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XLVI: Jerome

Anirak golpeo nuevamente el saco de box mientras soltaba un suspiro, llevaba ya doce días en Francia siguiendo a Alecto y Amycus Carrow, no comprendía muy bien que se suponía que hacían ahí, estaban hospedándose en un lujoso hotel y por consiguiente ella también lo hacía... en compañía de Jerome Delacour.

No podía negar que era un hombre guapo, atractivo e inteligente, si no estuviera aun pesando en Fred sin duda aceptaría todos sus coqueteos.

Algunas veces se preguntaba si Fred estaría bien, Sirius le conto —a través de la chimenea que estaba en la habitación, al parecer le gustaba hablar de esa forma—, que el pelirrojo habia ido varias veces a buscarla a la casa Black, pero su padre negaba a decirle más, y que de hecho Fred le conto lo que paso entre ellos.

Sirius le aconsejo que hablara con Fred, pero ella estaba tan dolida y herida que no quería saber nada en lo que él estuviera involucrado.

Siguió con la mirada a los hermanos Carrow que se encontraban en la cafetería frente al gimnasio donde ella estaba, tenía una enorme ventana por lo que tenía una muy buena visión y pasaba desapercibida.

Esos días agarro la costumbre de ir al gimnasio que estaba en el hotel ya que siempre a las seis de la tarde los Carrow se reunían con un hombre en una de las mesas que estaban afuera del café, quería acercarse, pero sería sospechosa.

—Gira más la cintura cuando golpees — con voz ronca el rubio hablo sobre su oído —, de esta forma — la tomo de la cintura con suavidad mientras con la mano libre tomaba su brazo derecho para enseñarle como debía de ser el movimiento a golpear —, tomas impulso y golpeas.

Un escalofrió recorrió a Anirak al sentirlo tan cerca y su cálido aliento la hizo sentir nerviosa, era como si su tacto le quemase la piel desnuda que tocaba.

Su cercanía la hacía perderse en el aroma a perfume y desodorante masculino.

—Entendido — musito la azabache —, así lo hare.

—Quiero ver que lo hagas bien — la soltó con delicadeza y apenas se alejó unos centímetros —, te puedes lastimar si no lo haces, considero que el contacto físico en un duelo te podría dar una gran ventaja, no es algo muy digno, pero ayuda, aparte que practicar box o hacer ejercicio te ayuda a mejorar demasiado la condición física.

—Si he visto que algunos magos lo usan — recordó a su padre, casi siempre solía lanzar un buen puñetazo o empujones durante los duelos — ¿Así? — repitió el movimiento y a comparación de otras veces, el golpe tuvo mayor fuerza.

—Muy bien, guapa — le guiño el ojo y señalo con la cabeza a los Carrow—, se están moviendo, vamos.

Anirak siguió a Jerome que salió rápidamente de ahí, lo observo por unos segundos, llevaba una playera deportiva que se le ceñía al cuerpo, parecía que hacía mucho ejercicio ya que tenía músculos grandes y una espalda ancha, resultaba demasiado atractivo para las mujeres que se atravesaban a su paso, ya que lo volteaban a ver.

Llego tras Jerome hasta un viejo callejón, donde los Carrow entraron a una puerta de metal descuidado.

—¿Deberíamos de entrar? — Jerome observo a la azabache.

—Cr...— Anirak alcanzo a ver a como Amycus le lanzaba a Jerome una maldición por lo que rápidamente se abalanzó sobre el rubio para tirarlo al suelo —, no te distraigas.

Saco rápidamente su varita.

—Umm, si puedo tenerte encima de mí, no me importa que me ataquen — le guiño el ojo y se levantó en cuanto ella lo hizo.

— ¿Desde cuándo nos están siguiendo? — Amycus apuntaba aleatoriamente a los dos chicos frente a él — ¿Son Aurores?

— No te interesa— escupio Anirak con desagrado.

Sin esperárselo iniciaron un duelo, Anirak y Jerome llevaban la delantera al ser dos contra uno, pero en cuanto se unió Alecto el duelo tomo otro rumbo.

