Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

14


Pasé casi toda la semana alejado de Forks, buscando algún animal grande que cazar. No quería arriesgarme estando tan cerca de Bella pero me tuve que conformar con un par de ciervos machos, suficientemente grandes para mantenerme satisfecho.

Estaba de vuelta cuando mi teléfono sonó. Sonreí al ver quién era.

-Bella. –saludé con la sonrisa en mi voz.

Desde Navidad su ánimo se había visto afectado por Jacob, o más bien, por la falta de noticias del mismo. Yo sabía lo que estaba ocurriendo o al menos lo intuía. Era probable que el chico se hubiera convertido en lobo y no querría poner peligro a su amiga.

Tenía que darle crédito por ello. La seguridad de Bella también era mi prioridad. Pero odiaba ver cómo la tristeza y la preocupación la rodeaban, un abrazo asfixiante del que sólo se libraba en escasos momentos, como cuando estábamos juntos trabajando en nuestro proyecto.

Pero no había tristeza cuando empezó a hablar, sólo histeria.

-Oh dios, Laurent...y lobos...LOBOS ENORMES...-su respiración estaba tan agitada por el pánico que me detuve en seco, intentando procesar qué estaba ocurriendo al otro lado del teléfono.

-Bella, toma una respiración profunda. –ordené con mi voz más calmada aunque mi mandíbula se tensó. La escuché tomar una bocanada al otro lado de la línea. -¿Qué ha pasado?

Se tomó un par de segundos para contestar, quizás para poner en orden sus ideas o para controlar su ansiedad desbocada.

-Estaba en el bosque, llegué al prado y de repente apareció Laurent. Decía....decía que quería hacerle el favor a Victoria. –el nombre de la vampira salió de sus labios en apenas un susurro asustado. Apreté los dientes para no interrumpirla, los escuché rechinar. –Estaba a punto de...de...-un titubeo que dejó la frase inacabada. –Y aparecieron los lobos. Lobos enormes. Una manada. Eran del tamaño de caballos, y se lanzaron a por Laurent. Dios, ahora estarán todos muertos y Laurent le habrá dicho a Vict-

-¿Dónde estás? –la interrumpí por fin con suavidad pero firme. No podía dejar que entrar en esa espiral de pánico estando sola.

Tomó una respiración profunda.

-Dentro de la camioneta, en un costado de la carretera antes del cruce que lleva a la reserva.

Bien, al menos no estaba dentro del territorio de los lobos.

-No te muevas de ahí, voy enseguida.

Apenas me llevó cinco minutos llegar hasta el lugar, los árboles pasaban a mis costados como manchas borrosas debido a mi velocidad. Divisé la camioneta y prácticamente me lancé hacia la puerta del conductor.

Bella dio un grito cuando vio una figura abalanzarse hacia ella pero su miedo se convirtió en un alivio casi palpable cuando me reconoció.

-¡Jasper! –jadeó antes de abrir la puerta con manos temblorosas y lanzarse a mis brazos.

Su aroma me envolvió mientras su corazón latía con fuerza y no pude evitar abrazarla con el alivio invadiéndome. Estaba bien. Estaba viva.

Unos segundos después la aparté con delicadeza para observarla. Estaba más pálida de lo normal y temblaba ligeramente pero no tenía heridas evidentes. Cogí sus manos con delicadeza para observar sus palmas, había varios rasguños en ellas.

-Me caí varias veces mientras corría. –murmuró viendo mi ceño fruncido.

Antes de poder nada un aullido sonó en la lejanía, en la profundidad del bosque. Le siguieron varios más. Eran aullidos de victoria.

Por suerte, el oído de Bella era menos fino que el mío.

-Vamos. –dije con suavidad. –Te llevaré a casa. Será mejor que conduzca yo esta vez.

Bella debía estar verdaderamente en shock porque no puso impedimento alguno (le solía encantar conducir su vieja camioneta). Ocupó el asiento del copiloto y yo arranqué. El ruido del motor ahogó a los lobos. Por primera vez agradecí estar en ese viejo cacharro.

-Victoria vendrá a por mí. –dijo Bella un par de minutos después de iniciar la vuelta a casa. Estaba sentada de forma tensa en el asiento, con su vista fija en la ventana, como si temiera que la vampira pelirroja apareciera de un momento a otro.

-No lo creo. –la tranquilicé.

-Laurent se lo habrá contado.

Suspiré negando ligeramente con la cabeza.

-Dudo que Laurent haya podido contarle nada.

De reojo pude ver cómo su ceño se fruncía, pensativa.

-¿Crees que los lobos lo han matado? ¿A un vampiro?

Tamborileé los dedos de manera nerviosa sobre el volante. No podía contarle el secreto de los lobos, era una parte del tratado y no me interesaba pelearme con la manada precisamente en esos momentos. No si Victoria pensaba volver para rematar el trabajo que Laurent no había podido hacer.

-Estoy bastante seguro de ello. –contesté finalmente.

-¿Por qué?

Por supuesto, Bella siempre tenía un por qué.

-No puedo decírtelo.

La indignación llenó el interior de la camioneta mientras Bella alzaba ambas cejas, estupefacta.

