XLI: Departamento (+18)
La azabache soltó un suspiro, hace tres días que había vuelto a Grimmauld Place, después de un gran interrogatorio por parte de Remus a Fred y a ella, tuvieron que inventar miles de escusas del porque él la llamo cariño diciéndole que solo era en forma de amigos, que porque se llevaban muy bien y todo eso. Algo que la puso más nerviosa fue el hecho de que Fred le dijera que tenía que hablar con Sirius, pero lo haría después, cuando ella estuviera completamente bien y estuviera presente.
¿De qué diablos tendría que hablar Fred con su padre?
La duda la carcomía provocándole ansiedad en saber la respuesta, y por si eso no fuera poco...
Perenelle estaba en Grimmauld Place, llego en la mañana exigiendo que Anirak se fuera con ella, ya que según no estaba segura en la casa Black.
Sin duda, esa anciana estaba loca.
Claro que quería a su abuela, pero ella no se iría de ahí, Laetitia, su madre acababa de volver, por fin su familia estaba casi completa —claro que faltaba Harry, pero dentro de un mes ya estarían todos juntos—, por lo que por ninguna razón regresaría a la mansión Flamel.
Anirak escuchaba a su abuela discutir con sus padres una y otra vez, la cabeza le comenzaba a doler y lo único que quería era largarse ahí, Perenelle inclusive ya estaba amenazando con delatar a Sirius ante el ministerio mientras Laetitia parecía a punto de saltar sobre ella.
¿Por qué no podía tener una familia normal?
—¡Anirak, volverá a Francia a la mansión Flamel! — ordeno Perenelle viendo a la azabache fijamente.
—¡Mi hija ya es mayor de edad, ella puede decidir hacer lo que quiera! — defendió Sirius.
Anirak le dio una mordida a su tostada, ni siquiera podía comer bien por culpa de ellos.
—¡Tú cállate! ¡Agradece que no le hablo al ministerio para que venga por ti! — respondió la anciana con molestia — ¡Anirak, trae tus cosas de una vez!
—¡Anirak se quedará en Londres! — ahora era Laetitia la que hablaba— ¡Ella estará bien aquí, con su padre!
Escucho como volvían a discutir los tres al mismo tiempo sin ponerle atención, soltó un suspiro para levantarse e ir hacia la chimenea.
Todos estaban tan concentrados por discutir a donde iría ella que no se dieron cuenta de que tomo los polvos Flu.
—¡A Sortilegios Weasley!
Lanzo los polvos siendo envuelta por una llamarada ver, sabía que los gemelos ya se estaban mudando al departamento que tenían sobre su tienda que estaba próxima a inaugurarse.
Al llegar a la chimenea salió con cuidado sintiendo como una de la herida que tenía en el pecho comenzaba a arder.
Ignoro el ardor y observo todo a su alrededor, había un sillón rojo y las paredes eran de color crema, dándole un aire de tranquilidad.
Se preguntaba dónde estaban los gemelos, todo parecía muy callado o ¿acaso se equivocó de lugar? Sería muy raro toparse con alguien que no conocía.
—¿Anirak?
Escucho una voz que venia del lado izquierdo, se giró de inmediato topándose con un pelirrojo, lo observo fijamente dándose cuenta que se trataba de George.
—¡Hola! — él se acercó rápidamente a ella para abrazarla con cuidado —, también te extrañe.
—¿Qué haces aquí? ¿No tendrías que estar descansando en Grimmauld Place? Mañana iríamos a visitarte — se alejó unos centímetros de ella — ¿Paso algo?
—No...solo quería salir de ahí — sonrió, y con disimulo busco a Fred con la mirada —...también quería verlos, es aburrido estar encerrada sin poder salir.
—Me alegro de verte, luces mucho mejor que hace días — George sonrió, se sentía feliz por ver a la chica —¿Quieres comer o tomar algo?
—No, estoy bien, gracias...oye, ¿Do...?
—George — una voz más se hizo presente —, también hay que comprar escamas de dar...—¿Anirak?
El gemelo mayor puso atención en la azabache que le sonrió de inmediato.
—¿Sorpresa?
Sin esperar a más la atrajo en un abrazo y beso su frente con cariño.
—¿Cuándo llegaste?
—Acaba de llegar — George tomo el pedazo de pergamino que le extendía Fred mientras abrazaba a la chica, soltó un suspiro y decidió volver a su habitación dándoles más privacidad —...me largo.
Fred no le puso mucha atención a su gemelo y se separó de la Black, para verla, estaba por decir algo, pero su mirada paro en su pecho, la blusa blanca que usaba tenía una gran mancha de sangre.
—Amor, estas sangrando — la miro con preocupación.
—No me di cuenta y se ha deber abierto alguna herida.
—Vamos a mi habitación, te curare.
Tomo su mano para hacerla caminar hacia el lado derecho del departamento.
—Me puedo curar yo sola, Freddie, no es necesario que lo hagas.
Entraron a la habitación, Fred hizo que se sentara en la cama.
—Yo me encargo ¿De acuerdo?
—Aunque te diga que no, lo harás ¿no? —él asintió con un gesto de cabeza —, de acuerdo, hazlo.
El pelirrojo la ayudo a quitarse la blusa manchada de sangre, él se concentró en la herida que estaba sobre su seno izquierdo tratando de no ver algo más.
—Iré por alcohol y algodón para limpiarla, amor, quédate quieta y no hagas nada.
Beso su frente con cariño para salir de la habitación.
Anirak observo todo a su alrededor, la habitación de Fred tenia colores entre rojizos y naranjas, contaba con una cama matrimonial con dos pequeños muebles a cada lado, un gran armario, en la esquina estaban algunas cajas con cosas que seguramente no desempacaba aún.
Una sonrisa surco su rostro al ver que en la pared junto a su cama estaban varios recortes pegados, y en todos salían ellos dos juntos, seguramente los habría sacado del profeta cuando salió la nota de su compromiso. Fred parecía muy cuidadoso con ellos ya que estaban muy bien adheridos.
—Volví — Fred entro con alcohol, y algodón en las manos — ¿Qué tanto ves, preciosa?
Dejo las cosas en la cama.
—Me gusta la decoración de tu pared — el pelirrojo siguió la mirada de Anirak y su rostro tomo el mismo coló que su cabello, no quería que ella pensara que era un cursi —, se ven bien.
—Ya sabes, no tengo ninguna foto en la que salgamos juntos — confeso destapando el alcohol para humedecer el algodón —, así que los recortes del Profeta, me gusta cómo te ves, pareces muy feliz.
—Estoy feliz cuando estoy contigo.
—Sigue diciendo eso y te voy a besar — se acercó a su pecho —, me dices si te lastimo.
—Desde que llegue aquí estoy esperando que me beses.
—Solo trato de curar tu herida y te daré todos los besos que quieras— Fred limpiaba su herida con cuidado de no lastimarla— Pensé que ya habían cicatrizado todas.
—Arde — musito suavemente —, yo también, pero al parecer no.
—¿Hiciste algún esfuerzo?
—No — la azabache lo observo, parecía muy concentrado en limpiar la herida en su pecho —, creo que se abrió cuando lance los polvos flu.
—¿Por qué huiste de Grimmauld Places? Dudo que tus padres o Remus te hubieran dejado salir —Fred cambio el algodón para terminar de limpiar la sangre —, y menos al saber que terminarías en mi habitación estando completamente solos.
—Quizá no les dije — Anirak hizo una mueca cuando el chico puso presión en la herida — ¿Estamos solos?
—George fue a comprar unas cosas que nos faltan para la inauguración y tenía una cita con una chica que conoció en el callejón Diagon — Fred se levantó para ir por gasas que tenía en las cajas que estaban en la esquina de la habitación — ¿Ya me dirás por qué huiste?
—¿Ya no está con Angelina? — Siguió cada uno de sus movimientos con la mirada —, mi abuela llego, mis padres comenzaron a discutir con ella y yo solo quise irme de ahí, pensé que sería buena idea venir...a verte.
Él movió las cajas buscando las gasas, y Anirak mordió levemente su labio inferior, en la gran y masculina espalda de Fred se tensaban sus músculos con cada movimiento, realmente su cuerpo estaba cambiando rápidamente cada día perdía más la complexión de adolescente.
¡Fred cada vez estaba más bueno!
El chico tomo las gasas para volver con ella.
—George y Angelina terminaron antes de que abandonáramos Hogwarts — se sentó frente a ella tomando una gasa limpia y su varita —, me alegro de ser tu primera opción cada que quieras huir.
—Me siento demasiado cómoda contigo.
Fred coloco la gasa sobre la piel herida y con un hechizo la pego sin riesgo a que se desprendiera.
— Y yo contigo preciosa, te extraño cada que no estás conmigo — Fred se acercó lentamente a sus labios para darle un beso acariciando su hombro desnudo, Anirak respondió de inmediato llevando las manos al cabello del chico, despeinándolo y jugando con él.
