Lancé las sábanas en llanto, no quería tender la cama, solo quería arreglar las cosas, recibí un mensaje de ella, provocando un nudo en mi garganta, mi padre llegó enojado.

- Que haces en el celular, dámelo - dijo firme estirando su mano - deberías estar tendiendo la maldita cama - gruñó.

El miedo me invadió, desconectarme de la nada, podía ser malinterpretado, una falta, más lágrimas salieron. Le entregué el celular a mi padre. Solo hasta que se fue caí en llanto de nuevo, no soportaba más, me dolía la cabeza, mi prioridad era ella, pero sabía que tenía que tender mi cama o algo malo pasaría, terminé y mi madre llegó, entró a mi cuarto y se sentó en mi cama.

- ¿Por qué lloras? - preguntó interesada.

En ese momento hubiera deseado que nada de eso hubiera pasado, que ya se hubieran arreglado las cosas y que no tuviera que sacar la inundación que había dentro de mi. Deseaba desaparecer con todas mis ganas.

- Yo...

Buscaba cualquier idea que inventar para no tener que decir la realidad de las cosas, mis padres no podían enterarse de esto, no aceptarían lo que soy y sería castigada, presa, no quería que lo supieran, no debían saberlo.

Madre suspiró - ¿Es por algo que pasó en el celular?, por alguien?

Cómo adivina o bruja adivinó, la situación de que mi padre me haya quitado el celular pudo ser una gran pista para ella.

- Mamá... t.. tengo mi vida, si hay una razón por la que lloro pero... e.. es mi vida y n.. no tienes porqué preocuparte por mis problemas.

Solo sentí que lo arruine todo, que mi vida había caído y ya no sería lo mismo nunca más, no tenía razón en nada, fui una estúpida.

Después de mirarme sorprendida se retiró dejándome sola en medio de una tormenta de tristeza.