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5

La mañana siguiente Hyunjin despertó cuando una ligera comezón empezó a hacerse presencia en su nariz. Presionó otro poco sus ojos antes de abrirlos con lentitud, encontrándose con los cabellos del chico rozando su nariz; apartó un poco su rostro hasta apoyar su mentón en la cabeza del muchacho que aún yacía dormido entre sus brazos.

Con dificultad extendió su brazo para revisar el reloj sobre el mueble junto a su cama, sin embargo, cuando sintió que los brazos de Jeongin ejercían más fuerza sobre su cuerpo desistió de moverse para dejarlo descansar otro poco. De cualquier modo, su padre se iba a trabajar temprano y Seungmin ya no estaba, no tenía porqué levantarse temprano, así que se tomó el tiempo para pensar mejor las cosas.
¿Acaso había perdido la virginidad con un total extraño que comió carne cruda, vive en la calle y le dijo de forma directa o indirecta que las personas entraban en su menú? Aquello último se le hacía algo difícil de creer, ¿Qué probabilidades había de que eso fuera cierto? Ni siquiera tenía la concentración para pensar en eso y por más extraño que sonara para él mismo, no le importaba. La piel de Jeongin se sentía tan suave y cálida, tan deliciosa, tan adictiva. Estaba sorprendido con lo bien que se sentía tener relaciones sexuales, entonces, ¿Por qué todos le decían que debía esperar a la persona correcta? Que debía guardarse hasta el matrimonio, eso era tan egoísta, privarlos con el miedo de algo tan agradable.

Sintió a Jeongin removerse entre sus brazos, el pelinegro levantó un poco la mirada hasta encontrarse con la de Hyunjin e inmediatamente, le dedicó una sonrisa.

— Lo siento, ¿Te desperté? —preguntó obteniendo como respuesta un bostezo seguido de la negación con la cabeza del chico—. ¿Dormiste bien?

— Como nunca —respondió acurrucándose otro poco contra el cuerpo del castaño, escondiendo su rostro en el cuello del mismo y dejando pequeños besos en la zona.

— ¿Tienes hambre? —en cuanto preguntó eso sintió que había sido una mala idea, pues Jeongin se quedó quieto con sus labios sobre su piel, algo por lo que Hwang acabó por retroceder un poco en la cama—. No me comas, por favor...

Jeongin se echó a reír de inmediato mientras se acomodaba en la cama para descansar su espalda contra el colchón, observando fijo al techo mientras negaba.

— No podría comer a mi pareja.

— ¿Pareja..?

— ¿No quieres serlo?

Ante su pregunta, Hyunjin pasó saliva con pesadez, juraría que el tono de voz del chico cambió a uno más profundo y el que no lo mirase lo hacía un poco más sombrío, así que terminó confirmando que eran una pareja y con eso, Jeongin sonrió nuevamente mientras se ponía de pie. Hwang aprovechó en recorrer el cuerpo del chico con la mirada, era tan pálido que unos cuantos rasguños y hematomas sobresalían; apreció cada detalle de su cuerpo hasta que notó como Jeongin lo miraba, tosió avergonzado y tomó asiento en la cama.

— Prepararé algo de comer, puedes tomar otra ducha.

— Nada cocido.

— ¿Quieres carne cruda? —preguntó con una mueca de asco, Jeongin asintió—. Podría hacerte daño. Ahora que lo mencionas... ¿Era en serio lo de las personas?

El menor lo observó fijamente sin decir nada, pero aún así no había incomodidad por parte de nadie. El menor tenía un debate sobre si su pareja tendría algún shock emocional con su respuesta y el mayor solo podía pensar que Jeongin lucía como un ángel, uno tan hermoso que tal vez su madre le mandó desde el cielo.

— Lo es. ¿Tienes miedo?

Hyunjin abrió otro poco sus ojos con sorpresa sin llegar a apartar su mirada del chico, sin embargo, para sorpresa de Jeongin, el castaño se mostró interesado.

— ¿Cómo lo haces? Es decir... ¿Los engañas? ¿Los golpeas? Vives en el bosque, ¿Dónde dejas los cuerpos? ¿Es de las personas que han desaparecido?

Jeongin lo observó en silencio por unos segundos hasta que la risa le ganó, cubrió su rostro con su palma derecha mientras negaba con levedad.

— Estás loco.

Respondió y sin decir más, se dirigió hacia la ducha. Hyunjin hizo una mueca pues el chico solo le dejó con curiosidad pero terminó por levantarse para ordenar la cama, tomando las cobijas para llevarlas a la lavadora, estaban sucias. Sacó un poco de la carne cruda del refrigerador, apenas unos tres cortes de bistec para que cuando el chico bajara no estuvieran tan fríos y para él, empezó a hacerse un sándwich y algo de tocino.

No entendía porqué pero sentía un cosquilleo en su estómago que podría volverlo loco, ahora tenía una pareja, no solo eso, era la persona con la que había tenido relaciones por primera vez, una parte de él se sentía menos culpable por desafiar todo aquello que se le inculcó era incorrecto pero más que nada, ahora tenía una persona con quien estar juntos. Aunque ahora que lo pensaba, ¿Cómo le explicaría a su padre que Jeongin estaba ahí? No había forma de presentarlos sin que fuera raro, no tenía nada como comunicarse para decirle era un amigo de otro lugar, si le decían que estaba perdido y se encontró con él sin duda empezarían a investigar para regresarlo a casa.

