XXII: Mansión Flamel.
Anirak guardo unas cuantas cosas en la bolsa que su padre le había regalado hace meses, era demasiado practica para viajar. Fijo la mirada en la caja naranja, era el regalo de Fred, pero aún no se lo había dado, quizá era un buen momento para dárselo no sabía si volvería a Grimmauld Place, conocía bien a su abuela y lo más seguro era que la obligara a quedarse en Francia.
Tomo la bolsa y el regalo para ir a buscar al pelirrojo, en tan solo dos horas viajaría a través de la red Flu hasta la mansión Flamel.
Entro al cuarto de los gemelos y él que parecía ser George seguía durmiendo mientras Fred estaba sentado en la cama viendo un punto fijo en la pared, tenía el ceño fruncido y su mandíbula tensa.
— Fred — llamo en voz baja al pelirrojo mayor—, te tengo que dar algo.
Fred despego la vista de la pared para verla, tenía el rostro contrariado y una expresión triste en los ojos grises que siempre parecían curiosos.
— ¿Qué paso Anirak?
Ambos usaban tonos bajos para no despertar a George que inclusive roncaba, ella dio unos pasos más para sentarse a lado de él.
— Toma — le extendió la caja—, tu regalo de navidad, te lo quería dar ayer, pero con todo lo que paso ya no pude.
Y es que ayer, después de que Sirius recibiera el vociferador de Perenelle todo se había vuelto un caos, Sirius y Remus querían ir directo a Francia para tratar de romper el compromiso Molly los tuvo que detener antes de que hicieran una tontería, Harry, Ron, Hermione, George habían puesto el grito en el cielo mientras trataban de encontrar una solución para que la Black menor no se casara con Draco Malfoy y Fred solo desapareció sin decir nada, Anirak quiso ir a buscarlo pero su padre no se separó ni un segundo de ella.
— No debiste molestarte.
Fred ni siquiera la veía o sonreía como siempre, tenía un gesto amargo.
— ¿Pasa algo?
— Anirak, te vas a casar...
Ella soltó un suspiro de cansancio.
— No quiero hacerlo, Fred — sintió como los ojos se le llenaban de lágrimas, realmente no lo quería hacer, pero no sabía cómo evitarlo sin que su abuela muriera —, pero no sé qué hacer...
— Sirius la vez pasada dijo que si tú tenías novio o algo así no te tendrías que casar...
Fred parecía indeciso como si tratara de convencerse a sí mismo.
— Si, recuerdo eso.
— Entonces — él sostuvo el aire por unos segundos mientras la veía —, yo podría — las mejillas de Fred se tiñeron de rojo, quizá no era tan mala la idea —, ya sabes, ser tu novio y decir que estamos enamorados, así no te tendrías que casar.
El corazón de Anirak se detuvo durante unos segundos al escuchar lo que decía el pelirrojo a su lado, era una buena idea. Pero no, ella no podía aceptar eso, el hecho de saber que Fred solo se volvería su novio por salvarla de ese estúpido compromiso era horrible, no podía hacerlo, Fred merecía tener una relación porque él quisiera y no solo por ayudarla, al menos él debería de poder escoger con quien estar no como ella.
— Fred, no — Anirak tomo la mano de Fred viéndolo con dulzura —, no te puedo hacer eso.
— Pero yo quiero, Anirak, así no te casaras con Malfoy.
— Solo lo haces por ayudarme.
—¿Y? Si lo hago no tendrías que estar toda la vida atada a Malfoy.
—Si vas y te presentas como mi novio en casa de mis abuelos, ellos asumirán a que tú y yo nos vamos a casar.
Explicó Anirak poniéndose de pie y soltando la mano del pelirrojo, sabía que su abuela no la dejaría en paz hasta ver que lo de Fred y ella era algo serio, aparte de que era muy poco probable que Perenelle Flamel aceptara a Fred Weasley por ser considerado un traidor de la sangre.
— ¿Y qué con eso? — Fred se levantó de la cama viéndola, estaba frustrado y molesto por no poder hacer otra cosa para impedir ese compromiso —, si ellos piensan eso tú ya no te casarías.
