Palanca de cambio
Capítulo 22
Palanca de cambio
Era un hecho que, con la presencia de Kim RyooNah, el club de animadores se encontraría un poco más calmado, e inclusive colaborativo.
El suelo estaba cubierto de tatamis, y, descalzos, todos elongaban al ritmo de lo que miss Sharon indicaba con sus movimientos; hacían un conteo en conjunto, y se dedicaban a estar paso a paso en las propuestas que ella tenía para las regionales de animadores; quedaban once semanas para las regionales.
Por lo que, la presencia de Kim RyooNah dejaba a que, en las actitudes normales de los demás, fuesen vistas mucho más incómodo.
—¡No hagan nada que deje a Sevit en vergüenza! —Fue lo que la directora Ahn reclamó en el club, momentos antes de que llegase TvN—. ¡Sus padres ya firmaron todos los consentimientos! ¡Pero eso no quiere decir que tienen la libertad de hacer lo que se les plazca frente a las cámaras! ¡Esto es serio! ¡Es una investigación de calumnias y coerción!
—Porque aquí no hay ni calumnias ni coerción —agregó JiSung, sin despegar la vista de su libro Danny, el Campeón del Mundo.
La directora Ahn se sonrojó de la ira y, junto a ella, el profesor Hwei sacó su varilla para golpear la cabeza de JiSung.
Para cuando el equipo del programa Informe Especial llegó, todos intentaron actuar lo más natural posible, aun cuando HyunJin asomaba por debajo su croquera con dibujos en acuarela.
—Y tengo un sapo —susurró hacia la cámara—. Soy animalista.
—¡¿Terminaron de calentar?!
No había que ser ingenuo para saber que, ante presencia de cámara, era presencia de atención. Miss Sharon portaba ropa deportiva ajustada a su cuerpo, junto con su maquillaje destacado y un cabello que pareció demorar horas en ondularse en la mañana. Movía su cadera de lado a lado, mirando de reojo hacia la cámara para no perder el enfoque.
—Hay que calentar, porque el trabajo de hoy será complicado. Okey~? ¡Pongamos música para trabajar!
Word Up de Korn sonó en el club, mientras Sharon simulaba una coreografía de calentamiento al ritmo que generó al resto de los chicos vergüenza ajena.
Así, cada uno estaba en su mundo. La cámara vagaba de un lado a otro, en busca de algo interesante, pero lo único que llamaba remotamente la atención eran los chasquidos de besos en un rincón del club donde RyuJin y Lia se enrollaban.
—Es ilegal —Yuna susurró.
Kim RyooNah saltó. —¿Qué cosa?
—Grabar. Vende morbo —siguió ella—. ¿Cómo lo hizo para llegar al éxito que tiene?
—Vendiendo morbo —contestó Kim RyooNah—. Además, siempre tener una buena historia.
—Yo soy la editora principal del periódico de la escuela —contó Yuna, para sacar una copia de su bolso—. ¿Quiere leerlo?
—La verdad es que tengo que registrar y-
Yuna le pasó el periódico a la fuerza.
La cámara continuaba el recorrido, con la canción siendo tarareada por un hiperquinetico Felix que, con HyunJin, comenzaron a hacer una mala versión de capoeira para pasar el rato. Ante la toma, mientras Yuna vigilaba a que Kim RyooNah leyera el periódico, se atrevió a tomar el lente de la cámara para apuntarlo hacia Yang JeongIn, quien elongaba en el suelo sin apartar la vista coreográfica de los otros dos.
—Vender morbo —dijo Yuna.
—No toques la cámara.
—Solo ayudo a que esto sea un poco más cinematográfico —susurró Yuna, y volvió a mover la cámara. JeongIn tenía sus ojos fijos en HyunJin, en su risa y movimiento, mientras jugaba con el rosario en su pecho. De forma drástica, fue hacia su mochila y sacó una pequeña botella, y la bebió de golpe.
—¿Se deshidrató?
—Es agua bendita.
La cámara se volvió a mover, aun guiado por Yuna. Hacia un rincón del club, se veía a JiSung y a SeungMin elongar sus brazos mientras hablaban. La situación no era extraordinaria si no fuese porque Yuna había pesquisado con una fuerte intuición los ojos de JiSung, quien iba hacia el otro lado del club, junto a las colchonetas, donde MinHo se colocaba en tiras alrededor de su pie izquierdo los parches de lidocaína que, con amabilidad, Yeji los recortaba.
—Vendiendo morbo —susurró Yuna.
Luego, las cámaras grabaron el liderazgo de Sharon, quien generaba la coreografía base a ritmo sencillo. Mientras lucía la complicación por parte del White Tiger en seguir el ritmo, el Real King solo se movía con aburrimiento.
—... Ante lo que se presencia, se puede ver el cruce de estudiantes y de sus habilidades —narraba Kim RyooNah—. Mientras los chicos que visten sus pijamas, teóricamente el Real King, lucen ofendidos por la baja exigencia de rendimientos; los chicos que promocionan adidas, denominado White Tiger, lucen bastantes complicados para seguir el paso. Pareciera que les dificulta áreas más comunes.
Sharon daba las indicaciones, y el resto respondía. Bueno, respondían en virtud a lo que podían generar. La cámara se centró en la forma en la que algunos del White Tiger iban más lentos en el ritmo de la coreografía base.
—Okey, esto no está funcionando —Sharon detuvo la música—. ¿Qué demonios les sucede? Lucen como si ustedes fueran alérgicos a la dopamina —apuntó al Real King—. Y- ¿ustedes? Ofenden al baile en su misma esencia- uh, menos tú, Lia, gánate junto al Real King.
—Es el ballet —explicó Lia, mientras pasaba su cabello negro sobre su hombro—. Te enseña la disciplina, la gracia, y la elegancia que el resto carece.
—Okey, entonces, comencemos con lo básico, entonces —Sharon movió sus manos—. ¿Quién de acá sabe hacer volteretas? Ah- ¿en serio? —Sharon suspiró, cansada, hacia el Real King—. ¿Todos ustedes? ¿Fueron criados en el circo?
—A mí me enseñó HyunJin —contó Chaeryeong.
—Hice taekwondo en Australia —se excusó Felix—. Es casi lo mismo.
—Con MinHo en primer año fuimos a clases de b-boying —siguió HyunJin.
—Yo hice gimnasia rítmica —excusó RyuJin.
—Y yo... —Yeji ni sabía qué decir—. Yo soy genial.
La cámara enfocó la lástima en el rostro de Sharon, para acto seguido generar un aparte de entrevista individual fuera del club mientras que el resto de los chicos intentaban continuar con la coreografía base.
—Es un conflicto —explicaba ella en su entrevista individual—. No puedo equilibrarlos. Necesitamos trabajar con una coreografía difícil porque el White Tiger le dificulta seguir el ritmo, pero el Real King encuentra mediocre la coreografía, por lo que se aburren. No podemos separar roles porque conozco a los jueces de esas competencias, se fijan en el eslabón más débil y lo sacuden, lo maltratan, y lo generalizan como un mal rendimiento del resto del grupo. ¡Y yo no haré que mi trabajo se vea ensuciado por niñatos que ofenden la danza!