En cuanto Jeongin bajó, el castaño jaló la silla para que pudiera sentarse. Lucía mucho mejor, más fresco, limpio, descansado, incluso parecía otro sin ese aire salvaje con el que entró a casa y su ropa le quedaba perfecta, en ese momento agradeció tener varias prendas holgadas. El menor tomó la carne entre sus manos y empezó a comer, Hyunjin solo hizo una mueca que procuró el contrario no viera para no hacerlo sentir mal, posteriormente tomó asiento y empezó a comer.

Fue un momento tranquilo, ninguno tenía nada que decir y no era necesario puesto que no era una situación incómoda, solo estaban disfrutando la comida. En cuanto Hyunjin terminó se levantó para poder empezar a lavar lo que había usado, odiaba andar por la casa y que ésta estuviera sucia, ya fueran los platos, el piso o cualquier pequeñez que conseguía incomodarlo. Jeongin terminó y solo movió de lugar su plato para poder acostar su cabeza en la mesa, estaba frustrado, últimamente solo comía carne de animal y no lo llenaba de igual forma, necesitaba más.  Entonces su atención se fijo en una foto reposando en la mesita de centro de la sala, se levantó para poder ir a tomarla y en cuanto estuvo entre sus manos, acarició el vidrio que protegía la foto con ambos pulgares. Era Hyunjin tal vez un par de años más joven y un hombre que creyó era su padre, el más joven llevaba un arma de caza y en el piso frente a ellos yacía un venado muerto.

— ¿Qué ves? —preguntó el castaño mientras secaba sus manos con un pañuelo luego de terminar de lavar.

— ¿Cazas?

— Ah, esa vieja foto. Fue mi primer animal cazado, papá es experto y me ha enseñado, en el pueblo debes buscar tu propio alimento cuando de carne se trata.

— ¿Eres bueno?

— ¿Bueno? —Hyunjin hizo una mueca mientras pensaba en su respuesta, no era el mejor pero tampoco era malo—. Tengo buena puntería, creo que eso es bueno... ¿No?

Jeongin esbozó una sonrisa mientras dejaba la foto en su lugar. Se acercó hasta el mayor y tomó sus manos entre las suyas, Hyunjin se sorprendió pero acabó dedicándole una sonrisa de igual forma, después de todo eso era normal, ahora eran una pareja, aunque su sonrisa se esfumó al escuchar al chico.

— Enseñame.

— Ni siquiera usas cubiertos, ¿Cómo puedes pensar en tomar un arma? —preguntó el chico mientras dejaba un pequeño toque en la frente del chico con su índice, éste solo hizo una mueca que se le hizo adorable.

— Quiero cazar.

— ¿No se supone que ya lo haces, pequeña bestia salvaje?

— ¡Quiero un arma! —se quejó. Hyunjin se puso más serio y con una expresión de enfado habló más grave.

— Dije que no, ¡No me enfades!

Los ojos de Jeongin se llenaron de lágrimas mientras su gesto seguía siendo de molestia, soltó las manos de Hyunjin para empuñar las suyas con aparente coraje. El mayor solo suspiró, no quería hacer llorar al chico pero cuando quiso hablar, Jeongin acabó corriendo escaleras arriba hacia la habitación ayudándose tanto de pies como manos, como un animal, Hwang sabía que no debía ser tan duro con él, era su novio y había llevado una vida exigente así que no le quedó más que subir hasta la habitación donde encontró al menor oculto entre las cobijas como si de un bulto de ropa se tratara, ahora se sentía terrible.

— Jeongin, lo siento, no quise gritarte —mencionó mientras se acercaba hasta sentarse en la cama junto al chico, palmeando apenas su cuerpo sobre las telas—. Es solo que me preocupa que te hagas daño, un arma no es un juguete.

— ¡Quiero aprender!

— No puedes, ni siquiera estoy seguro de como dejarte vivir aquí con las estrictas reglas de papá, ¿Qué le diré?

— ¡Quiero aprender!

— ¡Joder, Jeongin! ¿Por qué tanta insistencia?

El más joven sacó apenas su cabeza entre las cobijas, mordía un poco su labio inferior y Hyunjin pudo notar que sus ojos acumulaban algo de lágrimas que al parecer se negaba a soltar. Realmente no entendía a Jeongin.

— Tengo hambre...

— ¿Es eso? Hay mucha carne en el refrigerador, no debes preocuparte por eso, cada cierto tiempo papá trae así que no sientas que se acabará, come cuanto quieras.

— Tengo hambre.

— Acabo de decirte que

El más joven alargó un "Hyunjin" lastimero, entonces el mencionado entendió a qué se refería. No dijo nada al respecto, solo le mencionó el plan que debían seguir para presentarlo a su padre mientras le decía que tomara asiento para cortarle el cabello, no era experto en eso pero algo podría hacer.
Por su parte, Jeongin estaba frustrado por tener que obedecer sin protestas a su pareja, él mismo se sorprendía de sentir el filoso metal de las tijeras rozar su cuello sin tener la necesidad de querer lanzarse a atacar a Hwang.

El más joven pensaba que el tema acabó ahí pues Hyunjin no decía nada pero la verdad era que el castaño se planteaba la posibilidad de ayudar a su novio a satisfacer su hambre.

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