— Pero, Fred...
El pelirrojo la interrumpió mientras pasaba una mano por su brillante cabello.
— Escucha, no te digo que lo hagamos enserio, solo podemos fingirlo si te preocupa tanto tener una relación conmigo –Fred hizo una pausa para observarla y de nuevo el sentimiento de inferioridad e inseguridad lo invadió provocándolo a hablar sin pensar en sus palabras —, o es eso, lo que te molesta es que yo sea él que finja ser tu novio.
—¿Fred, que dices?
— Claro, tienes razón, no hay punto de comparación entre Draco y yo — Fred apretó los puños mientras su cuerpo se tensaba —, preferirías que fuera Harry o inclusive cualquier otra persona él que fingiera, ¿no es así?
— ¿Qué? ¡Fred, no es eso!
—Claro que si, por eso pones tantos peros — él la vio dolido sin dejarla hablar, ya no la quería escuchar, y es que siempre era así, cuando la inseguridad lo golpeaba lo mejor para él era hacer que las personas se alejaran —, ¿sabes qué? Olvida lo que te dije.
Anirak lo vio durante unos segundos, no entendía porque Fred siempre tenía que ponerse así, ¿acaso no se daba cuenta que él le gustaba? Ayer trato de decírselo, pero Sirius los interrumpió ¿Por qué siempre tenía que meter a alguien más? ¿Por qué no entendía que no quería fingir una relación con él porque ella quería algo más que solo una mentira? ¿A caso todas las veces que se besaban o que ella se comportaba de forma cariñosa con él no significaban nada?
— ¿Eres tonto, Weasley?
La voz de Anirak se alzó expresando su molestia.
—¡¿Ahora crees que soy tonto?! —Fred también alzo la voz sin importarle despertar a su gemelo— ¿Por qué no mejor te vas a con Malfoy? ¡Qué sean muy felices juntos! ¡Harán una hermosa pareja! ¡Seguro que la pasas muy bien con él!
—¡Ya te eh dicho miles de veces que no me quiero casar con él! ¿Por qué no lo entiendes?
—No quiero escucharte más! ¡Solo vete de aquí!
George se despertó por las voces que gritaban, alcanzo ver a Fred con el rostro contraído por el enojo y Anirak parecía a punto de llorar.
—¡Eres un completo imbécil! ¡Siempre tienes que sacar esas malditas conclusiones, nunca puedes esperar a que te diga lo que yo quiero! —Anirak sentía como las lágrimas escurrían por su mejilla —¡No entiendo ni porque me gustas! ¡Vete a la mierda, Frederick!
Y salió de ahí dando un portazo dejando a Fred con una cara de sorpresa, ¿acaso había dicho que él le gustaba?
Anirak se encerró en su habitación y tras lanzar un hechizo para que no se escuchara ningún ruido afuera, dejo caerse en la cama bocabajo para comenzar a llorar, no quería casarse con Draco, no era justo que por las obsesiones de su abuela la obligaran, y no tenía ningún plan para librarse de eso, ella siempre tenía un plan para todo, pero ahora su cabeza no daba para más.
Luego estaba Fred, que parecía no darse cuenta de cuanto le gustaba, si quisiera estar con alguien más ya lo hubiera hecho, pero no, estaba como estúpida tras de Fred, inclusive no quería hacerlo pasar por su novio falso para que él no tuviera que enfrentarse a su abuela, esa mujer lo trataría horrible y ella no quería que él pensara que toda su familia era igual.
Tampoco quería irse de Grimmauld Place tan rápido, tan solo había estado una semana ahí y ahora tendría que irse de nuevo, no quería dejar a su padre y a todas las personas que estaban ahí, se sentía tan bien viviendo en ese lugar, con su madre fuera todo el tiempo siempre se sentía sola y ahora que por fin disfrutaba de la calidez de una familia, Perenelle tenía que hacer su acto de aparición, parecía que lo único que quería esa mujer era verla infeliz, desde que era una niña siempre había sido así, nunca la había dejado tener amigos que no fueran del mismo círculo social que la familia Flamel, y cuando se enteró de que Sirius había escapado de Azkaban hizo todo lo posible porque él no se acercara a ella, de hecho, ni sabía que ella estaba conviviendo con él, lo único que Perenelle sabia es que estaba en Grimmauld Place en compañía de Lupín y del elfo doméstico, pues según ella Black seguía huyendo del ministerio de magia.
A pesar de que Perenelle odiara a los hombres lobos no se había interpuesto a que tuviera contacto con su padrino, bueno, quizá se debía a que Laetitia había intercedido para que la anciana no se entrometiera.
Claro que su madre había tratado por todos los medios posibles de romper ese estúpido compromiso, pero la única forma de romper un juramento inquebrantable era que una de las dos partes muriera o que se cumpliera la condición que puso su abuelo, pero ambas parecían imposibles.
Limpio sus ojos rápidamente al escuchar como alguien la llamaba, se levantó de la cama y trato de acomodar su cabello.
—Hey.
Abrió la puerta para ver a su padre.
— ¿Lista? –ella asintió — ¿Sabes que no tienes que hacerlo, cierto?
—Si no lo hago, la abuela morirá, sabes muy bien lo que pasa cuando no se cumple un juramento inquebrantable
—Tú no tienes la culpa de las cosas que haya hecho tu abuela –Abrazo a su hija mientras acariciaba su largo cabello—, no me agrada la idea de que te cases con el hijo de Malfoy, preferiría inclusive, que te casaras con uno de los Weasley antes de que con ese mocoso engreído.
Anirak soltó una pequeña risa.
—Pensé que los odiabas.
Sirius sonrió mientras besaba la cabeza de la menor.
—Pero al menos, sé que fueron criados por Molly y Arthur, no son tan malos muchachos, menos Percy, ese si me cae mal.
— ¿Percy?
—No lo conoces, pero no ha sido un muy buen hijo con los Weasley, pobres de ellos, siempre son tan buenas personas, no sé qué hicieron para merecer un hijo así –soltó un suspiro recordando cómo había visto llorar tantas veces a Molly por culpa de ese muchacho mal agradecido —, aparte de que ellos parecen tener cierto interés por ti, especialmente Fred, aunque para serte sincero me cae mejor George.
— ¿Por qué?
—No te coquetea a cada rato, ni es tan encimoss contigo.
—Fred y yo, solo éramos amigos.
— ¿Eran? ¿Paso algo entre ustedes?
Se volvió a formar un nudo en el pecho de Anirak al recordar su discusión con Fred.
—Ya no importa –Sirius no parecía muy convencido —, solo discutimos, y ya.
— ¿Te hizo algo?
— ¿Qué? No, solo fue por una tontería, ya no importa, solo olvídalo.
—Anirak, cada que lo mencionas parece que quieras llorar... no creo que sea solo una tontería para que estés así.
—Aun así, no hay nada que remediar ya – se hundió en el pecho de su padre —, lo mande a la mierda.
— ¿Segura que no quieres contarme lo que paso? Puedo romperle la cara si quieres.
—Déjalo así –se separó para verlo —, ¿ya es hora de irme?
—Anirak...
—Tengo que ir papá, tal vez Draco se arrepienta o inclusive, ya tenga novia y con eso ya no nos casaremos.
—Sabes que Draco hará todo lo que le ordene Lucius –explico Black con un nudo en el pecho, no quería dejar que su hija se fuera, pero sabía que si la detenía ella siempre se culparía por la muerte de su abuela y era algo con lo que él no quería que cargara —, cuídate, por favor, cariño.
—Estará mi abuelo, no pasará nada.
Sirius la volvió a abrazar esta vez con más fuerza, sentía como si estuviera despidiéndose de ella para siempre, y se sentía extremadamente mal, pudo romper el compromiso de Laetitia con Lucius cuando ella salió embarazada de Anirak y se casaron a escondidas, pero con su hija no había ninguna forma posible de hacerlo.