También era un justificativo el cansancio que sentían. Era lunes, luego de un sábado y domingo de recomposición de gran resaca, para luego continuar con las extensas jornadas de clases. Aunque Kim RyooNah, el investigador, no lucía del todo convencido con los fundamentos de Sharon, por lo que, mientras el resto entrenaban, decidieron tomar a los estudiantes por separado.
—Así, se encontrará algún tipo de incongruencia —explicó Kim RyooNah a la cámara.
Primero tomaron a JeongIn, quien veía fijamente hacia la cámara, con ojos grandes, y totalmente tieso.
—Entonces —Kim RyooNah habló tras la cámara—. ¿Por qué, si es que no sabes bailar, te inscribiste a un club de animadores?
JeongIn solo veía fijamente a la cámara, en pánico.
—Ehhh, ¿hijo?
JeongIn negó, lento. Sacó debajo de su camiseta deportiva de lujo su rosario y, atemorizado, gritó:
—¡Mamá! ¡Besé a un chico!
—JeongIn está catatónico por algún suceso en particular —reconoció Kim RyooNah a la cámara—. Así que, iremos por el otro equipo. Lee Chaeryeong luce más honesta.
—... Y el hijo de puta me citó a inicio de clases, ¡luego de habernos visto solo cinco veces en las dos semanas de receso que tuvimos entre ciclo y ciclo escolar! —Chaeryeong evidenciaba cada una de sus palabras mostrando su chat de mensajería con ChangBin—. Vean. «Buenos días, mi linda». «Buenas noches, mi linda». «Creo que vamos un poco rápido como para que conozcas a mis padres». ¡Un año de relación llevábamos! Ahora, ustedes se preguntarán «Oh, Chaeryeong, ¿cómo llevan un año de relación? Es matemáticamente imposible, él debió de estar en segundo año y tú en primero». Pues, les cuento: él me buscó. Su padre trabaja en la no-sé-qué, y necesitó pedidos de muebles- mi familia hace muebles —miró al camarógrafo—. ¡Desde hace dos años que estábamos coqueteando! ¡Y no me presentó formalmente ante su padre porque yo era la hija de los carpinteros! Carajo, de pronto me sentí Jesús en todo esto, y él es judas. ¡Y nuestra relación nos crucificó-
—Aunque, claro, se puede apreciar rencor en sus palabras —Kim RyooNah replanteó su estrategia—. Así que, decidimos ir con el epicentro de la investigación: Christopher Bang, hijo de la reconocida reclutadora universitaria Jessica Bang.
La toma cambia a Bang Chan. Su cabello está totalmente crespo, junto con la vena en su cuello latiendo tanto que podría reventase en cualquier instante. Sus ojos estaban decoradas por pesadas ojeras, tan violetas y cargantes que lucían no haber conciliado el sueño desde que regresó de Boryeong.
—¿Hijo? ¿Qué le pasó a tu cabello?
—Me quitaron el gel —contestó Chan, tan mecánico como si cada palabra hubiese sido tipeada por alguien más.
—Ah- bueno, entonces, ¿qué opina usted respecto a estas diferencias coreográficas? ¿Encuentra usted que estarán preparados para las regionales?
—Si no alcanzamos a las regionales —Chan miró fijamente a la cámara—, me suicido.
Finalmente, las cámaras regresaron a una toma en general del grupo, cada uno continuando con la rutina base de Sharon.
—¡Okey! ¡Se nota que no están demostrando ningún tipo de dedicación a esto! —gritó Sharon, enfadada de la falta de voluntad del resto—. What the hell is wrong with you?! ¡Se supone que están acá voluntariamente!
Hubo una mirada colectiva hacia la cámara antes de regresar en el enfoque.
—La respuesta es medio obvia, en cierta parte —consideró MinHo, mientras se rascaba su cabeza.
—¡¿Y cuál es?! ¡¿Tiene que ver con el olor de tus pies por ser el único descalzo?! ¡¿O hay otra razón milagrosa?!
—Razón milagrosa. —Y MinHo movió sus dedos desnudos de sus pies, que aparte estaban decoradas por un delicado detalle de pintura de uñas hecho por RyuJin y, por supuesto, sus parches de lidocaína en el pie izquierdo—. Es solo que, miss, ya lo ve: nosotros como Real King somos demasiado fantásticos como para una coreografía mediocre que le enseña al White Tiger. Es ellos quienes deben de subir a nuestro nivel si quieren tener un lindo currículum y lugar.
—Oh, no me desafíes, Lee MinHo.
—«Lee MinHo» no la desafía, solo deja los puntos claros porque parece que la mitad de este grupo entiende cómo funciona esta dinámica —aclaró él, calmado—. Es importante que se tengan las cosas claras para saber cómo trabajar.
—¿Y bien? —Sharon colocó sus manos en la cintura—. ¿Cómo funciona?
—¡¿Cómo funciona?! ¿Cómo funciona? —MinHo murmuró, aterrado. Miró por el resto del club y, tras hacer contacto visual, llamó—: ¡JiSung, ayúdame!
—Aquí hay una gran desventaja en lo que son las habilidades coreográficas —explicó JiSung enseguida, dando un paso adelante—. Si continuásemos con este ritmo- hacernos paritarios de pasos, no alcanzaremos una coreografía digna para regionales. El Real King necesita algo que los haga exigirse, y a nosotros sobre exigirnos.
—Oye, tampoco quiero sudar tanto —se quejó Yuna de fondo.
—Paridad de competencias para, así, tener el mismo desempeño —continuó JiSung.
Sharon pareció meditar las palabras de JiSung. Claro, todo lo que decía el primer lugar era recalcado; inclusive Kim RyooNah soltó un «ah...» tras de cámaras.
Por lo que, en la tensión, ella aplaudió con un ánimo rotundamente cambiado.
—¡Me parece fantástico! —expresó ella—. ¡Entonces, haremos el cambio! Como el Real King debe exigirse, serán los responsables de realizar la coreografía para el torneo de regionales.
—¡¿Está de broma?! —le gritó RyuJin—. ¡No sabemos nada de animación!
—¡Exacto! ¡Por eso estoy yo para guiarlos! No tienen que preocuparse. Solo tienen que usar su creatividad, y yo les ayudaré con lo más complejo —propuso Sharon.
—¿Y esos qué? —Felix los apuntó—. ¿Los vagos se quedarán sin hacer nada?
—Por favor, sí —ChangBin y JeongIn juntaron sus manos en plegaria.
—No, no —dijo en un acentuado inglés—. El querido White Tiger hará algo mucho mejor como para sobre exigir y alcanzar el ritmo del Real King: participará en la segunda ronda del Dance Revolution.
Debió de pasar al menos un tiempo respetable entre acotación e interacción que, de la calma que MinHo había mantenido para entregar argumentos diplomáticos, terminó por lucir bastante consternado y con, un notorio dramatismo, abrir su boca.
—Participará en la segunda ronda... —murmuró, tan lento que era tortuoso—.. del Dance...
JiSung debió atajar a MinHo cuando cayó desmayado.
—Es una buena toma —le comentó Kim RyooNah al camarógrafo, luego de que el resto del club fuese hacia MinHo para comprobar su estado—. Recuérdame que debe quedar en la versión final.
