Capítulo 33: Pedacito de cielo l
—Mamá, no quiero dormir—Dijo el niño.
—¿Por qué mi niño?— Con un infinito cariño, aquella mujer acariciaba el rostro del pequeño.
—Por qué en cuanto me duerma, te iras con papá—El crio no era tonto, ya se había dado cuenta de que algunas veces por semana, sus padres lo dejaban solo en el cuarto durante la noche.
—¿Tienes miedo?
—No.
—Entonces no debes preocuparte, tu padre y yo estaremos aquí cuando despiertes— Gran jugada señora.
—Es... está bien— Se rindió para acurrucarse más en la manta llena de agujeros que su madre había zurcido días antes.
Una vez hubo sentido la respiración acompasada del niño, Primrose salió de la habitación con mucho cuidado, coloco el oxidado candado como medida de seguridad y se escabullo entre las sombras del patio para llegar al portón principal.
Su marido, la esperaba con paciencia ya que él no le quería negar a su hijo la tranquilidad de que su madre lo arrope.
—¿Cómo está?
—Se quedó dormido— Afirmo.
—Bien...—Dio un paso.
—Cielo...—El rostro preocupado de su esposa lo detuvo—... él ya sabe que no estamos en las noches.
—Bueno, es tan inteligente como su padre— Guiño el ojo tratando de distender el ambiente.
—No lo sé amor, es pequeño... podría pensar que lo estamos abandonando.
Aarón entendía como se sentía su mujer, pero también tenía en mente su objetivo principal, darle a su familia una vida mejor. Se acercó a la peli negra y la abrazo tratando de tranquilizarla.
—No te preocupes Rose, es un niño muy inteligente y comprensivo... JiMin sabrá entender...—Pudo sentir como la fémina aguantaba algunas lágrimas—... oh vamos, no te pongas así... te lo has estado pensando demasiado desde que logramos trasladarnos a la ciudadela.
—Aun no me fio de esto, quizás estábamos mejor en la otra casa.
—¿En ese barrio de mala muerte? Ni se te ocurra volver a pensar en ese lugar.
—Pero...
—No amor...—Dulcifico su tono—... quiero que vivamos bien, que mi hijo crezca feliz, estudie y algún día salga adelante solo
Eran tan nobles sus intenciones.
—Está bien...—Dijo resignada—... no pasa nada— Sonrió.
—Así se habla querida, ahora vamos... la junta pronto comenzara— Comenzaron a caminar.
—Sigo sin entender por qué hacen que nos reunamos tanto ¿No se supone que ya nos dieron los empleos y todo eso?—Analizo mientras se pegaba más a su esposo.
—Yo que se...—Dijo sin darle importancia—... hablan con esas palabras tan complejas y raras.
—La vecina me conto que hoy nos hablaran de unos asuntos médicos.
—¿Ves?...—Dijo con entusiasmo—... seguro es eso del seguro familiar.
—Si... debe ser.
—¡Castigado!— La voz de la maestra se oyó como un profundo eco por todo el salón haciendo que el foco de atención fuera aquel niño.
—Pe...pe... pero-
—Vaya a la dirección— Ordenó.
El pequeño crio tomo su mochila bajo la acusadora mirada de sus compañeros. ¿Por qué él? ¿Qué culpa tenia de ser así? No lo hacía a propósito. Con acopio de toda su voluntad, dio los pasos más firmes que su pequeña estructura física podía dar. Pero... no era suficiente. De un momento a otro sintió el dolo de haberse caído y justo después las risas de los demás.
—Otra vez...—Se quejó. En el día, iban ya tres veces en las que su pie daba un paso involuntario desestabilizándolo.
—¡Silencio!...—La maestra se acercó con pasos violentos hasta quedar a la vista del chico, NamJoon tembló al sentir como ella lo tomaba del brazo y lo levantaba—... ¡Todo el mundo callado hasta que regrese!— Ya habían colmado su paciencia.
Decir que el niño se sentía aterrado era poco... el camino hasta la oficina principal fue largo y agotador, aquella señora no tenía consideración por su altura.
La puerta se abrió de golpe sobresaltando al hombre que en ese momento atendía a una de las madres del alumnado.
—Señor...—Por la cara que traía la "enérgica" profesora; era claro para el director que debía despachar a la mujer, ya habría otro momento para tratar el asunto de su hijo y su amigo imaginario. Una vez se hubo retirado, la maestra casi aventó a NamJoon hasta uno de los asientos.
—Estoy harto señor, no puedo más con este niño. Se mofa de mí en frente se sus compañeros, no presta atención en clases y se lastima a propósito para que le tengan lastima.
—Es... eso... no...
—¡Silencio!...—La maestra exploto en ira—. ¡¿Lo ve?! Intenta hacerse la víctima. ¡Llame a sus padres! Que hagan algo con él.
—Calmese por favor...— Intercedió el director—. Explique lentamente, no termino de entender que la molesta tanto... esta no es la primera vez que lo trae ¿Qué hizo esta vez?
—Burlarse de mi... ¡Eso hizo!
