XLIV: Todo tiene un final
Fred y George salieron de Gringotts acababan de abrir su primera cuenta para guardar todo el dinero que ganaban en Sortilegios Weasley que era todo un éxito, tan solo en su primera semana vendieron todos los productos por lo que ahora tendrían que pasar esa noche en vela haciendo muchos más.
—¿Van a ir a la madriguera?
Bill los alcanzo a paso rápido.
—Tenemos trabajo que hacer — explico George —, tenemos que elaborar más productos para la tienda, está siendo todo un éxito y todo se terminó en un santiamén.
—Sí, todo mundo habla sobre Sortilegios Weasley, llaman mucho la atención.
Bill estaba orgulloso de sus hermanos menores.
—Obvio, somos los mejores — agrego con ego el gemelo menor — ¿Verdad, Fred? — nadie respondió —...Oye, y ¿Fred?
—Venía a lado de nosotros.
Ambos comenzaron a buscarlo con la mirada, pero cuando lo encontraron se extrañaron al ver en el lugar en el que estaba.
—¿Esta en una florería? — George y Bill caminaron hacia él, el gemelo mayor veía fijamente a una rosa completamente roja que brillaban con demasiada intensidad — Fred... ¿qué haces?
—Comprando flores — explico con obviedad y al ver a la mujer que atendía le hablo —, oye, ¿Por qué brillan tanto?
—Buenas tardes — saludo la mujer castaña, parecía ser muy amable —...oh, querido, son rosas Thaumatagorias — Fred la miro sin entender —, según su historia representan los sentimientos puros, de quien las regala, su brillo nunca acaba si se regalan con amor e inclusive aumenta con la intensidad de sentimientos, existe dos colores el dorado y el rojo, el dorado representa un amor sincero e inocente, mientras el rojo representa un amor pasional y verdadero.
Fred sonrió, si un color podría definir a su chica era el rojo, esa mujer era completamente pasional.
—¿Cuánto cuesta la docena?
George y Bill observaban a Fred, él nunca era detallista con nadie.
— Quince galeones.
— ¿Tanto? — los otros dos pelirrojos se sorprendieron a escuchar la cantidad, era demasiado para unas simples rosas.
— Deme dos docenas, en un solo ramo por favor — pidió Fred con una sonrisa, por fin podría darle a Anirak todo lo que se merecía ya no tendría que medirse o comprarle cosas baratas, saco las monedas en lo que la mujer comenzaba a armar el ramo.
— ¡Fred, eso es demasiado dinero! ¿Para quiénes son? — el mayor de los Weasley no entendía porque Fred compraría unas rosas tan caras.
— Queti.
— ¿Queti?
— Quetimporta.
Bill resoplo y George solo rio, estaba claro que esas flores eran para la menor de los Black's, sin duda Fred estaba demasiado ilusionado con Anirak.
Fred pago las flores y salió de la tienda con el gran ramo seguido de sus hermanos.
—Voy a ir a la casa Black a dejar esto.
—¿Casa Black? — Bill comenzó a atar cabos — ¡Son para Anirak!
—Era obvio ¿no? ¿A quién más le voy a dar flores?
—¿Tú y ella son novios?
—No te interesa ¿Vienen? Solo las dejo y nos regresamos, Anirak tenía una reunión con Kingsley o no sé qué, así que no me que quedare mucho tiempo.
—¿Desde cuándo están juntos? — Bill no podía creer que la chica Black aceptara a Fred, acababa de perder por completo la apuesta que tenía con Tonks — ¡Fred, ella no te puede hacer caso!
—Pues si lo hace— soltó un suspiro — ¿Vienes o vas a seguir hablando?
—Es que ella es ella, y tú eres Fred, o sea, son polos opuestos.
George seguía los pasos de su gemelo mientras reía de lo que hablaba Bill que al parecer estaba consternado, y seguían sin creer.
—Pues sucedió, aun no le pido permiso a Sirius así que no digas nada frente a él.
Los tres hombres pelirrojos siguieron el camino para la casa Black, Fred parecía muy emocionado por poder regalarle algo así a la chica de sus sueños.
—¿Francia? — Anirak enarco la ceja viendo a los mayores.
—Así es, se nos ha reportado el avistamiento de algunos de los seguidores de Voldemort — explico Dumbledore —...como sabrás yo no puedo ir, y necesito que vaya alguien de toda mi confianza.
—Pensamos en ti — a completo Kingsley viendo a la azabache —, te serviría para que conozcas todo lo que debe de hacer un Auror, iras en representación de la Orden del Fénix, algún integrante del departamento de Seguridad Mágica de Francia te guiara.
