18
Jeongin sentía que iba a morir en ese mismo momento, el dolor en su estómago era insoportable a ratos. La teoría que habían tenido era que una de las carnes del refrigerador se había echado a perder, aunque no lo convencía del todo pero aceptó ello por tranquilizar a Hyunjin. ¿Cómo una carne en mal estado iba a causarle eso cuando llegaba a comerla directo de la persona? ¿Y si estaba perdiendo resistencia? La sola idea lo aterró. Todo era culpa de Hyunjin, sus planes de espera estaban acabando con su paciencia, necesitaba alimento fresco y su pelea con Felix les impedía moverse con la misma libertad de antes, lo peor era que Hwang iba moviéndose lento porque debían ser cuidadosos y también por la diversión que le causaba ese juego del gato y el ratón donde se nombró él mismo como el gato sobre el trono.
— Llegué —Hyunjin entró al cuarto dejando su mochila en el suelo antes de acercarse a la cama, donde el menor intentaba descansar—, ¿Cómo sigues?
— Te fuiste... —respondió sin mirarlo, manteniéndose caliente bajo las cobijas— pensé que te quedarías conmigo por mi condición.
— Sabes que necesitaba salir con Seungmin, es mi mejor amigo, además quería ver el punto de vista de la situación y no puedo solo ir preguntando —el mayor se sentó en la cama, pero su compañero se hizo bolita entre las mantas para darle la espalda—. ¿Estás molesto?
— Eres mi pareja, no puedo creer que te fueras. Ni siquiera los animales dejan a sus parejas heridas por ahí, se quedan a protegerlos.
— Pero tú no eres un animal, Jeongin, eres un humano. Ya hemos hablado esto antes.
— Déjame en paz.
Hyunjin sonrió al escucharle, le sorprendía como Jeongin poco a poco había ido mejorando su forma de hablar a una menos limitada. Se acostó a su lado, aún cuando el menor estaba bajo las cobijas lo abrazó por encima, pegándose a él.
— ¿Estás muy molesto?
— Mucho.
— ¿Y si te conseguimos comida?
Jeongin sacó apenas su cabeza bajo las telas para poder mirar a Hyunjin, dudoso de que estuvieran pensando en lo mismo, pero cuando vio ese brillo en sus ojos le dedicó una sonrisa. Era el brillo especial de su novio, podía verlo perfectamente, el morbo, la lujuria, las ganas de sangre casi tanto como las suyas.
— Pero tienes que tomar tu medicamento o no saldremos.
Jeongin puso sus ojos en blanco antes de asentir de mala gana, se había negado por completo a tomar algo para el dolor pues nunca necesitó medicamento y no quería ingerir esas cosas, temía que luego su cuerpo no estuviera tranquilo y pasara el dolor solo con ello, no de forma natural como ya acostumbraba, pero todo lo hacía por un buen rato. Siendo así, obedeció el resto de la tarde sin objeción alguna pues estaba viendo como Hyunjin organizaba su reunión con una chica que hace tiempo venía coqueteando con él.
Entonces solo tuvo que esperar hasta la noche.
❀・°・❀
Para Hyunjin era ofensivo que lo creyeran un asesino con odio irracional hacia las mujeres debido a su número de víctimas, ¿Pero qué más podía hacer? Conseguía que salieran por citas, no era algo que en su pueblo conseguiría invitando a otros hombres devotos de amar a la mujer y la mujer al hombre porque "así lo mandaba Dios".
— ¿No crees qué es injusto? —preguntó tomando de los cabellos a la mujer amordazada mientras levantaba un poco su rostro del suelo—. ¿Qué pregunto? Como si pudieras responder.
Y con un suspiro de decepción azotó la cabeza de la mujer contra el suelo para dejarla inconsciente. Ni bien pasó un segundo, Jeongin salió molesto detrás de un árbol, acercándose por instinto a Hyunjin para empujarlo con suavidad.
— La besaste —reclamó.
— ¡Hey! ¡Solo intentaba conseguir tu estúpido alimento!
— ¿Te gusta, verdad?
— No empecemos con esa mierda ahora —respondió cargando a la mujer en su hombro, dirigiéndose hacia la bodega abandonada que no estaba muy lejos. Sus citas las planificaba en el mismo lugar por eso, no por la vista romántica del lago, no, por mera comodidad, porque no iba a estar cargando un cuerpo por tanto tiempo—. Sabes que solo me gustas tú.
Jeongin no dijo nada, se limitó a tomar las cosas y seguirlo, asegurándose antes de borrar con sus pies algunas marcas que pudieran quedar notorias entre la tierra y regar unas cuantas ramas por donde habían estado, no debía lucir tan despejado.
Cuando finalmente llegaron, Hyunjin bajó a la mujer para amarrarle sus brazos y pies, pero apenas tomó sus talones Jeongin negó.
