El anillo
Todo quedó en silencio.
Las palabras de Sai aún resonaban en la mente de todos, provocando diferentes sensaciones, pero, para Kohaku, la más grande y evidente fue el alivio y, al voltear a ver a Senku, supo de inmediato que él estaba tan aliviado como ella.
Al encontrar sus ojos azules con sus ojos rojos, ambos solo pudieron sonreírse.
—¿E-entonces... t-tú eres?... —Luna secó sus ojos con pesadez, mirándolo confundida—. ¿Tú eres mi verdadero prometido? Pero... ¿Por qué no me dijiste nada?...
—Sí, Sai, diles porqué no le dijiste nada e hiciste llorar a dos mujeres hermosas aparte de causar mucho sufrimiento a uno de mis mejores amigos. —Ryusui, que era conocido por tenerle mucho cariño a su hermano mayor, ahora lo miraba con visible molestia.
Sai tragó saliva, mirando también con culpa a Senku y Kohaku, antes de tomar aire y alzar el rostro para comenzar a explicar.
—En el momento en el que paso... simplemente sentí pánico... Nunca conocía bien a Luna, más allá de pensar que era agradable... A-además estábamos en medio de una pelea familiar con Ryusui y mi padre, que ya saben que hace meses que él nos desheredó a ambos, y como Luna no se había dado cuenta del anillo, n-no me atreví a decirle ni a ella ni a nadie... a-así que me fui a mi habitación y di un par de vueltas, pero al final decidí que era mejor decirte y fui a buscarte...
—¿Pero y entonces? ¿Cómo es que nunca lo supe? —Lo miró dolida.
—Es que... le pregunte a un sirviente y me dijo que estarías en la sala de té, pero cuando llegue solo estaba... tu padre. —Tragó saliva y Luna palideció, viéndose como si de repente algo hiciera clic en su mente—. Le pregunté por ti, él notó mis nervios y me preguntó qué pasaba exactamente, n-no vi por qué ocultárselo así que se lo dije y... —Suspiró— tu padre me ordenó que no te dijera nada.
—¡¿Qué?!
—Dijo que sabía que mi padre me desheredó y que solo soy un programador que da clases en una universidad poco prestigiosa en Tokio. —Frotó su rostro con pesar—. Dijo que no iba a dejar que desperdiciaras tu belleza en alguien como yo y... que no me atreviera a buscarte sino hasta tener varios miles de millones en la cuenta... porque la familia Wright pasa por malos momentos y si te dejara estar conmigo solo te condenaría... y yo... re-realmente no tuve la fuerza para contradecirlo... me acobardé... y en verdad lo lamento. —Miró sinceramente a Luna, que parecía a punto de llorar de nuevo.
—Creo que... algunas cosas tienen sentido ahora. —Luna se secó las mejillas con fuerza—. Como que mi padre me sacó de la ciudad ese día y no le dio importancia a mi búsqueda de... pues de Senku, y-yo creí que... —Lo miró apenada, antes de morderse el labio—. Bueno, mi papá me siguió el juego con que era Senku, me dijo que contrató a los mejores detectives pero nunca me dijeron nada... hasta que vimos ese periódico donde no solo decía que Senku iba a casarse con Kohaku, sino que estaba comenzando a amasar una fortuna gigantesca.
—Ah, claro. —Senku bufó—. Y el viejo halcón vio la oportunidad a mil kilómetros de distancia de meter las manos en mis bolsillos a través de Luna.
—Tiene sentido... él no dejaba de hablarme de lo afortunada que era de haberme enlazado a un hombre rico tan prometedor... y todos los días me llama preguntando por tus negocios, si le he hablado de que tú inviertas en la empresa Wright. —Se llevó las manos al rostro—. Dios... debí verlo venir... ¡Siempre ha querido casarme con hombres ricos! S-sabía que teníamos problemas de dinero, pero no pensé que estuviera tan desesperado como para hacerme algo así... —Se abrazó a sí misma, volviendo a llorar pero ahora con algo de rabia mezclada con la tristeza.
Kohaku tomó aire, antes de acercarse a Sai que solo estaba parado allí mirando con pena a Luna. Como Ryusui antes, lo jalo de la camisa hasta que lo hizo sentarse en el sofá junto a Luna, y ambos se miraron sorprendidos y nerviosos.
—Creo que debemos dejarlos solos. —Byakuya sonrió suavemente, tomando la mano de Lillian y saliendo de su propia sala sin problema para dejar a la futura parejita.
—Y esta vez intenta no arruinarlo, ¡JA, JA! —Ryusui se dirigió a la puerta muy sonriente, pero entonces se detuvo y lo miró de reojo—. Ahora veo por qué de repente quisiste ayudarme en este proyecto de Senku... ¿juntando dinero para tener feliz a tu dama, eh? Aun así, no te preocupes, si el señor Wright te quiere dar más problemas, te apoyaremos.