—Suena interesante — le emocionaba que por fin le encomendaran tareas de mayor rango, era divertido ser aprendiz de Moody, pero quería un poco más de acción — ¿Cuándo me iría?
—Mañana a las diez de la noche partirías de Londres, pasarías veinte días allá.
—De acuerdo, estaré lista —Dumbledore le sonrió, le agradaba mucho el espíritu de Anirak, siempre parecía dispuesta a aceptar cualquier tarea — ¿Partiré desde la casa Black?
—Así es, Dumbledore te dará más información.
—Entendido.
Tras esa conversación los mayores se encargaron de explicarle todo lo que debería de hacer una vez que estuviera en Francia, parecía relativamente fácil y era una gran ventaja que hablara el idioma.
Salió de la casa de Kingsley a las diez de la noche, en ese lugar se estaban haciendo algunas reuniones más privadas ya que al parecer estaban sospechando que había algún espía dentro de la orden, pero aun no acusaban a nadie como tal, Sirius desconfiaba de Snape y por lo mismo ella lo hacía.
Severus Snape la odiaba de la misma forma que odiaba a Sirius, más de una vez terminaron peleando porque el insulto a su padre, inclusive se atacaron mutuamente y Dumbledore tuvo que intervenir antes de que se mataran.
Al entrar al salón de la casa Black se topó con un gran ramo de rosa rojas que brillaban con intensidad, se acercó para verlas más de cerca, quien sabe de quién serian.
—¿Anirak? — escucho la voz de Laetitia que acaba de entrar al salón — ¿Apenas llegaste?
—Se alargó la reunión — señalo las flores — ¿De quiénes son? ¿Papá te las dio? — observo a su madre mientras alzaba y bajaba las cejas de forma graciosa — ¿Ya van a volver?
—No seas tonta — la mayor soltó una pequeña risa —. Te las trajeron a ti.
—¿A mí? ¿Quién?
Las examino y pudo ver una pequeño sobre.
—Lee la nota que tienen...aunque es obvio ¿no?
Anirak tomo el sobre para abrirlo rápidamente, una enorme sonrisa se instaló en su rostro al reconocer la caligrafía desordenada:
"Muñeca:
Vi las rosas y no pude resistir a llevarlas hacia ti.
El rojo hace que me acuerde de ti. De hecho, me contaron una historia sobre el color de esas flores, te prometo que te la contare cuando nos veamos.
Lamento no poder verte hoy, pero tengo mucho trabajo.
¿Quién diría que ser un adulto responsable es tan cansado?
Te quiero, Anirak.
Fred Weasley"
El corazón de Anirak latió con fuerza al leer esas tres últimas palabras, Fred de nuevo le decía que la quería, cada día caía más en cuenta de sus sentimientos.
—Parece que ese chico te quiere mucho ¿no? — Laetitia observaba a su hija, parecía feliz y emocionada —, se puso muy nervioso cuando yo recibí las flores, aunque parecía tranquilo cuando le dije que tu padre estaba durmiendo.
—Fred es muy lindo.
—¿Tú y él? — pregunto con curiosidad, aunque todos sospechaban que esos dos adolescentes eran más que amigos, Fred solía venir a visitarla muy seguido y había veces en las que Anirak desaparecía de la casa Black para después regresar con una gran alegría.
—Creo que estamos juntos — respondió con una sonrisa —, quiero a Fred, mamá.
Anirak tomo la decisión de ir mañana a Sortilegios Weasley a hablar con el pelirrojo, si el no daba el primer paso, ella lo haría, le pediría que formalizaran una relación, ya no quería estar en la duda de en qué estaban, si ambos se querían no iba a dudar en estar a su lado.
Al entrar Sortilegios Weasley le extraño no toparse con ninguno de los pelirrojos, había gente, pero no tanta como otros días, eso se debía a la hora ya que casi todos estaban en sus trabajos.
Una extraña sensación le recorrió el pecho, como si estuviera por pasar algo malo.
—Buenas tardes — Verity le dio la bienvenida, pero al ver de quien se trataba borro la sonrisa —...señorita Black.
La rubia por lo regular era una mujer muy educada, pero tanto Anirak como ella no se toleraban mutuamente.
—Buenas tardes — la observo de manera seria — ¿Has visto a Fred o George?
—Uno de los señores Weasley se encuentra en la Bodega y el otro salió a comprar algunas cosas.
—Gracias — la azabache la paso de largo para caminar a la bodega.
—No creo que debería de entrar a la bodega.
—¿Por qué? — enarco la ceja viendo a la rubia que solo sonreía burlonamente, como si supiera algo que ella no.
—El señor Weasley parecía muy ocupado con una chica.
