VII: Knockturn
En los últimos días, la señora Weasley tuvo a los chicos trabajando muy duro, en algunas ocasiones Anirak ayudo, pero en cuanto podía se escapaba con su papá, algunas veces le daba de comer a Buckbeak y si no era eso, Sirius se había tomado muy enserio en volverla una mejor duelista que él, así que varias horas se la pasaban en una habitación que habían adecuado para practicar e inclusive Remus se les había unido varias veces.
— ¡Se ha librado! ¡Se ha librado! ¡Se ha librado!
Al entrar a la cocina, Anirak observo como los gemelos y Ginny bailaban una especie de danza guerrera al son de las palabras anteriormente dichas.
—¡Harry! — se acercó de inmediato al chico que estaba junto de Ron y Hermione —, me imagino que todo salió bien en la audiencia.
—¡Claro, no podían acusarlo de nada!
Hermione parecía muy feliz
— ¡Me alegro mucho!
Harry y Anirak se unieron en un cálido abrazo, en estos últimos días se habían vuelto más unidos, Harry sentía como si tuviera una hermana mayor, ya que la chica Black siempre estaba al pendiente de él y podía hablar con ella de cualquier cosa, inclusive le había contado un poco de todo lo que le atormentaba. Había visto como los hermanos Weasley se comportaban tan unidos algunas veces, y estaba seguro que era casi lo mismo con Anirak.
Siguieron unos segundos más abrazados, bajo la atenta mirada de los presentes, Sirius estaba más que feliz al ver como los chicos creaban un vínculo más fuerte, esperaba que fueran igual de unidos como alguna vez lo fueron James y él. Pero, había tres personas especialmente molestas al ver que el abrazo duro más de lo esperado. Todos disfrutaron de un delicioso desayuno preparado por la matriarca Weasley.
Fred y Anirak se lanzaban ciertas miraditas coquetas que no pasaron desapercibidas por George, Hermione, Ginny, Sirius y Molly, la que parecía contenta porque uno de sus hijos tuviera interés en una chica como Anirak, ya que ante sus ojos era una niña sencilla, amable y por lo que Sirius y Remus le habían dicho muy estudiosa, ya que era prefecta en su instituto y una de las mejores brujas de su generación, sin duda a sus gemelos les haría bien tener una buena influencia como ella.
Los siguientes días fueron tranquilos, todos parecían estar más relajados.
— Quien fuera caramelo para derretirse en tu boca.
Anirak que estaba comiendo unos caramelos —traídos por Tonks, sin duda ella la consentía con todos sus antojos — dejo escapar una risa tonta.
—¡Fred!
La mamá del chico comenzó a reprenderlo, mientras que Sirius soltó un gruñido. No era sorpresa para nadie que Fred y Anirak tuvieras ese juego que consistía en coquetearse con frases tontas sin importarles quien estuviera enfrente, ambos eran igual de descarados.
Sirius, después de tener una conversación con Remus, trataba de soportar esos jueguitos entre Fred y su adorada Anirak, pues el licántropo le había dicho que seguramente eso terminaría una vez que volvieran al colegio. Gracias a Merlín, Anirak estudiaba hasta otro continente y con puras chicas, así que no volvería a tener contacto con esa comadreja.
La señora Weasley salió con los gemelos de la cocina, seguramente para ponerles algunas tareas y mantenerlos ocupados.
—Oye, papá — Sirius miro a su hija —, necesito ir al callejón Diagon.
—¿Y eso?
— Tengo que comprar algunas cosas y libros para la escuela.
—¡Podría acompañarte! — exclamo el mayor emocionado, siempre había querido ir con su hija a comprar todo lo que ella quisiera, desde que supo que nacería se imaginaba acompañándola en su primer año y todos los siguientes al callejón Diagon y darles todos sus consejos, ya fueran buenos o malos, para su vida en Hogwarts, pero no todo era siempre como se soñaba.
— Pero no puedes salir, aparte, no tengo muchos galeones — susurro lo último.
— Puedo usar mi forma animago, no creo que nos descubran — una sonrisa traviesa adorno los rostros de ambos azabaches —. Y, ¿Bromeas, cariño? Eres mi hija, una Black, tienes una bóveda en Gringotts, con tantos galeones como te los imagines.
Ciertamente la familia Black era como la realeza en el mundo mágico, de hecho, su familia materna también era rica, pero prefería no pedir dinero a nadie que no fuera su madre, la cual le daba mensualmente cierta cantidad de galeones, su madre siempre había considerado que no era lo suficiente madura para administrar la fortuna que le pertenecía.