Iban a la par, los hechizos iban y venían, al menos ningún muggle estaba cerca.

Anirak logro desarmar a Amycus y dejarlo inconsciente, pero cuando se dio cuenta Jerome estaba en el suelo con una herida en el pecho y Alecto también se encontraba inconsciente.

—¿Qué diablos te paso? — Anirak se acercó rápidamente a él —, estas lleno de sangre.

— Me dio en el pecho con un hechizo, es obvio ¿no? — hablo irónicamente mientras sonreía al ver como la azabache le rompía la playera para revisar la herida —, si querías verme sin ropa solo lo deberías de haberlo pedido y no ser tan salvaje, guapa.

— Que idiota eres, Jerome — apunto la herida con su varita y con un hechizo la limpio.

— Idiotamente irresistible... ¡Ay, arde!

Se quejó y ella le lanzo una mala mirada.

—Que llorón — ahora empleo un hechizo para cerrar la herida mientras observaba por el rabillo del ojo a los mortifagos.

—¿Por qué nunca aceptas mis coqueteos? ¿Tienes un novio esperándote en Londres?

—No, no tengo novio — una vez que estuvo cerrada la herida se levantó y tomo la camisa — ¡Reparo! — apunto a la prenda de ropa y estuvo como nueva en menos de un minuto —, vístete.

Le lanzo la camisa a Jerome el cual ya se habia puesto de pie mientras se quejaba por la herida anterior.

—¿Entonces? Acepta una cita conmigo.

Anirak le sonrió y negó.

—No, gracias. No hay tiempo para eso — observo a los mortifagos — ¿Los arrestaras?

—Llamare a algunos autores, lo mejor es que te adelantes al hotel si se enteran que vienes por parte de Kingsley comenzaran a hacerte preguntas sobre todo lo que está sucediendo en Londres.

—De acuerdo, no vemos — antes de que pudiera desaparecer, Jerome la tomo del brazo acercándola a él — ¿Qué sucede?

—Gracias por curarme — de forma lenta dejo un beso sobre la comisura de la azabache —, nos vemos, preciosa.

—Adiós, idiota.

Anirak le sonrió por última vez para desaparecer de ahí.

Jerome era un idiota demasiado guapo.



Al entrar a la habitación de hotel distinguió una carta sobre la cama y dos barras de chocolate de Honneydukes, de inmediato se acercó.

Tomo los chocolates para leer el sobre.

"Anirak Black"

Supo de quien era esa letra, sin siquiera abrir el sobre o comer los chocolates los metió en la bolsa que siempre llevaba con ella.

Se sentó en la cama y las lágrimas volvieron a escapar de sus ojos, Fred le acababa de mandar una carta. Alguien le habría dicho en donde se encontraba, no la quería leer, quería mantenerse alejada de todo lo que tuviera relación con el pelirrojo.

Dejo la bolsa y la varita sobre la cama para ir al baño, se relajaría un rato ahí para tratar de aclarar su mente, con los Carrow arrestados tendría que volver a Londres, y al volver ahí sería más fácil...

Que se topara con Fred.

No podría evitarlo toda la vida, pero realmente la habia decepcionado tanto que no quería verlo, nunca pensó que él sería capaz de meterse con otra, creyó que iba enserio.

Quizá, solo quizá su abuela tendría razón, los hombres siempre mienten y debió de aceptar el compromiso con Malfoy, de esa forma no estaría sufriendo con el corazón roto.




Termino la sexta cerveza mientras observaba a las personas que entraban y salían del bar del hotel, se sentía un poco mareada, ni siquiera había comido bocado y solo se dedicó a beber, el saber que pronto regresaría a Londres la seguía atormentando.

Claro que quería regresar con su familia, pero no quería toparse con Fred, algo que sería inevitable, conocía lo terco que era.

¿Pero que podía explicarle? ¿Qué solo era un juego para él y ya todo termino?

Ni siquiera quiso leer la carta.

—¿Piensas embriagarte sola?

Jerome Delacour se sentó a su lado.

—¿A caso no lo puedo hacer?

Anirak enarco la ceja para tomar la cerveza que le entregaba el barman.