El corazón de Anirak latió con fuerza al escuchar esas palabras, trato de pensar que a lo mejor se trataba de George y debería de darle privacidad, pero su curiosidad fue más fuerte y apresuro el paso, ignorando las palabras de Verity que le pedía amablemente a que esperara que "el señor Weasley saliera de ahí"
Le tembló la mano por unos segundos antes de tomar la manija, pero abrió la puerta para entrar, escuchaba algunos pequeños jadeos, una parte de ella le decía que se fuera, pero no le hizo caso.
Se negaba a creer que Fred fuera capaz de encerrarse con alguna mujer, ambos se querían.
¿No?
Él se lo había dicho, siempre le decía que no se fijaría en otra mujer más que ella.
Fred y ella tenían algo, él no sería capaz de romperlo tan fácilmente.
Al llegar pudo observar a una chica de cabello cobrizo sobre el escritorio que tenían los gemelos y a un pelirrojo entre sus piernas la besaba apasionadamente, ambos tenían la ropa desarreglada.
De inmediato reconoció a la mujer, era la misma que le coqueteaba a Fred el día de la inauguración.
Un nudo se le formo en la garganta y los ojos se le llenaron de lágrimas al darse cuenta de quién era el chico que la besaba con intensidad y jadeaba al sentir las caricias que ella le brindaba.
Se trataba de Fred Weasley.
El estómago le dolía y era como si algo estuviera desmoronándose por dentro de forma lenta.
Trato de salir sin hacer ruido, pero como tenía la vista empañada por las lágrimas termino golpeando un estante provocando que se cayera una caja llamando la atención de la pareja.
—¡¿Anirak?! — el chico la observo sorprendido para después ver a la chica que estaba frente a él — ¡¿Tú?! — Fred se alejó de inmediato para acercarse a la azabache que parecía consternada —...no es lo que parece, amor... te lo juro.
—Fred, ¿A caso ella es tu novia? — la voz de la chica sonaba burlona mientras veía a Anirak con superioridad—, al parecer no eres lo suficiente para Fred, cariño.
—¡No le hables así! — el pelirrojo trato de tomar la mano de Anirak, pero ella se alejó —, por favor escúchame, no es lo que parece, hay una explicación para lo que acabas de ver.
—¡No me toques, Weasley! — Anirak se acercó un poco a la cobriza — ¿No soy lo suficiente? ¿Te has visto? Entre tú y yo no hay ningún punto de comparación — escupió con asco —... si yo quiero lo tengo de vuelta, pero, ¿sabes qué? Quédate con él, yo nunca voy a pelear por un hombre. Así que diviértanse.
Fred la miro atónito por sus palabras, las dijo con tanto odio que hasta a él le dolieron, Agnes solo soltó una carcajada burlona al ver como la Black salía de la bodega.
Anirak camino rápidamente por Sortilegios Weasley, escuchaba como la llamaban, pero ella apresuro el paso, tratando de ignorar todo a su alrededor.
—¿Te lo dije no? Él estaba muy ocupado— de nuevo era Verity que se estaba burlando —...el señor Weasley es muy popular entre las mujeres era normal que no solo iba a estar con una.
—Sí, Fred siempre va por algo más fácil, no me sorprendería que después vaya tras de ti.
Anirak no espero una respuesta para salir de ahí.
En esos momentos se sentía completamente vacía, como si acabara de perder algo demasiado importante.
Aunque debió de verlo venir, al parecer su abuela tenía razón y Fred no la quería como decía, ya había obtenido sexo, quizá solo seguía con ella por su apellido, solo la estaba usando de alguna u otra forma.
Quería llora, quería gritar, pero no lo iba a ser, Fred no lo valía.
—Anirak — Fred salió tras ella y tomo su brazo para detenerla —...no supe ni en qué momento la estaba besando, pensé que e...
—¿Sabes qué? — la azabache lo interrumpió encarándolo mientras le lanzaba esa mirada que tanto odiaba el pelirrojo, una cargada de decepción —. No tienes por qué dar explicaciones, al final de cuentas tú y yo no somos nada — Anirak vio a otro punto evitando la mirada avellana de Fred, parecía desesperado porque la escuchara, pero si se quedaba unos segundos más ahí rompería en llanto en medio de la calle —, te puedes acostar con quien quieras, lo de nosotros solo fue sexo, Frederick.
Algunas personas se quedaban viendo a la pareja, la Black estaba tan pálida que parecía apunto de desmayarse, mientras Fred tenía el rostro lleno de frustración y tristeza como si estuviera por romper en lágrimas implorando por ella.
—¡Anirak, déjame....!
—No te quiero volver a ver en mi vida.
La Black no espero respuesta para desaparecer ante él, dejándolo completamente solo frente a Sortilegios Weasley.
Definitivamente lo de Anirak y Fred había llegado a su final.
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