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Un par de segundos mas tarde su mirada adquiere un brillo pícaro y sus mejillas un tono rosado.
- Que miras?- pregunta sonriendo. Su voz es casi imperceptible. Le devuelvo la sonrisa
- A ti - digo y ella desvía la mirada. Se ruboriza otra vez y me golpea levemente el pecho.
- Ya. Es mejor que nos vayamos ya si queremos llegar a tiempo a la función de las 9:30.
- okey.
La suelto y le abro la puerta. Tiene una sonrisilla en la comisura de los labios mientras se acomoda en el asiento. Cierro y me voy al lado del conductor.
- Oye, aún no me has dicho nada sobre lo de la profecía - dice cuando nos integramos al tráfico.
- Sobre eso... puede que le haya dado más importancia de la que debería. No me culpes, quería pasar un rato contigo. - le digo aguantando una sonrisa.
- Scott Evans Taylor, eso no se hace, jovencito!!!- grita y me río
-Pero si mi segundo nombre no és...
- No me interrumpas - me señala con un dedo acusador - sabes lo que hiciste? En casa me espera un tercer grado de parte de papá y de Zac.
- No lo sabía - digo mientras ella niega con la cabeza. Sé que pude haberselo dicho en la escuela esta mañana pero he tenido que estar alejado manteniendo las distancias todos estos años que llevo cuidandola, era solo un espectador. Ahora que puedo involucrame con ella, realmente quería que pasaramos un tiempo juntos. Es grato descubrir que, a pesar de su actitud cortante conmigo la vez que nos asignaron el trabajo juntos, a pesar de que jamás habiamos hablado y ella me evitaba a toda costa, miren donde terminamos ahora. Por supuesto no le digo eso, no soy capaz. En cambio, me limito a encojerme de hombros.
- Me debes esta, Taylor.
- Da igual. El punto es que no te he dicho aún lo de la profecía,no? - le digo en un terrible intento de desviar su atención hacia cualquier otra cosa. Me mira ceñuda.
- Iluminame - Ironiza y se vuelve hacia el frente. Pongo los ojos en blanco.
- De acuerdo... resulta que puede que haya alguien capaz de iluminarnos, como tu haz dicho, sobre lo que debes hacer y cómo debes prepararte para lo que va a suceder - digo y ella me mira asombrada.
- En serio? - El gris de sus ojos se ilumina con esperanza.
- Si, y no está tan lejos de aquí. Vive en Virginia Beach, son cerca de siete u ocho horas en auto.
- Siete horas te parece poco?
- Cuando vives el tiempo espiritual si; siete horas es muy poco tiempo.
- De acuerdo - dice no muy convencida pero me pide que continúe.
- El hombre es un pastor retirado. Tiene como setenta años pero no se ve nada parecido a las personas de esa edad. Al parecer siempre le ha interesado la... cuestión, asi que tal vez pueda decirnos lo suficiente como para comenzar.
- Y cuando sería eso? - pregunta
- Sinceramente, no lo sé; nadíe lo sabe. Solo se que es pronto.
- Wow - sonríe - Por primera vez en mi vida me siento involucrada en algo importante.
- Ay Dios - Suspiro - No tienes idéa de lo que hablas.
La miro y sigo así hasta que ella rompe el contacto visual.
- Por qué te desviaste ? - pregunta finalmente cuando se da cuenta de que no estamos en la ruta hacia el cine.
Porque estoy planeando algo mucho mejor.
La vocecita que suena muy en el fondo de mí responde, imaginariamente porque realmente me limito a mirar al frente.
- Oye, adonde vamos y por qué estamos en medio de la nada? - sigo sin responder - Scott, en serio, si es una broma no es divertida.
Pasa los siguientes treinta minutos diciendo cosas como: "No creo que te convenga asesinarme" o " No quiero morir tan joven" y mi favorito "Estoy empezando a creer que no eres realmente un ángel y vas a sacrificarme en honor a alguna secta"
Me río por los sinsentidos que dice y sigo sin contestar. Me pega varias veces y hasta me muerde. Esta chica puede ser molesta cuando se lo propone.