Con eso, Ryusui se fue en compañía de Gen.
—Veo que realmente no fue tu culpa lo que paso, Luna —murmuró Senku, tomando la mano de Kohaku mientras se acercaba a la salida—. Fue una desafortunada coincidencia, pero ya no importa, espero nos inviten a su boda. —Rio despreocupadamente.
Luna lo miró con una sonrisa agridulce.
—Espero que puedan perdonarme... y que me inviten a su boda también. —Rio nerviosa.
—¡Ja, dalo por hecho! —afirmó Kohaku.
Con todo eso dicho, finalmente se retiraron.
Cuando salieron al jardín, Byakuya y Lillian de inmediato saltaron a abrazar a Kohaku, felices de haberla recuperado como su futura nuera, y ella misma no pudo contener las lágrimas, menos cuando sintió la mano de Senku acariciar cariñosamente su espalda.
Finalmente... por fin, todo estaría bien. Sabía que sí.
.
Los días pasaron...
Después de unas vacaciones de un par de días de sus trabajos para compensar algo del tiempo perdido yéndose de viaje los dos solos otra vez, esta vez a Okinawa, Senku y Kohaku decidieron reanudar los planes para su boda.
Al principio Lillian ofreció usar los preparativos que Luna ya había encargado para que se pudieran casar rápido, pero con un rápido vistazo Kohaku vio que no era su estilo y rechazó la idea, a lo que Senku suspiró aliviado porque él había odiado absolutamente todo.
Por suerte, Yuzuriha había guardado el vestido de Kohaku, y decidió agregarle unos detalles extra para sorprender a Senku ya que él había visto el modelo anterior, y Kohaku no protestó para nada, le encantaron los agregados.
Finalmente, la boda se realizó.
Un evento pequeño, para familiares y amigos, con un gran banquete, discursos cursis y promesas que nunca se romperían.
La fiesta fue planeada para durar hasta la medianoche, pero Senku y Kohaku se escaparon mucho antes de esa hora.
Al estar solos en la habitación de la nueva casa que se habían comprado, los dos se besaron apasionadamente en su nueva habitación, pero Kohaku se separó de repente.
—¿Qué pasa? —preguntó Senku con frustración, las manos todavía intentando bajar el cierre de su vestido de novia.
—Tengo una sorpresa para ti... justo debajo de este vestido. —Sonrió con un guiño y él rio.
—Bueno, ya estoy trabajando en eso... —Finalmente bajó el cierre y comenzó a bajar lentamente su vestido, poco a poco, queriendo disfrutar del momento.
Vio el comienzo de su lencería y no dudó en ir tanteando y rozando con sus manos a medida que bajaba el vestido, hasta que finalmente lo deslizó fuera de la curva de sus caderas y lo dejó caer al piso... solo para mirar con sorpresa lo que había debajo.
Estaba usando un conjunto de lencería realmente sensual, sí, pero... tenía escrita la palabra "sorpresa" con lentejuelas justo por debajo de su ombligo... Y Senku no era ningún idiota como para no saber qué significaba eso.
La miró con los ojos muy abiertos.
—¿Estás...?...
Ella rio felizmente.
—Casi estoy entrando al cuarto mes... menos mal que te decidiste a luchar por lo nuestro o Luna tendría un hijastro ahora mismo...
—Ugh, no bromees con eso... —La miró con cansancio y ella rio más, visiblemente contenta—. Además, en el momento en el que me hubiera enterado la habría mandado al diablo de todos modos. —Tomó su barbilla y volvió a besarla, esta vez más suavemente.
—Tal vez, pero no sé si yo te hubiera aceptado... no hubiera querido forzarte por el bebé... —murmuró, rompiendo el beso con rostro pensativo.
—Yo te habría convencido tarde o temprano. —Senku sonrió descaradamente y ella bufó, muy sonrojada.
—Ja, sigues siendo una escoria arrogante...
—Y tú una leona... mi leona... —Comenzó a besar su cuello, a lo que ella se abrazó a sus hombros con una sonrisa complacida.
—Entonces... ¿estás feliz por este bebé, v-verdad? —Él rio al escuchar el temor en su voz.
—Por supuesto que sí, porque te aseguró que estuve condenadamente feliz cuando te lo hice, je... ¡AUCH! —protestó cuando ella le dio un pequeño pero punzante mordisquito a su oreja—. Una leona mordiendo a su domador, típico, diez billones por ciento t... ¡AUCH! —Por supuesto, con un comentario así, ella claro que volvió a morderlo.
Él decidió castigarla empujándola sobre la cama y decidiendo darle un buen usó a la lencería... aunque, en medio de la pasión, sus manos fueron gentiles al acariciar con suavidad su vientre... porque tiempo atrás pensó que podría perderlo todo, y ahora sabía que nunca más iba a permitir que nada amenazara su familia.