Anirak se despidió de todos los Weasley en la casa, inclusive había regresado Arthur de San Mungo, el cual estaba muy emocionado por el patito de hule que la azabache le había obsequiado por navidad.
Harry y Hermione la habían abrazado por un buen rato, inclusive Harry y Ron se ofrecieron a dejar inconsciente a Malfoy para que este no llegar a la fiesta, pero luego ella les recordó que no podrían usar otra magia aún.
—Conocemos otras formas.
Murmuraron los dos amigos, Anirak solo rio para pedirles que no se metieran en problemas.
Al final se despidió de Lupín y de Sirius, ambos parecían demasiado tristes, inclusive estaba segura que lloraron un poco, pero lo ocultaron rápidamente excusándose con que era por el polvo que había en Grimmauld Place.
Pero, Fred nunca se apareció para despedirla.
Su pecho dolió, sabía que habían peleado, pero esperaba mínimo poderle decir adiós, pero ni siquiera pudo hacerlo.
—Cuídate, elfo.
George la estrecho entre sus brazos.
—También cuídate – ella sonrió débilmente —, cuida a tu hermano, no se metan en más problemas.
—Pensé que vendría a...
—Yo también lo pensé – vio a cualquier lado menos al pelirrojo, eran tan idénticos que la hacía añorar a Fred —, pero supongo que sigue pensando que prefiero a Malfoy.
—Es mi hermano, pero es un idiota inseguro–la soltó para besar su frente —, suerte, Black, espero que te veamos pronto.
—Yo también lo espero.
Vio a todos por última vez para entrar a la chimenea y desaparecer entre las verdes llamas.
— ¡Bienvenida joven ama!
Las dos elfinas que la esperaban hicieron una reverencia a forma de bienvenida.
— ¡Claudina, Joyel! ¡Me alegro de verlas!
— La joven ama se ha puesto muy hermosa en estos meses — hablo Claudina mientras se movía a un lado para dejar que salir de la chimenea —, la ama Flamel se pondrá muy feliz de verla.
—Al igual que el amo, la ha extrañado demasiado.
—Si me imagino, yo también los extrañe.
—La ama Flamel la está esperando en la habitación, ya han preparado el baño y el vestido que usara esta tarde, su abuela a escogido un elegante vestido en color verde, es precioso.
Anirak soltó un suspiro, conociendo a su abuela sería algo demasiado feo para ella, siempre tenía malos gustos para vestir, ya que la quería obligar a usar vestidos que la hacían ver mayor, y claro, en colores feos, nunca le había gustado que Anirak usara color rojo o tonos llamativos.
—De acuerdo, subiré a verla, compromiso.
—¿Quiere que le preparemos algo de comer?
—No, gracias, no tengo apetito.
Sentía el estómago revuelto e inclusive su cabeza dolía de lo estresada que estaba, les sonrió por última vez para comenzar a subir las grandes escaleras que daban a la habitación, recorrió con la mirada la gran mansión, era enorme, en todos lados había candelabros de oro y tenía muchos adornos de oro puro y gemas preciosas, las paredes estaban adornada por varias pinturas mágicas y retratos de sus antepasados.
Sus piernas ardían al terminar las escaleras, se dirigió a donde estaba su antigua habitación, pudo ver que todo estaba tan limpio como siempre y no había ni un rastro de algo de diversión, la mansión tenía una atmosfera de seriedad y elegancia.
Al entrar se topó con una señora mayor que tenía puesto un elegante y recatado vestido azul oscuro, mientras su blanco cabello estaba recogido en un extraño tocado.
—Buenas tardes, abuela.
—Anirak, querida, mírate —Se levantó de inmediato recorriéndola con la mirada—, eres tan hermosa —sonrió, pero luego hizo una mueca —, pero como siempre tienes que usar esa horrible ropa muggle, ¿Por qué te esfuerzas en vestirte como esa sangre sucia que estudian contigo?
Anirak resoplo para caminar en dirección a su cama.
—Me gusta esta ropa, ¿siempre tienes que criticar todo lo que hago?
