Mes n°8
Últimamente he tenido demasiada picazón.
Ósea, siempre he sufrido de él, pero ahora es demasiado.
Todavía no has llegado, pero falta poco para el atardecer.
No he podido dejar de rascarme, pero te esperaré para que me puedas inspeccionar, porque sinceramente no sé que padezco.
Intentaré dormir un rato para tu espera.
(...)
Escucho la puerta abrirse y me despierto, eras tú.
Al fin llegas.
No pude bajar a saludarte porque no tardó en llegar la picazón.
Cierras la puerta y me observas confuso.
—¿Qué ocurre Natita?—Te acercas para visualizarme mejor—. No dejas de rascarte ¿eh? Déjame revisarte, espera un poco.
Te alejas de mí para dejar tu ¿mochila? ¿Así se llamaba?
Bueno, volviendo al tema, fuiste a dejar esa cosa en la habitación y vuelves en pocos segundos.
Te acercas y comienzas a escudriñar entre mi pelaje.
No estoy segura por qué me estremecí a tu contacto, últimamente siento como se eriza mi cabello cada vez que me tocas.
Pero no se siente mal, al contrario.
No obstante, no sé si eso es bueno o malo.
Seguiste inspeccionando hasta que hundes el entrecejo.
—¡Qué mal! Tienes pulgas —avisas mientras sigues revisándome.
Yo sólo te observo mientras me rasco con una pata.
—Tendré que llevarte al veteri... ¡Espera!
Te miro extrañada por tu reacción.
—En todos estos meses no te he llevado al veterinario, necesitas ponerte vacunas —exclamas un poco agitado—. He estado tan ocupado en la Universidad que se me olvidó completamente ¡¿Cómo soy tan despistado?! —Colocas una mano en tu frente.
No entendí casi nada de lo que hablaste, así que sólo empecé a lamerme una pata.
—Mañana te llevaré al veterinario ¿ok? Ya que mañana es sábado. —Te acercas para acariciarme la cabeza.
¿Qué es el veterinario?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro