Eres ese haz de luz

que deja al pasar

una estrella fugaz.

Tan intensa cuando traspasas

mi mente,

tan imperceptible como

un segundo cuando rozas

mis sueños.

Dejas tu imagen dando vueltas

igual que un caleidoscopio,

en mi cabeza.

Cada mañana me pregunto

si soñé contigo,

y así también me duermo,

esperando encontrar el eco

de tu silueta en el colchón.

Me despierto siempre

en la misma playa.

Las huellas por las que pasaste

en la arena,

siempre las borra la lluvia

antes de que pueda caminar

sobre ellas.

Eres ese libro

que quiero leer hasta

su última página.

Descubrir la textura

de tus manos,

tocando las mías

cuando acaricio cada línea.

Sentir el sonido de tu pelo

movido por las ondas del viento,

cada vez que paso las hojas

y te nombro,

sin saberlo.