—No dije que estuviera mal — vio como el rubio pedía algo de vodka — ¿Aceptas que te invite un trago?

—Puedo pagar por mis propios tragos.

Contesto con una sonrisa burla, Jerome solo puso los ojos en blancos.

—Acéptalo en son de amistad y no como uno de mis intentos fallidos por ligar contigo

Anirak soltó un suspiro mientras recogía su largo cabello en una coleta alta, el bar era elegante y la suave luz lo volvía más acogedor.

—De acuerdo, te aceptare solo un trago.

—Al fin, sí que eres dura, niña.

Jerome le hablo al barman para pedir una botella completa y dos vasos.

—Ya te dije, no estoy interesada en ligar, Jerome — hablo con voz calmada, el aroma a tabaco le invadió las fosas nasales cuando el chico saco un cigarrillo y lo encendió sin sacarle la mirada de encima —, no sabía que fumabas.

—Sirve cuando estoy muy estresado — dio una calada y después de unos segundos expulso el humo —...Eres hermosa, no dudo que tengas muchos pretendientes y he visto que varios hombres te han intentado ligar durante estos días que has estado aquí, mi pregunta es ¿por qué rechazas a todos? ¿Saliste de una mala relación?

—No seas chismoso — acepto y agradeció por el vaso de vodka que le dieron — ¿y qué? ¿Tienes novia o eres el clásico soltero incomprendido que le coquetea a todas?

—El clásico soltero, pero no le coqueteo a todas, solo a las que me interesan, como tú Anirak, creo que hasta ahora eres la mujer más interesante que he conocido — respondió con voz ronca mientras fumaba y bebía.

—¿Esa frase ya ha funcionado con alguna chica?

—Eso fue un golpe bajo — puso la mano dramáticamente sobre su pecho —, me dolió.

—Me alegro esa era la idea — dio un gran trago a la bebida —, tenía tiempo que no tomaba vodka.

—Lo suelo tomar muy seguido — Jerome no apartaba la mirada de la chica analizándola, su rostro era muy bonito y cejas pobladas, labios rojos y carnosos que resaltaban con la pálida piel, lo que más le gustaba era ese negro cabello que parecía tan oscuro como la noche y el gesto arrogante que siempre tenía —...cuéntame de ti, no hemos hablado mucho sobre otras cosas.

—¿Sobre mí? No hay mucho, acabo de graduarme del colegio, soy aprendiz de Alastor Moody no sé si lo conozcas —se encogió de hombros —, tengo una abuela loca obsesionada por que me case.

—¿Ojo loco? He escuchado de él, uno de los mejores aurores... ¿Una abuela loca? — Anirak asintió —, tengo un padre estúpido que se cree el mejor en todo y esta medio loco, creo que entiendo tu sufrir.

Anirak soltó una carcajada, sin duda sería una larga noche.




Al entrar a la habitación, Jerome tomo la cintura de Anirak para unirse en un beso necesitado, las manos de la azabache se perdían en el rubio cabello mientras se acercaban más a la cama.

Ambos se besaban con intensidad, con lentitud las grandes manos del chico terminaron sobre el trasero de la Black y con facilidad la alzo para que pusiera las piernas en su cadera.

El ambiente comenzó a volverse más caliente y los jadeos y gruñidos de ambos se escuchaban en la silenciosa habitación.

Anirak sequito la blusa para lanzarla lejos de ella, tal vez era por el alcohol por que corría en sus venas, pero se sentía demasiado caliente y por fin no estaba pensando en el Weasley, su mente divagaba en los bienes que besaba Jerome Delacour y en como sus varoniles manos apretaban su trasero.

Jerome la dejo en la cama para quitarse la camisa negra que usaba para ponerse sobre ella y dejar un húmedo camino de besos en el valle de los senos de la Black mientras rápidamente buscaba el botón de sus jeans.

Anirak acariciaba el cabello del rubio mientras soltaba jadeos suaves.

Jerome subió a sus labios para besarla y bajar el pantalón de la Black.

Las manos de ambos acariciaban toda la piel que podían.

El rubio rompió el beso para bajar al pálido cuello.