— Tengo una idea para que puedas salir de aquí sin tanto riesgo.
— ¿Cuál?
— Espera aquí.
Anirak desapareció de la cocina, dejando a Sirius solo.
Tras unos minutos volvió aparecer, con un lo que parecía ser un collar para perro rosado con un cascabel, y en la otra mano traía un frasco.
— Anirak, ¿qué se supone que es eso?
— Tengo dos planes.
Sirius observo el frasco y el collar que Anirak dejo en la mesa.
—¿Y esos cuáles son?
— El plan A, mi favorito — Tomo el collar rosado y lo movió haciendo que el cascabel sonara —, te puedes poner este lindo collar en tu forma de perro. Le pongo una cadena y si alguien pregunta eres mi perro de las montañas que traje desde Machu Picchu.
Sirius tomo el collar que su hija le tendía.
— Esperas— movió el cascabel —, ¿Qué use este collar que tiene un tonto cascabel?
— Si, te verías como toda una perra
Anirak hizo una pose de diva — muy estúpida, según Sirius—, causando que su padre soltara un bufido y una pequeña risa.
— ¿Y el plan B? ¿Qué tiene ese frasco?
Dejo el collar de nuevo en la mesa
— Poción Multijugos — de la bolsa de su pantalón de chándal saco un trozo de pergamino doblado —, y un poco de cabello.
— ¿De dónde lo sacaste?
— Lo tome prestado, Alastor tiene su baúl lleno de pociones, por eso de "manténganse en alerta permanente" — respondió tratando de imitar la voz de Moody —, supuse que tendría algo de poción Multijugos.
— ¿Y cómo es el plan? ¿De quién es el cabello? Dime que de ninguna de esas tontas comadrejas que siempre están detrás de ti.
La azabache solo negó con la cabeza, su padre aún tenía cierta molesta hacia los varones Weasley, los gemelos y ella pasaban mucho tiempo juntos, ya sea escuchando música o ella probando alguno de sus inventos, a veces jugaba ajedrez Mágico con Ron, que por cierto era muy bueno en ello, no había logrado ganarle ni una vez. Y otras veces, estaba con Bill el cual le contaba acerca de distintas maldiciones o cualquier cosa que pasara en Gringotts.
— No es cabello de ningún Weasley.
— Menos mal.
— Te transformaras en Remus, por lo de la luna llena está en su escondite — hizo una pausa—, supongo que la poción alcanzara para unas dos o tres horas, y nadie sospecharía que tú eres él.
— Al parecer, aparte de mi belleza heredaste mi inteligencia — sonrió de forma egocéntrica — ¡Vamos al callejón!
— Solo iré a cambiarme, y tú deberías de hechizar tu puerta para que nadie pueda entrar y piensen que estas dormido, también podrías tomar un poco de ropa de Remus prestada.
— Me parece bien.
Cada quien fue por su lado para alistarse y seguir el plan, que parecía ser muy bueno.
Anirak rápidamente —gracias a la magia— se cambió de ropa por una falda corta de mezclilla negra y una blusa de rayas blancas y negra, que estaban muy de moda en el mundo muggle. Prefería la ropa muggle antes que la del mundo mágico que solía ser algo anticuada.
Después de haber hechizado su puerta para que nadie pudiera entrar y todos pensaran que estaba dormida o practicando duelo con Sirius, salió de ahí topándose con unos ojos de color marrón que la recorrían de pies a cabeza de forma lenta.
—Lindas piernas — el pelirrojo se mordió levemente el labio — ¿Eso es ropa muggle? — Anirak asintió sonrojada, sabía que se trataba de Fred, ya que no tenía el lunar en el cuello que George si, y el gemelo mayor siempre era más lanzado y parecía no tener vergüenza de nada —. Me gusta, te queda bien.
— Gracias Fred.
— ¿Vas a salir? — Fred acaricio su cabello lentamente, para después poner un mechón rebelde tras su oreja —, me gusta que sea tan suave y rebelde.
La pelinegra le sonrió, le gustaban los cumplidos hacia su cabello, pues siempre había tratado de cuidarlo, al ser ondulado necesitaba más cuidados que un cabello lacio.
— Remus me llevara al callejón Diagon — mintió—, acaba de regresar.
— Está bien, cuando regreses George y yo te tenemos que enseñar algo.
— ¿Qué cosa?
Fred le sonrió coquetamente.