—Anirak, por favor, compórtate, sin duda pasar tanto tiempo con ese hombre lobo está afectando tus modales —Perenelle la observaba de mala manera —, sigo sin entender como Laetitia permito que fuera tu padrino.
—¿Ya es todo o vas a continuar?
—Mide tu carácter conmigo, esas no son las formas de contestar de una señorita —Con un movimiento de varita hizo que un vestido saliera flotando del closet junto con varias joyas y zapatos —, el baño está listo, las elfinas te ayudaran a arreglarte, la fiesta comienza a las seis de la tarde.
Anirak no respondió dejándose caer entre la suavidad de las cobijas.
—Tu abuelo salió, pero llegara cuando inicie tu fiesta de compromiso, espero y te comportes esta noche, tienes que causar una buena impresión en Draco y en tus futuros suegros.
—Como si la necesitara...
—Anirak, hablo enserio, realmente hubiera preferido que solo heredaras la belleza de la familia Black y no ese carácter tan altanero de tu padre, ay, ese hombre siempre fue tan despreciable— Sintió la sangre hervir, pero prefirió no contestar mientras más pronto su abuela se largara de su habitación sería mejor para ella—, te dejo querida, y apúrate, no quiero que seas impuntual.
Escucho la puerta cerrarse, cerró los ojos, quizá si los cerraba fuertemente y los volvía abrir despertaría en Grimmauld Place en su habitación mientras la fuerte música sonaba en su pequeño estero muggle.
Después de estar casi una hora acostada se levantó para ir al baño, el caliente vapor le resulto agradable.
— Señorita Anirak, su baño está listo — otras dos elfinas la esperaban alrededor de la bañera—, la ayudaremos a alistarse.
—Gracias.
Ni siquiera podía sonreír al saber que toda esa estupidez estaba más cerca, se quitó la ropa lentamente, quería tardarse lo más posible para ver si el tiempo se detenía, al quedar en ropa interior recordó el día en que Fred y ella habían estado en su habitación en el Instituto de las Brujas de Salem, en el como él la acariciaba y a cada rato le decía lo hermosa que era, se fijó en el collar que adornaba su cuello y sus ojos se humedecieron, extrañaba a Fred Weasley, no le había gustado discutir con él siendo quizá la última vez que lo vería.
Quería regresar a casa, para arreglar las cosas con él, y que Fred la abrazara y besara mientras le decía que todo estaría bien.
—Joven ama —llamo una de las elfinas — ¿Se siente mal o por qué llora?
—¿Qué? —Anirak seco las enormes lagrimas que adornaban su rostro y soltó un sollozo —, todo está bien, no se preocupen.
Trato de tranquilizarse mientras se quitaba el collar y lo que restaba de la ropa para entrar en la gran bañera, el calor del agua relajo todos sus músculos al instante, sentía como las elfinas se encargaba de lavar su negro cabello.
Luego de estar por más de una hora en el baño regreso a su habitación donde estaba ya listo el vestido, lo vio por unos segundos.
—Qué cosa tan más horrible.
Era de color verde oscuro nada bonito, aburrido y largo, con mangas largas, demasiado cubierto, parecía ser para alguien mayor y no para ella, no tenía ni una pizca de gracia, su abuela estaba loca si pensaba que usaría ese feo vestido.
—No usare esa cosa — les dijo a las elfinas mientras buscaba la bolsa que traía con ella.
—Pero a su abuela no le gustara que no se lo ponga.
—No me importa.
Saco varias cosas hasta que encontró lo que buscaba, el hermoso vestido que le había regalado Sirius en navidad.
—Señorita, su abuela se infartará cuando vea lo que utiliza —una elfina trataba de tomar el vestido rojo que Anirak tenía en la mano —, por favor use el que la ama Flamel escogió.
—No, no lo hare...
—Pero señorita...
—Jis sane, ¿acaso no escuchas lo que dice tu joven ama?
Una elfina más vieja entro a la habitación, Anirak la reconoció de inmediato, se trataba de Viliam, la jefa de las elfinas y era la que había sido como su nana cuando era tan solo una niña.
—Pero la ama Flamel...
