CINCO MESES DESPUÉS

YuGyeom leía con tranquilidad el último reporte que le dejaron las enfermeras de su sección. Ya era cerca de media noche y la fría brisa pasaba por aquella ventana abierta de su oficina. Un silencio sepulcral le daba al ambiente una atmosfera por demás aterradora ya que usualmente era el preludio de varios incidentes; era preferible escuchar los gritos o quejas de algún paciente que no escuchar nada; o es lo que había aprendido después de trabajar cerca al ala oeste del hospital durante aquel tiempo.

Con un suspiro de cansancio dejo el reporte sobre el escritorio, ya al día siguiente acabaría con eso. Por ahora, su atención se centraría en un libro de tapa dura color Morado perlado cuyas letras doradas rezaban "Síndromes experimentales". Este era un pasatiempo del cual no había podido gozar gracias a sus deberes. ¿Quién lo culparía? Era un gran fanático del autor.

La puerta fue abierta sin permiso.

—Doctor...—el Director entro con la frente en alto y una actitud severa—. Debe llenar estos formularios...—Le tendió una pila de carpetas que cargaba, fue ahí cuando detrás de él apareció un enfermero con otro montón de archivos que fueron dejados sobre la mesa— para mañana en la noche.

Estupefacto, el moreno se sentía indignado por tal cantidad de trabajo:—¿Qué se supone que haga con esto?

—Ya se lo dije, llénelos para mañana—Respondió borde; luego, se giró haciéndole una señal a YoonGi para que lo siguiera, siendo quien le dio una última mirada al doctor levantando sus hombros como diciendo "Lo siento, trabajo es trabajo"

Ya en el pasillo, el enfermero se atrevió a preguntar:—¿No cree que está siendo muy duro con él?...—Adelanto el paso—. Podrían pensar que lo hace porque...—Lo dudo un poco— bueno, usted... ustedes... ya sabe...

El Director se detuvo—Si...—Afirmo—  es uno de los motivos...—Dio una sonrisa maliciosa sorprendiendo al enfermero—. Pero también lo hago por el bien de nuestra empresa.

YoonGi desvió su mirada dándole la razón, YuGyeom había estado muy metido en los asuntos del hospital, al inicio le parecía una excusa para molestar al Doctor pero después fue evidente su claro interés en los archivos del Doctor Jay.

El doctor suspiro:—Mejor dime si ya tienes todo listo para el traslado.

—¿Eh? ¡Ah! Sí, claro...—Dio un pequeño saltito—. Esta mañana salió el paciente y me pase todo el almuerzo adaptando la habitación.

—Bien, te espero a media noche en la puerta.

—¿Habrá guardias?

—Nunca me descuidaría— Se adelantó dejando al enfermero en el camino.

CERCA DE MEDIA NOCHE

JiMin daba vueltas en su celda sin saber realmente a donde mirar... de un lado estaba una pared, y por el otro... también. Era desesperante; aun así, había momentos en los que unos nervios lo hacían trastabillar, no muy seguro de lo que pudiera ocurrir se estaba arrepintiendo de aceptar todo lo que su enfermero le indicaba.

De pronto se escucharon los pasos de varias personas fuera del lugar. Se sentó en el suelo mientras la puerta de metal era abierta; deseaba poder esconderse entre las penumbras oscuras pero estas ya no existían dado que ahora la celda estaba iluminada.

—Me alegro que hayas colaborado—YoonGi sonreirá ligeramente satisfecho al verlo con la ropa que le había pedido que se pusiera antes de su traslado.

—¿Tenía opción?— Comento con sarcasmo.

—Deja de ser tan amargado, levántate... es hora...—Dio un par de pasos tropezando con aquellas cadenas que no eran usadas hace meses— ven—Ordenó mientras ofrecía su mano.

Con aburrimiento, el joven tomo de la muñeca del otro chico levantándose y caminando tras de el por el pasillo.

Si, justo como esperaba... había una decena de guardias apuntando directamente a él. Decidió jugar un poco mirando fijamente al que se veía más temeroso, o si... la presión se acrecentaba. Solo faltaba un "Bu" para hacer que todos huyeran despavoridos. La cosa no mejoro cuando el enfermero lo soltó para agarrar la llave de su nueva habitación, la cual había sido conseguida gracias a que quien la ocupaba antes ya tenía permiso para convivir en los pisos superiores; además, consideraba que su paciente ya había tenido suficiente avance como para dar otro paso en su posible "recuperación".

