos, buscando un ángulo para atacar su flanco.

Por su parte, los ojos fríos de Tsukiko se concentraban en cada detalle, calculando los momentos en los que la criatura bajaba su guardia. Giró sobre sus talones y lanzó una estocada hacia la articulación de la pierna, esperando desestabilizarla.

El filo de su espada conectó, pero la bestia reaccionó al instante, levantando su extremidad con fuerza, obligando a Tsukiko a saltar hacia atrás antes de que pudiera ser aplastada.

La criatura emitió un rugido gutural, enfurecida por los intentos de los cazadores. No obstante, seguían sin haber logrado hacer un daño significativo.

Futaro: Acaso esta cosa tiene un punto débil!?

Preguntó frustrado mientras intercambiaba posiciones con la rubia nuevamente.

Tsukiko: Si no lo encontramos...crearemos uno!

Respondió, jadeante. Su mente procesaba cada movimiento de la bestia, pero no encontraba ninguna vulnerabilidad obvia.

La bestia contraatacó con una brutalidad inhumana, barriendo el terreno con sus enormes garras. Futaro rodó, evitando el impacto por poco, mientras Tsukiko saltaba hacia un lado, sus reflejos apenas suficientes para mantenerse fuera del alcance.

Aun así, ambos sabían que no podrían aguantar mucho más. Las defensas de la bestia eran impenetrables, y cada segundo que pasaba, el agotamiento comenzaba a pesar más.

Un poco alejado de la batalla, el sonido de un saco de huesos podía escucharse y con un brillo plateado emergiendo de su destrozado cuerpo, Shiro se levantó.

Con cada pitido de su ahora dañado brazalete, un impulso de maná comenzó a cerrar cada una de sus heridas y su consciencia era amenazada, luchó con todas sus fuerzas para no caer.

Gradualmente, sus musculos se unieron y tensaron de nuevo, su respiración, antes apenas audible, se estabilizó completamente. Su cuerpo, revitalizado por la tormenta de energía, recuperó lentamente su movilidad. Intentó dar un paso adelante, pero tropezó y cayó de una rodilla.

Shiro: ...

Tenía sentido, el dolor no se había ido y estaba quemando cada uno de sus nervios, pero ese sentimiento era opacado por uno mucho más fuerte: una ira más helada que el propio polo norte, alimentada por la vista de Futaro y Tsukiko haciendo su mejor esfuerzo para contener a la bestia.

Hablando del dúo, ambos acabaron retrocediendo, sus cuerpos heridos, pero la voluntad de seguir luchando aún ardía en sus miradas.

A pesar del agotamiento, se mantuvieron en pie, tratando de encontrar una estrategia para derribar a la bestia que los superaba en poder y resistencia. Pero, la criatura, en su furia desmedida, lanzó un ataque final devastador.

Un golpe brutal lanzó a Futaro hacia atrás, su cuerpo chocando con una roca, pero, aun así, logró levantarse con esfuerzo, limpiando la sangre que goteaba de su frente.

Tsukiko también fue empujada, cayendo de rodillas, pero se rehusaba a rendirse, apoyándose en su espada para levantarse nuevamente.

Tsukiko: No podemos rendirnos...hay que...llevarnos el cuerpo de Shiro de vuelta...

Futaro: Solo un poco más...estoy seguro que estamos cerca...

Por más que anhelaban cumplir con esas palabras, la bestia no les dio ninguna tregua. Se lanzó hacia ellos, dispuesta a aplastar a los cazadores de una vez por todas.

Ambos intentaron esquivar, pero el agotamiento les pesaba en cada movimiento. Parecía que todo estaba perdido...hasta que de repente, la persona que menos esperaban ver de pie una vez más, aterrizó entre ellos y la bestia.

Shiro: Esta es...la última batalla...en la que formarás parte

En un parpadeo, apareció sobre la rodilla de la bestia y desde allí, saltó hacia su cara con una patada con voltereta hacia atrás, golpeándole la barbilla y haciéndo retroceder a la bestia.

Tsukiko: Shi...Shiro...!

Futaro: Estás...estás bien!!!

Ninguno de los dos podían creer lo que estaban viendo, estaban seguros que los ojos de Shiro perdieron todo rastro de vida al ser aplastado.

Pero él ahí estaba, delante de ellos, su ropa desgastada y su cuerpo desbordando [Maná] color plateado, pero de pie y con su vida intacta.

Shiro: Descansen...yo me encargo desde aquí...

Los gritos de negación de Tsukiko y Futaro no llegaron a los oídos de Shiro antes de que cada sonido desapareciera para él cuando cerró los ojos.

Respiró hondo, concentrándose en asimilar el flujo de maná a su alrededor para usarlo correctamente y acabar con la bestia de una vez por todas.

<<Es una de las primeras técnicas que desarrollé como Potenciador, se trata un aumento masivo de energía. Cuando la controlas, todo aumenta: tu potencia, velocidad e incluso el oído y la visión mejoran espectacularmente. Pero sólo puede sostenerse por un corto tiempo, por lo que entre menos tiempo tardes en acabar con el enemigo, la carga que sufrirá tu cuerpo después de su uso también lo será>>

Una vez más, las palabras del mentor de Shiro resonaron en la mente del chico cuando finalmente obtuvo el control total de la energía.

Pero antes de desatarlo, rasgó su ya destrozada camisa, lo que iba a usar lo iba a hacer de todos modos, pero la presión de hacerlo le dolería muchísimo después si lo permitía.

Shiro: <<Kaio-ken!>>

Tan pronto como dijo esa palabra, su aura platinada se transformó en una roja ardiente. No hubo cambios en su físico, pero el enorme estrés de esa técnica ya aumentó su presión arterial, reventó algunas venas e hinchó su masa muscular.

Las bocas de Futaro y Tsukiko se abrieron con incredulidad, el aumento masivo en el poder de Shiro los dejó absolutamente conmocionados y sorprendidos.

La bestia compartió ese sentimiento, pero se recuperó en un instante, corriendo en su dirección con enfado y su mandíbula sangrando.

Shiro: Ese va de mi parte...

Susurró, con una frialdad que congelaría a la mayoría de personas. La bestia intentó descender sobre Shiro con un puñetazo, pero el chico desapareció de donde estaba y cuando apareció de nuevo, se encontraba sobre la cabeza del monstruo con un pie levantado, el cual usó para propinarle una patada de talón en la parte superior de la cabeza.

Shiro: Ese va de parte de Futaro...

Con una velocidad digna de un cazador de alto rango, Shiro atacó a la bestia desde todos los angulos, asegurandose de poner toda su fuerza en cada uno de los golpes.

La barrera en la piel de la bestia agriteandose con cada impacto y su barrera electrica apenas teniendo efecto en el chico.

Futaro: Shiro...

Tsukiko: Ese poder...

Cada golpe resonaba como un trueno, cada uno cargado con el poder del <<Kaio-Ken>>, llevando su cuerpo al límite absoluto.

La criatura, que antes parecía imparable, ahora retrocedía bajo la brutalidad de los ataques de Shiro. Futaro y Tsukiko, atónitos, miraban en silencio, sus cuerpos paralizados por la mezcla de dolor y asombro.

Shiro: Ngh...!!!

Pero el sobreesfuerzo estaba tomando su peaje en Shiro. Sus músculos temblaban, y sus respiraciones se volvían cada vez más entrecortadas.

Pese a eso, la furia en sus ojos no se apagaba. Con una última explosión de velocidad, Shiro corrió por la pared de la caverna, alcanzando el techo en cuestión de segundos.

Shiro: Y este va de parte de Tsukiko...!!!

Arrancó una estalagtita del techo y se lanzó en picada hacia la bestia, que apenas comenzaba a girarse para defenderse. La estalactita atravesó el cráneo de la criatura con una fuerza devastadora, clavándola al suelo con un rugido final de agonía.

Futaro y Tsukiko, todavía de pie aunque tambaleantes, observaron en silencio mientras la bestia moría.

No podían apartar la vista de su compañero, cuyo cuerpo se estremecía de agotamiento. Shiro cayó pesadamente al suelo junto a la bestia, jadeando mientras sus manos apretaban el suelo, intentando mantenerse consciente a pesar del enorme gasto de energía.

El silencio que siguió al último aliento de la bestia era pesado, casi irreal.

Shiro, jadeante, apenas se mantenía en pie, su aura lentamente desvaneciéndose, como una llama que había consumido su último respiro de oxígeno.

Tsukiko y Futaro lo observaban, su alivio entremezclado con una preocupación creciente por el estado de su amigo y hermano, pero antes de que pudieran moverse hacia él, el sello de la puerta comenzó a brillar intensamente.

La caverna entera retumbó cuando el portal se abrió, emitiendo un brillo cegador que revelaba un portal de vuelta hacia el parque.

Los cazadores que habían estado al fondo, observando la masacre unilateral desde una distancia segura, no desperdiciaron ni un segundo. Heridos y agotados, se apresuraron en atravesarla, ansiosos por escapar de los peligros de la mazmorra.

Futaro, Tsukiko y Shiro hicieron lo mismo. No obstante, este último, dio apenas cinco pasos lejos del cadáver cuando su cuerpo, agotado y forzado más allá de su límite, comenzó a mostrar las consecuencias.

Sin advertencia, todos sus músculos se desgarraron de forma simultánea, rompiéndose en un estallido de dolor que lo detuvo en seco.

Cayó de rodillas, soltando un grito sofocado mientras la sangre brotaba de cada fibra de su ser, cubriendo el suelo a su alrededor en un charco rojo oscuro.

Futaro y Tsukiko, quienes lo seguían de cerca, se detuvieron de golpe al verlo colapsar.

