Una broma
Senku y Kohaku se quedaron mirando un largo rato, casi sin parpadear, con expresiones indescifrables en sus rostros, aunque la sorpresa y el alivio eran las únicas visibles en ese mar de emociones en el que se convirtieron sus ojos.
—¡WUJUUU! —Fue Byakuya el que rompió el silencio, saltando en su sitio con los brazos en alto, haciendo a Senku y a Kohaku estremecerse y mirarlo—. ¡Sí, es cierto, lo sabía! ¡Ustedes son prometidos!
Senku carraspeó incómodamente, acercándose a Chrome.
—¿Estás seguro de lo que dices? ¿Tienes conocimientos matemáticos suficientes?
—Claro, soy geólogo y también químico. —Hinchó el pecho, luciendo ofendido por que dudara de él—. Además, Kohaku puede darte una demostración en cualquier momento de lo rápida y fuerte que es, es toda una gorila.
Kohaku sintió una vena hincharse en su sien. La última vez lo dejó pasar, ¡pero esta vez ya era suficiente!
Encajó una patada en la mandíbula de su cuñado, mandándolo al suelo varios metros lejos de ellos.
—¡Te dije que NO soy un gorila! —gritó, más que enfadada.
Senku y Byakuya la observaron con gotitas bajando por sus frentes.
—Eh... bueno, te creo que es mucho más fuerte de lo que parece. —Senku rio entre dientes.
—Ja, no por nada soy guardia de seguridad. —Señaló su uniforme—. Entonces... —Su voz se volvió más baja mientras miraba a su anillo—. ¿Ya está confirmado? —Lo miró de reojo.
—No con diez billones por ciento de seguridad, pero yo digo que es bastante probable. —Rascó su oído con el meñique, con rostro indiferente—. Mi nombre es Ishigami Senku, por cierto, sé que el viejo te lo dijo antes, pero lo repito.
Kohaku lo observó fijamente.
Él era... bastante guapo. Era flacucho, pero no le sentaba mal, y ella nunca fue de fijarse en hombres musculosos. Su cabello era muy raro, pero sus facciones eran increíblemente atractivas, y esos ojos... Tuvo que apartar la mirada de esos orbes escarlatas, él también la estaba mirando y la hacía sentir inestable sobre sus dos piernas. Decidió mirar su ropa, viendo que tenía un estilo sencillo pero sofisticado, una camisa, corbata, pantalones de chándal y una bata blanca. Definitivamente era atractivo.
Volvió la mirada al anillo en su dedo.
Sí... sencillo, pero sofisticado y precioso. Estaba segura de que era un regalo que alguien como él le haría.
Volvió a mirarlo y solo pudo pensar una cosa:
Te encontré.
Se quedaron en un incómodo silencio, que solo se hizo peor por la mirada de Byakuya llena de orgullo y brillitos al verlos, como si ya estuviera planeando la boda de ambos en su mente.
Chrome hizo una mueca, todavía frotando su mandíbula, antes de acercarse a su cuñada.
—¿Estás segura de que es él? ¿Sientes alguna clase de conexión o algo? —preguntó en un susurro no tan disimulado, haciendo a Senku alzar una ceja.
Kohaku volvió la mirada a su supuesta alma gemela.
¿Estaba segura? No. ¿Cómo podría estarlo? Si no vio el momento en el que se formó el anillo, y si eran todas aproximaciones por cálculos matemáticos, ¿cómo saberlo con certeza?
La verdad no estaba nada segura, pero... no podía decir que no sentía nada al mirar a ese joven desconocido. No lo llamaría una conexión, pero él era intrigante, inteligente, con una postura confiada, ojos profundos y muy guapo. Quería conocerlo más, incluso si resultaba no ser su prometido.
Tomó aire y decidió no responder a Chrome, encaminándose hacia Senku con una mirada decidida.
—Te invitó a salir —le dijo, cruzando los brazos.
Él alzó su otra ceja, antes de que una lenta sonrisa ladina tirara de la comisura izquierda de sus labios.
—Es un buen primer paso, me gusta como piensas. Tienes diez billones de puntos. —Se inclinó un poco hacia ella, sin dejar de sonreír.
Ella sintió su rostro enrojecer otra vez.
Qué extraño... no había creído que él fuera a darle un cumplido de esa forma, con lo arisco que se portó antes.