Los besos que intercambiaban eran lentos, disfrutando del momento, pero ambos sentían como el ambiente se volvía más caliente, tenía mucho tiempo que no estaban juntos siempre que lo querían hacer algo o alguien los interrumpía, pero ahora estaban completamente solos.
Los besos comenzaron a subir de intensidad, Fred con facilidad quito las cosas que estaban sobre la cama para recostar a la azabache y ponerse sobre ella sin dejar de besarla.
Anirak sentía su núcleo palpitar cuando Fred acaricio la piel de su cintura desnuda, metió las manos bajo la playera para acariciar la espalda desnuda de él.
Echo la cabeza hacia atrás al sentir como los labios de Fred bajaban lentamente por su cuello dejando un camino de besos y lengüetazos en el proceso.
—Hueles tan bien — musito sobre su piel — ¿Quieres que lo hagamos?
Fred se moría de ganas de estar con ella, pero recordaba lo que paso con Adrian Pucey esa noche en Hogwarts, por lo que no quería que sintiera que la estaba presionando.
—Te deseo, Fred — lo vio directamente a los ojos —, te necesito, necesito sentir tu piel junto a la mía.
Él sonrió.
—Eso quería escuchar, amor — dejo pequeños besos sobre el valle de sus senos sin rozar la gasa que cubría la herida —, si sientes que soy muy brusco dime que pare.
Un suspiro escapo de los labios de la azabache al sentir como metía la mano bajo su falda tocando en medio de sus muslos.
Los labios de Fred bajaron por su vientre, Anirak recargo su peso en los antebrazos alzándose un poco para ver al pelirrojo.
Él alzo la falda para tener más acceso a su entre pierna, sonrió al ver que la tela de la braga azul estaba más oscura de en medio.
—Estas completamente húmeda, Anirak — Fred bajo más para acomodarse en medio de sus piernas y dejar el rostro a la altura del núcleo de la chica.
—¿Qué haces, Freddie? — el corazón de Anirak comenzó a latir demasiado rápido y se sintió más húmeda al sentir el aliento de Fred rozar en su zona más sensible aun cubierta.
El pelirrojo alzo el rostro para verla, estaba completamente sonrojada con los labios entre abiertos y las pupilas completamente dilatadas.
—¿Alguna vez te han hecho sexo oral? — ella se puso más roja y negó —, de acuerdo, amor — la voz de Fred estaba completamente ronca, se sentía desesperado por probarla —, lo hare, si no te gusta no continuare.
—Está bien — Anirak estaba nerviosa, nunca había hecho algo como eso, las veces que estuvo con Oliver solo se concentraban en intercambiar besos y caricias para que después él la penetrara, nunca tuvieron sexo oral o algo parecido.
Fred sonrió, se veía demasiado tierna y al mismo tiempo sensual, le encantaba cada faceta que descubría en ella.
Se alzó un poco para quitar la pequeña braga de encaje que usaba a la azabache dejándola expuesta a él, se mordió el labio inferior al verla, estaba completamente húmeda.
Aventó la prenda lejos de ellos, en esos momentos no le importaba donde caía, froto suavemente su entrada con dos de sus dedos alzando la mirada para ver a Anirak.
— Freddie — suspiro la azabache al sentir sus caricias, se percató que la veía fijamente —, deja de verme, tonto.
— Me gustas demasiado, Anirak — siguió acariciando sus pliegues —, me gusta ver como disfrutas cuando te follo.
— Eres un pervertido.
— Solo contigo, amor.
Fred le sonrió para bajar su rostro, acerco los labios para besar la cara interior de sus muslos acercándose cada vez más a su entre pierna, escuchaba como la azabache soltaba pequeños jadeos y sin esperar más paso lentamente la lengua por sobre su húmeda entrada.
—¡Oh, mierda! — un gemido escapo de los labios de la azabache, la lengua de Fred era demasiado cálida, en su cuerpo recorrían nuevas sensaciones cada que el pelirrojo la lamia, el calor incrementaba al igual que su humedad.
Fred sonreía al escucharla, introdujo la lengua, lamiendo y jugando con su clítoris, sintió como se estremecía y continúo moviéndolo en círculos.
Los gemidos de Anirak cada vez se volvían más fuertes mientras cerraba los ojos disfrutando de las oleadas de placer que la recorrían, se sintió aún mejor cuando Fred metía dos dedos en ella moviéndolos lentamente.
