II: Grimmauld Place
Agosto, 1995
Harry Potter se encontraba en la cocina del número 12 de Grimmauld Place, estaba molesto porque lo seguían tratando como un niño, apenas y había logrado que le contaran un poco sobre la orden del Fénix y sobre Lord Voldemort, cuando habia sido él, el que vio su regreso.
— Pero si Voldemort está intentado reclutar a mas mortifagos, acabara sabiéndose que ha regresado, ¿no? — dijo Harry, en su voz se notaba la desesperación
— Voldemort no se presenta en las casas de la gente y se pone a tocar la puerta, Harry —replico Sirius —, los engaña, les echa maldiciones y los chantajea. Está acostumbrado a operar en secreto. Además, captar seguidores solo es una de las cosas que le interesa. Aparte de eso tiene otros planes, los cuales puede poner en marcha con mucha discreción, y de momento está concentrándose en ellos.
— ¿Qué busca aparte de seguidores?
Pregunto el ojiverde. Le pareció que Sirius y Lupín intercambiaban una breve mirada, antes de que Black contestara:
— Cosas que solo puede conseguir furtivamente — como Potter aún tenía una cara de confusión su padrino añadió —: como un arma. Algo que no tenía la última vez.
— ¿Cuándo tenia poder?
— Sí.
— Pero, ¿Qué clases de arma? — insistió Harry —. ¿Algo peor que el Avada Kedravra?
Pero antes de que alguien siquiera pensara en contestarle, se escuchó como la música comenzó a inundad el lugar.
Welcome to the jungle
We got fun and games
We got everything you want
Honey, we knows the gnmes
We are the people that can find
Whatever you may need
If you got the money, honey
We got you disease
Los gritos del retrato de Walburga hicieron que la mayoría respingara.
—¡Maldita sea!
Sirius alzo la voz y en su rostro se reflejaba la molestia.
—¿Música muggle?
Harry reconoció un poco la canción, era la clase de música que cuando pasaba en la estación de radio, la tía Petunia la quitaba de inmediato excusándose que era música para vagos y delincuentes.
— La escuchamos desde hace días, si no es esa, es alguna distinta... — el mayor de los gemelos fue el primero en hablar
— Pero nunca sabemos porqué o quién la pone
Acompleto el gemelo menor, mientras Fred soltaba dramáticamente un suspiro de resignación.
— ¡Bien! Eso no importa, continuemos...
— ¡Sirius! — Molly Weasley sonaba molesta —, no la puedes seguir ocultado, ya es suficiente.
El animago resoplo al ver desaparecer a Molly y a Tonks por la puerta de la cocina para ir a callar el retrato de la que en un pasado solía ser la matriarca de la familia Black.
— Es mi hija — Black hablo con toda la tranquilidad del mundo, como si se tratase del pronóstico del clima—, vive conmigo desde hace unos días.
— ¡¿Hija?!
Ron, Hermione y los gemelos Weasley exclamaron sorprendidos, tenían una cara de asombro enorme, como si les acabaran de decir que Snape conoce el uso del shampo. Por caso contrario, los mayores tenían un rostro tranquilo, parecían tener conocimiento sobre la existencia de la primogénita de Sirius.
— ¿Desde cuándo tienes una hija? — Harry sonaba más frustrado que nunca —, no se ¿No pensaron contarme sobre ella o decírmelo desde hace tiempo? — la furia, que últimamente era muy presente en él, comenzó a extenderse a través de su cuerpo — ¿Hasta cuándo van a dejar de ocultarme cosas?
Sirius soltó un suspiro de cansancio, estaba comenzado a exasperarse, cosa que el único hombre lobo en la mesa noto, por lo que decidió hablar.
— Tiene la edad de los gemelos — los mencionados voltearon a ver a Lupín y una sonrisa traviesa adorno sus rostros —, no te contamos nada porque era peligroso por el regreso de-quien-tú-sabes, aparte de que varias lechuzas han sido interceptadas por lo que no fácilmente te podríamos contar sobre ella, si alguien se enteraba de que ella tenía contacto con Sirius, el ministerio la interrogaría.
Harry estaba enojado, y ese enojo se sentía en el ambiente el cual comenzaba a volverse tenso y pesado.
— ¡Quiero conocerla!
La voz de Fred rompió la tensión que inundaba la mesa, Arthur y Bill le dirigieron una mirada que indicaba que guardara silencio en el momento que Sirius soltó un gruñido de molestia.
— Fred tiene razón — Harry observo fijamente a su padrino —. Si es tu hija yo también quiero conocerla, es como si tuviera más familia aparte de ti.
La mirada de Sirius se ablando por un momento al ver a su ahijado ya que sus ojos reflejaban una pizca de ilusión y emoción, que le recordaron a James Potter años atrás cuando se enteró que el animago sería el primero en tener una hija.
— Sirius, deberías de decirle que baje — la voz de Molly llamo la atención de todos —, desde la mañana no ha comido, no está bien que se malpase.
— De acuerdo, iré por ella — se levantó de la silla derrotado y agrego —: solo que suele ser algo molesta.
Se dirigió a la puerta de la cocina.
— Te recuerdo, Sirius — los labios de Remus formaron una sonrisa algo nostálgica —, que es idéntica a ti cuando tenías su edad.
Sirius rio por lo bajo.
— ¡Cállate, Lunático!
Agregó para salir de la cocina.
Remus y Molly sintieron como eran observados por cinco pares de ojos.
— ¿Qué pasa chicos?
La Sra.- Weasley les hablo amablemente.
—Tú la conoces...
Hablo un pelirrojo, el cual no logro identificar por la distancia a la que se encontraban, porque a pesar de ser su madre a veces era difícil diferenciar a los gemelos que eran casi como dos gotas de agua.
—¿Es linda?
Continuo el otro gemelo, la matriarca de los Weasley se acercó a ellos.
—Controlen sus hormonas — golpeo a ambos levemente detrás de sus cabezas, ocasionado que los demás se rieran —, pero si, es una niña muy bonita, además, por lo que nos ha contado Remus, es muy parecida a Sirius cuando era joven y por las fotos que eh visto era un chico muy atractivo — Los clones sonrieron y, Fred que sintió las miradas de Arthur, Bill y Lupín les guiño el ojo con un aire de coquetería.
—Aparte, tiene el encanto Black — respondió la metamorfomaga —, Sirius es celoso con ella, no les gusta que los chicos hormonales se le acerquen. Supongo que por eso no ha querido que baje.
Les lanzo una mirada acusadora a los tres Weasley menores y a Harry, ocasionando que Hermione soltara una carcajada junto con los adultos.
— ¿Cómo es? — Harry, que estaba algo sonrojado, observo a Remus— ¿No estudia en Hogwarts? ¿O sí?
—Mientras no sea una serpiente...
Musitó Ron por lo bajo.
—No, estudia en el Instituto de las Brujas de Salem — el licántropo dio un trago a su vaso de Whiskey de fuego que estaba casi intacto —; es muy parecida a Sirius, quizá un poco más amable.
—El Instituto de las Brujas de Salem es solo de mujeres, ¿o me equivoco? — Hermione llamo la atención de Remus, el cual le respondió con un asentimiento de cabeza —. Eso está en Massachusetts, ¿Qué hace aquí?
—Vino a vivir con Sirius, y está bajo la protección de la Orden hasta que regrese al Instituto.
Hablo el mayor de los hijos del matrimonio Weasley.
—¿Por qué?
Harry sentía que ni en sus clases en Hogwarts hacía tantas preguntas.
— Su madre es un Auror, los mortifagos están tras ella, e igual tras Sirius. Es cuestión de tiempo que vayan tras Anirak.
— ¡Vaya! Así que tú la conoces, y no nos contaste nada, ¡Traidor!
Las copias hablaron al mismo tiempo, cosa que algunas veces era molesta para las demás personas.
Pero antes de que alguien contestara una voz los interrumpió.
—Creo que no deberías de robar eso.
Todos dirigieron sus rostros hacia donde venía la voz, topándose con que la mano de Mundungus, que sostenía lo que parecía ser un medallón de plata, era aprisionada contra la pared por una varita negra con la punta roja.
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Cierta parte del capítulo está inspirado en algunos tiktoks virales
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