(=˘ ³( ,,>ᴗ<,,) ~♡
El conflicto comenzó como una acotación y plan drástico de Sharon que, sin sorprenderse, terminó como punto regresivo dentro del club. Y luego del desmayo esporádico de MinHo, tuvieron que aplazar el ensayo para el viernes de la misma semana, a tan solo seis semanas de la segunda ronda del Dance Revolution.
Seis semanas para el Dance Revolution.
Once semanas para las regionales de animadores.
Y estaban en el punto cero de nuevo.
Ni siquiera se podía designar si es que aquello generaba rabia o simplemente era cólera de la mala organización, como también era el caos. ¿Qué bien terminaban por sacar todos? ¿Cuál era el premio? El currículum escolar solo servía para postulaciones universitarias, pero no todos tenían el mismo estima. Era una frustración constante que ni siquiera podían medir por qué se sentían incomprendidos.
Además, no solo era el Dance Revolution el que revoloteaba alrededor de la cabeza de MinHo, especialmente. La forma en la que sentía estar constituido o comprender lo que sucedía continuaba aplazándose en el interior de su cuerpo, como si no tuviese una noción específica de lo que podía realizar si es que la mente debía tenerla en el Dance Revolution y no en otra parte, en otro suceso, en otro sentimiento.
A veces le dificultaba comprender eso, por eso MinHo tendía a hablar. Si pensaba en voz alta, tenía, valga la redundancia, pensamientos claros. A causa de eso, y de decidir mantener el silencio, fue que encuentra que todo ha sido un real desastre.
—Es que, ¿cómo demonios terminó sucediendo esto? —preguntó MinHo, en el gimnasio, mientras terminaba de limpiar las gradas.
Yeji, quien utilizaba el equipo de baloncesto, realizaba tiros libres a la canasta. —¿Debo rebobinar las últimas catorce semanas? ¿Desde que les dieron los resultados, destruyeron una pared, te largaste y volviste, y Chris estafó a todos?
—«Chris estafó a todos...» —MinHo limpiaba las gradas con una escoba y un paño, lustrando y sacaba brillo con insistencia—. No puedo creerlo, Yeji. En serio no puedo creerlo. Este es nuestro último año. ¿Cómo demonios se fue todo a la mierda? No —cortó tan pronto como vio a Yeji abrir la boca—. Ni lo digas.
—Sabes que te quiero, MinHo, casi como un primo. Pero esto no hubiese pasado si es que...
—¿Si es que qué? ¿Me echarás la culpa?
—¡Nop! Solo a tu temperamento de chihuahua y a tu personalidad descarada. —Yeji saltó de felicidad cuando encestó de nuevo—. Te apoyo con mi alma, por lo que creo que es bueno que hagamos cierta autocrítica-
—¡Autocrítica! —MinHo no podía considerar a Yeji más inaudita—. ¡Yo solo defendí a mi club! ¡¿Y sabes por qué?!
—Porque eres el líder.
—¡Porque soy el líder! Hice una promesa: llevaría al Real King hasta el final, y sacrificaría todo lo que conozco para mantenerlo abierto. ¡Y hasta el momento, lo he hecho bien!
—Bueno-
—«Bueno» nada.
—Sí, pero MinHo —Yeji volvió a encestar. Tres puntos. Ni siquiera veía el balón cuando lo hizo—, tu vocación funcionaría en una escuela normal, no en Sevit, donde un tipejo envía dinero a los inversionistas y de pronto nuestra carrera educativa se pone en juego. Somos víctimas de nuestras circunstancias.
—«Víctimas de nuestras circunstancias». Todo por culpa del hijo de puta de Christopher.
—De hecho... —Tras encestar, el balón rebotó a la lejanía del aro. MinHo tuvo que ver a su amiga para notar cómo es que jugaba con una de sus trenzas—. Él también es una víctima.
—¡¿Víctima?! Vamos, hermana —MinHo bajó las gradas en saltos—. No hay persona más vil que él.
—Su contexto no es fácil.
—«No es fácil» y lo sé. Tengo fundamentos para decir que está en su total derecho de querer bombardear esta absurda escuela.
—Hará lo que sea para sobrevivir.
—«Para sobrevivir». Nosotros sobrevivimos. Él no tiene ni razón ni para soplarnos. Alguien debe de tener corazón en todo esto.
—¿Y crees que él tiene?
—«Él tiene». Yeji, tú sabes cuánto hice por él; cuánto me preocupé y cuánto lo quise. Hice lo posible para mantenerlo bien, y aun así me traición, ¡sin ninguna razón! Ya estoy harto de sentir pena por un tipejo egocéntrico que amenazó a mi madre y te expuso en un vital peligro, junto conque por su culpa te sacó del equipo de baloncesto.
—¿Y no consideras que él, para eso, necesita más paciencia?
—«Más paciencia» le dará una persona loca. Él es malo, Yeji, no intentes convencerte de que hay algo mejor en él porque- no lo hay. Esto te lo digo porque te veo y te conozco —le apuntó MinHo—. Tú no eres su salvadora, no eres nada. Para él, nosotros dos no somos más que la mugre de sus zapatos. Y nos hará daño todas las veces que él quiera. No puedes permitir que te siga haciendo daño si es que te ablandas con él.
Yeji pareció notoriamente decepcionada de las palabras de MinHo, y no comentó nada cuando él se regresó hacia las gradas para continuar con el lustre.
Porque, ¿qué quería decir Yeji con eso? ¿Es que quería que MinHo encontrara un lapsus de sensibilidad dentro de Chan? ¡MinHo ya le dio demasiadas oportunidades, pero no era totalmente ingenuo! Si es que creía que podía encontrar corazón dentro del cuerpo de Chan, claramente estaría viviendo el claro rigor mortis.
MinHo ya estaba cansado de pensarlo, de recordarlo. La situación en el bosque no paraba de darle vueltas como si ahí se encontrara algo más allá de su pena y lamento. Pudiese ser también dentro del egocentrismo de MinHo que quería seguir siendo fijado por él, por el idiota millonario que lo consideró su amigo. MinHo se sintió halagado de ser considerado amigo de alguien que lo veía un igual, luego de tanto tiempo sintiéndose como un estúpido. Que el segundo lugar de la escuela más emblemática no te considerase un obstáculo y que valoraba el tiempo contigo, sanaba dentro de MinHo la infancia que tuvo luego del accidente que lo dejó como estaba.
En consecuencia de aquella ingenuidad, MinHo terminó por enfrentar las acciones de alguien que no era distinto al resto.
Para cuando cada uno pasó el tiempo suficiente en silencio dentro de su propia actividad, MinHo volvió a hablar.
—¿Le hablaste a tu mamá sobre la beca?
—Aun no —confesó Yeji—. Quiero esperar a que le llegue la notificación. Hacerme la tonta hasta que me echen.
—«Hasta que me echen». Es absurdo y ridículo. —MinHo continuaba de mal humor—. La vieja de Ahn debería de darte crédito por el bien que le has hecho a la escuela.
—Ella ni siquiera sabe que existo.
—«Que existo». ¿Cómo no? Fuiste la primera chica en entrar al equipo de baloncesto, y eres una estrella. Hasta el ciclo pasado que reclutadores de la universidad te venían a buscar.
