Durante la misión de Elena de entregarse a Klaus, o como Damon la llamaba, su misión suicida, las gemelas Gilbert aparentemente se había perdido mucho. Mientras estaban en Richmond, el grupo decidió seguir adelante con su plan para obtener la piedra lunar de Katherine, que termino con Stefan encerrado dentro de la tumba con ella. Entonces, mientras trataban de asegurarse de que ninguno de las gemelas intentara escabullirse nuevamente, Damon también estaba tratando de encontrar una manera de liberar a su hermano.
Audrey estaba en su habitación esa mañana, con un libro en la mano que había estado leyendo la mayor parte de la noche, acurrucada cómodamente en su ventanal. — Te traje café. — Audrey levanto la cabeza de la página que estaba leyendo, sonriéndole a su hermano pequeño mientras entraba.
Después de Caroline, Jeremy fue la siguiente persona con la que Audrey supo que siempre podría contar en su vida. Estaban mucho mas unidos que el con Elena, un vinculo que solo se fortaleció después de la muerte de sus padres. Cada uno de los hermanos Gilbert lidio con el fallecimiento diferente maneras, Jeremy fue el mas duro de todos para tomar la perdida. En los momentos en que Caroline no estaba allí, Jeremy se convirtió en el hombro de Audrey para llorar, y ella en el suyo. Ella nunca lo obligo a hablar si el no quería, ni a tratar de mimarlo, incluso cuando comenzó a usar drogas como mecanismo de supervivencia. Audrey simplemente le aseguro que estaba allí, siempre que la necesitara, y no lo juzgo por sus elecciones.
Lo último que quería hacer era empujarlo por un camino oscuro.
— Gracia, Jer. — Ella sonrío, tomando con cuidado la taza de sus manos. — ¿Bonnie todavía esta aquí?
— Si, esta hablando con Elena. — El asintió con la cabeza, sentándose a su lado. — No tienes planes hoy, ¿verdad?
— No. — Ella negó con la cabeza y arqueó una ceja cuando una mirada de alivio paso su rostro. — ¿Qué pasa?
— Mira, no te enojes. — Jeremy comenzó, levantando sus manos con inocencia hacia ella. Con un suspiro, Audrey cerró el libro en su regazo y se puso de pie, cruzando los brazos sobre el pecho. — Pero con Elena actuando como es, Damon y Bonnie decidieron que era mejor que tomáramos algunas precauciones.
— ¿Qué precauciones?
— Hechizo de limité. — admitió, ganándose una mirada incrédula de su hermana mayor. — Es solo en caso de que Elena intente escapar de nuevo. Con todos lo demás sucedido, no siempre habrá alguien cerca para vigilarla.
— ¿Por qué tuve que ser incluida en esa narrativa? — Pregunto Audrey. — No sabia cual era su plan cuando fuimos a Richmond. Yo era tan inocentemente como el resto de ustedes, por eso, no veo la necesidad de estar bajo arresto domiciliario.
— Como dije, es solo una precaución. — Repitió, ganándose otro suspiro. — No será tan malo. Me quedare en casa todo el día, podeos hacernos compañía.
— Está bien, esta bien. — Ella cedió después de un momento, lo que lo hizo sonreír. — Pero no te quejes cuando te envíe al Grill para buscar comida mas tarde. — Audrey le advirtió seriamente. — Si estoy atrapada bajo arresto domiciliario, me he ganado una hamburguesa con queso. Ah, y un batido de oreo.
— Trato. — Jeremy estuvo de acuerdo, volviendo a ponerse de pie el mismo. Se dirigió hacia la puerta de ella para irse, antes de detenerse por un momento, mirando a su hermana. — ¿Rey?
— ¿Si?
— No vas a intentar hacerlo también, ¿verdad? — pregunto, haciéndola fruncir el ceño con confusión. — ¿Tratar de entregarse para el sacrificio?
