21
- Te odio
- Y ahora que hice? - Pregunta Scott a mi lado con fingida inocencia.
- Y preguntas que hiciste? - Lo miro enarcando una ceja. Estoy empapada desde los pies a la cabeza y todo porque al angelito se le ocurrió que necesitaba un baño.
Luego de salir del hotel fuimos a la playa y caminamos un rato para llegar al lugar donde iba a conocer a no se quien (básicamente porque Scott no se digna a decirme). El punto es que mientras paseabamos por la orilla, me quejé por tener las piernas cansadas y en lo que al principio parecía un gesto caballeroso de su parte al cargarme, me llevó hasta mar adentro mientras yo pataleaba y me dejo caer ¡En el agua!
Ahora estoy frente a una cabaña abrazandome a mi misma porque tengo frío y la brisa no ayuda.
- Por favor, no te enojes conmigo. Sabes que no quería... - lo interrumpo mientras doy media vuelta para encararlo.
- Tu sabes que sí querías - Lo señalo con mi dedo índice - Asi que no digas lo contrario.
- De acuerdo - Levanta las manos en gesto de rendicion. En ese momento se abre la puerta dejando ver a una mujer de unos cincuenta y tantos años.
Es un poco más baja que yo, lleva lentes, el cabello recogido en un moño bajo y una cadenita plateada con una pequeña cruz rodeandole el cuello. Sus ojos son de un azul tan cristalino que parece como si quisieran ser traslúcidos. Tiene el rostro de color crema y un suave rubor cubre sus mejillas. Al ver a Scott sonríe mostrando una dentadura increiblemente blanca.
- Scott - Él sonríe y se acerca para recibir un abrazo.
- Hola, Nana - Se separa y la mira a la cara. Ella tiene los ojos iluminados. Acerca su mano al rostro de él y acaricia su mejilla con suavidad.
- Cómo has estado ? - Dice ella con cariño. Yo miro la escena enternecida. Se ve desde lejos que esta mujer ama a Scott y se que, por su expresión, él también lo hace.
- Muy bien - Baja la cabeza y le da un beso en la mejilla. Ella gira y me ve.
- Y ella quien es? - Pregunta con una sonrisa.
- Nana, ella es Eliszabeth. Liz, ella es Lauren Taylor. Mi abuela y la mujer que me crió durante dieciseis años aquí en al tierra. - Sonríe al decir esto último.
- Es un gusto, Señora Taylor. - Le extiendo la mano pero ella tiene otros planes.
- El gusto es todo mío - Me atrae hacia si y me abraza - Por Dios, cariño, estas helada.
- Ay que raro - Digo con sarcasmo - Por qué no le preguntamos a Scott el motivo ?
- Que hiciste? - Ella lo fulmina con la mirada.
- En ese momento parecía una buena idea
- Tu nunca vas a madurar - Rueda los ojos y vuelve a mirarme - Entren. Voy a buscarte algunas toallas y a preparar algo de chocolate.
- Gracias - Asiento y entro a la cabaña.
El lugar es bastante acogedor y amplio, mucho más de lo que parece desde afuera. Los muebles y las paredes son en tonos claros por lo que se ve todo iluminado y pulcro. Es precioso
Me acerco a uno de los sofas y me siento. Scott se sienta a mi lado y me pasa un brazo por los hombros por lo que yo me recuesto en él.
- Lo siento - Dice y yo lo miro - Solo quería divertirme un rato.
- Da igual. Si me da gripe, es tu culpa.- Digo y su risa se mezcla con la mía.
- En serió estas helada - Frunce el ceño y me abraza mas contra si. Automáticamente el calor que irradia su cuerpo me invade y se extiende desde el punto de contacto con sus brazos. Lauren llega y sonríe al vernos abrazados.
- Bien, aquí traje toallas y ropa seca. El baño está al fondo; puerta derecha. - Le sonrío en agradecimiento y me pongo de pie para dirigirme al baño.
Un par de minutos mas tarde estoy enfundada en un vestido corto de flores precioso: con tirantes delgados, entallado hasta la cintura y suelto hasta un poco mas arriba de la rodilla. Recojo la ropa húmeda y la meto en una bolsa. Me seco el cabello y luego lo desenredo con un peine que encontré bajo el lavabo.
Cuando salgo del baño escucho voces del otro lado de la cabaña por lo que me dirijo a lo que parece la cocina. Escucho que mencionan mi nombre y me detengo en seco.