—Y ahora no porque se dieron cuenta que no es eficiente tener a una mocosa que no puede ser tocada dentro del equipo. El capitán Oh tuvo visión cuando me echó.
—«Tuvo visión cuando- cuando me echó». ¿Y te parece razón suficiente? —le preguntó MinHo—. Mereces más de lo que has recibido. Lo que te hicieron es una injusticia, y no puedo creer que no hayas tenido el nervio como para hacer algo en contra.
—Bueno, no todos hacemos protestas unipersonales y derrocamos el estado.
—«Derrocamos el estado». Además- ¡Ah! —Como si volviera a la conversación inicial, MinHo graznó—. ¡Y nada de eso funciona! Yeji, larguémonos de Sevit.
—Yo te dije que nos fuéramos y no hiciste caso.
—«No hiciste caso». ¡Aun tenía cosas por hacer! —sin embargo, con letanía, suspiró—. Me arrepiento de cada una de ellas. Yeji, ¿qué carajos...?
—Ni lo completes.
—«Completes- completes». ¿Cómo completo...? Digo- ¿Cómo? Es irrisorio. Que Sharon haya hecho ese cambio es de dementes.
—Demente fuiste tú, quien se desmayó.
—«Se desmayó». ¡Perdón por ser el único que le toma el peso a la situación! ¿Cómo demonios haré que seis imbéciles aprendan a bailar en seis semanas, lo suficientemente competente como para pasar a la ronda final del Dance Revolution?
—Alto, ¿qué?
—¿Qué?
—¿También participarás?
—«También participarás» ¡Claro! —La pregunta ofendía—. ¿Qué creías? ¿Que dejaré que los imbéciles arruinen la reputación del Real King de a gratis?
—Pero Sharon dijo-
—«Sharon dijo» muchas cosas que están erróneas, y esta es la mayor de ellas. No dejaré al Real King solo.
Yeji iba a comentar algo, pero terminó dejarlo pasar. Pelear con las convicciones de MinHo resultaban, la mayoría de las veces, en pérdidas. Porque MinHo peleaba guerras que podían ser ganadas.
(=˘ ³( ,,>ᴗ<,,) ~♡
En el mismo baño de discapacitados de segundo piso, a raíz del sentido de persecución que Chan sintió en el instante en que llegó al gimnasio y se encontró a MinHo con Yeji en el lugar, él rascaba con intensidad su frente mientras esperaba a que la llamara fuera descolgada.
Le pareció una eternidad ante su desesperación.
—¿Qué demonios fue lo que pasó? —susurró Chan—. ¿Por qué no me ha contestado las llamadas en toda la semana?
—He estado ocupada. —La voz de su madre, rígida, resonó en la otra línea—. Logré generar contacto con tres chicos en la Sky League. Uno incluso que va en tu aula.
—Le pedí un favor a papá y no tengo idea si es que lo hizo. Y él tampoco me contesta.
—¿Cómo te va a contestar? Como sea, si me llamabas para hablarle a él-
—Mamá —detuvo Chan su rascado en la frente, cansado—. Papá tenía que hablar contigo. Era de un favor por la fundación suya- la de protección al estudiante.
—Si vas a hablar con él, no me tienes que buscar, Christopher.
—Solo dile que me vea los mensajes. Eso es todo. No es necesario ignorarme.
—No te ignora, cariño. Es solo- ah, perdón, ¿el chico de tu aula? Choi JongHo es. Logró tener la entrevista directa con el decano de la Universidad de Seúl. ¡Ciencias económicas ingresará! Lo hacen ver tan sencillo.
—Seguro. Bien, me iré a-
—Oye, y la directora Ahn me comentó algo sobre el cambio de equipos de animadores. ¿Me puedes explicar qué hiciste ahora?
—¿Qué? —Chan quedó totalmente perdido—. ¿De qué me habla? ¿Qué cosa?
—Que Ahn me dijo que el grupo de animadores tu no estarás, y participarás en cambio en un torneo de baile o algo-
—No. Está equivocada. Yo también estaré en el de animadores, pero el grupo de baile hará la coreografía.
El silencio de la otra línea hizo a Chan volver a rascarse la frente. Carajo, necesitaría golpearse para salir de la ensoñación.
Su madre maldijo en la otra línea, y se escuchó el cerrado de su puerta.
—¿Qué mierda pasó? —el tono rígido fue cambiado a uno mucho más severo, tanto que cada palabra temblaba al ser entonada—. Te hago un club y dejas que otros mocosos hagan el trabajo por ti. ¿No puedes tomar el liderazgo de algo?
—¿No consideraría que sería sospechoso, si es que tenemos a TvN en el club grabando para la investigación?
—Eso es solo propaganda y amenaza, Christopher, ya te lo dije. ¿Por qué no tomaste el rol? ¿Por qué dejaste que decidieran por ti?
—No fue intencional, mamá-
—Estoy moviendo cielo, mar y tierra para que ingreses a la mejor universidad del país, a la mejor carrera, y tú no eres capaz de generar un mínimo mérito para hacerlo.
—Mamá-
—¡Te creé un club! —escuchó el grito en la otra línea—. ¡Te estoy dando créditos curriculares porque nunca se te ocurrió hacer algo eficiente! ¡Algo tan simple como el trabajo en equipo! ¡Es lo mínimo que te pido y no haces nada! ¡Nada útil! ¡Ningún mérito! ¡Ningún esfuerzo!
—¡He hecho demasiado! —Chan le gritó de vuelta—. ¡Tanto como he querido y como tú has querido! ¡No puede devaluar todo mi trabajo!
—¡¿Qué trabajo, si he hecho todo?! ¡Me convertí en lo que soy para hacerte el acceso más fácil a una universidad! ¡He hecho todo para que lo tengas más fácil!
—¡No he tenido nada fácil!
—¡Eres un mentiroso y malagradecido! ¡Ni siquiera puedes ser el primer lugar de una sonsa escuela! ¡Eres un inútil! ¡Inútil! ¡Descerebrado! ¡Imbécil! ¡Imbécil! ¡Imbécil!
—¡No soy un imbécil! ¡No lo soy! ¡No lo soy!
La llamada se cortó, y Chan quiso gritar. Mordió el dorso de su mano para poder contener la ira, tan pálido que demarcaba el rascado de su frente. Todo para querer aligerarse.
A los segundos posteriores, su madre volvió a llamarlo. Chan, más calmado, contestó.
—¿Sí?
—Intenta meterte en la parte de los animadores —ordenó su madre—. Intenta tener el crédito de algo. Que quede registrado por TvN.
—Sí, vale.
—¿Quieres venir el fin de semana a casa? Hannah y Lucas han preguntado por ti.
—No puedo —Chan sorbió su mucosidad. Ni siquiera se dio cuenta que estaba llorando—. Tengo que estudiar.
(=˘ ³( ,,>ᴗ<,,) ~♡
—¿Estas usando el baño?
—No, solo ocupo el espacio del interior porque me recuerda al vientre materno.
Aun así, SeungMin abrió la puerta tras notar que no tenía seguro.
—Solo venía por mi cepillo de dientes y... ¿Qué demonios?
Con los mismos parches que JiSung alguna vez curó a SeungMin, él intentaba colocárselos a sí mismo con una mala elasticidad reflejada en el espejo.