Futaro y Tsukiko: SHIRO!!!

Sus ojos se abrieron de par en par mientras lo veían derrumbarse una vez más. Futaro corrió hacia él, pero justo cuando lo alcanzaba, el suelo bajo ellos comenzó a crujir y a agrietarse, desmoronándose rápidamente.

El colapso de la caverna no había terminado. El peso de la muerte de la bestia había hecho que toda la estructura fuera inestable, y ahora el suelo bajo Shiro se desmoronaba en grandes pedazos, formando un abismo oscuro bajo él.

Futaro: No, no, no...!!!

Futaro se lanzó hacia adelante en un desesperado esfuerzo por atrapar a su hermano, logrando apenas agarrar su mano en el último segundo antes de que el cuerpo de Shiro cayera hacia el vacío.

El peso de Shiro, combinado con el cansancio extremo de Futaro, hizo que sus piernas flaquearan. Su cuerpo temblaba mientras intentaba sostener a su hermano, pero la sangre resbalosa de Shiro hacía que fuera casi imposible mantener el agarre.

Shiro: Fu...futaro...

Futaro: Aguanta! No...te dejaré caer!

Jadeo mientras su rostro se contorsionaba con esfuerzo y dolor. Tsukiko, viendo la escena desde un poco más atrás, intentó moverse para ayudar, pero el suelo bajo sus pies también comenzaba a ceder.

Cada grieta que se expandía la obligaba a avanzar con cautela, pero los temblores y derrumbes hacían que cada paso fuera un peligro.

Shiro: Es...escuchame...

Futaro: Tsukiko...necesito ayuda!

Tsukiko: Estoy intentándolo!

Luchó por mantener el equilibrio mientras avanzaba lentamente hacia ellos. Pero mientras Tsukiko se acercaba, el suelo bajo Shiro finalmente cedió por completo.

Su cuerpo se deslizó más y más hacia el borde del abismo, y aunque Futaro hizo todo lo posible por aferrarse, sintió cómo el peso de su hermano se le escapaba de entre los dedos.

Shiro: Suéltame...salvate tú..!

Apenas consciente, alzó la mirada hacia su hermano. Sus ojos se encontraron por un instante, y en ellos Futaro vio un dolor profundo, pero también resignación. Shiro sabía que su cuerpo estaba roto, que no podía mantenerse.

Futaro: No voy a dejarte!

Gritó, pero su brazo temblaba incontrolablemente y su fuerza comenzó a desaparecer con cada segundo, lágrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas de ambos hermanos, pero a diferencia del mayor, una sonrisa adornaba la cara del menor.

Shiro: Dile a papá, mamá y Raiha que los amo...pero que me perdonen, no podré regresar a casa esta vez...

Tsukiko: Espera Shiro, ya casi estoy...!!!

Las lágrimas tambien recorrían las mejillas de Tsukiko, quien antes de que pudiera de llegar, observó como el agarre de Futaro se rompía. Shiro se deslizó de entre sus dedos y cayó hacia el oscuro vacío.

Futaro: SHIRO!!!

Su voz se desgarraba mientras veía a su hermano desaparecer en la oscuridad. El eco de la caída resonó en la caverna, acompañado solo por el ruido ensordecedor del suelo desmoronándose bajo sus pies.

Tsukiko, horrorizada, se asomó detrás de Futaro, su mirada fija en el vacío donde Shiro había desaparecido.

El suelo bajo ellos seguía desmoronándose. Las grietas se extendían rápidamente, y la caverna entera estaba al borde del colapso.

Aunque ambos cazadores querían ir hacia allí, hacer algo por Shiro, sabían que no podían quedarse por mucho más tiempo.

Tsukiko: Futaro, tenemos que irnos...

Pese a su tono tenso, su voz tembló. Sabía lo que significaba perder a Shiro, pero también sabía que si no se movían, ambos correrían la misma suerte y sabía que el gemelo menor no querría que les pasase lo mismo.

Futaro, con lágrimas en los ojos, asintió débilmente, pero su cuerpo se sentía pesado, abrumado por el dolor y la impotencia. No podía moverse, no podía dejar el lugar donde su hermano había desaparecido.

Finalmente, con una última mirada al abismo, Futaro se levantó lentamente, ayudado por Tsukiko, y ambos corrieron hacia la puerta. Sus corazones pesaban con el dolor de la pérdida, pero sabían que tenían que seguir adelante.

Justo cuando cruzaron el portal, una última sacudida estremeció la caverna. El suelo bajo ellos finalmente cedió, y el eco de los derrumbes fue lo último que oyeron antes de que la energía los envolviera, llevándolos de vuelta a casa.

Fin del Flashback y la Tercera Parte del Prólogo.

No se preocupen, en unas horas subiré la siguiente parte de [Nacido de las Cenizas], simplemente decidí subir esta antes. Gracias por leer, espero que hayan disfrutado de este capítulo y nos vemos en el siguiente y último de esta muestra!

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