— No seas tan curiosa muñeca— con su gran dedo pulgar acaricio el labio inferior de Anirak, no había vuelto a intentar besarla desde el día que Sirius los atrapo juntos, pero le encantaba coquetearle y tener ese pequeño contacto físico con ella, para él ella era tan bonita y se veía tan frágil como las muñecas de porcelana que su mamá algunas veces guardaba tan recelosamente para que nos las fuera a romper junto con George —, nos veremos más tarde.
Beso su mejilla y soltó su mentón
— Nos vemos, guapo.
Anirak tomo su rostro antes de que él se enderezara para dejar un estruendoso beso en su mejilla, dejando labial rojo en ella.
Fred se sonrojo, había veces en las que no podía controlar los pequeños nervios que ella causaba en él.
Se sonrieron por última vez y ambos desaparecieron. Ambos compartían el gusto por aparecerse por cualquier lugar de la casa.
Sirius —que ya había tomado la poción Multijugos — y Anirak entraron al caldero chorreante donde no se detuvieron mucho tiempo.
—Iremos primero a Gringotts — Ambos comenzaron a caminar por el callejón.
Anirak entrelazo su brazo con el de su padre, ya que había tanta gente que fácilmente se podría perder. Sus ojos recorrían todo lo que podían, se veía tan vivo el lugar y le emocionaba ya que era la primera vez que estaba ahí.
— Anirak — su padre la llamo, deteniéndose fuera del banco —, toma.
Le extendió una pequeña llave.
—¿De qué es?
—Es de la bóveda 711 — Anirak alzo las cejas con curiosidad—, es de nosotros, esta llave te deja disponer de todo nuestro dinero. Puedes tomar el que necesites cuando quieras.
—¿En serio? Mamá siempre ha dicho que no soy lo suficiente madura para administrar el dinero.
—Cariño, tienes diecisiete años, para mi eres lo suficiente madura, aparte, ¿cómo disfrutaras la edad que tienes si no tienes dinero que gastar? Me imagino que habrá varias cosas que quieras comprar, y por limitar tus gastos no lo haces.
—¡Papá, eres el mejor!
Anirak abrazo a Sirius, el cual acaricio su cabello de forma paternal.
— Bueno vamos adentro.
Una vez que tomaron los galeones necesarios de la bóveda volvieron al callejón para comenzar a comprar todo lo necesario, Sirius le dio una pequeña bolsa de tela a su hija, la cual tenía un hechizo de expansión donde sin problema podrían guardar de todo.
— Papá — Anirak que iba saliendo de Flourish y Blotts —, ¿sabes dónde queda Hell Bar London?
— Es un bar muggle, queda a unas calles del caldero chorreante — Sirius tomo los libros que llevaba su hija para meterlos en la pequeña bolsa —, ¿Por? ¿Quieres ir?
— Una de mis amigas, hija de muggles, hablaba mucho de ese bar, me gustaría conocerlo.
— Es muy buen lugar, algunas veces, cuando me escapaba de casa iba a ese Bar, porque no pedían identificación — Sirius comenzó a caminar a lado de la menor —. Si ya compraste todo, podemos ir un rato, aun me queda un poco de poción Multijugos.
— Si, vamos.
Padre e hija volvieron al caldero chorreante para salir al Londres Muggle, ambos caminaron unas cuantas calles hasta que llegaron al dichoso lugar, no era muy grande y el lugar apestaba a licor y cigarros. Lo que le gusto a Anirak es que tenían música de Pearl Jam y Kiss, había muchos cuadros de distintas bandas de rock que se habían presentado ahí, ahora que sabía dónde quedaba iba a ser fácil escaparse al pequeño concierto privado que daría Kiss dentro de unos días.
— Toma — su padre que había ido a la barra le puso una botella de cristal enfrente, mientras él se sentaba en la silla de al lado. Tenía una botella igual y un cigarrillo en la mano.
— ¿Qué es?
Anirak se acercó la botella para olerla, era un aroma amargo.
— Cerveza muggle, pruébala.
Anirak bebió, al inicio el sabor era muy amargo para ella, había probado varias bebidas muggles, pero nunca la cerveza, a los siguientes tres tragos se acostumbró al sabor e inclusive le llego a gustar.
Sirius y ella pasaron cerca de una hora en ese lugar, platicando de cómo fue la vida de Sirius en Hogwarts, a Anirak realmente le hubiera gustado estudiar ahí y no en el instituto de las brujas de Salem, era muy buena escuela, pero Hogwarts parecía ser más divertido.