Nada lograría con la maestra; el hombre se levantó con elegancia de su asiento y le pidió a la señora que fuera a la enfermería por un vaso de agua y que volviera cuando se calmara. Mientras, hablaría con el niño.
—A ver NamJoon...— Se puso de cuclillas frente al crio—. ¿Qué sucedió ahora?
—Estaba en clase...—Ahora podría explicarse con calma, al menos aquel hombre lo escuchaba cada vez que iba a parar ahí— me distraje con la ventana— Admitió apenado.
—¿Y la profesora se molestó?
—Si.
—¿Y?
—Hizo un examen por mi culpa— NamJoon se esforzaba por explicarse bien, aunque solo tenía seis años, su hermano Jungkook, ya hablaba con mayor seguridad que él.
—¿A sí?— Ya hablaría con la maestra.
—Me pidió que respondiera una pregunta. Me levante pero no pude...—Las lágrimas comenzaban a aparecer.
—Ya, está bien... sé que no es tu culpa— El director le acaricio la cabeza al muchacho para calmarlo, se levantó y fue de nuevo a su escritorio.
NamJoon se tallo los ojos para contener su impotencia, pero se distrajo al notar como el hombre tomaba el teléfono de su escritorio, el sobresalto fue tal que su pierna fue de lleno a chocar contra la madera.
—¡Ay!
—Tranquilo, no es necesario que te hagas daño— El hombre estaba evidentemente preocupado.
—¿Llamara a mis padres?& Pregunto nervioso.
—Les diré que vengan a recogerte, tengo que hablar con ellos.
NamJoon fue enviado a la sala de profesores donde esperaría a que sus progenitores llegaran. Amablemente le fue ofrecido un té con galletas que acepto dada la sed y hambre que arrastraba desde el receso. Hubiera querido poder saborear aquellos panecillos que su madre preparaba para el cada lunes, pero sus compañeros no pensaban que los degustaría tanto como ellos después de arrebatarle su mochila y hacer que la buscara en lo alto del árbol del jardín.
"No es mi culpa, no quiero ser así"
Claro que no... él solo quería jugar como todo niño, y estuvo a punto de cumplirlo de no ser porque pocos meses después de que el año escolar comenzara, le hubiera preguntado cuál era su color favorito... era nuevo en la escuela, era comprensible; la palabra quedo tan grabada en su mente que tiempo después la dijo involuntariamente... una vez... y otra... y otra...
En casa, su hermano Jungkook a veces era torpe y lo empujaba para llamar su atención aprovechando que él era poco más bajo; y era divertido ya que este terminaba por perseguirlo para hacerle cosquillas... "Estos niños juegan muy rudo" Había comentado su padre.
Dejo de ser divertido cuando cayó desde lo alto de un tobogán, que si bien no fue demasiado por ser un juego para infantes, fue por demás doloroso. Había culpado a Jungkook, claro... estaba junto a él y ya tenía esa costumbre pero... jamás sintió que lo tocara.
Su padre le prohibió a su hijo volver a empujarlo; quiso creer que el no le hizo caso... así al menos podría justificar los tropezones que se daba en los momentos menos oportunos.
Intento esconderlo en la escuela... pero la maestra fue la primera en darse cuenta de su inutilidad para prestar atención ya que NamJoon prefería concentrarse en no pronunciar "Rojo" en plena explicación.
Sus compañeros ya no se le acercaban, ya no lo invitaban a jugar... todos creían que él era tonto. No podía con simples ejercicios, no leía con fluidez... y es que algo se removía en él cuando se quedaba muy quieto, como que el impulso solo aumentaba.
Hubiera sido solo indiferencia de no ser porque la maestra, queriendo presionar al crio, lo había obligado a leer frente a todos.
El estrés fue tal que la palabra salió involuntariamente muchas veces... cuando más se reían... mayor era la presión que lo agobiaba... Quería echarse a correr pero el miedo a caerse lo detenía; para colmo, la adulta no ayudaba ya que esta se impaciento y lo llevo a la oficina del director. Esa fue una de muchas visitas en las que él siempre era el problema.
Sus padres lo llevaron al médico, pero NamJoon negó varios de sus síntomas...
El doctor... otro inepto... dijo: "Niño problema" Derivándolo con un psicólogo con el cual el niño se negó rotundamente a cooperar reforzando así el diagnostico dado por el primer médico.
Escucho el timbre de cambio... ahora tocaba la última clase en la escuela... por mero asomo, pudo distinguir la silueta de su madre en el pasillo. Seguro estaría en problemas cuando llegara a casa.
Julia, la madre de ambos... estaba muy angustiada por su hijo mayor. Ya no sabía qué hacer para que NamJoon se adaptara... estaba empezando a sentirse desesperada, su esposo era lo único que la mantenía de pie.
Aprovecho mientras JungKook dormía en el asiento de atrás—NamJoon...— Capto la atención del chico a su lado— llegando a casa, quiero hablar contigo.
—¿Estoy en problemas?— Pregunto nervioso.
—No amor... pero tendremos que cambiarte de escuela.
Maratón: 4/4
Recuerden que cuando todo está en cursiva, es un recuerdo uvu
En un rato habrá algo que si haré bien si o si, así que esperenlo 💃🏻
Setratadeestefic
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