Agradezco el tiempo que invertiste en repasar mis líneas del derecho y del revés.

Agradezco que al hacerlo te dieras cuenta que a alguien extrañas tú también.

Agradezco la sonrisa peligrosa que se asomaba por tu acantilado cuándo de armas te llenabas para romper las cadenas de la timidez.

Agradezco la pelea interna que a veces causaba tu mente cuándo creías sentirte menos indiferente a lo que que yo trataba de decir.

Agradezco que trates de nadar contracorriente de tus sentimientos cuándo son tan obvios al tacto ajeno.

Agradezco que sientas celos, si los sientes por pensar que dejo de pertenecerte mi fragancia de rosas champagne.

Ser lo que la luz embellece y lo que la oscuridad anhela en esconder.

Gracias alma de cristal por darme segundos y minutos del tiempo en tu mundo y dejarme pasar.

Decirte que esta no será la última taza de café que nos tomaremos juntos.

Que quizás hasta aquí llegue Roma (Anhelos del destiempo) pero tendrá su segunda parte.

Su porción más grande, más de ese pastel que es deleite para tu vista invicta de amor plácido y corazones bien machacados.

Roma del revés.

Además de ser mi Roma del revés es la continuación de éste libro.

Así que si te gustan las poesías, poemas, y este intento de poemario. No acabará.

Seguirá.

Sin más gracias Roma.

Lo siento Amor.

Gracias a todos los que aún dedican su preciado tiempo en leer nuestras historias tan rotas.

Gracias inmensas que cumplieron uno de mis sueños más rotos que ya creí muerto en mi placard, cómo esas flores marchitas que dejaste al pasar.

Simplemente por mantenerte fuerte y seguir en lucha.

Que tu sonrisa siempre opaque al mundo, pues vales aún mas que el oro recuérdalo.

Se les quiere y pues.

Te quiero

Y echo de menos lo que solíamos ser.
Lo que fuimos y lo que nunca seremos.

Nos echo de menos.

Me echo de menos.

Te echo de menos amor.

Y tu también, lo quieras o no.

Gracias inmensas cuál constelación y adiós.