Anirak salió primero, ya que Sirius había terminado toda la poción Multijugos por lo que fue al baño, tratando de escapar en su forma animaga quedaron de verse cerca del Knockturn que estaba casi al final de del callejón Diagon.
Espero un rato a que su padre apareciera, pero como no lo hacía se adentró un poco más al callejón Knockturn pensando que tal vez él la estaba buscando ahí.
Camino unos momentos, todo parecía muy oscuro y varias tiendas estaban descuidadas.
— No creo que la señorita Black debería de estar aquí.
Anirak giro sobre sus talones topándose con un par de ojos grises y un par de ojos negros que la miraban fijamente. Reconoció de inmediato al rubio,
— Señor Malfoy, no esperaba verlo en este lugar.
— ¿Con qué esta es la hija del traidor de Black?
— ¡Macnair, se mas educado con ella! — Lucius regaño al hombre que venía con él—. Anirak, ¿por qué no vienes con nosotros? No es un muy buen lugar para alguien como tú.
Anirak se tensó, y con disimulo tomo su varita que estaba en el bolsillo trasero de su falda.
— Vamos Black, las señoritas como tú deben de hacerle caso a sus mayores — el de ojos negros le sonrió de una forma no muy amable y al decir su apellido parecía mencionarlo con asco.
— Vamos, Anirak
— Estoy esperando a alguien — sonrió falsamente —, no se preocupen por mí.
— ¡Por favor, querida! ¿Qué diría tu abuela si te dejo aquí a tu suerte? — Lucius hablaba con una pena fingida—, ven con nosotros estarás bien.
El rubio trato de tomar su muñeca izquierda, pero en ese momento cayó al piso.
— ¡Ni se te ocurra tocar a mi hija, serpiente asquerosa! — Sirius, ya sin poción Multijugos, había golpeado a Malfoy en el rostro — ¡Vamos, Anirak!
Tomo la mano de su hija para comenzar a caminar y tratar de perderse entre la gente que transitaba el callejón Knockturn.
Antes de que pudieran hacer una aparición un hechizo golpeo al mayor haciendo que callera algunos metros.
—¡Papá! — Anirak corrió de inmediato hacia él —, ¿Estas bien?
— Vaya, pero si tenemos aquí a uno de los traidores de la sangre y a su bastarda.
Ambos voltearon hacia donde venía la voz, era un pequeño grupo de personas, vestidas de negro y con máscara que Anirak reconoció como los mortifagos.
Sirius se puso de pie y apunto con su varita.
— Anirak, vete de aquí.
— ¡Estás loco si piensas que te voy a deja!
— Pero que conmovedor momento de padre e hija — el mortifago frente a ellos les lanzo un hechizo el cual el mayor de los Black logro evitar.
— ¡Anirak, hazme caso, maldita sea!
— ¡No!
Otro de los mortifagos se acercó a ellos.
— Vendrán con nosotros y nos dirán dónde está el chico Potter.
Habló mientras se quitaba la máscara y dejo ver al pelinegro que Lucius había llamada Macnair.
Pero antes de que pudiera agregar algo más Anirak le lanzo un hechizo aturdidor haciendo que volara unos cuantos metros.
Y así dio inicio de un duelo de dos Black contra cinco mortifagos.
Sirius veía por el rabillo del ojo pelear a su hija, realmente era buena en duelo y defensa, de hecho, le recordaba demasiado a él pues a pesar de estar peleando aún tenía esa elegancia tan característica de su familia, la única diferencia es que ella parecía pensar un poco más el cómo atacar al contrario de él.
Los Black llevaban una gran desventaja, y aparte había aparecido otros dos mortifagos, había logrado aturdir a tres de ellos.
— Tenemos que irnos, son muchos.
— ¿Algún plan, papá?
Vieron como dos de los mortifagos eran aturdidos por atrás, al descuidarse otro los ataco, pero Sirius fue más rápido.
—¡Petrificus totalus! — el mortifago fue petrificado
— ¡Reducto! — la azabache dio en el pecho del mortifago haciendo que este se volviera un fino polvo.
— ¡Qué buen equipo!
Sirius y Anirak chocaron las palmas de la mano en forma de celebración.
—¡Sirius y Anirak Black!
A ambos se les erizo el cabello de la nuca al escuchar esa voz, dirigieron sus grises miradas hacia la mujer castaña que los observaba molesta, a su lado estaba Moody y Bill.
—Hola mamá.
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