—Me caí —informó JiSung—. En Boryeong. Del porche.
—¿Cómo...?
—Estaba borracho.
—No, me imagino. Ni me acuerdo de esa noche.
SeungMin cerró la puerta detrás de él, lo que hizo que el estómago de JiSung se presionara más por la vergüenza. Cuando lo vio tomar uno de los parches de piel, JiSung negó.
—No, no es necesario. Puedo hacerlo solo —se apresuró en decir.
—Te romperás los brazos si te estiras —le dijo SeungMin, desinteresado.
—No- SeungMin.
—¿Sabes? Desde que regresamos de Boryeong que te noto más esquivo, más raro. Quise culpar por el arete que tienes que te volvió salvaje, o una nueva personalidad encontrada en el alcohol que- oh.
SeungMin lo vio, a través del espejo. JiSung quiso contener la respiración, con la vaga esperanza de que así no se notaría o, en su defecto, él también desaparecería de la faz de la tierra.
El único ruido fue el sapo de HyunJin, Jiniret, en el dormitorio.
—¡¡¡Qué mierda!!!
Mientras JiSung se apresuraba en tapar el chupetón de su cuello, se escuchó el estruendo del dormitorio. La única silla gamer del dormitorio se cayó, y la puerta del baño se abrió con suma rapidez.
—¿Qué pasó? —Felix asomó su cabeza, y visualizó el chupetón—. ¡¡¡Ahhh...!!!
SeungMin cerró la puerta, dramático. JiSung estaba tan colorado de la vergüenza que explotaría en cualquier instante.
—¿En qué momento fue eso? ¿Cómo pasó eso? ¿Qué demonios sucedió? —susurró SeungMin—. ¿Con quién te viste? ¿Por qué te viste? ¿Por qué no me contaste?
—¿Qué querías que te dijera? ¿Por qué tendría? Es mi vida privada —se defendió JiSung con velocidad—. Estas cosas suceden en privado y no debería de comentártelo, en especial porque ni siquiera es como si fuera consensuado, solo suceden cosas que-
—Cállate —cortó SeungMin, aun impresionado—. Cállate y habla. Oh, pedazo de infeliz. Y además andas con un chupetón, mostrándolo como si fueses un ridículo sucio de la calle.
JiSung, más apenado, se terminó por tapar el chupetón con el parche de piel. —Deja de tratarme así...
—¡No! ¡Avergüénzate! ¡Avergüénzate!
—¡Avergüénzate! —gritó Felix desde afuera.
—¡Tú cállate!
Pero SeungMin no lo dejaría tranquilo. No, por supuesto que no. Sus ojos enloquecidos, sus cabellos castaños sueltos, y la notoria intención de sacar cada verdad de JiSung por pinza estaba destinada a ser parte de su trabajo.
Sería doloroso.
Al mismo tiempo, en ruta en el interior de la escuela, MinHo y Yeji caminaban con lentitud por los jardines mientras bebían leche de fresa, totalmente en silencio.
Hasta que, como tiempo perfecto, Yeji habló:
—¿Me contarás sobre lo que hiciste en el baño?
—«Qué hiciste en el baño». Hice popis.
—Más específico- cuando estuvimos en Boryeong. Te perdiste parte de los acontecimientos por estar encerrado con JiSung en el baño.
Ah- cierto. No es como si MinHo lo hubiese olvidado, pero había preferido adoptar toda una nueva personalidad entorno al cuidado descarado de su reacción con JiSung en vez de sentirse como la debilidad que forzaba en aparecer en sus pies. Si es que él actuaba como si fuese todo un error, entonces solo sería vulnerable, y MinHo no se dejaría mostrar, de nuevo, vulnerable ante JiSung.
Así que, en su mayor personalidad tranquila, se encogió de hombros.
—«Encerrado con JiSung en el baño». Bueno, ya sabes, soy un casanova —MinHo le guiñó el ojo.
Yeji no estuvo ni cerca de comprarlo. Presionó la caja en leche contra MinHo, y un chorro le cayó al ojo.
—¡Ay!
—Eres el ser humano más virginal que he conocido, y eso que vivo conmigo misma —Yeji murmuró lo último, perturbada—. ¿Hablaron de sus sentimientos y de cuánto se quieren?
—«¿Cuánto se quieren?» ¿Qué? Nah. Hablamos de las maravillas del nuevo mundo, de sus traumas de infancia, y le hice un arete —confesó MinHo, finalmente—. Después le di un beso a Felix- porque así soy yo. Quito virginidades lobulares y luego me beso con mi amigo extranjero.
Porque lo que sucedió en el baño no fue la gran cosa. MinHo y JiSung ya lo habían hablado.
Bueno, solo hablaron. ¿Después de eso? MinHo evitaba arbitrariamente estar cerca de JiSung. Evitaba verlo demasiado tiempo en clases, pero no evadía sus interacciones en el club porque creía que levantaría sospechas a todos, cuando en realidad era a nadie, porque nadie del club podía prestarle a los dos tanta atención cuando RyuJin y Lia se enrollaban en las esquinas, y JeongIn miraba a HyunJin como si fuese un ciervo encandilado.
De todas formas, MinHo creía tener la palabra «sucio» dibujado en su frente, mientras que en sus mejillas retrataba el «casanova» y «hace chupetones».
—MinHo.
—«MinHo».
—¿Qué hiciste?
—¡¿Te hizo un chupetón?! —SeungMin gritó, en el baño del dormitorio.
JiSung no sabía donde esconderse. Inclusive pensaba con seriedad anudar una toalla a su cuello para sentir otra cosa que no fuese vergüenza y pena ajena. SeungMin estaba impresionado, sentado en el retrete, luego levantado, y luego sentado por no poder digerir lo que su amigo dijo.
Negó en reiteradas ocasiones. Lanzó una carcajada. Volvió a negar. Abrió la tapa del retrete para vomitar. Nada salió. Cerró la tapa y, finalmente, se tapó el rostro, decepcionado.
—¿Cómo pudiste permitirlo? —preguntó SeungMin—. ¿Cómo...? Hay que denunciarlo. No podemos dejarlo así. Ay- no, JiSung, en serio no. Tenemos que avisarle a tus Yayos para que interpongan una demanda por-
—¿Qué? —JiSung estaba totalmente desorientado con la decisión de SeungMin—. ¿De qué hablas?
—¡Eso es acoso!
—¡No! Digo- no —JiSung debió tomar aire antes de seguir hablando. Si es que diría la verdad, tendría que ser completa—. Hay algo que no te conté.
—¿Te vio la cicatriz de la circuncisión?
—¡¿Te abrió el pantalón?!
Algunos estudiantes saltaron ante el grito esporádico que Yeji pegó en el patio, pero era necesario hacer el énfasis porque no todos los días se generaba espacios de intimidad dentro de un baño con la persona que proclamaste tu rival y epicentro de problemas.
MinHo, sin querer bajar su mirada de la vergüenza, asintió y, con la mejor actitud, repitió:
—Me abrió el pantalón.
—Woah... —Yeji boqueó—. Increíble. No me lo esperaba de él. Pensé que era de esos tipos que ni siquiera se atrevieron a ver porno por ser indecoroso- y resulta que es un abridor de piernas profesional.
