Audrey realmente no durmió nada. Dio vueltas y vueltas durante horas, y se levanto cuando escucho unas pisadas en el pasillo, que resulto ser Alaric y la tía Jenna. Después de eso, se acurruco en la cama con su lámpara de noche encendida, leyendo un libro hasta altas horas de la madrugada. Entonces, decir que estaba cansada cuando bajo a desayunar, fue una subestimación enorme. Elena enarco una ceja mientras caminaba hacia la cocina, viendo las ojeras debajo de los ojos de su gemela, y simplemente le entrego una taza de café.

— Gracias. — Audrey murmuro a través de un bostezo, tomando asiento en la isla de la cocina. No se quedo sentada mucho tiempo, se levanto después de tomar un gran sorbo de café y comenzó a buscar en los armarios. — ¿No quedan algunos pop-tarts?

— Jeremy romo el último paquete antes de irse. — Elena respondió, dirigiéndose hacia la puerta tan pronto como sonó el timbre.

Audrey dejo escapar un suspiro y cerro el armario con un poco más de fuerza de la necesaria.

— Es cereal. — Ella refunfuño, agarrando copos de maíz y un tazón, antes de dirigirse a la nevera. Cuando estaba cerrando la puerta, su hermana regreso a la cocina, seguida por los hermanos Salvatore. — ¿Por qué ustedes dos están aquí tan temprano?

— Hablaron con Katherine. — Elena le informo.

— Oh

Entonces, los hermanos continuaron contándoles la conversación con Katherine. Aparentemente, a cambio de su liberación de la tumba, les entraría la piedra lunar. Una vez que saliera, huiría lo más lejos posible de Mystic Falls y nunca mas tendrían que saber de ella.

Audrey soltó una burla al instante. — No le creen, ¿verdad?

— No claro que no. — Damon negó con la cabeza, tan escéptico del trato como ella. — Solo queremos la piedra lunar.

— Según el amigo de Rose, Slater, hay una manera de destruir el hechizo que Klaus quiere romper. — Stefan les explicó.

— No hechizo, no sacrificio de doppelganger. Damon continúo. — Por ende, ustedes dos viven.

Elena pareció emocionada mientras preguntaba. — ¿Cómo lo destruyes?

— Liberándolo de la piedra lunar.

— ¿Cómo saben ustedes que esto va a funcionar? — Pregunto Elena, y Audrey entrecerró los ojos ante su hermana.

Algo andaba mal, lo sabia con certeza. Elena había estado de mal humo desde su conversación con Katherine, especialmente después de que se revelo que le hizo Klaus a su familia. Audrey comprendió, como Caroline la había criticado por su propio estado de ánimo extraño, que simplemente lo descarto por tratar de ser una mejor mejor amiga. Era una mentira clara, una que Caroline vio directamente, pero no insistió más en el tema.

Damon sonrío, sentándose en el mostrador junto a la gemela mas joven. — Porque tenemos a una bruja astuta de nuestro lado. — Audrey frunció el ceño, apartando rápidamente su mano mientras él alcanzaba su taza de café.

— Lo hablaste con Bonnie. — Ella se dio cuenta.

Stefan asintió. — Ella accedió a hacer todo lo posible para ayudarnos.

— Es Katherine quien tiene la piedra lunar. —Audrey les señalo. —Ella no te la va a dar. Ella apenas quería darnos respuestas.

— Lo conseguiremos de ella. — Stefan respondió simplemente.

— Bien. —Damon comenzó. — Lo que quiere decir es que se la arrancaremos de su mano fría y muerta si es necesario. — Dijo sin rodeos. —Bonnie solo necesita encontrar una manera de liberar el sello con el tiempo suficiente para que podamos entrar, obtener la piedra lunar y salir a tiempo para que ella la selle de nuevo.

Elena asintió lentamente, asimilando la totalidad de su plan. Sus ojos parpadearon hacia su hermana, quien la miró, claramente tratando de averiguar lo que estaba pensando.

— Wow. Quiero decir, parece que ustedes ya lo tienen todo planeado.

Damon sonrío una vez más, con una clara expresión de orgullo en su rostro. — Si. Somos increíbles.

— Salvo por una cosa. —Señalo Elena, haciendo que los hermanos la miraran confundidos. — No quiero que lo hagan.

Stefan miro a su hermano, luego miro a Audrey quien se encogió de hombros, tan desorientada como el acerca de este desarrollo. — ¿De que estas hablando? Elena, no tenemos elección. —Dijo con incredulidad.

— ¿Qué hay de Klaus? — ella les pregunto.

Stefan se limito a mirarla, con el ceño fruncido por la confusión ante su actitud. — Lo encontraremos justo después de que obtengamos la piedra lunar.

— ¿Eso es antes o después de que mate a todos lo que nos importan, incluidos ustedes dos? — Elena señala de Stefan a Damon, lo que pone una morada de sorpresa en el rostro de Damon.

— Elena, si podemos de-deletrear la piedra lunar, podeos salvar tu vida.