—¿Te lo puedo quitar? — tomo el collar que adornaba el cuello de la azabache —...es estorboso.

Anirak observo el collar que se refería y de repente la culpa la invadió, se estaba por acostar con alguien que no era Fred. Él de seguro lo había hecho con otra, pero entonces...

¿Por qué se sentía tan mal? Una sensación de incomodidad la llego al ver a rubio que esperaba su respuesta.

—Yo...no, Jerome — lo alejo suavemente poniendo la mano en su pecho —...no quiero hacerlo.

Las lágrimas comenzaron al salir al recordar el día que el pelirrojo le regalo el colar.

—Anirak — Jerome limpio una lagrima que escurría por su mejilla —, está bien ¿de acuerdo? No te voy a obligar a hacer nada que tú no quieras.

—Enserio, lo quería hacer, pero....

—¿Es por el collar? — el rubio se quitó de encima para acostarse a su lado —. Así que, si tenías novio, pequeña mentirosa.

Anirak limpio los rastros de lágrimas con dureza mientras suspiraba.

—Sí y no...

—¿Quieres contarme? — Jerome puso las manos detrás de su cabeza —, creo que te guardas todo para ti misma, quizá contarlo te haga bien — Anirak le dio una mirada de interrogación —, o sea, no es como que conozca a alguien que le pueda interesar tu mala historia de amor, vivimos muy lejos, y dudo que el ministro de magia francesa quiera saber todo sobre la vida amorosa de Anirak Black

—Es hasta cierto punto algo estúpido — soltó un suspiro, tal vez sería bueno contarle a alguien —...Fred y yo teníamos ¿algo? Bueno, eso creí, teníamos tanta química y él era muy dulce conmigo — la voz comenzaba a romperse mientras más le contaba —... me dijo que me quería, pero justo el día que llegue a Francia, unas horas antes lo descubrí besándose con otra —soltó una risa amarga —, fui a verlo a su tienda, porque antes de venir quería aclarar con él en qué punto estábamos — Jerome la observaba y podía notar cuanto estaba sufriendo por mencionarlo—, pensaba decirle que formalizáramos pero cuando entre a la bodega Fred la besaba muy apasionadamente— un sollozo escapo de sus labios y las lágrimas comenzaron a escurrir sin control— ¿Sabes que es lo peor? Que enserio lo quería, no soy mucho de tener relaciones formales o cosas así, y con él lo quería todo.

— Anirak — Jerome acaricio con suavidad su mejilla —, eres una mujer preciosa, estoy seguro que cualquier hombre estaría dispuesto a estar a tu lado, y sé que duele ver a la persona que quieres con alguien más —soltó un suspiro —...pero después se vuelve más soportable.

— ¿Cuándo se supone que deja de doler?

— A veces nunca lo hace, solo te acostumbras a seguir tu vida con el dolor, quizá algún día desaparezca.

— Esperaba que tuvieras algún consejo que darme.

— Espera mucho — le sonrió —, pero, te aseguro que llegara alguien que te quiera y te haga sentir mucho mejor.

— Estos es estúpido ¿Sabes? — Anirak limpio las lágrimas —, nunca espere terminar llorando semi desnuda contigo a lado.

— Yo esperaba que terminaras llorando de placer —la azabache golpeo suavemente su hombro desnudo —... bueno, era broma

—Enserio, eres un tonto Jerome — sonrió negando con la cabeza.

—Pero este tonto te hizo sonreír — una brillante luz ilumino la habitación — ¿qué es eso?

Ambos se levantaron para acercarse y distinguir la forma de un fénix brillante.

—Un aspecto patronus...

—¿Por qué esta aquí?

Anirak se acercó para quedar frente a el brillante animal.

—Anirak — reconoció la voz de inmediato, se trataba de Dumbledore —...tienes que venir a Hogwarts, Canuto ha sido atacado por Bellatrix.

El ave desapareció, mientras las últimas palabras rezumbaron en sus oídos.

Su padre había sido atacado por Bellatrix.

Un escalofrió la recorrió, sabía que Bellatrix lo odiaba y no le importaría matarlo...

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