Maratón 5/5

De nuevo estás tardando en tu llegada.

Camino y subo al mueble de la ventana para ver. 

No me había dado cuenta que estaba lloviendo, tal vez esa sea una razón de tu tardanza.

No sé por cuánto tiempo estuve observando las gotas cayendo y golpeando la ventana, porque no me había percatado de que habías llegado. ¡Qué bien que hayas aparecido sin problemas!

Aunque, mi alegría no duró más de lo que esperaba.

No llegaste sólo. A tu lado noto una figura más delgada y delicada, con una larga cabellera rubia que resplandecía ante mis ojos. Los dos estaban con ese objeto para cubrirse de la lluvia, creo que se llamaba paraguas.

¿Quién es ella?

Veo como sus facciones cambian por las risas que emergían entre sus conversaciones. No obstante, en unos pocos segundos dejan de reír y sus miradas se enfocaban atentas en los ojos de cada uno.

No me di cuenta en qué momento acercaron sus rostros, uniendo sus labios en un delicado beso.

Al parecer, ocurrió con la misma velocidad en la que mi corazón se rompía en mil pedazos...