XXXI: Slytherin y Gryffindor
Anirak se observó en el espejo por última vez, en Massachusetts hacia demasiado calor esperaba que el clima en Escocia no estuviera tan frío porque esa falda y suéter no le servirían de mucho.
Termino de ponerse labial para tomar su ya clásica, pero practica pequeña bolsa, tenía que estar a las tres de la tarde en Hogwarts y tomando en cuenta la diferencia de horario tenía el tiempo medido.
Se alegraba de que fuera sábado ya que así no perdería ninguna clase, después de la pelea con Astrid algunas profesoras estaban más al pendiente de lo que sucedía con las alumnas, como si les quisieran quitar libertad y la mínima falta en una clase las iban a buscar para ver porque no se presentaban.
El Instituto de las Brujas de Salem tenía un aura muy especial, demasiado cálida y hasta cierto punto romántica por ser catorce de febrero, aunque no hubiera ningún chico aun así lo celebraban porque no solo era el día del amor sino también de la amistad y claro, varias chicas tenían novias, como su amiga Yes que tenía una relación de ya casi un año con una chica de un grado menor.
Tomo el pedazo de pergamino que estaba sobre el mueble de su cama junto con una pequeña caja de dulces para leerlo nuevamente
"Muñeca:
A pesar de estar a miles de kilómetros separados, quiero que sepas que eres la única chica con la que deseo poder pasar este día.
Me gustas.
Feliz San Valentín
Con cariño.
Fred Weasley (Tu guapo prometido)
Pd. Espero esta carta y los dulces si lleguen el catorce de febrero, si no tendré que matar a Errol"
Una sonrisa adorno su rostro, Fred y ella cada vez se escribían más seguido, tanto que a veces Hades, su lechuza, ya no quería ir y la acaba picando - porque ese animal tenía un muy mal carácter y se enojaba con facilidad - así que tenía que recurrir a alguna lechuza de sus amigas, y Fred mandaba a Errol que cada día lucia más cansada o a Pig, un ave demasiado pequeña pero adorable.
Una idea paso por su cabeza, tal vez y solo tal vez si hablaba con Dumbledore él la dejaría quedarse más tiempo en Hogwarts y podría ver a sus amigos y a Fred, porque estaba segura de que el pelirrojo ya no entraba en la categoría de amistad.
Se fijó en el reloj que estaba en su muñeca izquierda, marcaban cuarto para las diez, y si no estaba equivocada en Hogwarts eran cuarto para las tres, rápidamente salió de su habitación para ir de inmediato a las chimeneas, todas sus amigas tenían citas desde temprano y ellas le insistieron en que aceptara tener una cita a ciegas con alguno de los chicos que conocieron el fin de semana pasado - Anirak no pudo salir ya que tenía practica de duelo con la profesora Longbride-, pero realmente no le interesaban por más guapos que fueran y aparte tenía que cumplir el compromiso con Dumbledore.
Entro a la primera chimenea que encontró vacía y entre una llamarada verde desapareció.
-Bienvenida, señorita Black - Escucho la amable voz del profesor Dumbledore -, sin duda eres demasiado puntual.
Salió de la chimenea sacudiéndose el cabello y la cara que estaba manchada de tizne para acercarse al director de Hogwarts.
-Buenas tardes, profesor.
-Toma asiento -Anirak obedeció y se sentó en una de las sillas frente al escritorio donde estaba Albus -, ¿hiciste tu tarea?
-Busque en la biblioteca, pero no fue mucho lo que encontré e inclusive mi profesora de Artes Oscuras no sabía mucho respecto al tema -hizo una pausa y comenzó a explicar -, un horrocrux es un objeto poderoso, en el que un mago podría fragmentar un pedazo de su alma - Anirak lo pensó por unos segundos, alcanzando la inmortalidad...me imagino que usted sospecha que Voldemort hizo uno ¿no?
El anciano empezó a sonreír, sin duda no se había equivocado, esa niña era demasiado perspicaz e inteligente, seria de mucha ayuda para todo lo que estaba por venir.
-Exactamente Anirak, pero estoy seguro de que no solo es uno...
-¿Se podría hacer más de uno?
-Tom siempre fue una persona muy ambiciosa, demasiado, y en su miedo por morir intentaría hasta lo imposible - la mente del anciano se llenó de recuerdos -, Tom escogió algunas cosas con algún significado, aun no sé de qué se tratan, pero...
-Para terminar con Voldemort hay que destruir esos objetos - termino la frase que el mayor dejo en el aire.
-Me alegra que comprendas todo tan rápidamente - Dumbledore se levantó para caminar alrededor del escritorio -, no estoy seguro de como destruirlos y con todo lo que se avecina ni siquiera sé si seré yo él que lo pueda hacer - camino hacia donde estaba un gran librero -, por eso Anirak necesito de tu ayuda.
-Sabe que lo hare con gusto, profesor Dumbledore.
-Permíteme unos segundos.
Tras decir eso el gran hombre se adentró perdiéndose entre los librero y miles de libros que estaba recelosamente guardados en su oficina.
La azabache se fijó en el ave que estaba a su lado, sin esperar se acercó a ella para verla más de cerca y reconoció de inmediato de que se trataba.
-Un fénix - musito con voz calmada, viendo cada movimiento del ave, con tranquilidad y cuidado acerco la mano - ¿Puedo tocarte? - quizá los animales nunca le contestaran, pero desde que era niña le gustaba hablar con ellos creía que de una u otra forma ellos la entendían, y como si fuera cierto, Fawkes inclino la cabeza esperando la mano de la chica -, que lindo - dio pequeñas caricias en su plumaje rojo -...eres demasiado hermoso.
Siguió con las caricias por otros minutos hasta que escucho como la llamaban.
-Psst...psst...chica - Anirak dejo al fénix para buscar quien le hablaba, los retratos que estaban ahí parecían dormidos y no había ningún rastro del director -, arriba del estante.
Alzo la mirada para ver un viejo y sucio sombrero remendado con una rasgadura que simulaba ser una boca.
-¿Hola?
-Así que eres tú, la hija de un Black y una Flamel - el sombrero seleccionador tenía la voz cargada de curiosidad -, cuando los rumores comenzaron a circular en Hogwarts hace años que la chica Flamel estaba embarazada de un Gryffindor como Black siempre tuve la curiosidad de saber a qué casa pertenecería ese pequeño bebé.
-¿Conociste a mis padres? - la azabache dio unos pasos para acercarse y verlo con mayor detalle... definitivamente necesitaba una buena lavada.
-Claro que sí, yo fui el que selecciono en que casa estarían - dijo con orgullo-, Sirius Black, valiente y con un gran coraje, un digno Gryffindor, y, por otro lado, tu madre, Laetitia Flamel, en Slytherin, una mujer astuta y ambiciosa, sin duda tú has de ser una elocuente mezcla de ambos.
-Eso dicen, que tengo un poco de ambos.
-¿Pero qué esperas, niña? Yo no me puedo mover de aquí - el sombrero seleccionador parecía inquieto -, rápido, ponme sobre tu cabeza, quiero conocer esa mente tuya, debe ser demasiado interesante, inclusive el viejo Dumbledore parece que ha encontrado una fiel aliada - Anirak dudo unos segundos antes de tomarlo -, vamos, no tenemos todo el día.
Lo alzo para ponerlo sobre su cabeza, al menos era demasiado liviano.
-¿De esta forma?
-Sí, ahora guarda silencio - Anirak resoplo tras sus palabras -, mmmh.... Interesante...demasiado interesante, es como si controlaras tan bien tu mente y sentimientos, pero existe una pequeña llaga en ellos...sin duda, no me equivoque está llena de demasiados conocimientos, muy a mi pesar ese Instituto fue digno de ti, tantos saberes aprendidos es como si fueras una esponja que absorbe todo... pero algo destaca en ti, determinada y ambiciosa como nadie más, y pareces ser más astuta de lo que aparentas utilizarías cualquier medio para lograr tus fines, definitivamente, eres una Slytherin como casi toda tu familia - el sombrero guardo silencio por unos segundos para agregar -: pero...ese coraje que tienes en tu interior siempre te ayuda, y tan valiente como el mismo Sirius, siempre metiéndose en problemas y tan leal que no les importaría dar la vida por sus amigos... una extraña mezcla si me dejas decir, fácilmente puedes pertenecer tanto a Slytherin como a Gryffindor, si hubieras estudiado aquí, en cualquiera de esas dos casas resaltarías por lograr cosas grandes.
Anirak sonrió tras las palabras, las casa a la que pertenecía en su actual instituto era Parrish y era gracioso porque al parecer la casa Parrish era una mezcla de Slytherin y Gryffindor, ya que lo que tomaban en cuenta ahí era la valentía, ambición, lealtad y astucia.
-¿Y en que casa me pondrías tú?
Pregunto al sombrero.
-Dejaría que tú las escogieras...definitivamente en cualquiera obtendrías grandes triunfos - el sombrero parecía extasiado -, ahora, Anirak, déjame en mi lugar, ya vi demasiado sobre tu mente y tus pensamientos que solo circulan sobre cierto Weasley...ay, este colegio esta llenos de ellos, son como conejos que se reproducen en gran cantidad.
Anirak lo quito de su cabeza para ponerlo en su lugar, vio como rápidamente el sobrero parecía dormir...se preguntaba si realmente la vida de un sombrero seleccionador era tan cansada.
-A sí que eres la hija del sin valor de mi tátara-tátara nieto.
Uno de los retratos le hablo por lo que se giró a verlo.
¿Cuánto tiempo tardaría Dumbledore en volver? ¿A caso fue a escribir un libro o qué?
-Phineas Nigellus Black - sonrió al reconocerlo, lo había visto en algunos viejos retratos en la casa Black, pero nunca hablo con él - ¿Quieres que te llame abuelito?
Agrego con sarcasmo y la pintura contrajo el rostro haciendo una mueca.
-¡Por Salazar! Eres idéntica a ese andrajoso de Sirius - soltó un suspiro cansado -, al menos me alegro de escuchar que perteneces a la casa en la que ha estado nuestra familia por generaciones.
-El sombrero seleccionador dijo que también pertenezco a Gryffindor.
-Ay, mocosa, ¿A quién le importa esa estúpida casa? Cuando perteneces a Slytherin, definitivamente debiste de haber estudiado aquí y no en ese estúpido Instituto de niñas - puso los ojos en blanco -, podrías haber limpiado el nombre de los Black luego de que tu padre lo manchara yéndose a Gryffindor...
-Se ve que no te agrada mi padre...
-Es cansado escuchar sus lloriqueos porque la vida es injusta - hizo como si derramara lagrimas invisible y una mala imitación de la voz de Sirius - "extraño tanto a mi hija" "extraño tanto al patético Potter" Es molesto escucharlo todos los días- Anirak sintió una opresión en el pecho, ella también extrañaba demasiado a Sirius -, no pongas esa cara, no me gustan esos sentimentalismos.
- Phineas - el profesor Dumbledore regreso con ellos y traía un viejo libro en la mano -, veo que al fin hablas con tu tátara-tarara-tarara nieta.
- Al fin una digna Black - le respondió el retrato -, a pesar de ser amiga de todos esos mocosos no dignos... mínimo tengo la certeza de que sería una gran Slytherin.
Anirak solo soltó una risa, Phineas Black parecía ser una persona tan sarcástica como su padre y ella lo eran... y aunque él no lo admitiera parecía preocuparse por Sirius.
-Sí, Phineas, como podrás ver heredo muchas cosas de los Black - Albus la observo y le hizo la seña de que volvieran al escritorio -, también hablaste con el sombrero seleccionador.
-Él me pidió que lo pusiera sobre mi cabeza.
-Es muy curioso, desde que todos nos enteramos de que tu madre estaba embarazada cuando aún no terminaba Hogwarts, él se moría por saber a qué casa pertenecería ese bebé - se sentó en la gran silla y la azabache frente a él -, ya que era una extraña mezcla y sorprendente que una mujer con Laetitia estuviera con tu padre.
-Se odiaban cuando eran estudiantes ¿no?
-Más que odio, eran sentimientos encontrados y sumado a eso los estereotipos de sus casas, siempre se ha creído que los Slytherin y los Gryffindor se odian, aparte de la gran competitividad que existe entre ambas.
Anirak asintió, sin duda hubiera sido demasiado interesante estudiar en Hogwarts.