Sin duda era un hombre muy intrigante.
El flash de una cámara los hizo tensarse en sus sitios.
Voltearon, viendo a Byakuya mandarle un audio a una tal "Lillian", diciéndole a gritos que ya habían encontrado nuera.
Kohaku se sonrojó más y apartó la mirada, sin saber cómo sentirse.
—Escucha... —Senku llamó su atención, mirando de reojo a su padre y luego a Chrome, antes de clavar sus ojos en ella—. Hagamos esto: te daré mi número y tú me llamarás entre hoy y mañana, o cuando prefieras, para programar una cita prematrimonial. ¿Estás de acuerdo?
Kohaku sonrió divertida, aguantándose la risa. ¿Por qué hablaba como si eso fuera una cita de negocios?
Aunque bueno, al menos eso lo hacía menos incómodo, y no dejaba de parecerle divertido. Le gustaba.
—Muy bien —accedió, sin dejar de sonreír, antes de sacar su teléfono.
Él le dio su número y su correo y le dijo que estaría esperando su llamada o mensaje, antes de tomar la muñeca de su padre y comenzar a arrastrarlo lejos de allí.
—¡E-espera, aún no he podido conocerla bien! ¡Es la madre de mis nietos!
—¡Cállate, maldito viejo! —Comenzó a arrastrarlo con todas sus fuerzas, crujiendo los dientes y haciendo reír a Kohaku, por más que su rostro estaba combustionando por las palabras del hombre mayor.
—¡Adiós, Senku! ¡Adiós, Byakuya-san! —Agitó el brazo hacia ellos.
—¡Adiós, mi querida nuera! —Byakuya la despidió con lágrimas en los ojos.
Senku rodó los ojos, antes de agitar una mano hacia ella.
—Adiós, leona.
—¿Qué? —Sintió su ceja temblar con molestia—. ¡¿Cómo te atreves?! ¡No soy una leona!
Él rio divertido y sonrió más suavemente antes de rápidamente voltearse, y ella pudo sentir su molestia desvanecerse y su rostro volver a enrojecer. ¡¿Qué le estaba pasando?!
Cruzó los brazos y dio media vuelta, planeando volver a casa de una vez.
Chrome la siguió y le preguntó algo, pero ella no le prestó atención, volviendo a girar su vista hacia Senku, justo a tiempo para verlo regresar la vista al frente a toda velocidad mientras su padre se burlaba de él. Eso la hizo reír otra vez.
—Oye. —La voz de Chrome finalmente la hizo volver la vista al frente—. ¿Y a ti qué te pasa? ¿Acaso ya te enamoraste de él con solo una hora de conocerlo? —preguntó burlonamente.
Kohaku sabía que estaba bromeando, pero no pudo evitar pensar que, entre todos los chicos que había conocido esa última semana, Senku fue el más interesante y atractivo para ella. De hecho, más que todos con los que salió en la última semana, era el chico más interesante y atractivo que conocía en años.
Rio para sí misma, mirando a Chrome con una sonrisa misteriosa.
—Tal vez —le contestó a su pregunta, dejándolo con la mandíbula desencajada.
Él estuvo todo el camino a su casa preguntándole si hablaba en serio, pero Kohaku se negó a responderle y se escapó de él apenas llegar a casa para ir tras Ruri, tomarla de las manos y secuestrarla en la biblioteca, encerrándose con ella para contarle todo.
—¿Qué pasa? ¿Por qué tardaron tanto? —indagó ella con preocupación.
—No vas a creerlo, Ruri-nee, pero... creo que lo encontré. —Señaló a su anillo.
—¡¿En verdad?! —La miró boquiabierta.
—Cuando fuimos a la joyería, me encontré a un señor muy amable que me preguntó por mi anillo —le dijo sin poder contener su emoción—. Me pareció una buena persona, así que le dije lo que me pasó... y él venía con su hijo, Ishigami Senku. No me dijo su edad, pero no se veía mayor que yo. El caso es que Senku me dijo que le pasó lo mismo hace diez días.
—¿Pero lo tuyo no fue hace nueve días?
—Pudo haber sido hace diez, creo que no presté atención cuando vine de hacer las compras, pero el punto es que Senku hizo todo un mapa súper complicado y súper genial con todo mi recorrido por las tiendas del centro de Tokio, ¡y encontró un punto en común, un lugar por el que los dos pasamos! Con ayuda de Chrome sacó cálculos, ¡y resulta que también es posible que haya sido a la misma hora! Así que... creo que lo encontré. —Sonrió emocionada, volviendo a tomar las manos de su hermana.