—«Abridor de piernas profesional», ¿crees que signifique algo?
—No lo sé. ¿Se corrió en sus pantalones mientras lo chupeteabas?
—«Mientras lo chupeteabas». No.
—Bu. ¿Y te gusta?
—¿Qué? —En el baño del dormitorio, JiSung se giró del espejo hacia SeungMin—. ¿Si me gusta el chupetón?
—No. Si te gusta eso —SeungMin movió sus manos—. MinHo.
—¿No? ¡No! Mierda, SeungMin, ¿qué hablas? Él no me gusta.
—Ay, no. Ya te gusta.
—¡Que no! —JiSung no sabía cuántas veces debía de dar esa explicación—. Hablo en serio: MinHo no me gusta. Es agradable tenerlo cerca, pero más como un amigo que otra cosa. No creo que nosotros fuésemos a... colisionar con demasiada sencilles.
—Colisionar —repitió SeungMin, incrédulo del concepto.
—Él está... bien, supongo. No es mi tipo de persona, ni es remotamente cercano a algo que me atraiga.
—Pero te dejaste hacer un chupetón.
—Estaba borracho.
—Le desabrochaste el pantalón.
—¡Estaba borracho!
—¡La gente borracha no anda desabrochando pantalones ajenos!
Felix se asomó de nuevo por la puerta. —¿A quién le desabrochaste el pantalón?
SeungMin volvió a cerrarla.
—Por favor —pidió SeungMin—. Dame cada detalle de tu razonamiento de por qué lo hiciste.
¿Qué detalle más podría JiSung entregar si es que ni él sabía lo que pasó? Podía culpar al alcohol lo que le hizo sentir fuera de sí, pero había leído demasiados ensayos como para saber que el inconsciente necesitaba herramientas de desinhibición para hacerse presente en el consciente. Este se manifestaba dentro de distintos medios que denominaban "lapsus freudianos"; no obstante, el alcohol era solo un vehículo, no un lapsus.
Fue más de un lapsus, porque cada fibra de su cuerpo estaba acalorada. No sabía por qué MinHo estaba molesto ese día, y molesto con él; le quitaba la cara, no le dirigía la palabra, fingía que no estaba ahí cuando otras veces lucía estar consciente de su presencia. Y luego, cuando se encontraron en el baño y MinHo le arregló los parches de lidocaína, ¿por qué JiSung debió de rogarle que se quedara si es que MinHo estaba tan enojado con él? Además, ¿por qué demonios MinHo estaba así en primer lugar?
JiSung tenía una teoría: le quitó sus amigos. MinHo podía ser territorial, tal vez, por eso se vio enojado porque JiSung interactuó más con HyunJin y Felix. Empero, ese instante en el baño no lo pensó de esa forma. Él solo quería que MinHo no estuviese enojado con él, por lo que se dejó perforar la oreja en un ridículo arete que haría a sus Yayos desmayarse cuando regresara a casa.
«Me hice un arete... —pensó JiSung, con absoluto remordimiento—. Un arete por un chico».
»Soy tan patético».
—El alcohol hizo que fuera desinhibido, lo cual es obvio —comenzó—. Posterior, supongo que estaba bastante adormilado como para repensar lo que pasaba, de todas formas, estaba relajado.
—Ay, no.
—Y- Y, no sé, era lógico que así funcionásemos. MinHo estaba haciéndome un arete y yo le estaba- le tocaba los muslos porque son grandes, SeungMin, muy grandes.
—Cállate.
—Me acercó, comenzó a hacerme el chupetón. Yo podía sentir lo que me hacía, era ardor pero- pero no pude evitarlo. Estaba ahí y pensé- no sé, pensé que...
—Te quería sin pantalones. —Yeji sentenció, en el patio de la escuela, y se abanicó el rostro—. Que situación tan hot. Me arrepiento tanto haber interrumpido.
—«Haber interrumpido». ¡Yeji! —MinHo le gritó, horrorizado—. ¡Hiciste exactamente lo que pedía! Te llamé telepáticamente para que me rescataras.
—¿Querías que te rescatara? —Yeji le sonrió, burlesca—. Ah~, eres tan estúpido. ¿Y se besaron?
—«Se besaron». No, no lo hicimos. Era probable que me hiciera una felación antes de que me diera un besito- ¡Además! —como si se hubiese olvidado, MinHo agregó—. ¡Yo no habría regalado mi primer beso con un idiota como él! ¡Felix valió totalmente la pena!
—Pero JiSung pudo ser tu primera felación-
—«Primera felación». ¡Cállate!
—Claro. —SeungMin razonó en el baño—. Digo, dejas que un pobre te haga un chupetón, y de pasos se la chupas. La mierda es chupar, simplemente.
—¿Puedes tener un poco de pudor, por favor? —pidió JiSung—. No se la iba a chupar, pero iba a tener una erección y necesitaba espacio. No quería ser el único sin pantalones en ese baño.
De nuevo, SeungMin restregó su rostro con decepción. —Ni sé qué aconsejarte. Desde inicio de ciclo que no has parado de cometer error tras error.
—Oye-
—Digo, ya no luces pensar las cosas. Te metes en problemas. Te haces aretes. Secundas y peleas con Ahn solo porque- ¿Qué? ¿Porque te hablas con MinHo?
—Peleé con Ahn por ti.
—Ni siquiera habrías tenido que hacerlo si no fuera porque has secundado a MinHo en todo los problemas en los que se mete —argumentó SeungMin—. Ni siquiera te reconozco, hombre. Le contaré a SooJin para que tenga una opinión-
—¡¿Qué?! —JiSung casi se desmayó—. ¡¿A SooJin?! ¡¿Qué tiene que ver ella en esto?!
—Le fascinará verte en este estado por alguien.
—¡No estoy así por nadie! —reclamó—. ¡MinHo no me gusta! ¡¿Tan difícil es creerme?!
—¡Has perdido total capacidad de raciocinio por él!
—¡Bueno! ¡Uno debe de darse el lujo de hacer cosas estúpidas de vez en cuando!
—El problema, MinHo —reiteró Yeji—, es que tú no eres alguien estúpido.
MinHo detuvo su camino en el patio. Ya ni sabía cuántas vueltas se dieron ambos en Sevit por estar hablando.
—«No eres alguien estúpido» —repitió MinHo, burlesco—. Sabes que lo soy.
—Min-
—Soy estúpido, Yeji. Una persona clínicamente tonta. Tengo certificado médico y todo que me sustenta el argumento.
—Solo en el intelecto, no en el-
—«Solo en el intelecto», y estoy bromeando con alguien que, irónicamente, le importa solo el intelecto. —Finalmente, MinHo colocó las manos en sus bolsillos—. Bien, supongamos que estoy jugando con JiSung- ya sabes, la tensión que todos retratan y que en un universo paralelo existe- eso es genial. Y es aun mejor cuando no me lo tomo en serio porque, vamos, esto ya lo conversé con él: no estoy a su altura.
—¿Él te dijo eso?
—«Dijo eso». Es obvio, Yeji. Ambos buscamos a Lee SooJin: mientras ella es una exitosa académica que está en el extranjero, haciendo algo para las demás personas de su misma clase social- en la cual JiSung coincidentemente está, yo solo soy un idiota clínico cuya única meta es sacar el primer lugar en una competencia de baile.