La erección del pelirrojo se hacía cada vez más dura con cada gemido que soltaba la azabache, siguió lamiendo su entrada, atrapo el clítoris con sus labios para succionarlo sin dejar de penetrarla con los dedos, sus fluidos los mojaban demasiado por lo que era más fácil para él meter y sacar los dedos.
Hubo un momento en que Anirak sentía perder el conocimiento por tanto placer que le provocaba Fred, nunca creyó poder alcanzar ese punto de éxtasis, su cuerpo se tensó y un cosquilleo la recorrió desde la punta del pie hasta el viento, a los pocos segundos un orgasmo la golpeo, dejo escapar el nombre de Fred.
Fred lamio sus labios vaginales, tragando todos los fluidos que podía para sacar los dedos y alzarse viéndola con una sonrisa triunfal, una fina capa de sudor la cubría y mantenía los ojos cerrados con el rostro lleno de gozo.
—Sabes deliciosa, Black — se quitó la playera para lanzarla y desabrocho su cinturón — ¿te gusto?
Anirak abrió los ojos tratando de regular su respiración.
—Se sintió tan bien...
Fred quito su pantalón dejando ver su gran erección marcada en el bóxer.
—Puedo hacerlo cada que quieras — le guiño un ojo y ella sonrió, Anirak se sentó para llevar las manos tras su espalda y desabrochar su brasier — ¿Te sigues cuidando?
—Sí, sigo tomando las pastillas y poción — quito su brasier para dejarlo en el mueble que estaba junto a la cama.
—Tal vez debería de empezar a cuidarme yo también — bajo su bóxer liberando su pene erecto, las gotas de líquido pre seminal escurrían de él, estaba demasiado excitado —, porque ahora que vivo lejos de mis padres, te voy a traer muy seguido.
—¿Tan necesitado estas? — bromeo Anirak, ganándose una mala mirada de Fred y después una carcajada.
— Tonta — Anirak rodeo su cadera con sus piernas, Fred tomo su erección para rozarla en su húmeda entrada —, me muero por estar dentro de ti... ¿Lista?
— Hazlo, Freddie — puso las manos sobre sus hombros y se acercó más él provocando que introdujera la punta en su entrada y musito contra el oído del pelirrojo en un jadeo—, se siente tan bien, ya extrañaba hacerlo.
Fred sonrió y dio una estocada penetrándola por completo, sintió como ella enterraba las uñas en su piel desnuda y ahogaba un grito contra su cuello.
Las estocadas eran suaves pero placenteras para ambos, las manos de Fred se aferraban a la cintura de Anirak que aún era cubierta por la falda que estaba enrollada sobre la misma.
Anirak rasguñaba la espalda de Fred dejando grandes marcas, mientras gemía en su oído excitando aún más al pelirrojo.
—Estas tan apretada, amor.
El pelirrojo le murmuraba palabras cariñosas y le daba pequeños besos, aumento un poco más la fuerza provocando que los pechos desnudos de la Black golpearan su pecho desnudo, sentía como sus pezones erectos acariciaba su piel.
—Más fuerte — pido la azabache entre gemidos —, se más brusco, Freddie.
Obedeció a sus palabras penetrándola de forma brusca y perdiendo todo el control, estrujaba la piel de la cintura con una mano, mientras la otra se encargaba de amasar el pecho derecho con fuerza, Anirak sonreía cada que lo sentía entrar de forma dura en ella.
Lo único que se escuchaba eran los gemidos y gruñidos de ambos al igual que sus pieles sudadas chocar con fuerza.
—Estoy a punto — gruño el pelirrojo —, de correrme cielo ¿Adentro o afuera?
Anirak lo apretó más contra ella.
—Dentro
Unieron sus labios en un beso necesitado y Fred la siguió penetrando con vehemencia durante unos minutos más hasta que sintió como sus testículos cosquilleaban y a los pocos segundos llego a su liberación.
Recargo su frente sobre la de ella, respirando de forma agitada.
—Te ves hermosa después de follar.
—¿Vas a empezar de romántico?
Fred soltó una carcajada para salir de ella y acostarse a su lado, la rodeo con los brazos y la atrajo hacia él.
Anirak se acomoda para quedar sobre su pecho.
—¿Te quedas hoy? Ya es noche....
—¿Quieres que me quede? — la azabache dibujaba círculos invisibles sobre su pecho.
—Por mi quédate toda la vida.
Anirak sonrió para atraerlo hacia ella y besarlo de forma cariñosa, cada día quería más a Fred Weasley.
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