-Toma - le extendió el viejo libro -, con este entenderás más sobre los horrocuxes...como te lo he dicho, soy demasiado viejo, no sé si llegue a ver el fin de esta guerra, así que necesito que tú aprendas lo más posible, alguien debe de guiar a Harry en el gran camino que le espera.
-¿Por qué siento que usted sabe algo que me oculta?
-Claro que no, pronto lo entenderás todo.
Anirak sabía que no serviría de nada preguntar más al respecto, Dumbledore solo le contaría lo que él quisiera.
-¿Secretos de las artes más oscuras? - el libro parecía ser de hace siglos.
-Considero que es un libro sumamente peligroso y oscuro para mis alumnos por eso lo retire de la biblioteca - las comisuras de sus labios se alzaron dando un atisbo de sonrisa -, pero como tú no eres mi alumna, no veo mal que tú lo tengas...
-¿No teme que me corrompa por la oscuridad de este libro?
-Dudo que lo haga... quédatelo, estará seguro contigo - hizo un ademan con la mano para que lo guardara en la bolsa que siempre traía con ella, cosa que Anirak obedeció -, a pesar de que tengo como mi mano derecha a Severas él no es tan unido a Harry como lo eres tú, y Harry no lo escucharía nunca, en cambio parece escuchar cualquier comentario tuyo, ya sabes, necesito que estés cerca de él... te veré dentro de un tiempo, mandare una carta antes.
-Claro profesor - pensó lo que iba a decir por unos segundos -, profesor Dumbledore, ¿Le podría pedir un favor?
-Claro que sí, Anirak, ¿cuál es?
-¿Me podría quedar un poco más de tiempo en Hogwarts?
-Ciertamente es el día de los enamorados, me imagino que quieres pasarlo con ese chico Weasley, a tu abuelo parece agradarle mucho - hizo una pausa y el rostro de la Black se volvió completamente rojo-, adelante, eres bienvenida a quedarte el tiempo que quieras, conoces muy bien como entrar a mi oficina. Ve, a esta hora todos han de estar en la sala común. Recuerda que a la Señora Gorda parece gustarle la palabra Baratijas.
- Gracias, Profesor - le dedico una sonrisa para levantarse -, con permiso.
Anirak salió rápidamente de ahí para ir hacia la sala común de Gryffindor, esperaba no perderse en el camino y mucho menos toparse con cierto rubio, no quería iniciar una discusión, aunque la última vez que lo vio el trato de consolarla estaba más que segura que si se veían otra vez pelearían, ya que el iniciaría con los insultos hacia sus amigos y hacia Fred.
Después de haber casi recorrido todo el castillo, porque gracias a las escaleras que se movían solas termino en otro lugar, logro darse cuenta que estaba frente a la oficina de la profesora McGonagall a partir de ese punto sería más fácil llegar a la torre Gryffindor.
Trato de no desviarse ni un centímetro para no tener que iniciar todo de nuevo, sin duda Hogwarts parecía un maldito laberinto con trampas, con tan solo dar un mal paso terminaría muerta, también le sorprendía no toparse con Dolores Umbrige tal vez tendría una cita con Filch, ese conserje parecía tener una fascinación por la vaca rosa.
-¡Anirak!
Antes de hablarle a la Dama Gorda un chico le hablo y al girarse lo reconoció de inmediato.
-¡Ollie!
Era Oliver Wood, tenía una enorme sonrisa en el rostro y se acercó de inmediato a saludarla, a pesar de que eran ex novios, habían terminado bien y seguían siendo amigos.
-¡Por Merlín ¿Qué haces aquí?
-Estoy de visita y ¿tú, jugador estrella?
Wood rio al escuchar como lo llamaba.
-Vine a ver a la profesora Sprout y a la profesora McGonagall, me están ayudando a mejorar ciertas jugadas de Quidditch.
- Tan obsesionado como siempre, pequeño Woody.
Escucharon como se abría el retrato, pero no hicieron caso seguramente solo se trataría de algún estudiante.
Oliver rio y dejo un beso sobre la mejilla de la chica, para abrazarla un poco más fuerte, sin duda la había extrañado
-¿Anirak? ¿Wood? - varias voces hablaban al mismo tiempo.
-¿Qué demonios hacen juntos?
Pero la última sonaba especialmente molesta.
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