Finalmente hago un ultimo cruce y luego de algunos intentos para aparcar el auto me detengo. Eliszabeth me mira con un torbellino de emociones peleando dentro de ella. Su mirada me lo dice todo.
- Donde estamos? - pregunta intenatando mantener la calma y fracasando olimpicamente. Decido terminar con mi voto de silencio y ahora si le contesto.
- Es. Una. Sorpresa - digo despacio, deteniendome entre palabra y palabra - bajate, que voy detrás de ti.
Ella suspira, lo piensa y finalmente decide bajar. Me espera junto al auto en la acera y me mira seria.
- Vamos - La tomo de la mano y la guío a través del solitario lugar. Aplío los sentidos para saber con mas exactitud cuando nos acerquemos.
Seguimos caminando en silencio un rato más hasta que escucho el suave siseo de la llama de una vela y el agua cayendo de la cascada.
- Por aquí - Doblo a la izquierda y ella me sigue. Cuando nos acercamos la detengo y la pongo frente a mí cubriendole los ojos con mis manos. Se queja pero yo la silencio - No te voy a dejar ver nada más hasta que estemos allí.
Suspira y seguimos caminando un par de metros hasta que nos detenemos frente a nuestro destino.
- Bien, ya puedes ver - Quito las manos de sus ojos y ella murmura un "Lo que sea" por lo bajo. Al principio su expresión no me dice nada, solo se queda ahí observando callada. Comienzo a pensar que lo odia pero esa preocupación se va cuando, finalmente, me mira y me dirije una sonrisa preciosa.
- Gracias - Se ríe y va rápidamente a sentarse, más de lo que yo creía posible teniendo en cuenta las agujas que sostienen sus pies, en una de las enormes sillas.
Como sé que probablemente estes medio perdido, te explico. Puede que alguna vez Eliszabeth haya expresado su amor hacia las peliculas clásicas y puede que yo haya escuchado esa conversasión. Para mi conveniencia, poco tienpo después me enteré que para esta noche, el cine había programado una proyección de la adaptacion del noventa y seis del clásico inglés Jane Eyre, uno de los favoritos de Eliszabeth, asi que tenia pensado preguntarle si quería ir. Al principio solamente la iba a llevar al cine y listo pero, matando dos pájaros de un tiro, surgió esta información nueva sobre el pastor y su paradero asi que se me ocurrio esto: sabía que en la tarde, Eliszabeth iba a estar con Stephie así que la invité de todas formas para que ella creyera que no lo sabía y poder salir en la noche a cenar. Le dije que íbamos a ir al cine y ella se puso feliz y mencionó la proyección de la pelicula por lo que supe que no me había equivocado, eso nos trae aquí.
Moví unos cuantos cables y uno de los encargados de la distribuición de la pelicula me ayudó a arreglar esto.
En lo que era un solitario espacio lleno de árboles que casi nadie conoce organizamos un pequeño rincon para ella. Entre dos cerezos colgamos un telón donde se proyecta la pelicula. Hay velas en cada una de las pequeñas columnas que están reparridas por todo el lugar. El cesped está lleno de flores y la luna le da ese aspecto plateado increible. Miro más cerca y algo que yo no había planeado le dá una vista al lugar que resulta mágica hasta para mi; en el fondo del bosque, donde la luz de la luna no llega las luciernagas brillan dejando una impresión de bosque encantado de las peliculas y cuentos de hadas. El arroyo sisea suavemente por la corriente de agua y Eliszabeth mira maravillada desde su sitio.
Me acerco para programar el proyector y sentarme a su lado en el otro sillon. Está como hechizada y yo solo sorío mirandola. La pelicula comienza y ella se pierde en la historia, mientras que yo, fiel espectador, me siento como si mirara la escena que se desarrolla frente a mis ojos desde afuera, como si hiciera parte de una pelicula.
Me giro al frente y me digo a mi mismo que la sensacion que tengo en el pecho, ese presentimiento de que a Eliszabeth le quedan pocos momentos como este antes de que llevemos a cabo el plan, es algo pasajero. Me repito lo mismo una y otra vez pero, por mucho que lo intente, no me termino de convencer.
Feliz Sábado ❤❤😊😊
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