Su rostro decayó levemente, mientras observaba la expresión de su rostro. Se dio cuenta en ese momento, que durante todo esto, ni ella ni Elena habían considerado los sentimientos de Jeremy. Existía la posibilidad de que una de sus hermanas muriera, y ambas estaban concentradas en cual de ellas seria, en lugar de en la familia que dejarían detrás. El hermano pequeño que dejarían atrás, que ya había perdido tanto en su vida, que además no quería perder a una de sus hermanas.
— Jer... — Ella se callo, caminando hacia adelante y agarrando sus manos. — Mira, todo esta muy complicado ahora mismo, pero no me voy a ir a ninguna parte. Todavía no, al menos. No voy a decir nunca, ya que no se si esa es una promesa que pueda cumplir. Ninguno de nosotros puede mantener esa promesa en este momento. — Se mordió el labio y asintió con la cabeza mientras miraba hacia abajo. — Pero no, no voy a intentar entregarme.
Jeremy sintió con la cabeza y beso la frente de su hermana antes de dirigirse a la habitación de Elena. Ella lo vio irse con una pequeña sonrisa, antes de cerrar la puerta, no queriendo escuchar la reacción de Elena ante la noticia del hechizo de límite.
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— Deberías cerrar la puerta con llave.
Audrey puso los ojos en blanco al ver al mayor de los Salvatore, que bajaba las escaleras mientras el entraba a la casa. Sonrío mientras miraba a Elena, quien estaba sentada en el sofá con el ceño fruncido, abrazando una almohada contra su pecho. Como era de esperar, se había tomado mal la noticia del hechizo y desde entonces se había quejado. Sin embargo, después de escuchar que había tratado de escabullirse con la piedra lunar de antemano, Audrey había llegado a la misma conclusión que todos los demás.
Por el momento, el hechiza de limite era una buena medida para tenerla en su lugar.
— Oh, vamos. — Damon le puso los ojos en blanco. — Al menos dame dos puntos por ingenio.
El ceño de Elena se profundizo. — ¿Crees que esto es gracioso?
— Si Elena. — El asintió con la cabeza, el sarcasmo espeso en su voz. — Encuentro hilaridad en los extremos que tengo que hacer para salvar tu vida repetidamente.
— ¿Qué dice Stefan sobre esto? — Ella arqueo una ceja hacia el.
— Nos reímos mucho.
— ¿Y que dijo acerca de que Elijah todavía esta vivo?
Audrey noto la expresión en el rostro de Damon, mientras estaba de pie alrededor del respaldo del sofá, jugando con os mechones del pelo de su gemela. — Oh. – Ella se dio cuenta rápidamente, mientras se sentaba al lado de su hermana mayo. — No le has dicho, ¿verdad?
— ¿Que? — Elena parpadeo. — ¿Por qué no?
— Gracias por eso. — Damon miro a Audrey, quien simplemente le dio una falsa sonrisa en respuesta. — Bueno A: no puede hacer nada al respecto; y B: ... lo que acabo de decir. — Se defendió con un ligero encogimiento de hombros. Jeremy entra en ese momento, sentándose al otro lado de Elena. — ¿Dónde esta Bonnie?
— Pensé que iba a encontrase contigo. — Jeremy respondió.
— No. — Damon dijo. — Ella esta en servicio de piedra lunar y yo soy la patrulla de Elena.
— ¿Y quien esta con Tyler Lockwood y la piedra lunar? — Jeremy le preguntó.
— Barbie vampiro me preguntó si podía manejarlo, y le dije, ¿Por qué no? — El se encogió de hombros. — Pensé que li la cagaba, el no la mordería y luego me desharía de dos de mis problemas.
— ¡Damon! — Audrey frunció el ceño y le dio un golpe en el hombro por detrás.
— Oh, cálmate pequeña. — El la aparto, ganándose otra mirada. — Solo estoy bromeando... algo así.