— Lo se. Todo el mundo sigue diciendo eso. — Elena se levanta y sale de la habitación, Audrey la mira fijamente un momento antes de seguirla.

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Al crecer, Audrey y Elena siempre habían sido capaces de saber lo que pensaba la otra. Sabían lo que pensaba la otra, lo que sentían y sabían cuando estaba herida. Todos a su alrededor decidieron que era una cosa de gemelas, sin embargo, no impidió que sus padres se sorprendieran cuando comenzaron a terminar oraciones la una para la otra. Grayson Gilbert estaba confundido cuando Elena se acerco a el un día, cuando las niñas tenían solo diez años y se quejo de que le dolía la pierna. La examino, pero no había señales de nada que pudiera estar causándole dolor, así que lo descarto como nada.

Luego Audrey llegó a casa después de una cita de juego con Caroline, con un vendaje envuelto alrededor de su rodilla, Liz explico que se había caído de las barras del parque. Un vendaje en el lugar exacto donde Elena dijo que venia el dolor.

Sin embargo, Audrey actualmente no tenia idea de lo que estaba pasando por la cabeza de su hermana. Se rehusaba a hablar sobre lo que dijo esa mañana, y en cambio, se centro en el plana mas nuevo de respuestas que tenia, que era hablar con l amigo de Rose, Slater. Decidida a averiguar lo que estaba haciendo, Audrey se negó a dejar que siguiera adelante solo y se unió a ella a su vieja a Richmond con Rose. El vampiro se mostró en desacuerdo a aceptar ayudar, pero Elena fue capaz de influir en ella, con la promesa de un anillo de luz de día para ella.

Estacionando en el estacionamiento subterráneo, las tres se dirigieron al apartamento de Slater, Rose golpeando el puño contra la puerta ruidosamente. — ¿Slater? Slater, soy Rose. ¡Abre! — Después de un breve momento de silencio, vuelve a mirar a las gemelas. — No esta en casa. Lo siento

— Mm-mmm — Elena tarareo, sacudiendo la cabeza obstinadamente. — No vinimos hasta aquí por nada.

Rose suspira y empuja las puertas para abrirlas usando su fuerza de vampiro. Elena mira dentro del apartamento y Rose hace un gesto hacia la habitación. — Después de ti. — Elena entra al apartamento con Audrey y Rose siguiendo su ejemplo. La mujer vampiro camina mas adentro que los gemelas, mirando con curiosidad a su alrededor. — ¿Slater? — Mientras Rose se mueve hacia a parte trasera del apartamento, mira a través de una puerta y su rostro cae en estado de shock. — No creo que sea de mucha ayuda.

— Oh Dios mío... - Audrey exhaló, acercándose para ver que encontraba.

Elena dejo escapar un grito ahogado junto a ellas, mientras las tres miraban el cuerpo de Slater, que yacía desecado con un estaca en el. Después de un momento, Rose se mueve y arrastra el cuerpo de su amigo fuera de la vista, mientras las hermanas Gilbert regresan al área principal, hacia el escritorio de la computadora.

Cuando Audrey se sentó en la silla, Elena tomo la pila de papeles colocados junto al teclado y los miro con interés. — Parece que quien hizo estallar la cafetería lo encontró y lo mato para obtener su información.

Rose camina detrás de ella y observa como Elena revisa los papeles. — Si, probablemente para evitar que ayude a personas como nosotras. — Ella adivino a sabiendas. —El tipo era un almanaque de vampiros. Saber demasiada información le mordió el trasero. — Luego se mueva hacia las cortinas cerradas, abriéndolas para dejar entrar la luz.

Elena pareció sorprendida por la acción. — ¿Qué vas a...?

— Vidrio templado. — Rose golpeó sus nudillos suavemente contra el vidrio, mirando por la ventana pensativa. — Los rayos ultravioleta no pueden penetrar. Solía venir aquí y observar el día.

— Lo lamentamos. — Audrey le dijo honestamente, mirándola con una sonrisa comprensiva. — Sobre Slater. Era tu amigo, no es justo.

Rose asintió con la cabeza a las mas joven, mirando hacia abajo por un momento, antes de caminar de regreso para unirse a la pareja. — ¿Encontraste algo?

— Um... — Inclinándose junto a la silla en la que Audrey se sentó, Elena se acerco y chasqueo los dedos contra el teclado, intentando iniciar sesión en la computadora. — Esta protegido con contraseña. No puedo entrar.

— No, esto esta bien. Vámonos. — De repente, escuchan el ruido del pomo de una puerta desde el interior del apartamento. — Quédense aquí. — Rose advirtió a las gemelas, antes de pasar junto a ellas y abrir un juego de puertas dobles. Se asoma al pequeño pasillo y ve a una chica escondida detrás de una esquina. — ¿Alice?

— ¡Rose! — Alice, llorando pesadamente, corre hacia Rose y la abraza. — ¡Él esta muerto!

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Buenasss, creeeo que este será el capitulo mas corte que tendrá la historia... eso.

¡Gracias por leer!

Guadi.