—Wow... ¡es tan maravilloso! —Ella la abrazó amorosamente—. ¡Estoy tan feliz por ti! ¡Pudiste encontrarlo! Oh, pero... —Se apartó un poco—. ¿Estás segura? ¿Sentiste una conexión?
—¿Por qué todos preguntan eso? —Ladeó la cabeza, confundida—. La verdad... no lo sé. C-creo que él me parece guapo e interesante, pero... ¿eso cuenta cómo conexión?
Ruri miró pensativa al techo, antes de volver a mirarla con una sonrisa comprensiva.
—Para cada persona es diferente, deberás pensarlo y llegar a descubrir por ti misma qué significa lo que sientes hacia él.
—Ugh, eso no ayuda en nada, Ruri-nee. —Cruzó los brazos, haciendo una mueca.
Ella rio tiernamente, volviendo a abrazarla.
—Lo siento, lo siento, ¡pero cuéntame más! ¿Qué hicieron cuando lo descubrieron? ¿Te dio su número o quedaron de verse en algún lado?
—Ja, por supuesto. De hecho, quería pedirte ayuda con eso. Le pedí una cita, pero nunca salí con nadie excepto por esa cita doble con Kirisame que no salió nada bien. —Se estremeció con disgusto—. ¿Qué se supone que debo hacer en una cita? ¿A dónde ir? ¿Qué usar? ¿Y qué le digo?
—Bueno, a mí me gustan los sitios románticos, Chrome a menudo me llevaba a la playa o los campos de flores. —Sus mejillas se sonrojaron al pensar en su época de adolescente—. Pero no creo que eso funcione para ti. —Rio al ver su rostro en blanco—. Yo digo que deberían ir a sitios que les gusten, así podrán tener un dato extra de ustedes antes de empezar a conocerse bien.
—¿Pero qué sitios? Cuando no estoy trabajando o entrenando para mis torneos, solo estoy en tu casa o con mis amigos. ¿Está bien llevarlo a sitios donde voy con mis amigos?
—Puedes hablar esas cosas con él. Además, una buena opción siempre es ir a cenar juntos. Y tienes muchos puestos de comida que te gustan, ¿verdad?
—Oh, eso es cierto. —Sonrió, sintiéndose un poco menos perdida—. Pero si vamos a comer, ¿qué debería llevar? Quisiera... —tartamudeó un poco, antes de darse una bofetada mental—. Quisiera verme muy bien, para la ocasión, ya sabes —dijo con más seguridad.
—Podemos ir a comprarte algo sencillo, pero bonito, como te gusta. —Palmeó sus manos cariñosamente—. Hay una tienda a dos calles con diseños muy bonitos y no tan caros. Podemos ir ahora si quieres.
—Me gustaría, quisiera salir con él mañana. Estoy un poco ansiosa. —Rio nerviosamente—. Espero que esa cita vaya bien, no quiero decepcionarme de él y seguir buscando...
Después de todo, todavía existían posibilidades de que no fuera él.
—No pienses en eso —dijo mientras salían de la habitación—. Mejor cuéntame más de él mientras vamos allá —pidió, antes de despedirse de Chrome y Ruchiru, tomar su bolso y sus llaves—. ¿Cómo es?
—Bueno... aparte de ser atractivo, es muy inteligente —murmuró pensativa al salir y comenzar a caminar por la calle—. Hacía cálculos súper rápido, ¡era impresionante! Tendrías que haberlo visto, ni yo sé de dónde sacaba todas esas cosas, pero lo que decía parecía tener mucho sentido. Nunca había visto a alguien así, hasta parecía más listo que Chrome, y sé que siempre he dicho que es un idiota, pero sabes que reconozco su inteligencia, pero en serio, ¡parecía hasta más listo que él! Es un poco tosco, me dio la impresión de que no es muy caballeroso que se diga, pero no es maleducado. De verdad quisiera conocerlo más...
Ruri sonrió enternecida al ver la expresión anhelante en el rostro de su hermanita. La mayor pensó que, si bien no conocía a este tal Senku, parecía ser un hombre capaz de causar una gran impresión en Kohaku, y eso ya decía mucho de él. De verdad esperaba que él fuera el prometido.