—Jissane y Rommel, salgan de aquí, yo ayudare a la joven señorita a alistarse.
—Pero...
—Salgan.
Las otras dos elfinas salieron sin decir más,
—Mi niña — la vieja elfina se acercó y Anirak la abrazo —, mírate, ya es tu fiesta de compromiso.
Anirak desde chica le insistió a Viliam que la tuteara, no le gustara que la tratara como su ama, esa elfina era más su familia que lo que su abuela lo era.
—Sí, eso creo.
Anirak tenía una expresión triste.
—No pareces feliz —Anirak se sentó mientras la elfina sujetaba el vestido —, ¿Qué pasa?
—Ya sabes, no estoy de acuerdo con esto.
Viliam dejo el vestido sobre la cama y comenzó a cepillar el cabello de la azabache.
—¿A caso conociste a algún chico? Cuando eras chica no parecía importarte mucho lo del compromiso, siempre decías que era algo con lo que tenías que cumplir.
—Tal vez — Anirak observo el collar que tenía en la mano, era tan bonito ver como los fuegos artificiales siempre se movían, inclusive lograba tranquilizarla un poco—, pero no sé si le gusto, aparte, la abuela no lo aceptaría ni en un millón de años.
—Supongo que fue él que te dio ese collar, no le quitas la vista para nada —seguía peinándola suavemente, estaba comenzando a recogerlo —, ¿Desde cuándo te importa la opinión de tu abuela?
—Nunca me ha importado —se encogió de hombros —, pero tengo que cumplir con el compromiso.
—Recuerda la cláusula de tu abuelo— Termino de recoger el cabello de la chica, para adornarlo con una tira delgada de oro, que paso por su frente — ¿Así está bien? Recuerdo que te gustaba mucho peinarte de esta forma para las cenas de tus abuelos cuando eras más joven.
— No tengo novio, no puedo cumplir con eso —Anirak se observó en el espejo, su rostro estaba decaído pero el peinado lucia muy bien —, está perfecto.
—Pero dices que hay un chico, ¿no? — dejo el cabello para ir por el vestido —, dile eso a tu abuelo, él lo entenderá.
—Pero mi abuela no, no entenderá hasta verme casada con alguien, sabes que lo más importante y según ella, la mayor meta de una mujer debe de ser estar casada con alguien de buena familia, si no nadie me respetara, aparte no aceptará a Fred nunca.
—¿Se llama Fred?
Anirak se puso de pie para ponerse rápidamente la ropa interior y quitarse la bata de baño.
— Si, Fred Weasley — la elfina la vio con sorpresa al escuchar el apellido —, lo conocí en el verano, es muy guapo.
—¿Un Weasley? Tu abuela...
—Sí, sé que nunca aceptaría eso por el hecho de ser unos traidores...
— Y por su situación económica...
—No me interesa si Fred tiene dinero o no, es un buen chico — Anirak sonrió recordando lo bien que la trataba y lo cariñoso que solía ser con ella, y algo que no admitiría frente a él era que le gustaban esas pequeñas peleas que tenían para terminar besándose como si no hubiera mañana —, a mamá le agrada, inclusive, aunque no lo admitan, a Remus y Sirius parece simpatizarles.
— ¿Viste a tu padre?
—No le digas a mi abuela.
— Sabes que no, mi niña — la ayudo a ponerse el vestido—, sin duda este te queda hermoso no como el que escogió tu abuela.
— Ya sabes sus gustos — La elfina se alejó para dejar que ella se maquillara
— Por lo que dices pareces muy interesada en él y apuesto que él está igual por ti, eres preciosa Anirak y tan buena niña, dudo que ese chico no sienta nada por ti.
Salió de la habitación dejándola sola.
Anirak comenzó a maquillarse, apenas y se maquillo los ojos, solo un poco de delineador negro y máscara para pestañas, opto por ponerse un labial rojo a juego con el vestido, y le gusto el resultado al verse en el espejo, sin duda su abuela pondría el grito en el cielo al verla vestida así, pero era mínimo que ella eligiera como vestirse ya que ni siquiera pudo escoger a su prometido.