-¿Me estás diciendo que hay lobos como caballos, capaces de matar vampiros, en Forks y no puedes decirme por qué?

Estábamos llegando a su calle, su casa estaba apenas a unos metros.

-Lo lamento, Bella, pero no puedo decírtelo. No es mi secreto. –me disculpé mientras aparcaba su camioneta en la entrada. El coche de Charlie no estaba, asumí que estaría trabajando.

Un silencio tenso se instaló entre ambos, como una brecha que nos separaba.

-Estoy realmente harta de todos los secretos. –masculló finalmente mientras se bajaba de la camioneta, dando un sonoro portazo. El enfado la seguía como una estela.

No intenté frenarla sino que observé cómo se metía en casa con el andar pesado que daba la ira y suspiré cerrando los ojos al escuchar el portazo de la puerta principal.

Maravilloso, pensé con ironía.

Y encima tendría que hablar con la manada.

El día no podría ir peor.

Dejé la camioneta en la entrada de Bella y me marché hacia la frontera con rapidez. Apenas unos metros antes de llegar un enorme lobo negro me salió al paso.

-Sammuel, supongo. –lo saludé con mis pies apenas a unos centímetros de la línea imaginaria que dividía nuestros territorios. El lobo gruñó ligeramente, sus ojos viajaban por mis cicatrices con el rechazo y la desconfianza llegando hasta mí.

Estaba acostumbrado a ello. Aquellos seres que podían ver todas las marcas de mi pasado, no sólo la de los brazos sino las del rostro, tenían la misma reacción. Incluso a mi familia le había costado acostumbrarse, salvo a Alice.

-Lamento decirte que no soy el que lee la mente así que tendrás que adoptar tu forma humana para poder hablar. Por favor.

Hubo unos segundos de duda pero el lobo caminó hacia unos árboles, ocultándose tras ellos. Varios lobos aparecieron mientras tanto, con sus ojos fijos en mí y los colmillos listos para clavarlos en mi cuerpo. Tras un chasqueante sonido el alfa apareció en su forma humana con apenas un pantalón. 

-Eres un Cullen. Jake ya nos había dicho que aún quedaba alguno de vosotros por aquí. –fue lo primero que dijo, con una voz grave y un gesto serio.

El lobo marrón que había a su izquierda se agitó ligeramente. Oh vaya, así que ese era Jacob.

-Sólo estoy yo. –aclaré y decidí ir al grano porque el olor a perro mojado me estaba resultando demasiado desagradable. -¿Habéis acabado con Laurent?

Un asentimiento seco por parte del alfa que eliminó una parte de la ansiedad que invadía mi pecho.

-¿Hay señales de otra vampira? ¿Una pelirroja?

Por toda respuesta Sammuel frunció el ceño y yo me contuve de pellizcarme el puente de la nariz con exasperación. En lugar de eso clavé mi mirada en la suya, podía notar mis hombros tensos, mi rostro pétreo.

-¿Las hay? –volví a repetir.

-Apenas. Sólo la hemos visto un par de veces. Intentaba cruzar la frontera hacia Forks.

-Estoy bastante seguro de que volverá.

-¿Por qué? ¿Qué hay en Forks que ella quiera?

-A Bella. Quiera a Bella Swan.

Y el lobo marrón gruñó en respuesta mientras el gesto de Sam sólo cambió ligeramente. Tenía que reconocerle que tenía la frialdad que requería un líder.

-Eso es un problema, desde luego. –contestó finalmente. Su mirada se volvió especulativa sobre mí. -¿Aún estáis en su vida?

-Yo sí. Y pretendo protegerla.

-Nosotros también. Es lo que hacemos, proteger a los humanos de los monstruos.

Ignoré el insulto y asentí.

-A partir de hoy podemos establecer una tregua. Si Victoria cruza la frontera podréis ir tras ella, para mí no será una ruptura del tratado. –le ofrecí. Era una solución improvisada pero era la única opción que tenía en ese momento.

El alfa se tomó unos minutos para pensarlo. Esperé con la impaciencia bullendo en mi interior.

-Pero tú no podrás cruzar nuestro territorio. Bajo ningún concepto.

Me pareció lógico, los lobos tenían demasiado miedo de los de nuestra especie, por muy fanfarrones que fueran. Además, en su territorio eran numerosos y lo conocían mejor que yo, tenían ventaja. Sin embargo, en Forks sólo estaba yo y era mejor tener refuerzos si quería aniquilar a Victoria y proteger a Bella a la vez.

-Me parece justo.

No nos dimos la mano, eso habría sido ir demasiado lejos, pero con un asentimiento dimos el trato por cerrado.

Bella estaría a salvo, aunque la peste a perro no se eliminara de mi ropa. 





¿Qué os ha parecido el capi? ¿Entendéis el enfado de Bella? En realidad tiene que ser muy frustrante que alguien no te cuente algo tan importante pero nuestro pobre Jasper hace lo que sea para protegerla, incluso estar rodeado de perros gigantes🤣🤣🤣

Recordad darle amor y dejar vuestro comentario si os apetece! Nos leemos 🥰🥰

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro