Se habían vuelto tan naturales esos momentos donde los carnosos labios de Hyunjin recorrían la lastimada piel de Jeongin, esos minutos donde no existía el pudor y donde los únicos sonidos que emitían eran gemidos. Era como un idioma en el que solo ellos se entendían, con el danzar de sus cuerpos desnudos uno contra el otro y el aliento cálido chocando hasta volverse uno.

Ninguno quería levantarse de la cama, eran las 11:43AM y luego de una roda de sexo mañanero ambos chicos habían cedido al cansancio; el clima seguía frío y aunque en su momento pensaron que disminuiría ahora estaba peor que antes y Hyunjin adoraba eso, lo tomaba como una señal de que podían seguir con lo que apenas empezaba. El cuerpo de Jeongin se removió contra el suyo en busca de más calor, las ventanas estaban húmedas pero las cortinas gruesas que Hwang había colocado días antes impedían que aquello se notara, era como si en esa habitación siempre fuera noche incluso con el sol en su esplendor y es que a Jeongin no le gustaba mucho recibir los rayos de luz natural, pues decía que se había acostumbrado más a la noche.

— Debemos empezar a medir cuánto traemos a casa en carne —comentó de pronto el mayor—. Está bien la mentira de "estoy enseñandole a cazar" que le digo a mi padre pero es mucho.

— Esta última vez dije que no era necesario —se defendió Jeongin.

— ¿Y dejar un cuerpo a medio comer en el bosque? Para nada, tus mordidas no son de animal aunque actúes como uno.

Jeongin gruñó un poco antes de dejar un beso en el hombro desnudo de Hyunjin. Era cierto, cada que terminaba de comer lo más posible del cuerpo terminaban por destazar el resto y lo llevaban en bolsas a la casa, de esa forma se sentían más seguros pues no había un cadáver que pudiera delatar cualquier cosa. Su refrigerador tenía mucha carne, una que solo comía Jeongin y luego de un tiempo a raíz de un accidente, también el padre de Hyunjin pero nunca éste.

¿Cómo comer carne? La había probado una vez a petición de Jeongin y no, sabía extraño, no era nada en particular pero pese a no haber mucha diferencia con otras carnes que hubiese probado, era como una ternera un poco más fuerte en sabor. Claro, dependía de como preparaba la carne, pero no iba a detenerse a probar algo que no le gustara con diferentes cosas a ver si pegaba con algo, prefería dejarle eso al menor y a su padre, a quien extrañamente encantó con un muslo bien preparado que aunque al principio el hombre se quejaba un poco con la acidez de la carne y lo fibrosa que estaba en comparación a las anteriores cuando solía cazar él, intentó no darle vueltas y solo disfrutar. Si tan solo supiera.

Era así, ese mismo el motivo por el que Hyunjin no compartía el gusto caníbal de su novio. Debía tener un estómago fuerte para soportar la escena de Jeongin comiéndose a alguien y no exactamente por tratarse de una persona, sino que habiendo probado el sabor de la carne humana cocida no conseguía entender por qué al chico le gustaba tanto estando cruda, aún considerando que Jeongin llegaba a mencionar que a veces era difícil porque había partes "elásticas" difíciles de morder estando crudas, y Dios, casi se vomita cuando el menor mordió un seno y fue testigo de la grasa en la carne, ¡Era bastante! ¿En serio Jeongin disfrutaba eso? ¿No era una tortura? Tuvo que pedirle —de forma amable, claro, porque no podía ser un patán con su novio— que no comiera senos ni glúteos en su presencia, se le hacía de lo más asqueroso, ¡Y claro que tampoco cocinaría eso! Jeongin debía aprender a preparar su propio alimento. Si bien al principio el menor se sintió ofendido acabó aceptando y tras unas breves clases de cocina con otras partes del cuerpo, pronto se vio listo para prepararse su comida. Aunque era algo que solo hacía en presencia del señor Hwang pues prefería la carne cruda.

"No puedes quejarte sino haz experimentado la carencia de hambre, la carne humana es buena. No apesta como la de los animales y es incluso dulce, es muy suave, sino estuvieras tan acostumbrado a la carne de animal y a las ideas de lo políticamente incorrecto seguro te gustaría más que la carne de cerdo". Puso sus ojos en blanco para si mismo recordando las palabras de Jeongin, pero terminó dejando un beso en la frente del mismo antes de unir sus manos. Si bien tenían sus diferencias no podía negar que el chico lo hacía muy feliz, había descubierto cosas nuevas con él, cosas lindas y otras no tanto porque aunque el amor ahora era algo diario en su vida, al mismo Hyunjin empezaba a preocuparle que, aunque no compartía el gusto caníbal solía disfrutar mucho matando gente. Era un lado suyo que no sabía que tenía y que terminaba por consumirlo cada que surgía la oportunidad, había vivido tanto tiempo reprimido en ese sitio que todo se estaba liberando de apoco en una forma de asesino. Porque lo disfrutaba, joder, claro que lo hacía, se sentía tan poderoso y extasiado cada que tomaba el bate entre sus manos y golpeaba con fuerza el cráneo de una persona pero no se animaba a ir por más.

Jeongin le había sugerido la idea de liberar su estrés, sorprendentemente el chico había llevado un cuchillo en uno de sus encuentros pues dijo había notado como Hwang se quedaba con ganas de algo, pero no percibía qué. Aún teniendo el cuchillo entre sus manos y el cuerpo inerte en el suelo, Hyunjin se negó devolviendo el cuchillo al más joven antes de arrastrar a la víctima a un sitio donde pudieran cortar las partes y luego esconder la sangre.

La verdad era que Hyunjin temía de la persona que pudiera llegar a ser si se entregaba al deseo. Y vaya que lo lamentó cuando cedió pues las cosas apenas empezaban para ellos y aunque creyó la suerte estaba de su lado, la cortina caería pronto por esa misma estupidez de su parte: escuchar a Jeongin.

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Antes que nada, el la página de periódico es meramente por diversión. No soy experta redactando artículos ni eso, perdón(?) La historia en parte tiene la intención de hacerlas sentir incómodas en algunas ocasiones, la verdad es que me gustaría mucho escribir algo de suspenso y así, pero me controlo un poco aquí porque tampoco me imagino a los chicos con todo lo que pasa en mi mente, haha. ¡Gracias por su paciencia! Han sido días difíciles.