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Capitulo 1: Un Hospital

"Podría haber sido otra persona"

Quizás su compañera con quien compartía la habitación cuando aún estaba en la universidad.

Quizás la enfermera recién graduada que le hizo el pase para sus prácticas.

Incluso la enfermera que atendía en la secundaria donde estudio.

No, no importa como haya sido, el fue asignado a ese hospital, así que él tenía que hacerce cargo.

Desde lejos parecería una de esas escuelas caras donde un montón de riquillos pagaban pequeñas fortunas año a tras año para sacar un título, pero dentro la realidad era otra... tres pisos dedicados a la salud mental.

"¿Cómo se puede encerrar a la locura?"

Se aferró a las solapas de su abrigo, el viento del próximo invierno empezaba a hacer efecto en el clima, camino entre las hojas secas que pintaban el camino hacia la entrada como si de una alfombra se tratara, combinaba perfecto con el nublado del cielo.

Unas sencillas escaleras y una puerta doble dieron paso a un vestíbulo, el lugar estaba tranquilo. Una que otra enfermera caminaba junto a su paciente; seguro era cosa de todos los días.

-Disculpe...- Llamo a la recepcionista.

-¿Dígame?

-Me dijeron que me presentara hoy

Dicho esto entrego el sobre con la carta de recomendación y los documentos necesarios para su registro.

Después de darle una rápida ojeada la mujer la guío a través de los pasillos- Sígame

"Este lugar luce tan serio"

El eco de sus zapatos le ponía más nervioso, el ambiente parecía atestado de una constante tensión, como si constantemente pasaran cosas malas en ese lugar.

-Doctor... - La mujer abrió una puerta-... Es el nuevo- Indico con un gesto desinteresado.

-Dígale que pase- se escuchó una monótona voz. La mujer le dio espacio para que ingresara a la pulcra oficina, luego cerró la puerta causando un sobresalto en el joven. Posicionándose frente al escritorio, planto cara al doctor que revisaba papeleo sin distracción, parecía no haber notado su presencia.

- YoonGi ¿Verdad?- Dijo con un tono formal. - Si... vengo desde...

- Desde la asignación de personal. lo sé.

"Tiene el pelo blanco y luce muy joven, aunque sé que debe tener casi mi edad"

Se sentía incómodo, pero se esforzaba por no demostrarlo, estaba ahí para trabajar.

-¿Cuándo comenzare?- Tenía el semblante serio y apagado.

Su superior lo miro fijamente, acomodo los papeles y los guardo- Ahora mismo de ser posible - Rodeo el escritorio para dirigirse a una gaveta donde muchos expedientes tenían un orden alfabético.

-¿Tus papeles?- Pregunto el doctor. mientras escudriñaba los expedientes. -La recepcionista los tiene.

-Bien... - Una vez ya escogidos los folios los saco en un movimiento brusco y se podría decir que los arrojo sobre el escritorio frente a YoonGi -... mi nombre es JungKook, soy el director de este lugar... - Dicho eso volvió a su cómodo asiento -... Escoge cuatro

"Es obvio que se refiere a los expedientes"

Los miro con calma por encima, algunos se veían algo desgastados dejando en evidencia la antigüedad de algunos pacientes.

"¿Por qué cuatro?"

- Estos - Ya tomada su decisión JungKook tomo los sobrantes y los volvió a meter en la gaveta.

-Estamos necesitados de personal, esos de ahí...- Señalo a los folios-... son tus pacientes, cuando tengamos más enfermeras la cantidad se irá reduciendo, ahora es importante que los leas con cuidado

-Eso hare - Se dio la vuelta dispuesto a irse- Ahora no puedo comenzar, mañana vendré temprano con todo esto ya estudiado- Camino a la puerta.

"Miro disimuladamente a través de algunas puertas, este lugar es tan grande que podría perderme..."
Suspiro... " estudiare esto el tiempo que haga falta, debo hacer que esto funcione"

Una vez afuera sintió como la tensión se iba, la lúgubres de ese hospital podría matar de depresión a cualquiera, "Gris" era la palabra que mejor describía el lugar, no importaba, estaba ahí para hacer su trabajo.