Decirlo en voz alta hizo a MinHo sentirse aun más tonto, porque, por más allá de todo ese razonamiento que hizo al instante, aquello le generó cierta tristeza- con la misma bruma que sucedió en el furgón en aquella gasolinera.
Aunque MinHo pudiera pensar de alguna forma distinta a JiSung, tampoco tendría sentido. No lo conocía de nada, salvo de un par de cosas que permitieron verlo llorar, y uno que otro secreto que incluso MinHo no se lo pudo contar a Yeji.
Lo peor de todo es que era demasiado rápido. MinHo se prometió no confiar tan rápido en alguien luego de lo de Chan y- ahí se encontraba, replanteándose a JiSung por enésima vez, solo para acabar decepcionado en otra arista que no era la que quería.
Yeji, quien escuchó cada palabra de MinHo, asintió y, con compasión, se abrazó a ella misma.
—Abrazo —dijo—. No te debes dejar sentir mal por un idiota que le gustan solo las de su clase.
MinHo también se abrazó a él mismo. —«Solo las de su clase». Sí, lo sé, no me interesa.
—No obstante... —Yeji cabeceó un poco, cómplice—. Si es que JiSung muestra algo, no deberías de cerrarte.
—«Cerrarte». Es un ricachón.
—Y con tantas teorías que nos cargamos, él decide también pasar tiempo contigo. Podrías replantearlo más seguido si es que eso te hace feliz.
Finalmente, en el baño del dormitorio de varones, JiSung se apoyó por completo en el lavamanos.
—No tendría sentido que me gustara eso —volvió a replantearse él—. MinHo es solo un chico más.
—¿Más de qué? —bromeó SeungMin—. Nunca has estado con alguien.
—¿Y-ya me tengo que imaginar con alguien? —JiSung colocó una mano en su pecho y sus rodillas debilitaron—. ¿Me tengo que imaginar con alguien? MinHo me dijo que dio su primer beso con Felix, pero no le creo. Se veía demasiado experimentado, SeungMin, y no me sorprendería si es que hizo más... cosas y me mintió y-
—¡Fui su primer beso! —gritó Felix desde fuera del baño.
—¿Por qué tienes la oreja pegada en puerta? —Se escuchó la voz de HyunJin también.
—JiSung cree que MinHo es un casanova.
—¡MinHo no es casanova! —HyunJin gritó a la puerta—. ¡No tienes que preocuparte, cachetón! ¡Él es tan virgen como el aceite!
—¡Y puro como la virgen! —concordó Felix.
—Solo hay una salida lógica para esto —JiSung se jaló sus cabellos—. Suicidio.
—Mira. —Finalmente, SeungMin se levantó del retrete y tomó a JiSung de los hombros—. Lo que tienes que hacer es simple: recapacitar. Si logras recapacitar, esto solo será una anécdota, y no tendrás que enfrentarte a la peor cosa del universo.
Porque, por supuesto que lo peor para alguien como Han JiSung era enamorarse de Lee MinHo.
(=˘ ³( ,,>ᴗ<,,) ~♡
Para cuando llegó el fin de semana, miss Sharon decidió dividir al club en dos: el Real King, que se encargaría de la coreografía para la competencia de animadores, y el White Tiger, que se encargaría del Dance Revolution.
Claro que fue sorpresa notar que en el White Tiger le faltaba un polluelo, y que le sobraba uno del otro equipo.
—Tú no deberías estar acá —Sharon apuntó a MinHo.
—«Estar acá». Yo estoy donde el Real King está —dijo MinHo, serio—. Y puede que tenga a mis integrantes en el gimnasio, pero el Real King es el espíritu de baile.
—Regresa al gimnasio.
—«Regresa al gimnasio». No —MinHo se cruzó de brazos—. Con Christopher nos rotamos. Yo me quedo acá, y él se queda allá.
—Estrategia favorable, sino se matarían —concordó JiSung.
Sharon debería de comenzar a cobrar más por cada cuadro de estrés que sufre a raíz de las discusiones del grupo, pero no se pondría a pelear ahora cuando estaba con una resaca de la muerte.
—Okey, como sea. Es más favorable —Sharon aceptó, resignada.
—Y- disculpe —Yuna alzó la mano—. Considero que es un poco injusto que, mientras el Real King se prepara para la competencia, nosotros tengamos que hacer el doble de trabajo.
—¿Te parece poco? Ellos tienen que hacer una coreografía —dijo Sharon—. Además, ya les prohibí usar cualquier tipo de referencia a la película Triunfos Robados. Aquí queremos originalidad.
—¿Y eso le parece justo?
—Miren. —MinHo volvió a tomar la palabra—. Pueden tomar lo que es justo e injusto tanto que ustedes quieran, pero preferiría que dejaran de quejarse para enfrascarse en lo importante.
—¿Quién murió y te hizo líder? —preguntó SeungMin.
—«Te hizo líder». Yo me denomino. Si iremos a representar el Real King, lo haremos bien. Con los chicos ya teníamos la coreografía, y ahora transferiré todo eso hacia ustedes.
—Alto, alto, alto —interrumpió Lia, y se colocó una mano en el pecho—. ¿Esa cosa vulgar de burlesque es la coreografía? No vamos a hacer eso.
—No sé hacer twerking —avisó ChangBin.
—Vamos a perder nuestra dignidad en ese lugar de competencias. Es muy mala idea —SeungMin retomó la discusión, dirigido a Sharon—. No tiene ningún sentido. Podemos esforzarnos más con las animaciones, pero es totalmente injusto que también nosotros debamos pagar por esto cuando la única razón por la que estamos metidos acá, está en el otro equipo.
—Ya les he dado varias semanas para que se pusieran al ritmo, y no pudieron hacerlo —advirtió Sharon—. Sé que en un inicio les dije que solo harían cosas simples para no estresarlos, pero ustedes realmente viven en una burbuja. Aprender una coreografía para una competencia en honor a sus otros compañeros de equipo les hará afiliar aun más la relación entre ustedes.
—¿Y cree que no tenemos cosas más importantes que hacer? —JeongIn preguntó—. Tenemos que estudiar. Tenemos que hacer cosas que sí importan.
—¿Y esto no les importa? —melodiosa, Sharon caminó hacia Lia y la abrazó del hombro—. Dime, hija, ¿no te preocupa que el rendimiento del grupo de tu amiguita sea tu responsabilidad?
—Mi horario no tiene la flexibilidad para esto —se defendió—. Cualquier persona normal lo entendería.
—Esto es parte de sus responsabilidades —recriminó MinHo.
—... Y esa no es una persona normal.