Le hizo más preguntas hasta que llegaron a la tienda, entonces empezaron a buscar vestidos y zapatos para la cita que planeaba efectuarse al día siguiente.
—El color del vestido es muy importante —dijo Ruri—. O bueno, eso dicen mis amigas. —Rio divertida—. Rojo es más llamativo, azul es más inocente, amarillo es más radiante y alegre. ¿Qué impresión quieres dar?
—Ugh, no creo que esas cosas me interesen. —Cruzó los brazos, mirando a todos los vestidos con rostro analítico—. Oh, ese... —Señaló uno color escarlata—. Me recuerda un poco a sus ojos —murmuró más para sí misma, tocando la tela, comprobando que se sentía muy suave bajo sus dedos.
Era corto y de falda suelta, como le gustaban, no tenía espalda y el escote era muy revelador, pero nada exagerado, le gustaba.
—Es una buena elección. —Ruri palmeó su cabeza, emocionada por estarla ayudando a preparar su cita. Era la primera vez que la dejaba eso y le gustaba ser una buena hermana mayor para ella.
Compraron el vestido y un nuevo par de zapatos y volvieron a casa de Ruri, volviendo a hablar de las inquietudes de Kohaku respecto a la cita... hasta que un mensaje le llegó.
Era un número desconocido.
Lo abrió por curiosidad y leyó:
"Soy Ishigami Senku. Debo informarte que he de cancelar nuestra cita. Ya no tenemos porqué vernos".
Kohaku casi deja caer el celular, con sus ojos muy abiertos.
¿Qué?...
No podía creer lo que acababa de leer.
Senku... ¿canceló su cita?
—¿Kohaku? —Ruri la miró con preocupación—. ¿Qué sucede? ¿Está todo bien?
Ella no pudo ni responderle de lo aturdida que estaba. No entendía. ¿Por qué cancelar la cita? ¿Por qué?
¡¿Por qué?!
Frunció el ceño a su máxima capacidad, casi juntando sus cejas, crujiendo sus dientes con rabia y apretando tanto el celular en su mano que agrietó la pantalla.
¡ESE BASTARDO!
¡¿Quién se creía que era para jugar con sus sentimientos de esta forma?!
¡Podía irse al diablo y tragarse el infierno mismo con su arrogante boca mentirosa y rastrera!
Miró al celular con ganas de responder a ese mensaje diciéndole hasta de lo que se iba a morir, pero en su lugar tomó aire y lo guardó con rabia en su bolso.
—La cita se canceló —le dijo con rabia contenida a su pobre y confundida hermana.
—¡¿Qué?! —Ella jadeó—. ¡¿Por qué?!
—Lo siento, Ruri-nee, quiero estar sola ahora. —Salió corriendo de casa de su hermana, ignorando sus preguntas y llamados preocupados.
¡Ishigami Senku iba a pagar por esto! ¡Tenía tantas ganas de matarlo!
Llegó a su casa y azotó la puerta con furia.
¿Qué fue todo eso que vivieron solo hace unas horas? ¿Una broma retorcida? ¿Le mintió desde el principio? ¿Solo buscaba divertirse a costa de una ingenua?
Aunque el señor Byakuya parecía tan buena persona, tan sincero...
¡Ugh, seguramente todo era culpa de Senku! ¡También engañó a Byakuya, su propio padre! ¡Era la peor mierda que había conocido en toda su vida!
Volvió a sacar su celular y miró al mensaje con rabia. Tanta era su furia que, en medio de maldiciones a viva voz hacia Ishigami Senku, rompió el celular entre sus manos. ¡Hasta de eso tenía la culpa ese infeliz!
Arrojó el celular al otro extremo de su sala, gritando más maldiciones a ese bastardo.
En cuanto volviera a verlo, ¡lo mataría! Pagaría caro por burlarse de ella.
Continuará...
Holaaa :D
Lamento la tardanza, pero ya el próximo cap será dentro de una semana sin falta :3
No olviden q ya tienen el capítulo 5 listo en mi Patreon, y q me sería una gran ayuda q me dieran su apoyo allí :'D
Y tampoco olviden lo más importante, y eso es que se les ama con todo el kokoro!~ *w*
Ojala q este cap les haya gustado!
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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