YoonGi Pov

Sentado en la insipida mesa de mi cocina y una taza de té a lado me propongo revisar los expedientes.

Cerca de las 2 de la mañana un cansancio extremo me aturde, apago la luz y guardo todo. Pensar que desde mañana seré oficialmente un enfermero, para tener 24 años no está nada mal; mis padres estarian orgullosos, claro si estuvieran vivos.

Ya han pasado años desde aquello, creo tenia 9, no recuerdo lo que sucedió, que según los doctores el accidente fue tan traumático que mi mente borro todo lo relacionado a aquello, quede en un orfanato del cual salí a los 18... no espero recordar lo sucedido, eso ya está en el pasado

Narrador Omnipresente

Cerca de la madrugada la mayoría de los pacientes estaban dormidos, solo los guardias rondaban entre pasillos.

JungKook caminaba algo apresurado siendo observado por algunas enfermeras, ellas sabían a donde se dirigía; pero como en un acuerdo sobre entendido nadie comentaba nada. Solo se conformaban con esperar que JungKook volviera en una pieza.

El llevaba una caja de metal blanco lo suficientemente grande como para necesitar sus dos manos.

Llego a una puerta de la cual solo existían dos copias de la llave, cualquiera diría que lo mejor era que fuera acompañado por guardias, y así era... pero solo por uno los demás vigilaban la puerta desde afuera.

La puerta daba a un subsuelo que era desconocido para la otras. Con un interruptor encendió la luz de aquel tétrico pasillo, a los costados se veían las puertas especialmente adaptadas para evitar escapes; cada vez que se encendía la luz los pacientes se asomaban por una ventanilla de cristal antibalas para ver quién sería el afortunado que recibiría la visita de alguna enfermera.

Pero muchos al darse cuenta de la hora gracias a los relojes que se les permitían temían lo peor, solo un paciente recibía visitas en la madrugada.

Ni ellos entendían como el doctor salía ileso siendo muchos los compañeros que aun con la protección de guardias habían salido del hospital directo al cementerio y muchas veces incompletos.

-Perdiste la apuesta esta noche ¿Verdad?- El doctor sabia de las apuestas que hacían los guardias durante el día; a veces de quien ganaría algún partido de futbol, otras por ver quién era más rápido armando su arma, varios eran los premios, entre dinero y objetos pero el premio máximo era no tener que acompañarla en esa visita. Era una lástima que algunos no salieran pero tenían prohibido hablar de eso.

-Si- El guardia se puso en su lugar, a unos dos metros de la última puerta... atenta a cualquier alerta. JungKook tomo otra de las llaves de las cuales solo el tenía posesión, con cuidado la introdujo y abrió el seguro de la pesada puerta de metal; los pacientes en otras habitaciones contenían la respiración.

El chirrido de la puerta al ser abierta solo daba escalofríos a quien lo escuchara, en un silencio casi sepulcral los zapatos hicieron eco mientras que la silueta se perdió entre la oscuridad del cuarto.

- JungKook... - Dijo una voz desde el fondo. -

- ¿Esperabas a alguien más?- Dijo mientras dejaba la caja en el suelo, la poca luz del pasillo dejaba ver entre sombras un total desastre, comida y sangre... nadie era tan valiente como para hacer la limpieza en ese lugar; y como a JungKook no se le daba esas cosas el lugar andaba sucio desde hace semanas.

-¿Podría? Tú eres el único que viene - El sonido de pesadas cadenas moviéndose la alertaron del movimiento en la oscuridad.

-¿Dónde está la otra caja? - Pronuncio secamente. Las cadenas volvieron a sonar y una caja vacía fue aventada cerca de los pies de JungKook.

- Ahí tienes... la próxima vez no trates de drogarme con comida - Se notaba que había descubierto las pastillas dentro de los alimentos.

-Si me dejaras inyectarte no tendría que hacerlo

-Vete de una vez

-Bien...- Se dio la vuelta pero paro cuando llego a la puerta-... nos vemos luego JiMin.

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