— Solo las manos.
El mayor no respondió, sabía lo que eso significaba así que apenas se aseguró que la mordaza y sogas de las manos estuvieran aseguradas, tomó una cubeta de agua que vació contra la mujer. Una amable chica del pueblo era la víctima de esa noche, era agradable y conocida como tímida, para ella que alguien como Hyunjin la invitara a salir había sido una sorpresa, una que apenas vió como el chico sacaba un bate supo era más bien una pesadilla.
La chica apenas reaccionó un poco, por lo que Hyunjin la tomó de su blusa para levantarla un poco y darle un par de bofetadas.
— Despierta, de lo contrario no te quejes si te llevan demasiada ventaja.
La mujer terminó de despertar y al notar su situación, se mostró asustada intentando alejarse del chico, su rostro denotaba angustia y sorpresa, ¿Eso estaba pasando? ¿Era realmente Hyunjin la persona frente a ella? El chico amable y divertido que solía ayudar a otros en el colegio, al que veía en las misas dominicales temprano, ahora parecía un demonio frente a ella.
— Debes estar asustada así que explicaré rápidamente —comentó acercándose para ayudarla a levantarse, la mujer no puso resistencia, seguía en shock y su cuerpo apenas respondía—, me quedaré vigilando la única puerta, tú tendrás diez segundos para correr y esconderte, no debes dejar que te encuentre.
Posteriormente, el chico se alejó hasta quedarse frente a la puerta cerrada, donde había dejado apoyado su bate que tomó para hacer guardia. La mujer tembló un poco manteniéndose en su lugar, al notar eso, Hyunjin resopló antes de sonreír.
— Nunca dije que de mí, así que mejor muévete ya.
Como un clic en su cabeza, la chica empezó a correr perdiéndose entre la oscura bodega. Hwang apoyó su cabeza contra la puerta, en realidad no tenía que hacer mucho, sabía que el chico la encontraría. Jeongin tenía esa necesidad ocasional de "cazar su comida", alegando que la adrenalina hacía que supiera diferente, él no lo entendía pero tampoco quería darle muchas vueltas a eso. Solo podía escuchar pasos rápidos, algunas cosas cayéndose, de pronto un silencio se adueñaba del lugar antes de que un grito ahogado por la mordaza fuera el único eco lejano que indicaba, la presa había sido encontrada.
Por su parte, Jeongin disfrutaba mucho esa sensación de éxtasis al perseguir a alguien, era una emoción agradable que cosquilleaba en su cuerpo y que pocas veces había conseguido experimentar, por eso disfrutaba demasiado cada una. Aunque solía tomarse su tiempo, esa vez en realidad se sentía desesperado por lo que empezó a buscar entre las cosas a la mujer. No había mucho donde esconderse, las ventanas estaban demasiado altas como para poder escalar y pedir ayuda era inútil considerando lo lejano que estaban del pueblo.
Apenas encontró a la mujer se sintió agradecido cuando pudo ver su expresión de pánico, se lanzó contra ella cayendo al suelo, consiguiendo que al no poder apoyarse se diera un golpe fuerte en la cabeza que la dejaba aturdida, para ese momento ya era tarde. Lamió su cuello una vez antes de tomar su rostro con ambas manos para hacer que lo mirara pese a la poca luz que conseguían desde las ventanas.
— ¿Por qué lo besaste? —preguntó, la chica cerró sus ojos con fuerza intentando desviar la mirada—. ¿¡Por qué!? ¡Es mi pareja! ¡No puedes solo besarlo!
Jeongin llevó sus manos hacia sus propios cabellos, se sentía desesperado, ¿Y si a Hyunjin le había gustado? No, no podía ser, no dejaría que se la comiera, ¿Pero y si estaba pretendiendo? ¿Y si la sensación había sido tan agradable que necesitaba más? No podía arriesgarse a que lo abandonara, estaría sólo otra vez.
Una rabia desconocida lo inundó, se sentía traicionado, aunque el mayor dijo era para beneficio de él no se sentía convencido. Primero salía con sus amigos aunque estuviera enfermo, cambiaba toda su rutina por Felix y ahora esto, ¿Por qué se sentía tan ansioso? ¿Qué pasaba por la mente de Hyunjin?
Sin poder contenerse más, terminó sonriendo con resignación antes de bajar por el cuello de la chica, olfateando sobre sus delgadas prendas mientras descendía hasta llegar a su abdomen, donde levantó un poco su blusa, ella se removió un poco pero finalmente, Jeongin atrapó entre sus dientes carne de su costado derecho, enterrando con fuerza para poder arrancar. La mujer gritó apenas escuchándose, las lágrimas empezaron a caer mientras pataleaba en un intento de alejarlo. El chico lamió la sangre que empezaba a resbalar por su piel antes de morder nuevamente, siendo esta vez más fácil agarrar carne entre sus dientes. Disfrutaba la sensación en su boca de la sangre tibia llenando su cavidad, el sabor metálico impregnándose en su paladar, la textura fibrosa entre sus dientes que le incitaba a morder más fuerte, el sabor no se comparaba al de otro animal, era más fuerte.
Ascendió hasta el cuello de la mujer agonizando que apenas se quejaba y mordió la zona para finalmente, arrancar un poco y terminar de matarla. Comió con calma cada parte que deseaba, solo disfrutando la agradable sensación y el momento.
— ¿Terminaste? —la voz de Hyunjin se hizo presente, causando que el chico se apartara un poco del cuerpo lleno de mordidas—. Veo que esta vez no fuiste por una zona específica. Genial, es un asco ver luego la grasa.
Jeongin lamió su labio inferior, sentía la sangre en su boca ensuciando su mentón. Hyunjin sonrió mientras llevaba el bate hacia el mentón de su pareja, atrayendo su atención, lucía tan precioso a su modo, tan tierno y excitante al mismo tiempo. El menor se levantó para abrazarse al chico y poder atrapar sus labios en un beso necesitado, fue entonces cuando sintió el sabor de la sangre en su boca que se dejó llevar por el momento, Hwang cargó al chico tomándolo por las piernas, que se abrazaron a su cadera. Jeongin enredo sus dedos entre los cabellos del mayor, acariciando y jalando con suavidad de ellos cuando Hyunjin mordía su labio. Con cuidado y algo de torpeza el mayor caminó hasta que consiguió que la espalda de Jeongin se apoyara contra la pared, necesitaba tenerlo ya y supo que era recíproco cuando el más joven empezó a quitarse su camisa.
Y aunque la necesidad de poseerlo se hacía presente, la imagen de hace unos minutos cuando recién llegó, del cuerpo de la mujer irreconocible a falta de carne en todo su cuerpo le hacía pensar si en algún momento, ante la fuerza salvaje de Jeongin, podría terminar así. Siendo solo un alimento más.
❀・°・❀
Uno de los principales problemas de Felix, además de perderse incluso en su propia calle, era el insomnio. Su mente trabajaba demasiado, por ello consumía bastante azúcar que aunque lo animaba, igual le pasaba factura con el sueño así como estar pensando constantemente. Así que esa noche decidió salir como las últimas dos a intentar explorar sus alrededores en busca de señales en el suelo, tantos cuerpos no podían desaparecer solo así, ¿Dónde podía mantenerlos? Su única opción era enterrarlos, pero no había indicios de nada. No quería desanimarse porque en realidad iba bien, haber sacado al asesino de su zona de confort era una buena señal pues solo quedaba esperar que pronto cometiera un error que lo delatara, un rastro y necesitaba localizarlo antes de que atacara de nuevo.
Resignado por esa noche, decidió sacar su celular para terminar su registro de ese día, sin embargo un sonido llamó su atención. Intentando no perderlo empezó a caminar confiando en su buen oído, fue entonces cuando dio con un edificio abandonado, se notaba que llevaba años sin ser usado, tal vez ahora hasta su oído fallaba, pero no teniendo nada que perder se acercó guardando su celular para poder abrir la puerta mientras su otra mano sostenía una linterna. A simple vista lo primero que notó fue que era una bodega abandonada. Cuando ingresó pudo ver el polvo acumulado en varias cosas, restos inservibles y algunas piezas cubiertas con plástico o cajas con huecos seguramente por ratones, pateó con suavidad una lata mientras seguía enfocando su alrededor con la linterna hasta ver en una esquina una mochila, pero no cualquiera. Se veía limpia, un total contraste con el entorno gastado, entonces alguien había estado ahí no hace mucho tiempo.
Se acercó hasta poner en cuclillas frente a ella, levantándola primero por el asa con algo de miedo que saliera un bicho, a Felix le disgustaban mucho los insectos. Pero para suerte suya no fue así, por lo que se dispuso a acomodar la linterna entre sus piernas para poder abrir la mochila, encontrándose con una pequeña bocina conectada a un viejo reproductor de esos que hace mucho no veía pero era consciente la tecnología no avanzaba en ese pueblo. Tomó un periódico que estaba dentro de la misma, era de ese día pero lo que llamó su atención fue que en las letras bajo el encabezado la tinta estaba ligeramente corrida. Pasó su índice por las letras que ya estaban secas y no pudo evitar sentir cierta sorpresa.
Era una de las primeras copias del día, cuando apenas fresco amontonaban todo. La persona que dejó eso ahí tenía acceso desde temprano y si era la misma que buscaba, por primera vez en el caso sus culpables se veían reducidos de todo un pueblo a unos cuantos.
Pero la emoción de ello fue efímera cuando de pronto un golpe en la cabeza lo dejó inconsciente.
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