¿Estaban diez billones por ciento seguros de que el anillo se formó entre ellos? No, claro que no, porque a diferencia de la inmensa mayoría de la población, no vieron el anillo formarse, pero ¿saben qué? Al diablo, les daba igual, porque se amaban.
Y eso era todo lo que necesitaban.
.
—Algunas teorías dicen que el anillo empieza a poder aparecer a partir de los doce años. Otras dicen que a partir de los catorce, los quince... algunas incluso dicen que solo es posible a partir de los veinte años, hay tanta información desde tantas partes del mundo que ya nadie sabe exactamente cuál es la teoría correcta.
—Sin embargo —continuó la voz que narraba aquello—, en occidente últimamente se han presentado pruebas de jóvenes de hasta quince y catorce años que han tocado la mano de su pareja y han visto la maravilla que es ver tu anillo materializarse de la nada misma... Y por eso la recomendación es que empiecen a usar guantes desde los catorce años, aunque algunos prefieren asegurarse y empezar a usar guantes desde los doce años.
—Si llegas a perder tu anillo en una multitud, sin saber con qué persona te enlazaste, la recomendación es esperar apartado de la multitud a que alguien te busque, lo que normalmente pasa rápidamente si tu enlazado se da cuenta que se formó su propio anillo de inmediato, lo cual pasa la mayoría de las ocasiones.
—En el caso de que tu enlazado no se haya dado cuenta en el momento... temo que perdiste la oportunidad. Solo te queda recurrir a buscar a esa persona online y rezar porque los dos tengan la fecha, la hora y el lugar exacto para tener la certeza de que son realmente almas gemelas.
—Con todo y eso... existen ocasiones en que las parejas no tienen nada de eso...
—¿Cómo mis papás? —preguntó una vocecita llena de intriga.
—Exacto, como tus papis. —El hombre mayor narrando la historia se calló un momento para acariciar con dulzura el cabello blanco-verdoso de la niña pequeña que lo miraba con mucha atención mientras hablaba—. En esas raras ocasiones en las que una pareja se pierde la una a la otra sin tener certeza de lo antes mencionado... se puede dar lugar a muchas dudas, muchos malentendidos... pero al final... el amor siempre prevalece.
—Wow... eso es asquerosamente cursi. —La niñita pequeña de apenas siete años bufó, recostándose en su cama con rostro aburrido, dejando de piedra a su abuelo.
—¡¿N-no te gusto el cuento de tu abuelo, mi princesita?!
—Sí... pero es muy cursi. —Sacó la lengua con disgusto—. Es más interesante cómo se forma materia de la nada. —Rio, emocionada—. El anillo de mi papá es de platino, si lo rompemos y toca la mano de mi mamá, ¿tendremos platino eterno para siempre? ¡Podríamos ser ricos!
El hombre mayor rio, divertido.
—No funciona así, princesa... el anillo solo te da una oportunidad, por eso es tan importante que uses los guantes cuando crezcas... En serio, por favor, no seas como tus padres... —El abuelo lloriqueó de solo pensarlo.
—¡Eres muy paranoico, abuelito Byakuya! —La niña rio como si nada—. De todos modos, ¡el romance no me interesa ni un milímetro!
—Eso decía tu papi cuando tenía tu edad, exactamente con las mismas palabras. —Le acarició la mejilla suavemente—. Ahora a dormir, Tsukiku, mañana tienes clases.
—¡Ok! —Saltó a darle un gran abrazo, antes de recostarse y dejar que la arropara.
Finalmente, Byakuya la vio dormirse y salió a la sala, viendo a Senku y Kohaku agotados durmiendo en el sofá con su segunda hijita recién nacida dormida entre sus brazos.
"Ah... y pensar que hubo una época en la que esos dos pensaron que sus anillos se quedarían siempre sin par..."
Por suerte, ese par ahora siempre estaría junto, con un par de bellas hijas.
—Y esperen a que ellas encuentren sus propios pares. —Rio para sí mismo, antes de marcharse de puntillas para no perturbar a la feliz familia.
Después de tantos problemas, sabía que ahora solo les quedaba felicidad... ¿verdad?
Fin.
Holaaaa :D
No se preocupen, lo último no significa nada malo, solo es un gancho para el epilogo owo
Y el epilogo se encuentra ya en mi Patreon! *o*
Es una aventura de nuestra Tsukiku para investigar más sobre el anillo, contiene más lore o explicación de detallitos así del anillo y momentos de familia así todos lindos uwu
Lamentablemente, creo que el epilogo solo se quedará en Patreon x'D al menos por ahora...
Así que bueno, este es el final definitivo para los capitulos publicos :'D
Muchas gracias a todos los que apoyaron la historia a pesar de todo y especialmente gracias a mi querida Echo Amano por comisionar estos caps finales!
Siempre me pongo triste cuando termino un fic TwT pero bueno... todo tiene un final... me despido! *, w ,*
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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