—No, basta. —MinHo decidió poner fin al asunto. Tanto era el tiempo que pasaban entre discusiones que las cosas se estaban yendo de las manos, y eso no podía enfurecerle más—. Se metieron en el grupo de porras o por beneficio curricular o coerción por intento de suicidio —JiSung y SeungMin se miraron—, sin embargo, nosotros el Real King hemos sido los verdaderos afectados de todo esto. No tenemos espacios, ni respeto, ni recursos. Nosotros nos hemos trasladado a las competencias. Nosotros construimos nuestro equipo de música. Nosotros hemos luchado por mantener un espacio abierto- e inclusive apuesto de que hemos sido el club más galardonado de Sevit. Así que, por una vez en sus vidas, dejen de mirarse el ombligo y hagan esto por nosotros. Sí, entiendo que es demasiado para ustedes pagar por nuestros techos, comidas, camas y estudio. Pero si tienen dinero para hacer eso, también deben de tener tiempo para cederlo, por favor.
Era probable que si una persona como Bang Chan hubiese estado ahí, habría sido el primero en discutir. No obstante, quien estaba presente era Han JiSung, líder del White Tiger, por lo que esperaron a que él desarmar todo los argumentos de MinHo para poder salirse con la suya.
Por lo que, cuando lo miraron en busca de alguna respuesta, JiSung solo se encogió de hombros.
—Yo no tengo nada que decir contra eso.
Por más que MinHo quisiera sonreír, agradecido por el apoyo, tenía sus metas demasiado claras. Sharon dio paso total a que MinHo se apoderara de aquel entrenamiento.
Fue bueno tener a JiSung de su lado, la verdad, porque aunque el White Tiger lucía reacio a querer colaborar, terminaron por continuar obedeciendo cada una de las indicaciones que MinHo entregaba para enseñar la coreografía, modificando las posiciones para aumentarlas de cinco a siete, y calarse la cabeza cómo hacer para reemplazar las acrobacias de HyunJin y Felix por los otros cuatro inútiles más grandes del planeta.
Fue un fructífero ensayo de cuarenta minutos, carreados por las quejas, las preguntas, los comentarios incrédulos sobre la necesidad de mover demasiado la cadera y, por supuesto, los increíblemente rígidos que eran todos para bailar.
MinHo presentía que aquella situación lo estresaría de sobremanera.
Por lo que, tras cuarenta minutos de un montón de pies izquierdos, MinHo se tomó la libertad de acabar con el ensayo.
—Por favor —pidió MinHo—. Los quiero de vuelta cuando sean capaces de diferenciar la izquierda de la derecha, de arriba hacia abajo, ¡y de que no tienes que estar poniendo caras todo el rato, JeongIn!
—¡Dijiste que había que ser sexy!
—«Ser sexy». Todos ustedes tienen menos atractivo sexual que un pie diabético. ¡Lárguense de mi vista!
Ni siquiera quería verlos. ¡Era vergonzoso! Demasiado irrisoria era la decisión abrupta de Sharon que hizo replantear a MinHo cada una de sus actividades, de si era eficiente continuar con eso, o simplemente debía mandar todo al demonio.
Pero no, porque era probable que, en contraparte, en el gimnasio iban avanzando más en la coreografía de las animaciones. Vaya, MinHo esperaba que a los chicos les estuviese yendo mejor con Chan.
Cuando notó que JiSung no se iba aun del club, MinHo le alzó el dedo.
—No —ordenó—. Ni te me acerques. Me enrabias.
—No es culpa mía esta decisión.
—«Esta decisión». ¡Tú le diste la idea a Sharon!
—No. Yo te estaba apoyando. Y te sigo apoyando.
—«Apoyando». Claro, porque dependo de tu voluntad para que los demás borregos puedan hacer algo. ¡Y mucho no sirve porque bailas pésimo! —se quejó MinHo—. Es decir- mierda, he visto a malos bailarines, pero inclusive eres el primer lugar en eso.
JiSung, sin querer parecer dolido por las palabras de MinHo, se apoyó en el muro más cercano.
—Deja de enojarte. Nos estamos esforzando.
—«Nos estamos esforzando». —MinHo cerró su bolso con brusquedad—. No es suficiente.
—Bueno, ¿cómo quieres que reaccionemos? A ninguno le interesa el baile.
—«El baile» ¡Y ese es el problema! —reclamó MinHo, frustrado—. ¡A ninguno le importa, por eso no se esfuerzan!
—Es que, es solo una competencia de baile.
Oh. JiSung captó enseguida que había metido la pata; sin embargo, en vez de esperar la furia abrasiva de MinHo, él replanteó mejor sus palabras para, con lentitud, caminar hacia él.
—«Es solo una competencia de baile» —repitió MinHo—. Mira, entiendo que para ti esto sea solo una pérdida de tiempo o solo un medio para tener mejores calificaciones por la mierda-serototina o qué se yo.
Estaba enojado, bastante enojado. Tanto que ni siquiera lo manifestaba por completo, porque del tiempo que ya pasaban hablando, MinHo esperaba que JiSung lo hubiese entendido- aunque sea un poco, lo cual, le hacía sentir decepcionado.
—Pero esto es para lo que yo soy bueno. Yo soy, verídicamente y médicamente una persona tonta. No puedo leer una oración, o tener la atención enfocada mucho rato, o procesar una respuesta rápida de cosas que debo aprender. El baile es lo mío. Eso es lo mío. Y tengo un pie crónico que no sobrevivirá hasta los veinticinco años, y pasaré el resto de mi vida trabajando en un restaurante familiar para ejecutivos pretenciosos como tú. No porque mi baile sea menos para ti significa que tienes que faltarle el respeto, o faltarme el respeto.
MinHo esperaba dejar el límite marcado. Se cruzó el bolso para querer salir de ahí, replanteándose la situación para poder ir con Sharon para borrar esa ridícula idea. No valía la pena sacrificar su carrera por ellos.
Por su parte, JiSung digirió las palabras de MinHo con rapidez, intentando hacer memoria de haber siquiera dejado de subestimar a MinHo con lo que sea que se proponía. Él era un peleador, era un hecho, pero también era un amante; MinHo amaba el Real King que realizó tantas cosas para mantenerlo abierto que, el quitarle la oportunidad de ganar el Dance Revolution debía de ser un dolor de estómago tremendo.
—¿Me dirás algo o tendré que lanzarte una silla para que me respondas? —habló MinHo, luego que JiSung abriera y cerrara la boca demasiadas veces.
—Es que- tienes razón —confesó JiSung—. No debí de mirarte en menos, o subestimar esto. En especial cuando demuestras tener talento en lo que haces.
Las orejas de MinHo se encendieron al instante, aunque él no quitó su semblante enojado. No estaba preparado para algo tan argumentativo como lo era una respuesta de JiSung, por lo que, sin querer demostrarse abrumado, bufó.
—«Talento en lo que haces». Entonces, llega con más talento para el siguiente ensayo.
MinHo se terminó por largar del club, sin mejorar su ánimo. JiSung quedó plantado, sin saber muy bien qué hacer. Debería de regresar hacia su dormitorio, tomar una ducha, leer algo o repasar para las clases de la nueva semana. Era sábado, apenas, demasiado tarde como para ir donde sus abuelos.
Por lo que, como era demasiado tarde para hacer algo, JiSung fue hacia el equipo de música, reprodujo aquella canción vulgar, y comenzó a recordar los pasos iniciales de la coreografía que MinHo enseñó momentos atrás.
Aunque a JiSung le dificultó un poco. Él prefería ver a MinHo bailar.
(=˘ ³( ,,>ᴗ<,,) ~♡
Ya está cayendooooooo
¡Gracias por leer!
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