Están hablando de mi?
- Me parece preciosa - Dice Lauren - Es tu novia ?
- No, mi protegida - Responde Scott con cierto retintín. Cuando vuelve a hablar su voz cambia por completo y tiene un tono... ilusionado - Y si, es preciosa. Inteligente, leal, amable, cariñosa. Verla te da esperanza, sabes? De que en este mundo tan perdido aún existen personas como ella, llenas de luz. Esperanza de que la humanidad podría salvarse.
Sonrío. En serio piensa eso de mi ?
- Te gusta, no es así ? - Pregunta ahora Lauren y yo sostengo el aliento.
- Nana, yo no...
- No intentes negarlo, y menos a mi. Veo cómo la miras. - Lo interrumpe.
- Pero debo protegerla y cuidarla, nana, no podría mirarla de otra forma. - Dice Scott en un tono suave con un ligero matiz de desilusión.
- No intentes buscar excusas, que el hecho de que sea tu protegida no significa nada comparado con esto. - Lauren dice con seguridad - Anuel, cuando Dios tiene predestinado que dos personas van a estar juntas, van a estarlo a pesar de todo y todos. Recuerda que el amor es más grande y poderoso que cualquier otra cosa.
Y quien sabe? A lo mejor, en ese amor, encuentran la fortaleza que necesitan para seguir adelante y cumplir con la profecía.
Decido entrar finalmente; no debería estar escuchando sus conversaciónes aunque se traten de mi. Pero igual es refrescante saber esto. Y tal vez ella tenga razón.
- Listo - Digo me quedo de pie en el umbral dando vueltas para que vean el vestido - Que tal?
Me miran y se hace el silencio. Lauren se cubre la boca con sus manos y Scott sonríe con expresión nostalgica.
- Que ? - Pregunto despues de un rato.
- Te ves... perfecta - Dice Scott y vuelve a sonreír.
- Gracias - Finalmente Lauren sale de su trance y veo que se seca una lagrima. Que extraño.
- De acuerdo, quien quiere chocolate?
~♡~
- Puedo preguntarte algo? - Scott va caminando junto a mi a la orilla del mar, esta vez, sin chapuzones sorpresivos.
- Claro - Me mira y sonríe.
- Por qué reaccionaron de esa manera? - Escucho un suspiro y sé que sabe a qué me refiero.
- Ese vestido, era el favorito de mamá - Dice y me mira de nuevo.
- En serio? - Ahora estoy sin aliento.
- Aja. Para mi abuela fue algo impactante verte con el.- Ve mi mirada de confusión y se explica - Es una especie de tesoro que llevaba guardado desde hace años. Nunca se lo hubiese dado a nadie, pero te conoció, vio algo más en ti que en el resto de las personas y quiso que lo usaras. La cosa fue que no se esperaba esto - Hace un gesto hacia el vestido que ahora se mueve a mi alrededor con la brisa - Creo ni siquiera yo esperaba verte de esa manera; te queda igual que a ella.
- Que le pasó? - Pregunto con suavidad. No quiero obligarlo a decirme nada que él no quiera.
- La asesinó un demonio. Ironico, cierto? - Suelta una risa seca sin rastro alguno de gracia - Yo tenía dos años, pero lo recuerdo perfectamente. Era, literalmente, un ángel. Siempre irradiaba luz y paz. Estar tan solo un instante con ella convertía un dia horrible en algo maravilloso. Ella no merecía eso. Y creo que por eso te protejo más de lo que debería.
Se detiene y yo me detengo con él, me mira a los ojos y acuna mis mejillas con sus manos.
- No me perdonaría que te pasara algo así. Ya sucedió una vez, no quiero una segunda.
Sus ojos destilan un brillo especial y puedo ver el temor reflejado en sus facciones. Y en ese momento, todo se vuelve más claro que nunca. Le rodeo la cintura con los brazos y lo aprieto fuerte contra mi. Escucho su corazón latiendo en su pecho y me doy cuenta de que no soy la única que reacciona de cierta manera ante el contacto y la cercania entre ambos.
Se avecina algo importante, que podria salvar la humanidad o destruirla del todo pero, en este instante, lo unico que me importa, es poder disfrutar de esto con Scott, con mi ángel.
Me doy cuenta de que podría haber algo más y la sensación de calidez me abruma y a la vez me encanta.
Lo quiero, y mucho.
Unos fuertes brazos me rodean con cariño.
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