Al menos, no se había comido a nadie desde que ella llego al hospital.

Desde esa noche el caníbal iba a vivir con los otros pacientes del subsuelo, adiós a la celda... él no era un animal.

YoonGi estaba más que entusiasmado con la idea, conteniendo su emoción, soltó una suave pregunta —¿Y? ¿Qué te parece?

Vio como el joven miraba impasible los pocos muebles del primer cuarto: dos sofás, una mesa y una cómoda para objetos varios.

JiMin pasó su mano por encima de los objetos, su curiosidad era evidente:—¿Y esto...—Se acercó a la pared—...Que es?-

—Es un reloj digital...— YoonGi apretó un botón encendiéndolo—. Con esto sabrás que hora es... yo bajare tres veces al día para traerte comida.

—¿De día?...— Pregunto algo indignado—...Te recuerdo que yo duermo todo el tiempo.

—No más... llevo semanas viniendo en horarios distintos a tu celda para que te acostumbres, lo bueno es que no te diste cuenta— "Espero y no reaccione mal" Sonrió.

Serio pero sereno, rodo los ojos y decidió ignorarlo; procedió a ingresar al cuarto continuo, este era más pequeño y solo tenía una cama y un ropero.

—Aquí dormirás...—Agrego YoonGi a espaldas del muchacho— por favor; ahora que vivirás aquí, necesito que cumplas ciertas reglas.

JiMin se dio la vuelta intrigado—¿Cómo...?

—Primero, necesito que mantengas limpio el lugar...—Camino un par de metros hasta una puerta sin picaporte de fácil acceso—. Tienes un baño con agua caliente, y toallas que me llevare de vez en cuando para lavarlas...—Camino a la cama sentándose—. Debes tender la cama después de que te despiertes y dejar tus platos sobre la mesa afuera...—Se paró frente a él— ¿Podrás con esto?

—¿Y si no lo hago?— Tentó.

—No empieces, cada vez que lo haces terminamos peleando...—Se dio la vuelta—. Ahora, ven que te indicare como debes organizar la sabanas, dentro de unos días traeré ropa y también deberás organizarla.

El joven, al haber vivido gran parte de su existencia encerrado, no comprendía el porqué de todos estos rituales de limpieza y orden, para él solo había bastado con comida una vez al día y alguna que otra presa debes en cuando. Pero, era eso lo que justamente YoonGi trataba de cambiar, el primer paso fueron las visitas nocturnas al exterior, ahora lo convencería de su humanidad enseñándole a vivir como lo que era... una persona.

JiMin trataba de entender cada acción, cada palabra... de cierta forma, accedió a intentar a tientas colaborar con el muchacho. Al menos para que lo dejara en paz ya que si se quejaba o se resistía, siempre terminaban en una discusión sin sentido. Sin embargo, lo más sorprendente de su situación era una simple pregunta que ni el mismo se podía responder.

¿Si tanto le irritaba, porque simplemente no lo atacaba? Tenía tantas oportunidades, tantos desquites y peleas que pudieron mermar su paciencia, aun así había situaciones que lo ponían más al límite que cualquiera de los hechos mencionados.

Cuando termino la explicación ya eran cerca de las dos de la mañana...

—Vete a dormir, mañana vendré a las 9 y tienes que tener todo limpio para entonces— Aclaro el enfermero teniendo como respuesta un gruñido.

Después de que YoonGi se retirara, el caníbal se dejó caer hacia el suelo.

"Demasiada información en muy corto tiempo" fue lo primero que pensó.

Volver a tener algo más que las oscuras paredes del subsuelo rodeándolo era simplemente... hermoso, hermoso y nostálgico. ¿Hace cuánto no dormía en una cama o se daba una ducha decente? ¡Dios! Pensó que no volvería a sentir la calidez del agua en contacto con su piel, era algo simplemente utópico para él, pero también algo doloroso.

Ver un sofá solamente le traía recuerdos de aquellos días en los que podía sonreír sin preocuparse de nada, incluso mucho antes de esos recuerdos con JungKook y su hermano... aquellos días en los que sus padres aun vivian. donde se recostaba después de la escuela comunitaria a la que asistió de forma discontinua.

Su familia, el orfanato, su vida después, sus errores.... Todo. No lo admitiría, no al menos por ahora, pero daría lo que fuera por volver a aquellos años de inocencia, donde no sabía de la maldad y vivía rodeado de amor, esos momentos donde no era un monstruo víctima de su naturaleza.

Maratón: 3/7