Ser parte del personal del castillo de Sindria es un trabajo arduo y aún más cuando al rey Sinbad hace una de sus fiestas tradicionales por el reino, tenías que ir de una lado hacia otro con un top y una falda de tela fina llevando bandejas llenas de vino y dulces frutas. Y aunque eso no es tan malo, lo que casi no soportas son los borrachos que algunas veces intentan manosearte. Por lo menos casi siempre estabas alerta para evitar aquellas situaciones.

Cuando estabas haciendo tu trabajo notaste que cerca estaba el que desde hace tiempo te gustaba, Ja'far, la mano derecha del rey. Aunque creías que sólo podía llegar a ser un amor platónico, pues no creías que alguien tan serio y trabajador como él le llegase a gustar alguien tan espontánea como tú.

Desgraciadamente, estabas tan distraída con tus pensamientos que no notaste a un borracho que descaradamente tocó tu trasero, haciendo que dieras un salto y perdieras equilibrio por lo que se lastimó uno de tus brazos por una copa rota.

Pero antes de que ese borracho pudiera hacer algo más, una cuerda roja que terminaba a una cuchilla afilada, agarró la mano de aquel.

-si no quiere perder su mano, le aconsejo que se retire de inmediato- el hombre, asustado por la intensa mirada del peliblanco, corrió tan rápido como pudo.

-gracias- dijiste asombrada mientras Ja'far te ayudaba a ponerte de pie

-ehh, no fue nada- su sonrojo era de las cosas más tiernas que hayas visto- ¡oh! su brazo está sangrando, acompáñeme, hay que curar la herida

Sin esperar respuesta, Ja'far te guió hasta una enfermería que estaba en el castillo y se sentó junto a ti en una de las camas después de sacar un botiquín de primeros auxilios. Pensaste que a decir verdad esta situación era un poco cliché, aún así no dejarías escapar este momento.

-Por cierto, me llamo (T/N)

-sí, lo sé. Quiero decir, es mi trabajo conocer a los que trabajan en el castillo- prosiguió a acabar de vendar tu brazo. Ya esperabas esa respuesta, por lo que ya tenías preparado un plan B.

-muchas gracias, quisiera recompensar tu ayuda- al instante posicionaste tus manos sobre los hombros del chico- soy muy buena haciendo masajes, así podrías liberar un poco de estrés

Ja'far se había quedado congelado, nunca hubiera pensado que recibiría un masaje de una chica tan hermosa como tú, así que a pesar que en un principio trató de resistirse fue relajándose hasta acostarse contigo encima de él.

Poco sabías que al estar sentada en él y al mismo tiempo haciendo su masaje, causabas cierta fricción en su cadera que para el chico no pasó desapercibido. Fue en vano que él tratara de esconder su excitación, pues al tratar de moverse para salir sentiste su erección contra tu muslo.

-aah, (T/N), creo que y-ya tengo que volver- sentías que el pobre se quedara así, por ello decidiste que aquel masaje no acabaría

-no es necesario, nadie se dará cuenta- susurraste en su oído para después besarlo y al mismo tiempo empezando a meter tu mano derecha en sus pantalones para acariciar su miembro.

Pero después Ja'far cambió los roles. Te puso debajo de él y te miró con una mirada intensa llena de lujuria.

-es la verdad, nadie se dará cuenta- empezó a besar tu cuello dejando algunas marcas hasta llegar a tu top y cortarlo con una de las cuchillas que siempre llevaba. Wow, nunca creí que estuviera en esos fetiches y más con su cara tan inocente... me gusta, pensaste.

Acarició tus pechos y los mordisqueó haciendo que soltaras pequeños gemidos. Rápidamente se desnudó y quitó las telas que componían tu falda, y por lo tanto, lo único que te mantenía de no estar completamente desnuda.

Por un momento la mirada de Ja'far volvió  a ser dulce para preguntarte si querías proseguir. Respondiste atrayendo su rostro al tuyo para juntar sus labios.

Sentiste aquella indescriptible sensación cuando al fin entró en tu feminidad, y aunque al principio iba lento después fue incrementando sus estocadas.

-aghh, Ja'far... ahí- él mismo trataba de acallar sus gemidos, pero al escucharte llamar su nombre no pudo evitar soltar algunos jadeos hasta que sintió cómo tu interior apretaba su miembro hasta hacerlo correr.

Ambos estaban acostados mientras recuperaban sus respiraciones, y preguntaste:

-¿podemos repetirlo otra noche?- lo miraste con seriedad

-s-sí, si tu quieres- respondió mientras un leve sonrojo cubría sus pecosas mejillas.

EXTRA

Sinbad caminaba por su castillo tratando de ser lo más cauteloso para no encontrarse con Ja'far y tener que hacer todo ese papeleo.

Lastimosamente se encontró con él en un pasillo, pero se sorprendió al ver que ni siquiera le dirigió la mirada y sólo siguió su camino ensimismado en algo.

"pero qu- ohhh... con que se divirtió de más en la fiesta" pensó Sinbad sin evitar ocultar su sonrisa.

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woah, este quedó largo. 

PD: chic@s, utilicen protección ;)    no se dejen llevar por las bellezas que nos da el anime (ojalá fuera real :/ )