Ignorando las disputas que estaban teniendo, Elena miro a los tres a su alrededor con incredulidad. — Espera un segundo. ¿Esta noche es luna llena?
— Si. — Damon asintió, sacando su teléfono de su bolsillo cuando comenzó a sonar. — Pero estabas demasiado absorta con todas tus tendencias suicidas para darte cuenta. — Poniéndose de pie, se aleja para contestar la llamada, Audrey tomo rápidamente su asiento.
Ninguno de los tres presto mucha atención a su llamada telefónica, Jeremy se movió de modo que se recostó en el soda, una almohada apoyado su cabeza en alto. Levanto las piernas y las apoyo en el regazo de su hermana, con una sonrisa de desconcierto en los labios mientras lo hacia. Audrey negó con la cabeza, pero no se quejo, y en su lugar tomo la almohada que Elena tenia detrás de la cabeza para usar. No fue difícil ver a Elena cada vez mas frustrada con sus hermanos menores, pero solo resoplos en lugar de hacer cualquier cosa, haciéndolos reír.
— Cambio de planes. — Damon anuncio mientras caminada hacia ellos, señalando al chico Gilbert. — Tú serás la niñera. — Luego comenzó a caminar hacia la puerta, su sonrisa reapareció cundo sus ojos se encontraron con los de Elena. — Oye, ya sabes, deberías salir, disfrutar del sol. Oh,, espera, no puedes.
Tanto Jeremy como Audrey rieron disimuladamente una vez mas, mientras Elena arrojaba la almohada que estaba abrazando al Salvatore, quien se rió entre dientes y la esquivo cuando se fue. Con el ceño fruncido cayendo sobre Jeremy, resoplos una vez más, antes de espumarlo fuera del sofá. Al ver a su hermana, Audrey se burlo.
— Ni siquiera lo intentes.
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El día fue pasando lentamente en la casa de los Gilbert. Audrey trato de ocupar su tiempo lo mejor que pudo, pero cualquier novedad atrapada en el interior se había desvanecido con lentitud y fue reemplazada por la interminable sensación de aburrimiento. Se las arreglo para ponerse al día con el trabajo escolar, que, sin duda, había caído al final de su lista de tareas pendientes recientemente. Luego volvió a leer, hasta que logro perder el inveteres en eso, e hizo literalmente cualquier otra cosa que se le ocurriera. Reorganizo su armario y estantes, cambio e hizo las sabanas de su cama y aspiro la alfombra.
Las tareas pequeñas y ordinarias Audrey solía posponer hasta que no tenía otra opción.
— Hey, Care, soy yo. — El teléfono de Audrey estaba presionado entre su hombro y oreja, mientras se recogía el cabello modazo en una cola de caballo. Después de una coleta cena, dejo de intentar hacer algo y decidió prepararse un baño. — Solo me estoy registrando, se que estas ayudando a Tyler con la luna llena esta noche, así que ten cuidado. Se que eres mas que capaz de manejarlo, pero no seria una buena amiga si no lo hiciera. No te preocupes. Llámame mañana. — Y con eso, colgó y dejo su teléfono junto al fregadero.
Se quito la toalla que la envolvía, se puso los pantalones de chándal gris que había agarrado y regreso a su dormitorio.
— Tienes un buen gusto por los libros.
Se congelo donde estaba, mirando lentamente a su alrededor hasta que sus ojos se encontraron con los de el, solo mirándolo por un momento. Elijah se sentó en el sillón que tenía n la esquina, el libro que estaba leyendo antes, ahora lo tenía en sus manos, hojeando las páginas. — ¿Cómo hizo...?
— Jenna me invito a entrar. — Él respondió. — La señora Lockwood nos presento. Su tía es una mujer muy agradable.
— Ella no sabe a quien esta invitando adentro, a diferencia de algunos de nosotros. — Audrey asintió lentamente. — ¿Por qué estas aquí?