Se quedó viendo su reflejo por unos segundos, el color rojo hacia que su piel se viera más pálida y el delineado resaltaba más sus ojos grises, el vestido realmente era hermoso, no tenía ni mangas o tirantes, era sostenido por un grueso collar de oro y se ajustaba con gracia a sus curvas y el adorno dorado que tenía hacia que su cintura se marcara más, y sin duda, su cosa favorita era la abertura que tenía en la pierna izquierda y el escote en la espalda.
Tomo el collar que Fred le dio para ponérselo con cuidado esconderlo entre su vestido, se arrepentía de no haberlo besado antes de irse ya que era muy probable que fuera la última vez que lo haría.
Soltó un suspiro al ver que eran las seis con cinco minutos, todo ese circo estaba por comenzar, puso la espalda recta y su mejor sonrisa, si su abuela quería una fiesta ella se encargaría de arruinarla.
De la parte más profunda de su closet saco unos tacones altos, negros y de aguja como los llamaban en el mundo muggle donde los compro, se los calzo y camino con seguridad hacia la puerta.
Al salir se topó a su abuela que la veía horrorizada, mientras que su abuelo solo le sonreía cálidamente haciendo que las arrugar en su rostro se marcaran más.
—¡Anirak Black! ¡¿Qué demonios traes puesto?!
La cara de Perenelle era todo un poema.
—¡Anir, cariño! — Nicolas se acercó a su nieta para abrazarla —, luce extremadamente hermosa.
Anirak sonrió, por fin alguien que la quería estaba en ese lugar.
—Abuelo, te extrañe tanto — correspondió al abrazo disfrutando de la calidez y cariño que le brindaba.
Luego de unos segundos se separó de él, para ver de forma altanera a su abuela.
—Un vestido ¿No te gusta? — giro frente a ella —, considero que es hermoso, nada que ver con esa cosa que me compraste.
—¡Quítatelo en este momento! ¡¿Qué dirán de ti?!
—Qué me veo hermosa — sin dejar de sonreír paso a su lado —, ¿Qué más?
—Sabes que ese color es muy llamativo y ese vestido no es nada recatado, pareciera que estas ofreciéndote, ¿Qué dirá tu prometido cuando te vea?
Anirak puso los ojos en blancos, su abuela se había quedado con ideas del siglo pasado, seguía creyendo que la mujer era propiedad del hombre y el cuerpo solo lo tenía que ver su esposo.
—No te preocupes — le guiño el ojo —, a Draco le encantara, me han dicho por ahí que es un chico muy hormonal, ya sabes está en plena pubertad, el pobre apenas puede contener el pene dentro de sus pantalones cuando ve a una chica.
—¡Anirak!
Riñeron ambos ancianos y ella solo comenzó a reír.
—¿Qué?
Perenelle camino molesta hacia ella para tomarla del brazo —¡Te cambiaras de inmediato!
Antes de que pudiera contestar Viliam apareció frente a ellas.
—Amos, el prometido de la señorita Anirak ha llegado la espera abajo.
Anirak sonrió aún más y se soltó del agarre de su abuela.
—Hay que bajar ¿no? No creo que quieras que Draco tenga una mala impresión de mí.
Camino hacia las escaleras seguida de sus abuelos, escuchaba como Perenelle la iba regañando, pero no le ponía atención.
Justo cuando faltaba unos cinco escalones se fijó en los dos chicos frente a ella pero especialmente uno capto su atención por completo y se quedó sin aire unos segundos al darse cuenta de quien se trataba.
Tenía un traje negro que le quedaba excelente y lo hacia ver más alto de lo que por si ya era, inclusive su piel se veía más clara, y su cabello estaba peinado perfectamente mientras centelleaba bajo la luz de los candelabros como si se tratara del fuego de una fogata, parecía algo serio por lo que sus facciones estaban más marcadas haciendo que se viera más masculino si eso era posible, cuando le sonrió sintió que nunca había visto a un hombre más guapo en el mundo y miles de fuegos artificiales explotaron en su estómago.
—Te ves jodidamente hermosa, Anirak.
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