— Acabo de tener una discusión interesante con tu hermana. — Elijah le dijo, colocando el libro sobre la mesa a su lado. — Pensé que era hora de que nosotros dos hiciéramos lo mismo.
— Okey. — Ella asintió una vez mas, la cautela de su voz lo hizo reír levemente.
— No hay necesidad de asustarse. — Le aseguro. — Como le dije a Elena, no me refiero a tu familia. Tampoco estoy aquí para llevarte con Klaus, si eso es lo que estas pensando.
— Lo supuse. — Ella asintió con la cabeza, finalmente obligándose a moverse de la puerta del baño. — Quiero decir, por eso mataste a esos vampiros, ¿no? No quieres llevarnos con Klaus, no lo has hecho desde el principio. — Se sentó al borde de la cama y lo miro con interés. — Entonces, ¿Qué quieres con nosotros?
— Hubo un tiempo en que mis intereses se alinearon con los que tiene Klaus. — comenzó con honestidad. — A lo largo de los años, hemos llegado a una... diferencia de opinión. Mi objetivo no es ayudarlo a romper la maldición, mi objetivo es detenerlo y matarlo.
— Eso no responde mi pregunta.
Los labios de Elijah se movieron divertidos, asintiendo. — Para usar a tu hermana como cebo. Saca a Klaus de su escondite, y una vez que lo hayamos hecho, lo mataré como dije. Hice un trato con tu hermana, mientras ella lo cumpla, nadie que le importe tendrá algún daño. Me asegurare de que se mantengan a salvo.
Audrey escucho sus palabras con atención. — ¿Qué hay de mi?
— Supongo que, a estas alturas, ¿se te ha señalado el hecho de que los dobles gemelos deberían ser imposibles? — Adivino, ganándose un asentimiento de confirmación. — Al conocerlas a las dos, investigue un poco sobre lo que esto significa para el sacrificio. Siendo la primogénita de las dos, es la naturaleza de Elena se la próxima doble, lo que la coloca n el destino del sacrificio solo a ella. Si ibas a tomar su lugar, no hay garantía de que tu sangre funcione.
— Entonces, ¿eso que me hace? — Pregunto Audrey, con frustración en su voz. — ¿La anomalía que la naturaleza nunca tuvo la intención de hacer? Una inútil, además.
— Yo no diría eso. — Elijah negó con la cabeza y se puso de pie. Se acerco a ella, lo que pareció no desconcertar a Audrey en lo más mínimo. Al igual que en la casa abandonada, cualquier temor que ella le tenia había desaparecido. — Hay algo acerca de usted, señorita Gilbert. Algo diferente. Simplemente no puedo decir que todavía.
Ahí estaba una vez más. Esa sensación la burbujeaba en la coba del estomago, solo cuando ella se acercaba a el. El que estaba segura que le quito el miedo, que intrigaba por el original que tenía ante ella. No entendía que era, era un sentimiento que no podía ubicar, pero sabía que era un sentimiento. Sus ojos se cruzaron con los de él y sintió que se intensificaban enormemente.
La urgencia de hablar de eso aumento, pero lo rechazó, decidiendo cambiar de tema específicamente. — ¿Vas a mantener a todos a salvo?
Él asintió. — Tengo brujas que me ayudaran. Siempre cumplo mi palabra, y mientras tu hermana cumpla la suya, nadie que ames sufrirá ningún daño. — Él se detuvo por un momento. — Asegúrate de mantenerte a salvo, fuera de problemas. El hecho de que seas diferente a tu hermana no hace que tu vida valga menos que la de ella.
Ella no pudo evitar burlarse. — Dile eso a Stef- — Pero antes de que pudiera terminar, sintió una pequeña ráfaga de aire, y él desapareció de la vista.
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Holaa, espero que estén bienn. Dejo este capitulo por acá... y aviso que no se si siempre voy a poder actualizar tan seguido. Pero tratare.
Espero hayan disfrutado.
¡Gracias por leer!
Guadi.
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